Coraz¨®n y deporte: por qu¨¦ el ¨®rgano de un nadador es distinto del de un atleta
No puedes verlo, pero cuando escoges una modalidad deportiva y la practicas de manera regular, intensa y prolongada, el motor del cuerpo cambia
En lo que respecta a las reglas, los participantes, los espacios y hasta las hinchadas, es evidente que no todos los deportes son iguales. Y solo hay que ver la diferencia de tama?o del brazo izquierdo de Rafa Nadal ¨Ccon el que pega a la bola- respecto del derecho para entender que los movimientos de cada deporte definen de una manera singular las figuras de los deportistas. Lo sorprendente es c¨®mo la actividad f¨ªsica tambi¨¦n moldea la forma del coraz¨®n, un motor que el deportista tiene que afinar y que cambia de aspecto seg¨²n la modalidad deportiva. ?Pero hasta qu¨¦ punto son significativas las diferencias? Varios expertos de la Universidad de Guelph, en Canad¨¢, se han formulado esta pregunta y, con ella, se han adentrado en un territorio en el que la ciencia a¨²n tiene mucho por explorar.
El art¨ªculo que recoge su trabajo, que ha visto la luz en la revista Frontiers in Physiology, no es una revoluci¨®n por sus conclusiones, pero s¨ª por confrontar, por primera vez, dos disciplinas tan diferentes como la nataci¨®n y el atletismo. Los acad¨¦micos han estudiado los corazones de 16 deportistas de ¨¦lite de cada categor¨ªa, con a?os de pr¨¢ctica intensa y sistem¨¢tica para que los resultados fueran m¨¢s significativos. Mediante un ecocardiograma, han confirmado que todos compart¨ªan una hipertrofia del ventr¨ªculo izquierdo (o sea, que esta parte del ¨®rgano hab¨ªa desarrollado m¨¢s de lo normal). Se trata de una conocida adaptaci¨®n card¨ªaca a la alta demanda de ox¨ªgeno de los m¨²sculos en los deportes de resistencia aer¨®bica, pero los investigadores tambi¨¦n han detectado sugerentes diferencias.
Seg¨²n los cient¨ªficos, esa hipertrofia es m¨¢s acentuada en los corredores, y eso permite a sus corazones aumentar la cantidad de sangre que expulsan por minuto (lo que se conoce como el gasto card¨ªaco, que es el producto del volumen de sangre que el coraz¨®n expele en cada latido y el n¨²mero de veces que se contrae por minuto). Los ¨®rganos de los corredores (cuyas arterias tambi¨¦n tienen curiosas peculiaridades) pueden as¨ª mandar al cuerpo m¨¢s volumen del l¨ªquido con menos latidos, lo que se traduce en pulsaciones muy bajas: en reposo, pueden llegar a situarse por debajo de 60 latidos por minuto, una situaci¨®n que se denomina bradicardia -casos como el del ciclista Miguel Indurain son paradigm¨¢ticos, y llegan a las 28 pulsaciones por minuto-.
La ligereza del coraz¨®n en el agua
La alta capacidad de bombeo es t¨ªpica entre los deportistas, como explica el director del servicio de Cardiolog¨ªa del Hospital Cl¨ªnico San Carlos de Madrid, Carlos Macaya. Durante la actividad deportiva, "son capaces de multiplicar por cuatro o por cinco el volumen de sangre que bombea el coraz¨®n por minuto. De cinco o seis litros por minuto que mueve en reposo, se llega en m¨¢ximo esfuerzo hasta los 30 litros en la misma fracci¨®n de tiempo", explica el experto. Por su parte, el doctorando en Ciencias de la Actividad F¨ªsica y del Deporte Jos¨¦ Carlos Rodr¨ªguez a?ade que "permite una mejora en la eficiencia y eficacia, b¨¢sicas en deportes de resistencia aer¨®bica". Entonces, ?son m¨¢s eficientes los corazones de los corredores que los de los nadadores?
No exactamente, es que no necesitan tener tanto tama?o. Existe un factor determinante en el caso de los ¨²ltimos, que es el medio en que desarrollan su actividad y su caracter¨ªstica m¨¢s peculiar: la ingravidez en el agua, que hace que el peso corporal de un hombre de 70 kilos se reduzca a tres. "Los nadadores, en contra de lo que se cre¨ªa antes, fisiol¨®gicamente no necesitan tener las cavidades del ventr¨ªculo izquierdo tan grandes. Al moverse en horizontal, no tienen la acci¨®n de la gravedad en contra, lo que facilita el retorno venoso de la sangre de los m¨²sculos al coraz¨®n", asegura la jefa de Cardiolog¨ªa del Centro de Medicina del Deporte de la Agencia Espa?ola de la Protecci¨®n de la Salud en el Deporte (AEPSAD), Araceli Boraita. De ah¨ª que la diferencia sea tan acentuada.
El remo es uno de los deportes con mayor adaptaci¨®n card¨ªaca, y el yoga est¨¢ en el extremo opuesto
Comparar deportistas "de agua" con otros "de tierra" hace que las diferencias salten a la vista, pero no es necesario hacerlo para ver c¨®mo el deporte tiene distintas maneras de dar forma al coraz¨®n; hay disciplinas parecidas que afectan a la bomba central del organismo de maneras distintas. Por ejemplo, correr es m¨¢s exigente que andar (aunque ambas actividades tienen sus beneficios). "Al caminar siempre hay un contacto del pie con el suelo, no levanto mi peso corporal; pero, cuando corro, hay momentos en los que tengo que levantar mi peso, por eso la carrera produce m¨¢s adaptaciones en el coraz¨®n, a¨²n siendo ambos ejercicios aer¨®bicos que usan pr¨¢cticamente los mismos m¨²sculos", argumenta Boraita, quien tambi¨¦n es miembro de la Sociedad Espa?ola de Cardiolog¨ªa.
Para conocer las diferencias entre los deportes, los especialistas suelen partir del hecho de que, desde el punto de vista cardiovascular, en cada disciplina entran en juego factores que pueden ser din¨¢micos (isot¨®nico) y est¨¢ticos (isom¨¦trico). Las diferencias est¨¢n plasmadas en la clasificaci¨®n de Mitchel, que alude al esfuerzo que el coraz¨®n debe hacer en cada deporte y que puede ser muy ¨²til para personas con alguna afecci¨®n del sistema cardiovascular. Los factores din¨¢micos se definen seg¨²n el porcentaje de consumo m¨¢ximo de ox¨ªgeno logrado (VO2m¨¢x), y se traducen en un aumento del gasto card¨ªaco. "VO2m¨¢x es la capacidad de absorber, transportar y metabolizar la mayor cantidad de ox¨ªgeno por unidad de tiempo", explica Jos¨¦ Carlos Rodr¨ªguez. El componente est¨¢tico, por su parte, est¨¢ relacionado con el porcentaje de la contracci¨®n muscular voluntaria m¨¢xima y resulta en un aumento de presi¨®n arterial.
Una modificaci¨®n reversible
La combinaci¨®n de ambos par¨¢metros entra en juego en casi todas las disciplinas, aunque en diferentes grados. El ciclismo, decatl¨®n, patinaje de velocidad, boxeo, pirag¨¹ismo, remo o triatl¨®n tienen valores altos de carga est¨¢tica y din¨¢mica, y son los deportes que precisan una adaptaci¨®n card¨ªaca m¨¢s destacada. Lo deja claro el ejemplo recogido en un estudio publicado en la revista Journal of the American Society of Echocardiography, que compara las remodelaciones card¨ªacas de un grupo de remeros con las de corredores de larga distancia durante tres meses. El trabajo concluye que los primeros tienen un mayor volumen y masa muscular en el ventr¨ªculo izquierdo, lo que se conoce como hipertrofia exc¨¦ntrica. "Aumenta el grueso de las paredes, hay m¨¢s masa mioc¨¢rdica, pero tambi¨¦n crece la cavidad. Es de ¨ªndole fisiol¨®gica, no patol¨®gico", explica Rodr¨ªguez. La mayor¨ªa de los expertos coincide en que esta modificaci¨®n es reversible y remite cuando cesa la actividad de manera prolongada.
Hay un segundo tipo de hipertrofia, la conc¨¦ntrica, en la que se incrementa el grosor de las paredes pero sin aumento del tama?o de la cavidad, que se relaciona con una miocardiopat¨ªa hipertr¨®fica. Originariamente se asociaba tambi¨¦n a la pr¨¢ctica de ejercicios de fuerza como la halterofilia o el levantamiento de pesas, pero los cient¨ªficos han descartado la relaci¨®n. "?Es absolutamente falso!", subraya Araceli Boraita. "Los campeones del mundo de halterofilia tienen valores normales de grosores parietales -de las paredes-. Puede producirse una peque?a adaptaci¨®n, pero es menor", a?ade.
Siguiendo con la clasificaci¨®n de Mitchel, en un nivel intermedio de carga moderada isom¨¦trica e isot¨®nica se sit¨²an deportes como el rugby, las carreras de velocidad, la nataci¨®n sincronizada y el surf. Por ¨²ltimo, en el estrato inferior aparecen disciplinas como el golf, el cricket, los bolos, el billar, el tiro y el yoga, con un componente din¨¢mico y est¨¢tico bajos.
A pesar de todo, incluso dentro de esas categor¨ªas los matices son importantes. "No es lo mismo jugar al billar o al golf y hacerte 18 hoyos, o practicarlos a nivel recreativo o de competici¨®n", razona la jefa de cardiolog¨ªa de la AEPSAD. Una partida de billar estresante puede aumentar los niveles de adrenalina y, por mucho que el golf sea una disciplina m¨¢s relajada, no es lo mismo ir acompa?ado de un caddie que tener que arrastrar los palos el propio jugador. "El mismo deporte depende de c¨®mo lo hagas", concluye Boraita.
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