C¨®mo Valentino se convirti¨® en un ¡®influencer¡¯ inesperado
La ¨²ltima leyenda de la alta costura celebra sus 87 a?os en Capri rodeado de amigos y de sus 1,4 millones de seguidores en Instagram
El pasado fin de semana, el modisto Valentino Garavani (Voghera, 1932) publicaba en su cuenta de Instagram varias im¨¢genes que documentaban la fiesta organizada con motivo de su 87? cumplea?os en Villa Castiglione, una suntuosa propiedad en Capri. La celebraci¨®n cont¨® con la asistencia de amigos tan populares como la exmodelo y estilista espa?ola Naty Abascal. Tambi¨¦n con la de una presencia imprescindible en la vida de Valentino: Giancarlo Giammetti, el hombre que, primero como pareja sentimental y posteriormente como socio empresarial, lleva d¨¦cadas junto al gigante de la costura. De ello daba fe otra imagen, publicada en la misma red social el pasado 20 de marzo. En ella, Garavani y Giammetti posan durante unas vacaciones en el mismo lugar, pero en 1969. Es decir, hace exactamente 60 a?os, que es un plazo m¨¢s que sensato para consolidar el estatus de leyenda que Valentino ostenta en la industria de la moda.
¡°La importancia cultural de Valentino se deriva de su calidad como s¨ªmbolo viviente de una forma de arte y de un estilo de vida que ya no existe como tal¡±, explica a EL PA?S el cineasta brit¨¢nico Matt Tyrnauer, que en 2009 estren¨® un documental, Valentino, el ¨²ltimo emperador, que document¨® los ¨²ltimos dos a?os de trabajo de esta ¡°personificaci¨®n de la alta costura¡±, como lo define, y plante¨® una narraci¨®n ordenada de su longeva y at¨ªpica trayectoria.
Criado en Italia, Valentino aprendi¨® el oficio en Par¨ªs y volvi¨® a Roma para abrir un taller de moda en los mismos a?os en que los estudios Cinecitt¨¤ hab¨ªan llenado la capital italiana de estrellas de Hollywood. Garavani logr¨® sacar la cabeza sobre el resto de astros de la costura romana gracias a clientas tan entusiastas como Jacquie Onassis, pero tambi¨¦n a una visi¨®n depurada, arquitect¨®nica y gr¨¢fica del modelo de alta costura inaugurado en la posguerra europea por Christian Dior. Su mayor talento, al igual que el de Balenciaga, Givenchy o el primer Saint Laurent, ha residido siempre en la precisi¨®n del corte, aunque el italiano supo incorporar una dosis extra de ligereza gracias a vestidos drapeados, ligeros y envolventes.
Fue precisamente ese clasicismo el que le permiti¨® transitar por las siguientes d¨¦cadas sin demasiados apuros. Mientras los dise?adores italianos de los setenta y ochenta se esforzaban en adaptarse al lenguaje de la calle para dominar los resortes del pr¨ºt ¨¤ porter, Valentino segu¨ªa apostando todo a la carta de la elegancia sin distanciarse excesivamente de esa jet set que, aunque vistiera vaqueros de d¨ªa, segu¨ªa demandando vestidos largos para las fiestas de etiqueta y suntuosas t¨²nicas para los veranos en Capri, Marbella o Niza. Su c¨®digo, a fin de cuentas, reside hoy todav¨ªa en un pu?ado de elementos bien definidos: silueta estilizada, cortes evas¨¦ (es decir, por los vestidos sueltos y con vuelo) y amor por los colores brillantes y los estampados rotundos. En ese sentido, ha sido siempre el m¨¢s gr¨¢fico de los maestros de la alta costura, capaz de reducir la complejidad y eliminar detalles superfluos para potenciar golpes de efecto como el famoso ¡°rojo valentino¡±.
Por eso no es raro que Garavani, retirado desde 2008, se emocionara al asistir al desfile de la colecci¨®n de alta costura para esta primavera de la firma que lleva su nombre, propiedad de la familia real catar¨ª desde 2012. Su director creativo, Pier Paolo Piccioli, plante¨® un canto a los c¨®digos cl¨¢sicos de Valentino a trav¨¦s de colores casi fluorescentes y prendas tan voluminosas que se sal¨ªan de la pasarela.
Cuando el documental de Tyrnauer se estren¨® en 2008, la pol¨¦mica estall¨® a causa de las discusiones, situaciones c¨®micas y arranques de ira que mostraba. ¡°Es verdad que a Garavani y Giammetti les gustaba la idea de que todo su trabajo y sus logros quedaran registrados para la posteridad¡±, explica ahora el cineasta. ¡°Estoy convencido de que no entendieron exactamente la pel¨ªcula que estaba haciendo, y cuando la vieron lo rechazaron, porque les parec¨ªa un retrato demasiado ¨ªntimo¡±. Sin embargo, asegura Tyrnauer, los a?os han cambiado las cosas para bien. ¡°Despu¨¦s del ¨¦xito que tuvo la pel¨ªcula la aceptaron, y seguimos manteniendo el contacto¡±, a?ade.
Claro que aquello suced¨ªa cuando Instagram a¨²n no exist¨ªa y la fama estaba asociada a una cierta distancia. En los ¨²ltimos a?os, las redes sociales han reconciliado a Valentino con un p¨²blico que sigue ¨¢vidamente su pertinaz adhesi¨®n al modo de vida de los jetsetters de d¨¦cadas pasadas y que aplaude las im¨¢genes que ¨¦l mismo rescata de su archivo visual. Es celebridad viral, pero tambi¨¦n una lecci¨®n de historia. Tras el fallecimiento de Andr¨¦ Courr¨¨ges en 2016, de Hubert de Givenchy en 2018 y de Karl Lagerfeld en 2019, Garavani es el ¨²ltimo maestro capaz de contar en primera persona c¨®mo fueron los a?os fundacionales de la moda contempor¨¢nea. Y, de paso, cosechar miles de likes.
Dos rivales que siguen siendo amigos
En una industria en que los maestros suelen resistirse a aceptar que sus sucesores puedan tener el mismo talento que ellos, la imagen que Valentino colg¨® en sus redes sociales el pasado lunes es toda una rareza. En ella aparec¨ªa junto a Pier Paolo Piccioli y Maria Grazia Chiuri, los responsables del resurgir de la firma entre 2008 y 2016, cuando Chiuri la abandon¨® para ocupar el puesto de directora creativa en Christian Dior, en el que sigue desde entonces.
¡°Dos disc¨ªpulos, dos grandes amigos y dos incre¨ªbles historias de ¨¦xito¡±, escribi¨® Garavani en su cuenta personal de Instagram. ¡°Deseo que lo poco que haya podido ense?aros en 13 a?os os ayude a conquistar una gloria a¨²n mayor¡±.
Piccioli, en la actualidad, se encarga del dise?o de las colecciones de pr¨ºt ¨¤ porter y alta costura de Valentino, aunque su experiencia previa al frente de la l¨ªnea de accesorios de la casa le ha permitido consolidar el ¨¦xito de una marca que produce tambi¨¦n moda masculina, zapatos, bolsos, complementos y perfumes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.