El cierre del Museo de la Prensa de Washington y la crisis del periodismo
El inminente cierre del Museo de la Prensa de Washington es una met¨¢fora de la crisis de un oficio, de un negocio y de un pilar de la democracia.
ES IMPOSIBLE NO ver el inminente cierre del Museo de la Prensa en Washington (Newseum) como una met¨¢fora del declive de una industria que un tiempo fue no solo un pr¨®spero negocio que repart¨ªa poder y dinero, sino un pilar imprescindible de la democracia liberal.
Ahora esa instituci¨®n naufraga por falta de ingresos, malamente mantenida con la venta de gorras rojas de Make America Great Again ¡ªel eslogan de la campa?a presidencial de Donald Trump¡ª y camisetas con la leyenda You Are Very Fake News, porque parece que lo que m¨¢s atrae a los actuales visitantes de todo ese mundo del periodismo son las fake news; es lo que m¨¢s les suena, lo que m¨¢s gracia les hace.
No son los turistas los ¨²nicos que han cambiado. Recuerdo los a?os en los que casi cualquiera pod¨ªa recitar de memoria los nombres de los conductores de los telediarios nocturnos de los tres principales canales de televisi¨®n: Tom Brokaw, Peter Jennings y Dan Rather. Yo no s¨¦ qui¨¦nes son los actuales.
El periodismo que conocimos se ha ido para siempre. Queda la esperanza de que sea posible generar una nueva industria en torno a las nuevas tecnolog¨ªas, con otro tipo de periodismo, m¨¢s accesible, m¨¢s r¨¢pido, quiz¨¢ mejor. No s¨¦. Como periodistas, es nuestra obligaci¨®n intentarlo. Como ciudadanos, es nuestro inter¨¦s conseguirlo, si es que queremos seguir viviendo en sociedades democr¨¢ticas.
El Newseum cerrar¨¢ sus puertas a finales de este a?o. El proyecto, nacido en 2008, result¨® inviable. La Universidad Johns Hopkins, que ha pagado 372 millones de d¨®lares (unos 329 millones de euros) por el edificio, instalar¨¢ all¨ª su campus principal en Washington. Freedom Forum, la organizaci¨®n que actualmente gestiona el museo, a¨²n no ha dicho qu¨¦ va a hacer con su contenido. Hay restos del muro de Berl¨ªn y otros s¨ªmbolos de la larga lucha del ser humano por su libertad, en la que la prensa ha sido muchas veces un instrumento imprescindible para derribar tiran¨ªas y defender la verdad, y con ella, el progreso y la civilizaci¨®n misma.
De todo lo que el Newseum conserva, tal vez lo m¨¢s valioso es el Journalists Memorial, el muro donde est¨¢n escritos los nombres de 2.344 periodistas asesinados desde 1836. Los ¨²ltimos 21 nombres fueron a?adidos este 3 de junio. Entre ellos estaba el del saud¨ª Jamal ?Khashoggi, asesinado por agentes de su propio pa¨ªs. El resto eran pr¨¢cticamente desconocidos, como lo son casi todos los nombre inscritos, modestos profesionales de peri¨®dicos locales ¡ªmuchos desaparecidos¡ª, porque, en contra de lo que se cree, el periodismo no es la actividad rutilante de ciertas estrellas, ni siquiera los relatos grandilocuentes de algunos corresponsales, sino el duro oficio del buscador de la noticia, casi siempre por una exigua paga. O esa era.
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