Circo, danza, festivales y m¨¢s, con nombre de mujer
Espacios como el Festival del Sur o el Festival MAPAS recogen las m¨²ltiples opciones de las artes esc¨¦nicas africanas, muchas organizadas y protagonizadas por mujeres
Chantal Djedje es una mujer larga, de ojos enormes, bru?ida piel negra y sonrisa resplandeciente. Dirige un festival de circo en Abiy¨¢n, la capital econ¨®mica de Costa de Marfil. Es la ¨²nica iniciativa de este tipo en el continente africano, con car¨¢cter panafricano e internacional, adem¨¢s. Su tercera edici¨®n tendr¨ªa que estar celebr¨¢ndose en estos momentos, si no fuera por la crisis hist¨®rica excepcional que vivimos.
"El foco se pone sobre el descubrimiento de compa?¨ªas y competencias de circo en el continente", explic¨® Djedje en la cafeter¨ªa del Tenerife Espacio de las Artes (TEA), una ma?ana soleada del verano pasado. Llegaba a Canarias invitada por el Festival MAPAS, un singular mercado creativo que se apropia de espacios culturales y calles santacruceras desde hace cuatro a?os. MAPAS se hermana con el Festival del Sur que fund¨® Antonio Lozano hace m¨¢s de tres d¨¦cadas y sigue en pie Ag¨¹imes, en la isla vecina de Gran Canaria. Las artes esc¨¦nicas se sit¨²an en el coraz¨®n de ambos festivales, al igual que el trazado de cartograf¨ªas comunes a tres continentes y el acercamiento de profesionales, compa?¨ªas, proyectos y artistas de todo el planeta.
Djedje asegur¨® en el momento de esta entrevista que?hay muchas pr¨¢cticas circenses que no reciben ese nombre en el marco de tradiciones culturales africanas. "La idea es dar valor a esas artes y hacerlas contempor¨¢neas, porque esas tradiciones se pierden", continu¨® ella, antes de poner el ejemplo de las personas que tragan machetes en algunas partes de su pa¨ªs, Costa de Marfil. "Si los llevamos a una disciplina art¨ªstica que se llama circo, vamos a hacer que perduren y van a quedar", concluy¨®. Djedje se quej¨® de la inexistencia de centros formativos para disciplinas circenses y del car¨¢cter menor que se otorga a estas artes esc¨¦nicas.
"En ?frica se ha trabajado mucho con danza, con teatro y la m¨²sica es excepcional, pero hemos dejado un poco de lado el circo", reconoc¨ªa ella. Afirm¨® que es necesario tomar la parte asimilable al circo de las culturas africanas para integrarla, profesionalizarla y poder montar espect¨¢culos que sean vendibles en el circuito internacional. "Se han hecho cosas ya, pero no de manera formal", dijo. Tambi¨¦n insisti¨® en favorecer el encuentro entre artistas de los diferentes bloques ling¨¹¨ªsticos y culturales africanos, la extensi¨®n del conocimiento y el aprendizaje mutuo, y la proximidad a otras culturas, como la japonesa. En el caso espec¨ªfico de su pa¨ªs, no hay compa?¨ªas circenses, sino profesionales, aunque el Estado ha decidido crear una compa?¨ªa nacional. Adem¨¢s de dirigir esta iniciativa, denominada Encuentros Interculturales del Circo de Abiy¨¢n, Djedje es la presidenta de la asociaci¨®n La Fabrique Culturelle.
Murmullos y silencios
Fundada en 2007 por ocho mujeres ruandesas, ISHYO es una organizaci¨®n no gubernamental que trabaja para el desarrollo y la promoci¨®n de la cultura en Ruanda. Su misi¨®n declarada es ¡°hacer que la cultura sea accesible para todos¡±. Cada proyecto desarrollado por ISHYO plantea la cuesti¨®n del papel y del lugar del arte en la sociedad, de su contribuci¨®n al desarrollo humano, social y econ¨®mico del pa¨ªs.
Presentaron el espect¨¢culo teatral Murs Murs en MAPAS y el Festival del Sur el a?o pasado. La obra trata de transmisiones, de lo que las abuelas transmiten silenciosa e impl¨ªcitamente a las madres, que a su vez pasa a las hijas. Este espect¨¢culo es parte del proyecto internacional Mujeres de Kigali, Sevran, Bruxelles y es una adaptaci¨®n de Las cebollas nos hacen llorar de la nigeriana Zainabu Jallo.
El espacio esc¨¦nico es m¨ªnimo. Apenas una estructura met¨¢lica y un remolino de trapos por el que evolucionan dos actrices, Carole Karemera y C¨¦cilia Kankonda. La obra aborda la violencia de g¨¦nero y la salud mental, crecida desde una novela con testimonios y trabajo comunitario.
Se ha representado habitualmente en peque?os espacios cerrados y entre colectivos y comunidades. En el Festival del Sur, meti¨® a los espectadores en el escenario, en completo silencio, d¨¢ndoles acceso a una intimidad dolida, retratada con sensibilidad y delicadeza: los di¨¢logos entre una siquiatra y su paciente que acaban convirti¨¦ndose en c¨®mplices y amigas, v¨ªctimas ambas de la violencia patriarcal.
En Costa de Marfil no son raras las iniciativas culturales encabezadas por mujeres. Village Kiyi estuvo en el MAPAS hace dos a?os, present¨¢ndose como el centro de formaci¨®n art¨ªstico panafricano de referencia en la costa occidental del continente. Se trata de un espacio donde cohabitan muchas nacionalidades (camerunesa, marfile?a, tunecina, ghanesa, burkinesa) y que sirve a la creaci¨®n y promoci¨®n art¨ªstica y cultural. Existe desde 1985 en Abiy¨¢n. Lo cre¨® la camerunesa W¨ºr¨º-W¨ºr¨º Liking y creci¨® de la mano de Boni Gnahor¨¦ o Souleymane Koly, que posteriormente abri¨® otro centro similar, Koteba, tambi¨¦n en la capital econ¨®mica marfile?a. En este pa¨ªs naci¨® tambi¨¦n la excepcional singularidad que es la compa?¨ªa femenina de danza Tchetche, una de las m¨¢s importantes de ?frica y una rareza ya que las compa?¨ªas de danza contempor¨¢nea africanas son mayoritariamente masculinas.
O eran... Donko Seko es una estructura administrativa maliense que saca adelante tres festivales y que estuvo representada en el MAPAS por su diretora, la bailarina y productora Kettly No?l. Funciona desde 2001 y fija su cuartel general en Bamako, dedicado a las residencias art¨ªsticas, la formaci¨®n y la investigaci¨®n coreogr¨¢ficas. En su cartera de proyectos figuran marcas como DanseBamakoDense y la colaboraci¨®n con instituciones como el Instituto Franc¨¦s, los ministerios de Cultura de Francia y Mali y el Instituto Goethe o eventos como la Bienal de Bamako. No?l es haitiana y tambi¨¦n saca tiempo entre sus m¨²ltiples ocupaciones para dirigir a un grupo de ni?os de la calle en un proyecto de reinserci¨®n social a trav¨¦s del arte.
En el ¨¢mbito de la danza africana es ineludible acordarse de Ella Poema, el proyecto de A?da Colmenero que intenta trazar un mapa coreogr¨¢fico femenino africano. El a?o pasado pudimos ver en Canarias a la togolesa Estelle Folilom¨¦. Ella y su compatriota y compa?era Anique Ayiboe han sido elegidas para trabajar con la compa?¨ªa Pina Bausch; la Fundaci¨®n Rolex ha escogido a una de las bailarinas senegalesas de Ella Poema, Khoudia Tour¨¦, para apoyar su trabajo y se prev¨¦ que, una vez pase el coronavirus, los cortos fruto de esta iniciativa se presenten en el Teatro de la Villete, en Par¨ªs, por todo lo alto. El nombre de Colmenero se vincula de manera indisoluble al AFRICA Moment, un festival que se celebra en Barcelona desde 2017. Una de las participantes en la edici¨®n del a?o pasado de este festival, la marfile?a Nadia Beugr¨¦, ha sido nominada a los XXII Premis de la Cr¨ªtica d'ARts Esc¨¨niques por su pieza "quartiers libres", presentada en 2019 en el Mercat des Flors barcelon¨¦s.
El director del MAPAS, Mario Vega, se felicitaba el a?o pasado por la tricontinentalidad real del festival y la forma en que los artistas se relacionan y colaboran en su marco para invitarse mutuamente, montar proyectos conjuntos y transformar y enriquecer el mundo cultural. "Hay un inter¨¦s claro por parte de los programadores latinoamericanos en ver lo que se hace en ?frica", explic¨®. "Probablemente este festival sea uno de los pocos que abre esa puerta a los africanos y en este sentido, nos estamos convirtiendo en una referencia".
Vega no se refer¨ªa solamente a artistas y compa?¨ªas. Los festivales y los espacios culturales africanos tambi¨¦n tienen su hueco aqu¨ª y a mujeres al frente, como sucede con Mamela Nyamza, del Teatro del Estado Sudafricano, o el encuentro musical ONGEA!, fundado en 2004 en Kenia y al que represent¨® en Canarias Bethsheba Achitsa.
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