C¨®mo 'desprogramarse' a uno mismo puede resolver lo que le hace sufrir
No somos robots biol¨®gicos, ni marionetas en manos del cerebro. As¨ª se cambia el 'c¨®digo inform¨¢tico' que nos hace comportarnos como no queremos
En los ¨²ltimos tiempos, la neurociencia est¨¢ desvelando secretos apasionantes del cerebro, pero tambi¨¦n est¨¢ difundiendo algunas ideas que causan confusi¨®n. Por ejemplo, Eric Kandel, premio Nobel de Medicina, ha llegado a afirmar que "el cerebro construye nuestra experiencia sensorial, nuestros pensamientos y emociones, y controla nuestras acciones". Es f¨¢cil interpretar este tipo de afirmaciones de manera que releguemos al ser humano a una especie de robot biol¨®gico, un ser incapaz de cambiarse a s¨ª mismo. La l¨®gica dice lo contrario, y la capacidad de aprender demuestra que no es as¨ª.
No somos robots biol¨®gicos
Es cierto que las asociaciones que se hacen en la vida cotidiana, a partir de experiencias previas, hacen surgir reacciones autom¨¢ticas como los h¨¢bitos, que unas veces ayudan y otras se convierten en fuentes de conflicto que hay que resolver. Esas reacciones autom¨¢ticas tienen una correspondencia fisiol¨®gica cerebral, s¨ª, pero es un error grave creer que el cerebro por s¨ª mismo produce esos h¨¢bitos. Es como si estudiamos los m¨²sculos de las manos en acci¨®n y llegamos a la conclusi¨®n de que las manos deciden qu¨¦ agarrar y qu¨¦ no.
A veces parece que uno no tiene control sobre el pensamiento ni sobre las emociones, quiz¨¢ de ah¨ª venga la confusi¨®n, pero, en realidad, muchos estudios cient¨ªficos est¨¢n demostrando que la estructura, e incluso el tama?o de partes del cerebro, cambian seg¨²n el uso que se hace de ¨¦l. Por otro lado, es el propio ser humano quien "programa" y "desprograma" su cerebro. La mayor¨ªa de las veces lo hace inconscientemente, y siempre en funci¨®n del aprendizaje que va adquiriendo a lo largo de la vida. Es dicho aprendizaje, en su m¨¢s amplio sentido, el que condiciona la propia estructura y el funcionamiento del cerebro.
Lo curioso es que, adem¨¢s, el proceso por el que se aprenden cosas nuevas nos permite encaminarnos hacia la felicidad, puesto que sirve para acabar con los efectos de cualquier circunstancia que nos hace sufrir. No hay que caer en el error de culpar al cerebro de nuestras desgracias y desatinos, sobre todo porque es f¨¢cil que esa manera de entender la funci¨®n del ¨®rgano conduzca a la pasividad. Tampoco hay que creer que la soluci¨®n a los problemas de la vida es disciplinarse y autoexigirse. Para ser feliz hay que resolver las causas del sufrimiento, y se puede hacer comprendiendo cosas nuevas que "desprogramen" las anteriores.
?C¨®mo se 'desprograma' el sufrimiento?
La forma efectiva de que una persona consiga cambiar su funcionamiento (por ejemplo, un h¨¢bito perjudicial) es que su "computadora biol¨®gica" adquiera nuevos "algoritmos". El automatismo de pensamiento o emoci¨®n se produce por una combinaci¨®n de ideas, de creencias arraigadas, y el sufrimiento es el resultado de las creencias o conceptos err¨®neos. Hay que revisar dichas creencias, los conceptos, las ideas, y descubrir qu¨¦ hay de falso en ellos. Por ejemplo, si alguien suele reaccionar con ira, debe entender que esa ira se sustenta en algunos miedos que, a su vez, dependen de ideas err¨®neas.
Para borrar las ideas err¨®neas hay que llegar al "c¨®digo fuente". Esto se consigue reflexionando sobre las causas de los pensamientos disruptivos y afrontando la parte emocional adecuadamente, es decir, sintiendo, no pensando. Si se quiere dejar de generar ira (se muestre al exterior o no), inicialmente se deben sentir las sensaciones que esta produce en el cuerpo, descubrir d¨®nde se sienten, c¨®mo son, cu¨¢nto duran si no interviene el pensamiento¡ Hay que explorarlas conscientemente con el objetivo de no reprimirlas ni dejarse arrastrar por ellas, sino perderles el miedo. Este ejercicio sirve para romper el automatismo, en este caso de la ira.
Pero, ?c¨®mo llegar hasta esas reacciones autom¨¢ticas que generan el sufrimiento? Para tener una mente serena, inteligente y tendente al bienestar, hay que aprender a identificar y resolver los temores. Si alguien se enfada cuando no le escuchan, por ejemplo, puede ser por miedo al menosprecio. La idea err¨®nea que puede subyacer a esta situaci¨®n que le hace sufrir es que si no le escuchan es porque no le valoran, y pensar as¨ª le acarrea consecuencias negativas. Es importante comprender que las consecuencias negativas van a ocurrir si se tiene ese miedo, por eso resolver esos temores deber¨ªa convertirse en un objetivo prioritario.
La herramienta clave para llevar a buen t¨¦rmino este proceso de "desprogramaci¨®n" es la atenci¨®n. No se pueden modificar las reacciones automatizadas utilizando solo el material que ya est¨¢ almacenado en la memoria. Siguiendo el s¨ªmil inform¨¢tico, el contenido que est¨¢ dando error en el programa no puede eliminarse a s¨ª mismo. Lo que hace falta es acceder a la comprensi¨®n de algo nuevo, aportar nuevos datos que borren dicho error. Y eso solo puede ocurrir si uno presta atenci¨®n a la realidad sin prejuicios, sin ideas ni conclusiones previas.
La forma de hacerlo es enfocar la atenci¨®n, con curiosidad, sin esfuerzo, a c¨®mo se act¨²a, a lo que se piensa o a lo que se siente¡ en un lugar tranquilo, o en casa viendo la televisi¨®n o en la calle durante la vida cotidiana... El objetivo no debe ser controlar ni cambiar nada, sino darse cuenta de cosas nuevas que antes pasaban desapercibidas, de uno mismo y de los dem¨¢s.
Mar¨ªa Ib¨¢?ez Goicoechea y Jes¨²s Jim¨¦nez Cascallana son comunicadores especialistas en psicolog¨ªa, escritores, conferenciantes y autores de la p¨¢gina web introspeccion.com. Tambi¨¦n han escrito el libro 'Aprende a resolver lo que te hace sufrir'.
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