De mecha para la evoluci¨®n a castigo insoportable: ?para qu¨¦ sirve el aburrimiento?
Esto es lo que provoca el tedio, seg¨²n la ciencia, y as¨ª son los mecanismos que desencadenan las sensaciones que tanto hemos lamentado estas semanas
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Seamos francos. Todos esos bizcochos, todas esas videollamadas, todas esas series que estamos trag¨¢ndonos sin ton ni son¡ responden a un ¨²nico objetivo: matar el tedio. Limitados el ocio y las distracciones del mundo exterior (ir al cine, al teatro, al f¨²tbol; el trasiego de las tardes de compras, el solaz en bares y restaurantes), muchos sentimos que nos falta algo. Tratamos que compensar el vac¨ªo con una fren¨¦tica actividad hogare?a porque el aburrimiento nos abruma, nos espanta. ?Estamos volvi¨¦ndonos locos?
En absoluto. El rechazo se debe a que el ser humano no est¨¢ programado para aburrirse, para "una situaci¨®n en la que se priva de estimulaci¨®n, algo que evolutivamente no nos interesa. Si nos adapt¨¢semos al aburrimiento, no evolucionar¨ªamos. La especie se quedar¨ªa estancada. Gen¨¦ticamente, estamos preparados para salir del aburrimiento, crear y continuar evolucionando", apunta Vanesa Fern¨¢ndez, doctora en Psicolog¨ªa y profesora de la Universidad Complutense de Madrid.
Es cierto que ese "no hacer nada" de vez en cuando s¨ª es un anhelo com¨²n, por ejemplo, en vacaciones; lo percibimos como una ayuda para descansar, desconectar y resetearnos. Pero una cosa es el aburrimiento y otra, muy distinta, la ociosidad, que es el t¨¦rmino que mejor se ajusta a esa sensaci¨®n. "Esta es deseada y, como tal, est¨¢ dentro de lo que podemos valorar de forma positiva. El aburrimiento est¨¢ impuesto y la persona se siente incapaz de luchar contra ¨¦l, eso se vive de manera desagradable". En la ociosidad, a?ade Fern¨¢ndez, tenemos los recursos al alcance de la mano, pero optamos por no usarlos durante un tiempo determinado. Al aburrimiento, en cambio, se llega por la imposibilidad de utilizar dichos recursos. Aburrirse es malo, sencillamente, porque nos hace sentir mal.
Cuando aburrirse forma parte del castigo
La impotencia que a uno le produce aburrirse, sin proyectos que acometer, deriva en "problemas de identidad", se?ala Richard Bargdill, de la Universidad de Duquesne, en Pittsburgh (Estados Unidos), en The Study of Boredom (2000). En su an¨¢lisis, las personas que experimentaban aburrimiento "se sent¨ªan vac¨ªas y ap¨¢ticas porque sent¨ªan que cada acci¨®n conduc¨ªa al aburrimiento y, por lo tanto, la acci¨®n era in¨²til". Quiz¨¢ por eso los padres sancionan a sus hijos cuando se portan mal oblig¨¢ndoles a quedarse encerrados en su habitaci¨®n sin acceso al m¨®vil, la tableta o cualquier otra distracci¨®n.
Quien inflige dicho correctivo sabe que el aislamiento duele (quiz¨¢ no tanto que provoca hambre de contacto personal) y que el convicto depondr¨¢ su actitud para no vivirlo de nuevo. "Te estoy privando de algo tan esencial como el contacto con otros seres humanos", explica Fern¨¢ndez. "La necesidad de socializaci¨®n es muy importante. Cuando alejas a alguien de eso, le est¨¢s privando de una necesidad b¨¢sica, y quien lo padece tiende a volverse m¨¢s d¨®cil por temor a que se repita".
Otra muestra de la identificaci¨®n de aburrimiento y castigo son las celdas de aislamiento de las c¨¢rceles. En una revisi¨®n de la literatura cient¨ªfica al respecto, Peter Scharff Smith, investigador del Instituto Dan¨¦s de Derechos Humanos, encontr¨® que puede provocar palpitaciones, incremento del ritmo cardiaco, hipersensibilidad, dolor de abdomen, problemas de digesti¨®n, p¨¦rdida de apetito, temblor de manos, dificultad para concentrarse, confusi¨®n, p¨¦rdida de memoria, alucinaciones visuales, percepci¨®n de voces, depresi¨®n, ansiedad, cansancio cr¨®nico¡ No tener nada que hacer resulta tan devastador que Naciones Unidas establece que este castigo solo puede imponerse en circunstancias excepcionales y menos de 15 d¨ªas, a partir de los cuales se considera tortura.
Pero el aburrimiento no es solo consecuencia de no hacer nada; realizar una tarea insustancial repetidamente tambi¨¦n nos sume en el m¨¢s absoluto sopor. En ese caso, y como encontr¨® Edwin Van Hooft, de la Universidad de ?msterdam (Holanda), lo que produce, m¨¢s que angustia, es frustraci¨®n.
En la coyuntura actual, al aburrimiento por la cuarentena se une la incertidumbre sobre su final. Estamos aburridos y no sabemos hasta cu¨¢ndo. "El problema viene cuando empiezan a generarse expectativas y esa situaci¨®n se vive como permanente en lugar de temporal, como global en lugar de espec¨ªfica, como incontrolable en lugar de algo que puedes controlar. Todos esos factores transforman la percepci¨®n del aburrimiento en algo que puede entrar en la desesperanza; vamos un paso m¨¢s all¨¢", se?ala Fern¨¢ndez.
?Y qu¨¦ pasa si no me aburro?
En estos d¨ªas nos vemos sometidos a un despiadado bombardeo de propuestas para combatir el exasperante hast¨ªo: desde las ya mencionadas labores de reposter¨ªa a la gimnasia con v¨ªdeos de YouTube, pasando por juegos en familia. Tan intensa es la campa?a que, en cierto modo, todos nos sentimos obligados a practicar dichas tareas para no sentirnos bichos raros. "Te hacen creer que si no te apetece hacer nada de eso es que est¨¢s mal", se queja Vanesa Fern¨¢ndez. "A lo mejor hay personas que contemplando el parque est¨¢n contentas, y no tienen que estar haciendo ni galletas, ni manualidades, ni nada. Todo es v¨¢lido mientras t¨² est¨¦s a gusto. Esos mensajes dan por hechas muchas cosas, y a las personas que tienen una baja autoestima les hace cuestionarse su personalidad".
Eso nos lleva a preguntarnos: ?qu¨¦ clase de sujetos son aquellos que gozan con la simple contemplaci¨®n de una pared y que, por tanto, est¨¢n en su salsa en el confinamiento que ha provocado el nuevo coronavirus? "Son personas muy solitarias, introvertidas, poco sociables, con una rica vida interior¡ Viven la cuarentena que ni te lo cuento: est¨¢n tan felices. La vida normal les resulta horrible: las comidas familiares, las vacaciones en grupo¡ Como no les gusta, porque son antisociales, el d¨ªa a d¨ªa normal se les hace cuesta arriba. Sin embargo, en esta situaci¨®n, como todos estamos encerrados, no tienen que compararse; no echan de menos nada y est¨¢n tan contentos. Lo que pasa es que son las personas m¨¢s disfuncionales en nuestro mundo normal". O sea, que si no te aburres en cuarentena, h¨¢ztelo mirar.
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