A m¨ª me gustaba J.K. Rowling: qu¨¦ puede hacer un fan cuando su ¨ªdolo ya no le cae bien
La serie de HBO ¡®Territorio Lovecraft¡¯ propone un modo alternativo de relacionarse con los creadores problem¨¢ticos: una vez las ficciones llegan al p¨²blico, el p¨²blico es su due?o y tiene el derecho de revisarlas y rehacerlas
¡°Las historias son como las personas. Amarlas no las hace perfectas¡±, se justifica el personaje de Atticus Turner al comienzo de Territorio Lovecraft, cuando una mujer le pregunta por el libro que est¨¢ leyendo, Una princesa de Marte, primera de las aventuras de ciencia-ficci¨®n del h¨¦roe confederado -es decir, luchador por la esclavitud- John Carter. La serie de HBO, que adapta una novela hom¨®nima del escritor Matt Ruff y coordina la guionista afroamericana Misha Green con un plantel protagonista negro, funciona precisamente como reapropiaci¨®n de un legado literario tan relevante como hostil para una parte del p¨²blico: la obra del maestro del terror fant¨¢stico H.P. Lovecraft, cuya carga racista lleva tiempo reconocida por el grueso de sus seguidores. Poco margen deja, por ejemplo, un poema como La creaci¨®n de los negros para entrar a buscar matices.
'Territorio Lovecraft' abre un camino mucho m¨¢s estimulante dentro de un dilema frecuente en el 'fandom': c¨®mo convivir con el hecho de que productos culturales a los que estamos apegados tengan detr¨¢s a alguien poco familiarizado con los Derechos Humanos
Mediante los c¨®digos del fan-fiction (ficciones elaboradas por y para aficionados a una obra, tomando prestados sus personajes o su mundo), Territorio Lovecraft traslada el imaginario del autor y del g¨¦nero a los Estados Unidos de la segregaci¨®n racial en los a?os 50. Una suerte de emancipaci¨®n de la mirada supremacista del autor para desplazar la obra a otras coordenadas o, incluso, para releerla. La serie se estrena en medio del debate sobre la llamada cultura de la cancelaci¨®n, concepto desde el que algunos defienden que dejar de consumir el trabajo de determinados autores por su machismo, homofobia o xenofobia es censura y no ley de oferta y demanda, a pesar de que hasta una de sus presuntas y m¨¢s destacadas v¨ªctimas, Woody Allen -cuya ¨²ltima pel¨ªcula inaugurar¨¢ en uno de los festivales de cine m¨¢s importantes del mundo, el de San Sebasti¨¢n-, niegue sufrir veto alguno.
Frente a la idea de que se puede separar obra y autor como si no fuesen dos cosas relacionadas, como si la violencia sexual y el tratamiento del delito en el cine de Roman Polanski no fuesen temas que dialogasen con sus cinco acusaciones de violaci¨®n (en cuatro de los casos, a menores), la propuesta de Territorio Lovecraft abre un camino interesante y mucho m¨¢s estimulante dentro de un dilema desgraciadamente frecuente en el fandom: c¨®mo convivir con el hecho de que productos culturales a los que estamos apegados intelectual o sentimentalmente tengan detr¨¢s a alguien poco familiarizado con los Derechos Humanos. En el a?o en que el movimiento Black Lives Matter combati¨® la narrativa hegem¨®nica de Estados Unidos apuntando a las estatuas de esclavistas y colonos, proponemos otros cuatro autores de narrativas reinterpretadas o susceptibles de cobrar nuevas formas en manos de generaciones de seguidores m¨¢s cr¨ªticas.
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J.K. Rowling
Es muy poco probable que vivamos para ver una versi¨®n, al menos realizada legalmente, de Harry Potter con mujeres trans. Mientras dura la espera para que algo como Territorio Rowling exista, entre tanto, muchos seguidores del universo de Hogwarts ya han pensado alternativas para seguir disfrutando de sus historias a la vez que se desmarcan de las opiniones tr¨¢nsfobas de la escritora brit¨¢nica. Durante una de las ¨²ltimas pol¨¦micas protagonizadas por Rowling este a?o (que ha llegado incluso a enfrentarla con uno de sus ¨ªdolos, Stephen King), los usuarios de Twitter hicieron trending topic mundial a Hatsune Miku, rostro del programa de sintetizador de voz Vocaloid y ficticia estrella del pop: la hab¨ªan investido como nueva autora oficial de la saga.
Otros se decantaron por dar una autor¨ªa compartida a Daniel Radcliffe y Emma Watson, los actores que encarnaron, respectivamente, a Harry Potter y Hermione Granger en las pel¨ªculas. Ambos int¨¦rpretes han manifestado su rechazo a las palabras de la escritora. Radcliffe es colaborador, adem¨¢s, de la organizaci¨®n The Trevor Project, que proporciona ayuda psicol¨®gica a j¨®venes LGTBIQ+. En un comunicado a los seguidores de Harry Potter, el protagonista de la saga cinematogr¨¢fica no dud¨® en otorgarles la aut¨¦ntica propiedad de la historia: ¡°Si cre¨¦is que un personaje en concreto es trans, no binario, de g¨¦nero fluido, homosexual o bisexual, eso es algo entre vosotros y el libro, y es sagrado. En mi opini¨®n, nadie puede tocar eso. Significa aquello que significa para vosotros, y espero que estos comentarios no lo manchen demasiado¡±.

Orson Scott Card
De la misma manera que Warner ya empez¨® a promocionar un videojuego de Harry Potter este verano anunciando que contaba con ¡°muy poca implicaci¨®n¡± de J.K. Rowling, fue imposible avistar a Orson Scott Card en la promoci¨®n de la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de su novela m¨¢s conocida, El juego de Ender, en 2013. Tal vez alguien pens¨® que no exhibir como el gran genio detr¨¢s de todo aquello a Card, activista hom¨®fobo que, en aquellos d¨ªas, se dedicaba a comparar en su cuenta de Facebook a Barack Obama con Hitler y Stalin, pod¨ªa evitar alg¨²n que otro sobresalto a los directivos de Summit y alguna que otra espantada en taquilla.
El equipo de la pel¨ªcula, que tuvo que capear un boicot, insisti¨® en que la mentalidad retr¨®gada de Card no tiene nada que ver con su obra (extremo discutido por algunos lectores, que aprecian una misoginia inherente en su tratamiento de los personajes femeninos) y tanto el director Gavin Hood como el productor y guionista Roberto Orci no dudaron en criticar lo que consideraban una deriva del autor. ¡°Es terriblemente ir¨®nico. Orson escribi¨® un libro sobre la compasi¨®n y la empat¨ªa, y sin embargo ahora eso entra en conflicto con sus posiciones en la vida real¡±, declar¨® Hood. Parte del ¨¦xito de la novela entre el p¨²blico juvenil tradicionalmente ha radicado, de hecho, en que su joven protagonista tiene una adolescencia dif¨ªcil que puede recordar a otras adolescencias dif¨ªciles: es un tercer hijo, algo que le averg¨¹enza porque est¨¢ prohibido en la sociedad en la que vive, y sus padres son muy religiosos. Consultado sobre si la historia pod¨ªa leerse en clave homosexual, el productor tambi¨¦n afirm¨®: ¡°Ninguna duda sobre ello. Cuando yo le¨ª el libro, era un ni?o muy friki. Sufr¨ª definitivamente acoso escolar y no me cuesta imaginar que alguien en esas circunstancias tambi¨¦n pueda conectar con Ender¡±.

Pablo Neruda
El poeta ganador del premio Nobel fue tambi¨¦n alguien que abandon¨® a su hija por sufrir hidrocefalia y que, tal y como ¨¦l mismo describi¨® en Confieso que he vivido, viol¨® a una mujer cuando viv¨ªa en Ceil¨¢n (actual Sri Lanka). Su primog¨¦nita, que lleg¨® a recibir por parte de su padre apelativos como ¡°vampiresa de tres kilos¡± o ¡°ser perfectamente rid¨ªculo¡±, fue abandonada junto a su madre y muri¨® a los 8 a?os de edad, mientras Neruda deso¨ªa las peticiones de ayuda econ¨®mica de la que fue su c¨®nyuge. Estos hechos motivaron un fuerte rechazo del movimiento feminista de Chile cuando se propuso en 2018 dar su nombre al aeropuerto de la capital, y plantearon que, en su lugar, se pusiese el de la tambi¨¦n poeta Gabriela Mistral. Sin embargo, actualmente el aer¨®dromo mantiene su nombre anterior, el del militar Arturo Merino Ben¨ªtez.
En su pel¨ªcula biogr¨¢fica Neruda, el cineasta Pablo Larra¨ªn abord¨® las capas de complejidad del personaje y sus zonas de conflicto convirtiendo al poeta en una especie de creaci¨®n literaria en s¨ª misma, independiente de la realidad.
David Foster Wallace

Entrevistas breves con hombres repulsivos es una de las colecciones de relatos m¨¢s celebradas de David Foster Wallace y tambi¨¦n la categor¨ªa en la que m¨¢s de una mujer, probablemente, habr¨¢ guardado en su memoria una cita con el autor. Despu¨¦s de que el #MeToo alcanzase al escritor estadounidense-dominicano Junot D¨ªaz en 2018, la poeta Mary Karr denunci¨® la hipocres¨ªa de que se condenase con m¨¢s fuerza a acosadores racializados que al hombre blanco al que ella tuvo que soliviantar durante a?os, Wallace. Los hechos se conoc¨ªan desde 2012, pues aparecieron en la biograf¨ªa del difunto autor, Todas las historias de amor son historias de fantasmas, escrita por D.T. Max. Lo all¨ª relatado (que le arroj¨® una mesa encima o que la tir¨® de un coche en marcha) fue, seg¨²n Karr, un 2% de todo lo realmente vivido.
En un art¨ªculo al respecto en The Atlantic, la periodista Megan Garber reflexionaba sobre la connotaci¨®n puramente masculina del concepto ¡°genio¡±, seg¨²n el diccionario de Oxford. Ep¨ªteto frecuente para referirse a David Foster Wallace, cuya imponente obra pocos discuten. Garber criticaba la permisividad general hacia el comportamiento del escritor bajo su aura de talento atormentado y c¨®mo hasta despu¨¦s de su muerte la propia Mary Karr, que fue pateada por ¨¦l, recib¨ªa llamadas telef¨®nicas suyas constantemente aunque cambiase de tel¨¦fono y vio una noche c¨®mo Wallace trepaba hasta su balc¨®n o c¨®mo persegu¨ªa a su hijo de 5 a?os al salir del colegio, tuvo que lidiar con la omnipresencia de un acosador demasiado genial como para ser considerado un simple acosador. ?l, un artista maldito. Ella, la mujer que alimentaba esa maldici¨®n.
Glenn Kenny, periodista y cr¨ªtico de cine que fue amigo de David Foster Wallace, apreciaba en The Guardian el rechazo que parec¨ªan generar en los seguidores del autor los testimonios de la gente que le conoci¨® realmente, como si no le hubiesen entendido a ¨¦l o a su obra. Si bien Kenny no entraba en detalles escabrosos, s¨ª cargaba contra la pel¨ªcula de 2015 sobre Wallace, The End of the Tour, e invitaba a demoler los t¨®picos que ella reproduc¨ªa: los del Genio-Demasiado-Puro-Para-Este-Mundo y el Es-Muy-Dif¨ªcil-Ser-Yo. En una ocasi¨®n, Wallace lleg¨® a hablar de su obra m¨¢s elogiada, La broma infinita, como un gran gesto para impresionar a Mary Karr. Ella, por su parte, declar¨®: ¡°Todo el mundo que ha le¨ªdo La broma infinita en Estados Unidos me debe un d¨®lar¡±.
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