?Por qu¨¦ mi hijo es el m¨¢s bajito de la clase?

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La estatura no es una enfermedad, sino una peculiaridad de cada persona. El hecho de que un ni?o tenga talla baja ¡°no significa, necesariamente, que haya una enfermedad, ni mucho menos. Es m¨¢s, las dos causas principales son la talla baja familiar y el retraso constitucional del crecimiento y desarrollo porque son menores que alcanzan la pubertad m¨¢s tarde de lo habitual o que dan el estir¨®n m¨¢s tarde. De este modo, hay algunos que, pese a que siempre son bajitos si los comparamos con los de su edad, siguen un ritmo de aumento de peso y talla normales. Eso no ha de preocuparnos, pero s¨ª el hecho de que haya una disminuci¨®n de la velocidad de crecimiento y tambi¨¦n de peso¡±, explica Iv¨¢n Caraba?o, pediatra y editor de la Revista de Pediatr¨ªa de Atenci¨®n Primaria.

Los pediatras consideran que un ni?o tiene baja estatura tras comparar su talla con respecto a lo que miden los ni?os de su misma edad y sexo en su poblaci¨®n de referencia. En algunos casos, la baja estatura del ni?o puede ser el indicativo que apunte a cuestiones como ¡°la enfermedad cel¨ªaca, que se presenta en un 10% de los casos de talla baja. El pediatra de cabecera es quien decidir¨¢ si inicia un estudio al respecto y si es necesario derivar al ni?o a un especialista en endocrinolog¨ªa infantil. El pediatra de cabecera del ni?o y la enfermera del centro de salud van a ser los primeros en detectar si hay un problema real, ya que a trav¨¦s del programa de las Revisiones del Ni?o Sano que aplican, se va a evaluar la velocidad de crecimiento y ganancia de peso¡±, explica Caraba?o.

Ense?ar a los ni?os a respetar las diferentes estaturas

Educar a los ni?os para que sean respetuosos con el aspecto f¨ªsico pasa por ¡°ense?arles desde peque?os que hay personas de distinto color de piel o de pelo, as¨ª como con pesos y tallas dispares. Esta diversidad f¨ªsica es una caracter¨ªstica normal de la especie humana. Lo importante es, en primera instancia, ser consciente de que esa diferencia suele ser la traducci¨®n de una normalidad. Es decir, la mayor parte de los ni?os bajitos son normales, porque es normal ser bajito¡±, a?ade el pediatra Iv¨¢n Caraba?o.

Cada ni?o crece a un ritmo diferente. ¡°Existen muchos ni?os que durante su desarrollo crecen por debajo de la media y tienen parones. En ocasiones, los hay que lo hacen por encima de la media, pero, lo normal, es que al finalizar su desarrollo la estatura sea acorde a la talla gen¨¦tica. Se trata de ni?os maduradores tard¨ªos o tempranos, que son solo variantes de la normalidad. Es cl¨¢sico, el ni?o que de peque?o es muy bajito, pero que finalmente acaba siendo mucho m¨¢s alto que los de la mayor¨ªa de su clase. En el crecimiento y desarrollo del ni?o intervienen factores gen¨¦ticos y ambientales. El objetivo no debe ser que sean perfectos, altos y delgados, sino que crezcan felices y sanos. La diversidad es tan natural como la vida misma¡±, aclara Francisco Pelayo, endocrin¨®logo pedi¨¢trico del Hospital Universitario Quironsalud Madrid.

El crecimiento de los ni?os depende de diversos factores. ¡°Se trata de una proceso biol¨®gico complejo que resulta de m¨²ltiples interacciones entre factores end¨®genos, como los gen¨¦ticos, hormonales o metab¨®licos y de factores ex¨®genos, como la alimentaci¨®n o el ejercicio f¨ªsico que se practica. Es dif¨ªcil conocer la importancia relativa de cada uno de ellos, pero se estima que la talla de un individuo adulto depender¨¢ de los factores end¨®genos en un 50%¡±, comenta Pelayo.

Cuando el ni?o es muy alto

Los padres se preocupan m¨¢s en general cuando su hijo es bajito que cuando es muy alto. ¡°Por regla general, preocupa mucho la talla baja, pero no el ni?o con estatura alta, que salvo en un m¨ªnimo porcentaje, tienen familiares altos. As¨ª que de padres grandes, hijos iguales. Los ni?os altos, raramente, padecen problemas concretos de salud, como una producci¨®n excesiva de hormona de crecimiento. Pero, tanto en el caso de los altos como en el de los bajos, hay que velar porque no tengan problemas de autoestima y para que se acepten tal y como son¡±, concluye Iv¨¢n Caraba?o, pediatra y editor de la Revista de Pediatr¨ªa de Atenci¨®n Primaria.