Jardines de interior en Madrid para refugiarse del calor este verano
Enclaves verdes que invitan a tomarse un respiro, incluso un tentempi¨¦, durante el t¨®rrido est¨ªo madrile?o. Se esconden en centros culturales, hoteles, restaurantes, museos o incluso en tiendas
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La conquista de las azoteas invita a dar paso a la de los interiores frondosos en Madrid. Son rincones en forma de patio o simplemente como una zona ajardinada que conceden un respiro en una ciudad de escasas zonas verdes y arquitectura tan dispar. Se engendran en las tripas de alg¨²n edificio, y son un refugio en horas tempranas o tard¨ªas del d¨ªa en mitad del t¨®rrido est¨ªo capitalino. Ante la opci¨®n de la escu¨¢lida sombra urbana de los estrechos techos madrile?os, est¨¢ la de dejarse caer por estos vergeles donde contemplar una obra de arte, tomar un tentempi¨¦ o incluso dedicar un rato a la lectura.
El uso del espacio p¨²blico es siempre un espinoso tema de debate y entre las razones que justifican la existencia de estos oasis est¨¢n las de contribuir al recreo y el mundo verde. M¨¢s all¨¢, hay proyectos urbanos por doquier, como el Gary Comer South Center en Chicago (EE UU), un inmenso huerto cooperativo en un centro educativo cultivado por j¨®venes. De ah¨ª, a la azotea del Teatro Casino, que fue pionero en Nueva York, o el hotel Park Royal, en Singapur, que mezcla arquitectura y formas org¨¢nicas. Por ellos pululan desde empollones del ocio a turistas desorientados. Este es un repaso a los m¨¢s top de Madrid, sin olvidarse de llevar el abanico.
Fundaci¨®n Juan March: esculturas, refrescos y libros
Entre esculturas y una biblioteca de cuento en un rinc¨®n con m¨¢s de 1.000 libros de pr¨¦stamo gratuito, es posible pasar un buen rato en el Patio de Esculturas del edificio que alberga la Fundaci¨®n Juan March (calle Castell¨®, 77). Sin hacer ruido, es uno de los centros m¨¢s activos de la ciudad, con exposiciones, conciertos y conferencias. Escondido y sobre la arena, a los pies del eminente edificio que proyect¨® el arquitecto Jos¨¦ Luis Picardo en 1975 en el noble barrio de Salamanca, se asientan 1.700 metros cuadrados de patio. Lo sorprendente son sus puertas de bronce con membranas. Tambi¨¦n la obra escult¨®rica en forma de caracola de Mart¨ªn Chirino (expuesta a modo de chupa-chups) o una estructura enraizada de Gustavo Torner, que invita a la reflexi¨®n existencial.

M¨¢s all¨¢, una p¨¦rgola de enredaderas concede sombra e invita a tomar un refresco con bizcocho de zanahoria en la barra (abierta de 9.00 a 20.00). Seguidamente, puede uno adentrarse en el cub¨ªculo de La Biblioteca del Patio, un escondite entre libros. Conviene no irse sin visitar el setentero Caf¨¦ de la March (tambi¨¦n con pr¨¦stamo), en la planta baja, y el guernica del madrile?o Joaqu¨ªn Vaquero Turcios, en el hall que da al auditorio.
Brownie Hermosilla: inspiraci¨®n parisina
Los jardines en habit¨¢culos son una costumbre que viene de antiguo y sus or¨ªgenes se remontan a Mesopotamia y sus templos o zigurats; tambi¨¦n, a la antigua Roma y la tradici¨®n oriental. Serv¨ªan para cultivar, rebajar la temperatura ambiental o deleitarse. La cosa hoy no ha cambiado mucho, pero se a?ade el principio sostenible, donde normalmente no tiene cabida el pl¨¢stico. En el buc¨®lico patio de la cadena de moda juvenil femenina Brownie (Hermosilla, 26), sin salir del barrio de Salamanca, uno se siente en Par¨ªs. Al patio y la tienda se accede por un pasadizo verde. Acoge una caseta con hamacas y una bancada donde tomar algo de la original cafeter¨ªa situada en la planta alta de la tienda, mientras se alargan las compras. El brownie es la especialidad, y hay caf¨¦, t¨¦ o limonada.
Hotel Santo Domingo: el mayor jard¨ªn colgante
Casi todos los jardines de interior tienen algo en com¨²n: son la traslaci¨®n del esp¨ªritu del edificio. Nos adentramos en el centro de la capital hasta el hotel Santo Domingo, situado en la ensenada de cemento que le da nombre, a un paso de Callao. Su iluminaci¨®n nocturna atrae todas las miradas. Tambi¨¦n su sofisticado jard¨ªn colgante ¡°hidrop¨®nico¡± (sin tierra como soporte) de 20 metros de altura, con 2.500 incrustaciones verdes formadas por 260 variedades de peque?os ¨¢rboles, arbustos y plantas en flor engarzados a lo largo de su recorrido. Se sit¨²a en un patio interior de v¨¦rtigo y lo recorre de arriba abajo una cascada que lleva agua reciclada de los ba?os y duchas del hotel. No existe fumigado para sanear este curioso ejercicio de paisajismo, sino insectos depredadores.
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La propuesta choca en un entorno tan urbano. Una buena perspectiva se obtiene desde el balc¨®n de la cuarta planta, tomando el ascensor. Tambi¨¦n desde su ventilado restaurante de cristaleras en la azotea, con vistas a las torres de la plaza de Espa?a. Este proyecto de ¡°eco-arte¡±, como lo tildan en su p¨¢gina web, de 850 metros de superficie, es obra del arquitecto F¨¦lix Gonz¨¢lez Vela. Inspirado en los jardines de Babilonia, el espacio ostenta un r¨¦cord Guinness 2011 al jard¨ªn vertical m¨¢s grande del mundo.
The Madrid Edition: Per¨² en el invernadero
Ambici¨®n e imaginaci¨®n van de la mano tambi¨¦n en el mundo del paisaje interior. No muy lejos del Santo Domingo, cerca de la Puerta del Sol y frente a uno de los grandes centros comerciales, se encuentra otro nuevo alojamiento de lujo de 200 habitaciones, The Madrid Edition (plaza del Celenque, 2), que lleva el sello del arquitecto brit¨¢nico John Pawson. Sobre todo, en su enraizada escalera de m¨¢rmol en la zona de acceso. En la cuarta planta se esconde Oroya (de 12.00 a 00.00), un restaurante peruano con platos de Diego Mu?oz, concebido a modo de invernadero, con estructuras de acero y plantas trepadoras entre paneles de colores. Un vergel que invita al recreo. Anexa est¨¢ The Roof, la estupenda y frondosa terraza vecina con sol¨¢rium y sesiones de DJs, como la de Sunset Lovers (de 18.00 a 22.00). Sirven c¨®cteles, helados y aperitivos que van de ostras a tablas de quesos, pasando por croquetas de aj¨ª de gallina.
Los jardines de hotel en la capital no son un invento nuevo. Los hay con solera: desde el de Relais & Ch?teaux Orfila (Orfila, 6) al Santo Mauro (Zurbano, 36) o el del Mandarin Oriental Ritz (plaza de la Lealtad, 5), junto al Museo del Prado.
Raimunda: un oasis latino
Tambi¨¦n la apuesta de alg¨²n restaurante es la frondosidad, como el del Palacio de Linares (plaza Recoletos, 2), el famoso palacete enclavado en la plaza de Cibeles. Acoge la Casa de Am¨¦rica y tambi¨¦n el restaurante Raimunda, donde degustar platos fusi¨®n latina con sabores de los dos continentes en forma de tacos o una lasa?a de rabo de toro (precio medio del cubierto, 40 euros). Del techo cuelgan helechos y el local est¨¢ presidido por un ex¨®tico fresco de una mujer latina entre plantaciones. Lo mejor es la bella terraza anexa amueblada, con vegetaci¨®n natural, para tomar un pisco sour o un mojito criollo (con ron, menta, canela, lima, soda y angostura).

M¨¢s all¨¢, hacia la Puerta del Sol, otros rincones ajardinados son los del edificio-tienda de maletas Salvador Bachiller (Montera, 37), con dos restaurantes y una bonita azotea, El Jard¨ªn de Salvador Bachiller, para cenar o tomar un c¨®ctel ex¨®tico. Tambi¨¦n en el centro, es buena idea acercarse a tomar una cerveza en el patio de La Tita Rivera (P¨¦rez Gald¨®s, 4), esquina con la comercial calle de Fuencarral.
Colegio de Ingenieros de Caminos: creando futuro y sombra
M¨¢s all¨¢ de las tendencias, y a falta de espacio urbano, los jardines de ciudad brotan en patios, terrazas y azoteas. En el barrio de Almagro se esconde otro patio interior secreto, que es parte de su encanto. Est¨¢ orientado a eventos y cuenta con una cafeter¨ªa anexa con desayuno castizo, compuesto de un caf¨¦ y una porra o dos churros (de 8.00 a 12.30; 2,90 euros). Tambi¨¦n sirven men¨²s en el restaurante (13.00 a 16.00; 15 euros). Entre las estructuras cl¨¢sicas, que incluyen una balconada a un lado y al otro, la pared frontal que da al auditorio y la estupenda sala de exposiciones, el patio del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos (Almagro, 42) seduce con dos bellos ¨¢rboles de kilom¨¦trica altura.
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Otros espacios impregnados de cultura son el rom¨¢ntico Caf¨¦ del Institut Fran?ais (Marqu¨¦s de la Ensenada, 12; reabre el 28 de agosto), que abri¨® la veda de las cafeter¨ªas interiores y ofrece desayunos con tarta casera (3 euros) y men¨²s (a 14,60) con ratatouille o croque Monsieur (el famoso s¨¢ndwich franc¨¦s). O tambi¨¦n el Goethe-Institut (Zurbar¨¢n, 21; reabre el 19 de agosto) con la Cafeter¨ªa Berl¨ªn y una miniselva.
Museo Sorolla: aromas del Generalife
Una ¨²ltima opci¨®n donde refugiarse: el delicioso Museo Sorolla (General Mart¨ªnez Campos, 37), dedicado a Joaqu¨ªn Sorolla, el artista valenciano ¡°arquitecto de jardines¡±, seg¨²n la pinacoteca. Desde 1911, fue su residencia familiar y acoge en Chamber¨ª un repertorio de sus obras mediterr¨¢neas en un encuadre urbano. Merecen tambi¨¦n la pena sus zonas ajardinadas, creadas por ¨¦l e inspiradas en el Alc¨¢zar de Sevilla, el Generalife de la Alhambra y las domus romanas. Conviene deleitarse con sus esculturas, columnas, azulejos, ¨¢rboles (naranjos y almendros) y flores (rosas, lirios...). El autor Enrique Varela Ag¨¹¨ª relata en Los jardines de la casa Sorolla su proceso de creaci¨®n.

Otros interiores frondosos son los del modernista Palacio de Longoria (Fernando VI, 4; sede de la SGAE, con el patio dedicado a la p¨®stuma directora de cine Ana Diosdado) o la Casa Museo de Lope de Vega (Cervantes, 11), entre abalorios del dramaturgo del Siglo de Oro. En el C¨ªrculo de Bellas Artes (Alcal¨¢, 42) ha brotado un ¡°refugio clim¨¢tico¡± hasta el 8 de septiembre en su Sal¨®n de Baile. Cuenta con mobiliario de Basurama, plantas del Vivero de Estufas del Retiro, actos y talleres. No hay verano sin regadera.
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