Desprendernos de la mochila del pasado mejora nuestra salud
Recuerda olvidar, libera tiempo y espacio para vivir
Muchas personas viven con el pasado a cuestas. Recuerdan aquello que tuvieron y han perdido, las cosas que salieron mal, los amigos que los decepcionaron, los amores que no pudieron ser. Una carga as¨ª roba mucho espacio al presente, que es el ¨²nico tiempo en el que podemos vivir de forma proactiva. Sobre esto, el psiquiatra Enrique Rojas dice: ¡°La felicidad consiste en tener buena salud y mala memoria¡±. De hecho, parece haber una estrecha relaci¨®n entre ambos, a juzgar de c¨®mo viven los m¨¢s longevos del mundo, como veremos a continuaci¨®n.
Antes de la pandemia, entre las zonas identificadas por Dan Buettner, autor y educador norteamericano, destacaba la isla de Okinawa. Sorprende que justamente sea la prefectura m¨¢s pobre de Jap¨®n, con peores infraestructuras y sueldos m¨¢s bajos, donde haya m¨¢s centenarios. Un lugar, adem¨¢s, donde la mochila del pasado deber¨ªa ser pesada, ya que la batalla de Okinawa se sald¨® con 110.000 muertos, muchos civiles.
El peaje que dej¨® la II Guerra Mundial en esta parte de Jap¨®n fue notorio. Hoy en d¨ªa, el Ej¨¦rcito estadounidense mantiene a¨²n 20.000 personas en la base a¨¦rea de Kadena, que encierra algunas de las mejores playas del pa¨ªs. A esta presencia de las antiguas fuerzas de ocupaci¨®n hay que sumar los estadounidenses que se han establecido en la isla por otras razones. Muchos llegaron atra¨ªdos por el surf o por el clima subtropical y han acabado qued¨¢ndose. Algunos se han casado con okinawenses, han aprendido japon¨¦s y se han integrado en la cultura local.
?C¨®mo son recibidos estos gaijin ¡ªextranjeros¡ª por los naturales de la isla? En cualquier otra parte del mundo, con esta historia ser¨ªa esperable un clima de rechazo o al menos de resentimiento. No es en absoluto as¨ª, como se?alaba Adam Lewis, un fot¨®grafo afincado en la isla, en un reciente viaje que hice para un documental: ¡°Creo que un gran secreto de los okinawenses para vivir tanto tiempo es su filosof¨ªa del perd¨®n. No solo han sabido perdonar todo lo que sucedi¨®, sino que te acogen como a un amigo¡±. Sobre esto ¨²ltimo, en la cultura de Okinawa rige el lema Ichariba choodee, que suele traducirse como ¡°una vez nos hemos conocido, pasamos a ser hermanos¡±. Este sentimiento de fraternidad, sumado a su capacidad para pasar p¨¢gina, son dos factores clave para una existencia larga y optimista. ?C¨®mo podemos aplicar nosotros este olvido sanador a nuestra vida?
Perdonando el pasado. Eso incluye tanto las afrentas recibidas o las calamidades que hayamos sufrido como los propios errores que creamos haber cometido. Como afirma un pasaje del Cor¨¢n: ¡°Para Dios no cuenta lo que has sido, sino lo que ser¨¢s a partir de ahora¡±.
Enfoc¨¢ndonos al presente y al futuro. El mayor ant¨ªdoto contra la culpa, el resentimiento o la ira, todos relacionados con el pasado, es poner nuestra energ¨ªa en construir la vida tal como deseamos que sea. Ello implica salir de la victimizaci¨®n y actuar como agentes activos de nuestra existencia.
Comprendiendo que las cosas no sucedieron de un ¨²nico modo. Seg¨²n la experta en escritura terap¨¦utica Silvia Adela Kohan, ¡°lo biogr¨¢fico es solo un subg¨¦nero de la ficci¨®n¡±, ya que nuestros recuerdos son selectivos ¡ªdescartamos unas cosas y destacamos otras¡ª y, adem¨¢s, se deforman con el tiempo. Esto explica por qu¨¦ un mismo hecho es evocado de forma distinta por dos personas.
Priorizando el bienestar. En su We Can Work It Out los Beatles cantaban: ¡°La vida es muy breve y no hay tiempo para quejarse y pelearse¡±. Las tensiones sobre lo que sucedi¨® son una fuente de estr¨¦s y potencial enfermedad. Mantener el enfado supone llevar con nosotros el fardo a todas partes. Para nuestra salud f¨ªsica y mental, es m¨¢s importante vivir tranquilo que llevar raz¨®n.
El pasado puede ser un ejercicio de nostalgia cuando nos recreamos en recuerdos agradables, y tambi¨¦n una ense?anza provechosa, ya que nos ha tra¨ªdo hasta aqu¨ª. Pero como dec¨ªa Buda, no tiene ning¨²n sentido cargar con la barca cuando has alcanzado la otra orilla. Lo que nos corresponde ahora es caminar y explorar nuevas posibilidades.
Por todo ello, recuerda olvidar.
Francesc Miralles es escritor y periodista especializado en psicolog¨ªa.
Las dos emociones del pasado
¡ª Hay cuatro emociones b¨¢sicas que rigen nuestra vida, aunque el psic¨®logo social Paul Ekman las ampli¨® a seis, incluyendo la sorpresa y el asco, y cada una de ellas se relaciona con un tiempo determinado. El miedo pertenece al futuro y la alegr¨ªa al presente. Las otras dos est¨¢n ancladas al pasado:
¡ª La ira pone en tensi¨®n los m¨²sculos, que se preparan para la lucha, mientras se acelera el ritmo cardiaco y respiratorio. Liberamos adrenalina y noradrenalina, que se traduce en estr¨¦s y agotamiento. Muchas veces surge por la interpretaci¨®n de algo que ha sucedido de manera distinta a nuestras expectativas.
¡ª Tristeza. Suele apuntar a una p¨¦rdida: de un ser querido, de un objeto o estatus, incluso de la ilusi¨®n o ganas de vivir. Aquello que fue y ya no es nos sume en un pesado letargo y pasividad, anulando nuestro presente. Cuando el duelo por lo perdido se prolonga m¨¢s all¨¢ de lo razonable, puede derivar en una depresi¨®n.
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