Jane C. Ginsburg, experta en propiedad intelectual: ¡°No estamos preparados para aceptar la idea de que la m¨¢quina sea el autor¡±
Esta profesora de la Universidad de Columbia, hija de la jueza del Tribunal Supremo de EE UU e icono feminista Ruth Bader Ginsburg, reflexiona sobre los debates abiertos por la nueva tecnolog¨ªa
A finales del siglo XIX, en los albores de la fotograf¨ªa, se produjo un fuerte debate sobre si lo que hac¨ªan los fot¨®grafos ten¨ªa autor¨ªa o no, ya que, al fin y al cabo, era una m¨¢quina la que produc¨ªa la imagen. La cuesti¨®n lleg¨® hasta el Tribunal Supremo de Estados Unidos, que decidi¨® que, ¡°aunque en la creaci¨®n interviniera una m¨¢quina, la obra mostraba unas ideas en la mente del autor a las que se da expresi¨®n visible, por lo que no es solo una idea, sino tambi¨¦n la forma de plasmarla¡±, explica Jane C. Ginsburg (Nueva York, 68 a?os), profesora de la Universidad de Columbia experta en propiedad intelectual. Lo hace cuando se le pregunta por los retos que plantea en su campo la inteligencia artificial (IA) generativa, esa maquinaria capaz de producir resultados nuevos, distintos, a partir de lo que ha aprendido. ¡°La IA ha hecho que los abogados de copyright vuelvan a pensar en los principios b¨¢sicos¡±, a?ade la jurista, hija de Ruth Bader Ginsburg (1933-2020), la m¨ªtica abogada defensora de los derechos de las mujeres y jueza del Tribunal Supremo de Estados Unidos. Ginsburg particip¨® a mediados de marzo en unas jornadas organizadas en Madrid por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) sobre el impacto de esas nuevas tecnolog¨ªas inteligentes en la propiedad intelectual de las industrias culturales.
Siguiendo el hilo del ejemplo de la autor¨ªa del fot¨®grafo, ?qui¨¦n ser¨ªa el autor de un producto salido de una IA generativa? ?La persona que aprieta el bot¨®n?
?Qu¨¦ significa hacer una fotograf¨ªa? ?Es simplemente apretar el bot¨®n? En el caso original [que dirimi¨® el Supremo estadounidense, sobre una famos¨ªsima foto de Napoleon Sarony a Oscar Wilde], el autor no apret¨® ¨¦l mismo el bot¨®n: ten¨ªa un operador de c¨¢mara. Pero ¨¦l hab¨ªa preparado la iluminaci¨®n y todo lo dem¨¢s [el escenario, la ropa, el atrezo, la postura¡], lo que sugiere que el hecho de qui¨¦n hace la foto no puede limitarse al mero acto de pulsar el bot¨®n.
Entonces, ?con la IA habr¨ªa que ver, caso por caso, qui¨¦n es el autor?
Bueno, para empezar, con la IA generativa no hay que pulsar ning¨²n bot¨®n. Hay instrucciones, y las instrucciones pueden ser m¨¢s o menos espec¨ªficas. La Oficina del Derecho de Autor [de Estados Unidos] est¨¢ tratando de determinar en qu¨¦ momento la intervenci¨®n de la persona que da la orden es suficiente para superar la naturaleza aleatoria de los resultados. Hasta ahora, en ninguno de los casos que se han estudiado en los tribunales el autor ha sido capaz de demostrar que su acci¨®n tuviera una influencia determinante. Ahora mismo, el proceso es muy aleatorio. Incluso, con las mismas instrucciones, puedes obtener un resultado distinto cada vez.
?Por el algoritmo?
Eso es. El algoritmo no funciona siempre de la misma manera. Hay mucha aleatoriedad. De hecho, si doy las mismas instrucciones un d¨ªa despu¨¦s, obtendr¨¦ algo diferente.
Entonces, al menos de momento, ?esto significa que la m¨¢quina es el autor?
Bueno, no. Estamos diciendo que los procesos son demasiado aleatorios para que sea posible decir que el autor es el usuario. ?Significa eso que el autor es la m¨¢quina? Tampoco. ?Lo son las personas que programaron la m¨¢quina? ?Las que obtuvieron los datos para entrenarla? ?Las que crearon el modelo? En este caso, el problema es que ellos no tienen ni idea de c¨®mo se van a utilizar esas herramientas. En ambos casos, el proceso es demasiado aleatorio, as¨ª que nadie puede ser el autor. Es diferente cuando uno y otro son la misma persona; por ejemplo, hay artistas que crean datos de entrenamiento y luego instruyen a la m¨¢quina para producir algo.
?Estamos preparados para hablar de la autor¨ªa de una m¨¢quina o solo puede ser autor un ser humano?
Creo que no estamos preparados para aceptar la idea de que la m¨¢quina sea el autor. S¨ª estamos preparados para aceptar la autor¨ªa asistida por una m¨¢quina. Y eso existe desde hace mucho tiempo. Lo que intenta la Oficina del Derecho de Autor es que las personas que quieren registrar obras con alg¨²n componente de IA expliquen muy bien qu¨¦ hicieron para que el resultado fuera el que fue.
Todo esto se refiere al resultado final del proceso, pero en el otro extremo, en la parte de c¨®mo se entrena la IA generativa, c¨®mo ¡°aprende¡± la m¨¢quina, con qu¨¦ materiales, tambi¨¦n hay un gran conflicto. The New York Times ha demandado a OpenAI (creadora de ChatGPT) y Microsoft (su matriz) por haber utilizado millones de sus art¨ªculos para entrenar chatbots que ahora compiten con el diario. ?C¨®mo cree que acabar¨¢ esta demanda?
Bueno, creo que detr¨¢s de la demanda hay un proceso de negociaci¨®n. En todo caso, la demanda en s¨ª probablemente tenga la mejor redacci¨®n hasta ahora [en estos casos], porque en los anteriores los demandantes no pudieron demostrar que las m¨¢quinas les copiaban. Pero el Times s¨ª lo ha dejado muy claro. Ahora, la controversia se da en torno a que solo una parte muy peque?a de los resultados que produce la m¨¢quina se pueden considerar una copia [como respuesta a algunas preguntas, ha ofrecido textos exactos a los del diario]. Pero creo que eso da igual, porque queda claro que todo ese material fue copiado desde el principio para el entrenamiento.
Entonces, ?el problema es que los datos para entrenamiento de la IA se obtuvieron sin permiso?
Yo creo que s¨ª. Pero hay quien no est¨¢ de acuerdo, porque aseguran que no importa, que si est¨¢s haciendo copias de contenidos que est¨¢n disponibles en internet lo que deber¨ªa contar no es la entrada, sino la salida. Que si copias obras para aprender c¨®mo es un cuadro de Mir¨®, y lo que produces no es una copia, sino una imagen inspirada en Mir¨®, eso no infringe los derechos de autor. Y, por tanto, si el resultado no infringe, el origen quedar¨ªa tambi¨¦n excusado. Eso es lo que argumentan, pero obviamente no est¨¢ claro. Sin contar adem¨¢s que tambi¨¦n hay un problema de adquisici¨®n il¨ªcita.
?Y no se podr¨ªa argumentar que eso es lo que ha hecho siempre el ser humano? Esto es, crear cosas nuevas a partir de todo lo que sabe, construido a partir de todo lo que ha escuchado, visto y le¨ªdo, buena parte de lo cual, evidentemente, goza de derechos de autor.
Rechazo esa analog¨ªa. Porque un ser humano no es una m¨¢quina. Estas m¨¢quinas hacen copias, pero no una, sino a una escala muy muy grande. Y creo que es una diferencia significativa. Por ejemplo, si eres un estudiante de arte que mira Las meninas porque quieres estudiar a Vel¨¢zquez y hacer tus propias variaciones sobre el cuadro, puedes hacer bocetos. Nadie va a considerar que eres un infractor de los derechos de autor por hacer tus bocetos privados de estudio. Pero estos sistemas lo est¨¢n haciendo de forma masiva.
?Todos los productos salidos de estas m¨¢quinas son copias?
?Se refiere al resultado?
S¨ª.
El resultado puede o no ser, literalmente, una copia, como vimos con The New York Times. Puede ser una copia alterada, como ha ocurrido con fotos de Getty Images. O puede ser realmente una nueva creaci¨®n basada en lo que el sistema ha aprendido. Hay muchas fotos de botellas y la m¨¢quina puede generar la imagen de una que puede no estar copiada o, al menos, puede no tener nada reconocible en ninguna otra imagen fuente, porque ha visto antes cientos de botellas que le permiten hacer su propia representaci¨®n. Creo que a los defensores de la IA y a los empresarios les gustar¨ªa que crey¨¦ramos que todo lo que hace el sistema es como esa botella, que la m¨¢quina simplemente est¨¢ aprendiendo y generando de forma nueva e independiente una imagen o palabras o m¨²sica que no es sustancialmente similar a ninguna de las obras fuente. Y eso puede ser cierto a veces, pero no parece serlo todo el tiempo.
Entonces, ?habr¨¢ que ir caso por caso para ver si es as¨ª?
Bueno, eso depende. Si tu an¨¢lisis de los insumos gira en torno a los resultados, s¨ª, habr¨¢ que ir caso por caso. Pero olv¨ªdate del resultado; es la copia en la fase de entrada lo que constituye una infracci¨®n independiente. Y el hecho de que los resultados sean o no ilegales no oscurece el hecho de que ya existe un mercado de licencias de datos de entrenamiento [a los que las empresas pueden recurrir para obtenerlos de forma legal; de hecho, OpenIA, creadora de ChatGPT, ya ha llegado a acuerdos con varias empresas informativas].
Pero si no est¨¢ clara la autor¨ªa, ?qui¨¦n est¨¢ haciendo la copia?
Por el lado de la entrada, es una pregunta m¨¢s f¨¢cil que por el lado de la salida. En el primer caso, es probable que el empresario que est¨¢ reuniendo los datos de entrenamiento es el que copia. En el lado del resultado es m¨¢s dif¨ªcil porque, en primer lugar, usted puede tener un mont¨®n de gente diferente pidiendo resultados. ?Consideramos que pueden ser responsables por pedir un producto, o por el sistema que hizo posible que el usuario pidiera un producto infractor? Y la respuesta a ambas puede ser s¨ª, pero es m¨¢s complicado.
?Cree que la reci¨¦n aprobada norma europea sobre la IA va a aclarar algunos de estos puntos oscuros?
No lo s¨¦, no he estudiado el texto.
Obliga a las empresas, por ejemplo, a publicar res¨²menes detallados de los contenidos utilizados para la formaci¨®n.
La obligaci¨®n de transparencia me parece muy importante, algo a lo que por cierto se est¨¢n resistiendo en Estados Unidos.
Dejando por un momento a un lado la parte legal, ?le dan miedo algunos de los cambios que la IA puede traer consigo? Por ejemplo, creo que hay actores en su familia, ?les da miedo quedarse sin trabajo?
Bueno, mi hijo hace muchos trabajos de voz, y creo que son este tipo de actores los que est¨¢n m¨¢s en peligro. De hecho, mi hijo ha intentado organizarse con los compa?eros del sector para asegurarse de que no firmen nada en sus contratos que autorice al productor a hacer con su voz cosas distintas al trabajo para el que han sido contratados. A los actores les preocupa que los productores de cine y de discos quieran hacer algo m¨¢s que reconstruir sus voces como medida de emergencia; les preocupa que las r¨¦plicas simplemente los reemplacen. De eso iba la huelga de actores y guionistas del ¨²ltimo a?o.
?Los profesionales de industrias creativas deben tener mucho cuidado con lo que firman en sus contratos?
S¨ª.
?Y permanecer en alerta en los pr¨®ximos 5, 10 a?os?
Sin duda. Y deber¨ªan revisar tambi¨¦n los contratos que ya han firmado.
?Le importa que le haga algunas preguntas sobre su familia, sobre su madre?
Bueno, puede preguntar y ver¨¦ si contesto.
En un entorno familiar como el suyo, es f¨¢cil imaginar por qu¨¦ se interes¨® usted por el derecho. Pero, a la vez, dados los logros de sus padres en ese campo [no solo por los de su madre, pues su padre fue abogado especializado en derecho fiscal y ense?¨® en numerosas universidades], no parece una decisi¨®n f¨¢cil. ?C¨®mo fue?
En cierta medida, por falta de oportunidades en otras ¨¢reas, pero tambi¨¦n porque el derecho es interesante. Y me dediqu¨¦ a un ¨¢rea del derecho en la que ninguno de mis padres hab¨ªa trabajado.
?Le importa que le haga algunas preguntas sobre su infancia?
Quiz¨¢ mejor puedes hacer preguntas de otro tipo.
De acuerdo. ?Sobre los derechos de las mujeres?
Veamos.
Su madre tuvo que superar muchos obst¨¢culos para triunfar en un campo, el derecho, dominado mayoritariamente por hombres. Supongo que usted tambi¨¦n tuvo que superar algunos. ?Cree que las mujeres siguen teniendo que superar obst¨¢culos para triunfar en sus carreras que los hombres no?
S¨ª. No estoy segura de que haya mucha diferencia entre mi experiencia y la de mi hija [Clara Spera, tambi¨¦n abogada]. Sin duda, es muy diferente a la de mi madre. Cuando ella empez¨® Derecho, creo que era una de las nueve mujeres de una clase de 500 hombres. Cuando yo empec¨¦ ¨¦ramos alrededor de un 25% de mujeres, y cuando empez¨® mi hija, alrededor de la mitad. As¨ª que ha habido progresos en ese sentido. Mi madre tuvo muchas dificultades para que la contrataran por ser mujer, madre y jud¨ªa, pero tambi¨¦n sol¨ªa decir que, en algunos aspectos, el cierre de tantas puertas le llev¨® a abrir otras que quiz¨¢ no habr¨ªa probado si se hubieran abierto las primeras. Su buena amiga y colega Sandra Day O¡¯Connor, que fue la primera jueza del Supremo, sol¨ªa decir que si las mujeres hubieran tenido m¨¢s oportunidades en aquellos tiempos, probablemente las dos ser¨ªan socias jubiladas en bufetes de abogados y no juezas del Supremo. No estoy sugiriendo que sea una buena idea limitar las oportunidades de las mujeres con la esperanza de que unas pocas lleguen a la cima por un camino tortuoso. Pero creo que su experiencia fue ciertamente diferente de la m¨ªa, pues muy pocas veces he sentido que me estaba quedando fuera de un trabajo por ser mujer. Y creo que mi hija tampoco. Pero en el ¨¢mbito en el que son terribles los bufetes de abogados ¡ªy de hecho la sociedad americana en general¡ª es en el de la conciliaci¨®n. Y, por desgracia, las mujeres siguen siendo las principales responsables del cuidado de los ni?os. Eso significa que en mi ¨¦poca, pero tambi¨¦n en la de mi hija, las mujeres han tenido que hacer una doble jornada laboral: en el trabajo y luego en casa, cuidando a los ni?os, probablemente cocinando¡ Y no se trata solo de la abogac¨ªa, creo que es la sociedad en general. Es un gran problema que, particularmente en Estados Unidos, no tengamos ning¨²n tipo de sistema racional o asequible para el cuidado de los ni?os.
Aparte de los problemas de conciliaci¨®n, ?es la situaci¨®n de la mujer en Estados Unidos peor que hace 5 o 10 a?os?
Bueno, s¨ª, es mucho peor desde que [en junio de 2022] el Tribunal Supremo anul¨® Roe contra Wade [el pleito que en 1973 sent¨® el precedente legal para aceptar la interrupci¨®n voluntaria del embarazo] y priv¨® a las mujeres de autonom¨ªa, ya que en diferentes Estados se ha prohibido el aborto. Es verdad que, hasta cierto punto, eso ha creado un despertar pol¨ªtico, lo cual es, supongo, algo bueno, pero es malo que haya tenido que ocurrir en este contexto.
?Cree que tiene que ver con la llegada de Donald Trump, no solo a la Casa Blanca, sino a la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica?
No. Hay una situaci¨®n muy mala en muchos Estados. Yo vivo en Nueva York, donde una mujer no est¨¢ obligada a tener un hijo si no quiere. Pero en muchos otros Estados eso no es as¨ª. Y ahora hay un nuevo desaf¨ªo en el Supremo que podr¨ªa poner las cosas muy muy mal. [El tribunal] tiene que dirimir sobre la decisi¨®n de un juez de Texas que sostuvo que la Administraci¨®n de Alimentos y Medicamentos se equivoc¨® al aprobar el uso de una de las p¨ªldoras abortivas m¨¢s utilizadas en todo el pa¨ªs. Y si el Supremo confirma finalmente la decisi¨®n de los tribunales inferiores en ese caso, limitar¨¢ enormemente su uso en todo el pa¨ªs. Esta decisi¨®n tiene, de hecho, mayor trascendencia que la del aborto ¡ªy no es que el aborto sea un tema menor¡ª, porque desaf¨ªa la autoridad de las agencias administrativas federales, algo totalmente distinto, ya que, adem¨¢s de los derechos de la mujer, afecta a la propia estructura del Gobierno de Estados Unidos.
Uno de los candidatos a la presidencia de EE UU en las elecciones de este a?o se enfrenta a varios juicios por delitos graves. ?Cree que el sistema judicial va a salir perjudicado de alguna manera?
Creo que no soy competente para responder a eso. Ya veremos.
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