Un retiro r¨²stico entre olivos en El Perell¨®

Esta es la historia de la transformaci¨®n de una parcela r¨²stica en lo mismo pero hecho con mucha sensibilidad. Una de esas fincas rurales donde los domingos se va con la familia o los amigos a hacer paella, migas o lo que toque en cada sitio. Lugares de producci¨®n agr¨ªcola, que no son una casa de vacaciones y que normalmente no se habitan, pero que cuentan con una edificaci¨®n llamada a menudo eufem¨ªsticamente de aperos, donde algo de vida se hace, y que con el tiempo se fue ampliando y pas¨® a tener cocina, cuarto de ba?o y hasta piscina desmontable. A veces todo hecho de manera autoconstruida, sin prop¨®sito alguno de belleza, con pocos medios e, incluso, elementos de lo m¨¢s surrealista.

Ese fue el panorama que se encontr¨® Elena D¨ªaz-Morera (Barcelona, 51 a?os) cuando visit¨® por primera vez este bancal de olivos en El Perell¨® (Tarragona), que contaba con una peque?a casita, una edificaci¨®n que funcionaba como garaje y otra como taller y le?ero. En algunos lugares, como este tipo de construcciones ya llevan tanto tiempo asentadas en las fincas agr¨ªcolas, se permite intervenir lo ya construido, mientras no se ampl¨ªe o se pervierta el uso de la finca. De hecho, las de esta zona no tienen acometida de electricidad, solo de agua.

¡°Era la t¨ªpica huerta de campo un poco autoconstruida¡±, cuenta el arquitecto italiano Stefano Colli (Reggio Emilia, 58 a?os), quien se ha encargado de la renovaci¨®n. ¡°Nuestro trabajo ha consistido, sobre todo, en ordenarlo, actualizarlo y darle un sentido. Era un bancal de olivos y Elena enseguida supo apreciarlo. Ninguno de los dos quer¨ªamos algo excesivamente dise?ado, sino embellecer un lugar que ya de por s¨ª ten¨ªa un encanto. As¨ª que fuimos con el freno pisado en todo momento para mantener su car¨¢cter y cumplir con la normativa municipal¡±.

¡°Yo buscaba algo que no me pesara, que fuera muy ligero y que estuviera en la naturaleza y no lejos del mar. Una propiedad de f¨¢cil mantenimiento y relativamente cerca de Barcelona, porque si no, acabas no yendo¡±, apunta Elena. ¡°Tambi¨¦n quer¨ªa que estuviera en un sitio in¨¦dito para m¨ª. Hab¨ªa venido tres o cuatro veces y me hab¨ªa parecido una zona a¨²n un poco salvaje, donde nadie parec¨ªa estar sosteniendo un decorado, como pasa en otros lugares a las afueras de Barcelona. Solo el camino entre olivos para llegar hasta aqu¨ª ya me entusiasm¨®¡±, relata Elena.

La destreza para visualizar la transformaci¨®n que podr¨ªa sufrir el lugar hay que tenerla, o haberla cultivado. El olivar estaba a punto de dar, asimismo, un giro in¨¦dito. El segundo apellido de Elena D¨ªaz-Morera es Vent¨®s. A muchos quiz¨¢ no les diga nada, pero a quienes hayan trabajado en el mundo del interiorismo, seguro que s¨ª. Su madre es Marta Vent¨®s, quien tuvo en Barcelona el m¨ªtico showroom Arkitektura (donde hoy est¨¢ Minim). Elena, de hecho, durante un tiempo tambi¨¦n ten¨ªa su propia distribuidora de firmas de mobiliario contempor¨¢neo, K Difusion. Aparte, fue una de las fundadoras de las desa?parecidas tiendas de alimentaci¨®n ecol¨®gica Obbio.

Elena D¨ªaz-Morera se ha reinventado y cambiado de vida varias veces, en ocasiones de manera forzosa y dolorosa: separaci¨®n, proyectos que no funcionaron¡­ Pero transmite una potente energ¨ªa de sentirse reconciliada con la vida. Ha empezado a estudiar Psicolog¨ªa casi a los 50 a?os y todos los d¨ªas va a clase en bici. Mientras nos ense?a su retiro de olivos, que casi es m¨¢s un lugar de proyecci¨®n interior que una mera posesi¨®n, su exmarido y sus hijos llegan de visita. ¡°A veces los cambios te traen cosas positivas, un gran aprendizaje y una gran transformaci¨®n. Siempre hay algo nuevo a lo que te abres, que viene a tu vida. Ahora me doy cuenta de que, a pesar del dolor, los cambios tienen mucho valor. Aunque se est¨¦ sufriendo y se tenga sensaci¨®n de p¨¦rdida, tambi¨¦n hay mucho de creaci¨®n, de reinventarse y de libertad en todo ello. Pasas a aferrarte poco a las cosas. A surfear por encima de las olas¡±. De aqu¨ª, el car¨¢cter ligero que buscaba con esta propiedad.

Su relaci¨®n con la alimentaci¨®n ecol¨®gica le viene desde bastante joven. Uno de sus primeros trabajos fue como responsable de compras en la cadena de supermercados ecol¨®gicos Veritas. Esto fue mucho antes de que ella misma impulsara Obbio. Ambos trabajos la llevaron a conocer a muchos productores. As¨ª que terminar comprando un olivar, situado, adem¨¢s, en una comarca famosa por su miel, tiene su l¨®gica. Est¨¢ en proceso de hacer su propio aceite ecol¨®gico, porque todav¨ªa contin¨²a arreglando el olivar. Primero tuvo que rehacer todos los muros de los bancales, con la ayuda de un experto local, ya que estaban en muy mal estado. Despu¨¦s, plant¨® m¨¢s olivos al tresbolillo en los espacios que era posible. Madreselva, romero, tomillo y alcaparras completan la vegetaci¨®n del lugar.

La inversi¨®n en la recuperaci¨®n de los bancales ha sido mayor que la propia renovaci¨®n de las construcciones ya existentes. La principal intervenci¨®n fue mejorar el aislamiento de estas, ya que no hab¨ªan sido hechas pensando en su rendimiento y confort t¨¦rmico, tanto en verano como en invierno. ¡°Les incorporamos una capa muy gruesa de corcho y despu¨¦s la revocamos con unas mallas especiales que permiten aplicar revoco de cal al corcho. Despu¨¦s, simplemente se pint¨® de blanco¡±, explica Stefano Colli. Solo con esto, el cambio est¨¦tico ya fue contundente.

Por los mismos motivos se actualizaron tambi¨¦n todas las ventanas y aberturas, incluyendo carpinter¨ªas de madera de casta?o del Montseny, que le dan una mayor calidez a los espacios interiores. La distribuci¨®n de lo que hab¨ªa sido la casa principal se adapt¨® a las necesidades de Elena, pasando de cuatro habitaciones diminutas y muy oscuras a un dormitorio y un luminoso sal¨®n con cocina abierta. De este modo, cuando est¨¢ sola en la finca, solo utiliza este espacio. La otra construcci¨®n, que funcionaba como garaje, ahora es un pabell¨®n de invitados, y donde antes estaba el taller y el le?ero, ahora hay una lavander¨ªa y un almac¨¦n.

Por dentro, los acabados utilizados son muy sencillos y sobrios, con recursos que han retrotra¨ªdo el lugar a una arquitectura m¨¢s cercana a lo vern¨¢culo y preindustrial. ¡°No quer¨ªamos sofisticar demasiado el espacio. Quer¨ªamos mantener lo que nos hab¨ªamos encontrado: un lugar rural, bastante espartano. Ten¨ªamos una clara intencionalidad de sencillez¡±, apunta Stefano. ¡°En algunas cosas hemos hecho preciosidades, como en las carpinter¨ªas o en la inclusi¨®n de cer¨¢mica de La Bisbal en determinados puntos. Pero, en otras, se ha optado por acabados m¨¢s sencillos: suelos de cemento, techos en crudo solo pintados, tejados de teja ¨¢rabe donde antes hab¨ªa uralita¡­ Tambi¨¦n actualizamos las chimeneas, que las hizo un constructor al modo local, porque las que hab¨ªa ten¨ªan muy mala inercia¡±.

¡°Hacer o renovar una casa es un proceso que te interpela mucho, porque tienes que pensar c¨®mo vives, a qu¨¦ das prioridad, que es lo importante y lo que no¡±, reflexiona Elena. ¡°Mi madre nos ha inculcado a toda la familia un sentido de la armon¨ªa, el equilibrio y la belleza. Va en nuestro ADN. Aqu¨ª, he procurado ser un poco m¨¢s flexible, porque de mayor me he dado cuenta de que uno puede terminar por convertirse en esclavo de la perfecci¨®n de los espacios que habita¡±.