El olivo, delicioso compa?ero de viaje en un itinerario por ocho provincias
Un programa de oleoturismo une Andaluc¨ªa, Castilla-La Mancha, Extremadura y Catalu?a para descubrir un paisaje ¨²nico y adentrarse en la cultura milenaria del aceite de oliva. Un placer para los sentidos entre almazaras, haciendas y museos
Un paisaje de olivos que est¨¢ cerca de ser distinguido como patrimonio mundial de la Unesco y una cultura milenaria del aceite de oliva. Estos son los ingredientes principales de un recorrido lleno de aromas y de sensaciones a trav¨¦s de almazaras, haciendas y oleotecas en una ruta oleotur¨ªstica que se presenta ante el viajero como un verdadero placer para los sentidos. El oleoturismo, un producto en auge inspirado en las visitas a las bodegas vitivin¨ªcolas de La Rioja o la Ribera del Duero, propone un circuito con el olivo, en sus distintas variedades, como fiel compa?ero de viaje.
Federico Garc¨ªa Lorca fue uno de los muchos poetas que sucumbieron a la belleza de una estampa tan m¨¢gica: ¡°El campo / de olivos / se abre y se cierra / como un abanico. / Sobre el olivar / hay un cielo hundido / y una lluvia oscura / de luceros fr¨ªos¡±. Ese singular paisaje del olivar y la cultura del aceite de oliva son la raz¨®n de ser del programa de experiencias de oleoturismo que ha unido a ocho provincias repartidas por cuatro comunidades aut¨®nomas: Ja¨¦n, C¨®rdoba, Sevilla y Huelva (en Andaluc¨ªa); Ciudad Real (Castilla-La Mancha); Badajoz y C¨¢ceres (Extremadura) y Tarragona (Catalu?a). El programa, financiado con fondos Next Generation de la Uni¨®n Europea, trata de posicionar este producto tur¨ªstico tanto nacional como internacionalmente y atraer a viajeros interesados en conocer, experimentar, conectar y comprender la cultura del olivar, del aceite, el estilo de vida y las costumbres que caracterizan a quienes viven en estas zonas productoras.
En la provincia de Ja¨¦n, l¨ªder mundial con 66 millones de olivos esparcidos en una superficie de cerca de 600.000 hect¨¢reas, este tipo de turismo asociado a las almazaras y a la cultura ole¨ªcola empez¨® a fraguarse hace ya una d¨¦cada. Oleotour Ja¨¦n, la marca impulsada desde la Diputaci¨®n Provincial, re¨²ne cerca de 130 recursos tur¨ªsticos repartidos por la provincia entre restaurantes y almazaras visitables, spas, alojamientos singulares, oleotecas, empresas de cosm¨¦ticos, de servicios tur¨ªsticos, de catas del mejor AOVE (aceite de oliva virgen extra), museos y centros de interpretaci¨®n, empresas de artesan¨ªa de madera de olivo o cortijos y espacios singulares.
Los precursores del oleoturismo fueron los gestores de Ole¨ªcola San Francisco, en la localidad jiennense de Baeza. En 2010 decidieron abrir con fines tur¨ªsticos la almazara familiar de la vecina localidad de Beg¨ªjar. ¡°Mi padre, que era muy esc¨¦ptico, nos dec¨ªa que est¨¢bamos locos, que a qui¨¦n le pod¨ªa interesar visitar una f¨¢brica de aceite, pero hoy recibimos m¨¢s de 8.000 personas cada a?o¡±, explica Jos¨¦ Antonio Jim¨¦nez, el director de este complejo que invita a descubrir los secretos del llamado oro l¨ªquido con una inmersi¨®n directa en su historia, tradici¨®n, costumbres y formas de elaboraci¨®n.
Aceituneros por un d¨ªa en Baeza
Turistas de 60 pa¨ªses (con una devoci¨®n especial entre los asi¨¢ticos) llegan hasta este rinc¨®n de la comarca de La Loma para convertirse en aceituneros por un d¨ªa o vivir experiencias gastron¨®micas ligadas a la cocina aut¨®ctona. Talleres de tapas donde el visitante se coloca su mandil y aprende a elaborar una pipirrana jaenera, och¨ªos rellenos o salsa de miel con AOVE y romero. O disfrutar de una comida con el sello Degusta Ja¨¦n entre las prensas y capachos y de los aperitivos molineros con un buen tomate ali?ao, cerveza de aceituna y vino de la tierra.
Tambi¨¦n se ofertan servicios privados a medida, con desayunos, meriendas o lig¨¢s entre olivos. Tal es el ¨¦xito de esta iniciativa que Ole¨ªcola San Francisco ha logrado que los turistas lleguen antes a conocer su almazara que a visitar las cercanas ciudades patrimoniales de ?beda y Baeza, algo impensable hace unos a?os.
Sin salir de la provincia de Ja¨¦n, nos detenemos en la Hacienda Santa Cristina, en el valle de Ot¨ª?ar, una zona entremezclada de olivar y monte serrano en las cercan¨ªas de la capital jiennense. La empresa Cl¨¢ritas Turismo organiza rutas para todo tipo de grupos, que parten desde el v¨ªtor o mirador de Carlos III y que recorren diferentes puntos de la finca, como el poblado calcol¨ªtico del cerro Veleta y su dolmen, los colmenares del Hoy¨®n, la antigua aldea colonial de Santa Cristina y sus olivares colindantes, los petroglifos rupestres de la cueva del Toril, el castillo de Ot¨ª?ar, los abrigos rupestres de la cueva de Los Herreros o los olivos centenarios de las Vegas Bajas. La cata en el cortijo tambi¨¦n incluye miel de la misma finca.
En la localidad de Bail¨¦n, el oleoturismo lleva el nombre de Picualia, que recibe turistas de todo el mundo, generando as¨ª nuevos prescriptores de un estilo de vida saludable. En sus modernas instalaciones esperan una tienda de productos gourmet y un espacio divulgativo de cata, otro expositivo y de celebraci¨®n de congresos, un patio central en la almazara para eventos al aire libre, una zona gastron¨®mica donde se realizan caterings y una sala de realidad virtual para experimentar sobre la cultura del olivar.
Ya en la provincia de C¨®rdoba, adentr¨¢ndose hacia el sudeste y siguiendo el curso del r¨ªo Guadajoz por la antigua ruta del Reino de Granada, se divisa la primera escarpadura de la Subb¨¦tica, donde el oleoturismo se ha posicionado como uno de los productos tur¨ªsticos estrella. Esta es una zona de acreditada tradici¨®n ole¨ªcola, como atestiguan las huellas prerromanas, romanas y ¨¢rabes. Baena lleg¨® a ser una encrucijada de v¨ªas hacia los vastos graneros de la B¨¦tica, y los ¨¢rabes extendieron posteriormente el cultivo del olivar, predominando la variedad picudo por ser la que mejor se adapta al clima local.
La Subb¨¦tica cordobesa atesora en su territorio hasta tres denominaciones de origen del aceite: las de Baena, Lucena y Priego de C¨®rdoba. Una buena oportunidad para empaparse de los aromas y de un paisaje ¨²nico es la V¨ªa Verde del Aceite, que, a lo largo de 128 kil¨®metros, une la campi?a sur jiennense con la Subb¨¦tica a trav¨¦s del antiguo trazado del tren que durante casi un siglo sirvi¨® para dar salida al aceite de estas tierras. La ruta recorre, serpenteando, terrenos de campi?a olivarera que configuran un paisaje de enorme belleza salpicado por cortijos t¨ªpicos andaluces. Los centros de interpretaci¨®n del Tren del Aceite, en Cabra, y de la estaci¨®n de Luque son paradas obligadas.
A ello se suma que en la Sub?b¨¦tica cordobesa abundan los pueblos con encanto. Es el caso de Zuheros, arquetipo del paisaje olivarero, o de Priego de C¨®rdoba, joya del Barroco andaluz y una explosi¨®n de colores. Ya en Montoro, a la vera del Guadalquivir, encontramos la mejor muestra del olivar de la Ilustraci¨®n. Merece la pena una visita a sus molinos de aceite centenarios que conservan su tradicional arquitectura, con sus patios de canto rodado y sus anchos muros de piedra molinaza, un tipo de roca de la zona de color rojizo.
Inmersi¨®n en la historia olivarera
En el Bajo Guadalquivir, en la localidad sevillana de La Rinconada, Hacienda Guzm¨¢n se presenta al viajero como un verdadero templo de referencia mundial en materia de oleoturismo. Gestionada por la Fundaci¨®n Juan Ram¨®n Guill¨¦n, la historia olivarera de esta hacienda se remonta a hace m¨¢s de cinco siglos, cuando Hernando Col¨®n, hijo de Crist¨®bal Col¨®n, exportaba el aceite producido en la hacienda a las Am¨¦ricas.
Entre los siglos XVI y XIX, cada una de sus tres torres alberg¨® un molino de viga, lo que la convirti¨® en una de las mayores f¨¢bricas de aceite de oliva del mundo. Hoy, Hacienda Guzm¨¢n, que cuenta con un molino y una viga de caoba de 15 metros de longitud que datan del siglo XVII, ofrece una fiel recreaci¨®n del proceso tradicional y, al mismo tiempo, constituye un reflejo de la realidad actual del sector olivarero en sus modernas instalaciones. Desde 60 euros se pueden adquirir paquetes de oleoturismo, donde, despu¨¦s de un exquisito desayuno molinero con productos de la tierra, se ofrece una experiencia integral descubriendo los secretos del mundo del olivar.
La actividad que sugieren desde el complejo Herriza de la Lobilla, en el t¨¦rmino sevillano de Osuna, es la de pasear entre acebuches salvajes a la sombra de una herriza milenaria rodeada de plantas arom¨¢ticas, mientras uno siente c¨®mo se mecen los hojiblancos olivos centenarios.
En la comarca del Condado de Huelva tambi¨¦n es posible vivir una aventura de oleoturismo, con el atractivo a?adido de maridar el aceite de oliva con sus famosos vinos. Podemos realizar una marcha n¨®rdica por senderos rodeados de olivos y una cata de los mejores aoves. En el municipio de?Beas,?conocido como la capital del AOVE, se celebra cada primavera la?Feria del Aceite, con degustaci¨®n y venta y visita al espacio natural del Ruedo de Beas, con una vegetaci¨®n que mezcla el olivar, la vid y otros ¨¢rboles frutales.
Dos denominaciones extreme?as
La Ruta del Aceite de Oliva de Extremadura se extiende por las zonas geogr¨¢ficas en las que se encuentran las denominaciones de origen protegidas Monterrubio y Gata-Hurdes, en concreto en Monterrubio de la Serena y Torre de Don Miguel. La primera de ellas recorre la parte este de la provincia de Badajoz, cruzando uno de los territorios m¨¢s desconocidos para el visitante: La Siberia (antes Los Montes) y La Serena para llegar a la Campi?a sur atravesando dos r¨ªos, el Guadiana y el Z¨²jar.
La ruta para conocer los olivares de Gata-Hurdes comienza en Plasencia, pasando por Ahigal y Pinofranqueado, en la comarca de Las Hurdes, y culmina en el?museo del aceite de oliva Molino del Medio, en Robledillo de Gata. El conjunto hist¨®rico de esta localidad est¨¢ declarado bien de inter¨¦s cultural, adem¨¢s de lucir el distintivo de primera maravilla rural de Espa?a y formar parte del selecto club Los Pueblos M¨¢s Bonitos de Espa?a. Aqu¨ª podemos visitar la bodega de Oleosetin y degustar la manzanilla cacere?a y los vinos de pitarra de la zona.
Antes de abandonar tierras extreme?as bien merece una visita el centro de interpretaci¨®n de la Aceituna, el Olivar y el Aceite de Marchagaz, en el norte de la provincia de C¨¢ceres. Las ra¨ªces ole¨ªcolas de esta comarca son tan evidentes que a¨²n se conservan palabras como maquila, c¨¢ntaro, zafra, capaceta, chiquero o encapachar, t¨¦rminos ya en desuso en otros lares, pero que aqu¨ª siguen formando parte del acervo cultural impregnado de los viejos olivos.
Un paisaje que cautiv¨® a Cervantes
Sobre las extensas llanuras pobladas de vi?as de Castilla-La Mancha emerge tambi¨¦n un paisaje olivarero que no pasa inadvertido y que Cervantes ya ensalzaba as¨ª: ¡°Esos ¨¢rboles tan frescos, tan copados, tan hermosos, que cuando nos muestran su fruto verde, dorado y negro (¡) es una de las m¨¢s agradables vistas que pueden gozarse¡±.
Esos campos se ven, principalmente, en la provincia de Ciudad Real, que cuenta con tres denominaciones de origen: Montiel, Campo de Calatrava y Montes de Toledo. En la finca La Oliveta, en Malag¨®n, donde se puede visitar el convento de las Carmelitas Descalzas de San Jos¨¦, la cata-degustaci¨®n funde el aceite de oliva y el vino de la tierra. En Moral de Calatrava, el centro de interpretaci¨®n de la denominaci¨®n de origen Campo de Calatrava se presenta como un espacio de divulgaci¨®n y entretenimiento en un entorno did¨¢ctico pensado para que el visitante disfrute de los aromas del AOVE manchego. Una visita a la almazara y a la bodega es lo que propone el Grupo Montes Norte, tambi¨¦n en Malag¨®n. La cooperativa, fundada en 1915, oferta paquetes de iniciaci¨®n con catas de aceite y vino.
Entre olivos y patrimonio
En el interior de la comarca tarraconense del Baix Camp, entre la sierra de la Argentera y la Costa Daurada, a 15 kil¨®metros de Reus, la coqueta villa rural de Riudecanyes es una gran oportunidad para descubrir sus dos grandes tesoros: el aceite de oliva virgen extra y su cuidado patrimonio hist¨®rico. La ruta de oleoturismo nos adentra entre los olivos centenarios de la variedad arbequina y la posibilidad de conocer la antigua prensa hidr¨¢ulica con la que se extra¨ªa hasta no hace mucho tiempo.
Redescubrir la naturaleza de los huertos o de los campos de avellanos, entender el esplendor de los cortados o penetrar en la intensa vivencia del AOVE arbequina es una de las propuestas del centro de interpretaci¨®n Frutos del Paisaje, en las antiguas instalaciones de la cooperativa, que muestra el collage de elementos, percepciones, historia y tradici¨®n que caracteriza el paisaje del interior de la Costa Daurada.
La que lleg¨® a ser la capital de la Baron¨ªa d¡¯Escornalbou, un territorio dependiente del arzobispado de Tarragona, suma a todo ello sus principales atractivos monumentales: el castillo de Sant Miquel d¡¯Escornalbou y la iglesia renacentista de San Mateo, que conserva magn¨ªficos esgrafiados en las b¨®vedas.
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