Una de cada tres viviendas del centro de M¨¢laga tiene uso tur¨ªstico
Un informe encargado por el Ayuntamiento alerta de que en los barrios donde hay m¨¢s pisos vacacionales la calidad de vida de los vecinos se resiente y muchos son expulsados, por lo que anima a tomar medidas para evitarlo
La Plaza de la Merced es uno de los lugares de referencia del centro de M¨¢laga. Est¨¢ cerca de la alcazaba y el teatro romano, acoge la Casa Natal de Picasso y en sus bajos hay numerosos bares y establecimientos de ocio. Es, adem¨¢s, algo cada vez m¨¢s parecido a un decorado. De las 1.216 viviendas registradas en el catastro en todo el barrio que lleva su nombre, hasta 654 tienen uso tur¨ªstico. Nadie vive en ellas de m...
La Plaza de la Merced es uno de los lugares de referencia del centro de M¨¢laga. Est¨¢ cerca de la alcazaba y el teatro romano, acoge la Casa Natal de Picasso y en sus bajos hay numerosos bares y establecimientos de ocio. Es, adem¨¢s, algo cada vez m¨¢s parecido a un decorado. De las 1.216 viviendas registradas en el catastro en todo el barrio que lleva su nombre, hasta 654 tienen uso tur¨ªstico. Nadie vive en ellas de manera regular, y suponen el 53,7% del total. Es el extremo de un casco hist¨®rico, donde el 36% de sus pisos est¨¢n orientados al turismo. Son los datos que ha sacado a la luz el informe Impacto de la vivienda tur¨ªstica encargado por el Ayuntamiento de M¨¢laga y sobre el que el ?rea de Urbanismo ha basado su decisi¨®n ¡ªanunciada esta semana¡ª de prohibir nuevas licencias en los 43 barrios de toda la capital donde se supera el 8% de viviendas de uso tur¨ªstico frente al total registradas. A mayor porcentaje, explica el documento, menor calidad de vida de los residentes y m¨¢s dificultades de acceso a la vivienda porque los precios de compra y alquiler crecen con rapidez. Por eso, tambi¨¦n, son los que m¨¢s vecinos pierden.
La manifestaci¨®n celebrada el pasado 29 de junio dej¨® de manifiesto que el acceso a la vivienda es una de las mayores inquietudes de la sociedad malague?a. Hasta 15.000 personas salieron a la calle bajo el lema M¨¢laga para vivir, no para sobrevivir convocadas por el Sindicato de Inquilinas local, que ante la persistencia del problema ha anunciado una nueva marcha el pr¨®ximo 9 de noviembre. Un estudio de la Universidad de M¨¢laga presentado a principios de a?o tambi¨¦n reflejaba que la vivienda es la primera preocupaci¨®n en la capital. Y miembros de entidades como la Asociaci¨®n de Vecinos Centro Antiguo de M¨¢laga llevan a?os dando la cara para denunciar la p¨¦rdida de vecinos y las dificultades de convivir rodeados de pisos tur¨ªsticos, que, seg¨²n el Registro de la Junta de Andaluc¨ªa, ya superan los 12.800 en toda la ciudad, aunque unas 1.500 est¨¢n todav¨ªa en tramitaci¨®n. A fecha de febrero ¡ªel dato que maneja el informe¡ª supon¨ªan casi el 74% de las plazas de alojamiento de la ciudad, casi 30.000. Del resto, el 18% pertenecen al sector hotelero y el restante 8% es para los apartamentos tur¨ªsticos.
Desde que comenz¨® el runr¨²n sobre los efectivos negativos de estos alojamientos, el Ayuntamiento ha afrontado la situaci¨®n de forma tibia. El alcalde, Francisco de la Torre, echaba balones fuera hasta que poco a poco fue cambiando de opini¨®n. Aquella protesta ciudadana fue un antes y un despu¨¦s al demostrar la relevancia social del problema. D¨ªas antes de que se celebrara anunci¨® su primera gran medida para establecer l¨ªmites. A?ad¨ªa un nuevo requisito para las nuevas licencias: que las viviendas tuvieran un acceso independiente o que estuvieran en bloques donde todos los inmuebles se dedicaran a alojamiento tur¨ªstico. De la Torre, asegur¨® entonces que el movimiento hab¨ªa llegado cuando tuvo las herramientas adecuadas. Alud¨ªa al decreto que la Junta de Andaluc¨ªa, publicado en febrero, que otorgaba competencias a los ayuntamientos para establecer l¨ªmites o prohibiciones al sector. Entonces tambi¨¦n encargaron un estudio para ver el peso real de los pisos tur¨ªsticos en el t¨¦rmino municipal y analizar si hab¨ªa argumentos para poner en marcha otras medidas y decidir cu¨¢les.
El documento, al que ha tenido acceso EL PA?S, ha analizado distintas variables y ha utilizado datos p¨²blicos y concertados ¡ªdesde el callejero al Registro de Turismo de la Junta de Andaluc¨ªa, el catastro o el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE)¡ª para sacar conclusiones. La principal, que en los vecindarios donde hay m¨¢s de un 8% de viviendas de uso tur¨ªstico respecto al parque residencial total existe una ¡°relaci¨®n directa¡± con distintos problemas de convivencia. Enumera varios: de la menor calidad de vida de los residentes a su expulsi¨®n, adem¨¢s de una mayor dificultad del acceso a la vivienda ante la subida de los precios. Idealista, de hecho, refleja que en el ¨²ltimo a?o ¨¦stos han subido un 18% para la venta y un 13% para el alquiler. Todo ello ¡°representa un nuevo riesgo sobre la cobertura del derecho a la vivienda de la poblaci¨®n residente¡±, apunta el documento. ¡°No expulsamos a nadie, pero tener que irse a vivir fuera de M¨¢laga tiene una importancia relativa¡±, lleg¨® a decir De la Torre hace unas semanas.
¡°Razones de inter¨¦s general¡±
De los 316 barrios residenciales que hay en M¨¢laga, 43 est¨¢n por encima de ese umbral del 8%. Hay casos donde la presi¨®n es extrema. Si en La Merced una de cada dos viviendas es tur¨ªstica, La Goleta es una de cada tres o y La Victoria o Pedregalejo una de cada cuatro. El fen¨®meno, de hecho, va por zonas. El documento recoge que el crecimiento de las viviendas de uso tur¨ªstico desde 2016, cuando se regularon por primera vez en Andaluc¨ªa, ha sido muy intenso especialmente en los lugares m¨¢s atractivos para el turismo, como el casco hist¨®rico y sus alrededores o las ¨¢reas m¨¢s cercanas a la playa de barriadas como El Palo, Pedragalejo o Huelin. ¡°Si no se establecen l¨ªmites a este desarrollo¡±, dice el informe, el crecimiento ¡°acaba teniendo una incidencia desmesurada en esos barrios¡±.
El estudio cree que m¨¢s all¨¢ de las molestias de los vecinos en el d¨ªa a d¨ªa, existen ¡°razones de inter¨¦s general¡± para establecer limitaciones en esas zonas ¨¢reas. De ah¨ª la decisi¨®n municipal. ¡°En todos los barrios que tengan m¨¢s del 8% de viviendas de uso tur¨ªstico no permitiremos ni una m¨¢s¡±, anunci¨® el mi¨¦rcoles la concejal de Urbanismo, Carmen Casero. Hay otras zonas, las que est¨¢n entre el 4,5% y el 8%, donde existir¨¢ una vigilancia intensiva para que el n¨²mero de licencias no supere la frontera. Un tercer grupo engloba las ¨¢reas donde la incidencia tur¨ªstica es m¨ªnima. La media de la ciudad es de 4,5%.
Las razones que argumenta la publicaci¨®n no justifican, para la patronal, las nuevas restricciones al sector en la ciudad. ¡°Carmen Casero improvisa de nuevo porque tiene una manifestaci¨®n por delante. Y pone en marcha una medida limitativa del derecho de uso que tenemos los propietarios sobre nuestra vivienda¡±, subraya Juan Cubo, presidente de la Asociaci¨®n de Profesionales de Viviendas y Apartamentos Tur¨ªsticos de Andaluc¨ªa, quien denuncia ¡°el ataque constante¡± al sector. ¡°Nos sentimos muy injustamente maltratados¡±, asegura quien cree tambi¨¦n que la limitaci¨®n impulsada por M¨¢laga no afectar¨¢ al mercado del alquiler local: ¡°La mayor¨ªa de quienes dan uso tur¨ªstico a sus viviendas lo hacen porque quieren utilizarlo ellos mismos durante varias temporadas del a?o y de la otra manera no podr¨¢n¡±. En su opini¨®n, tambi¨¦n ocurre porque esos posibles arrendadores ¡°tienen miedo¡± y sienten ¡°inseguridad¡± ante un posible impago de una larga estancia ¡°ante la desprotecci¨®n legal del propietario¡±, de ah¨ª que ¡ªdesde su punto de vista¡ª esos propietarios no van a traspasar sus viviendas al mercado convencional.
Los pisos tur¨ªsticos son cuatro veces m¨¢s rentables
El informe Impacto de la vivienda turística revela que a medida que ha ido creciendo el parque de viviendas de uso turístico, ha decrecido el parque de la que estaban deshabitadas. Es decir, que las que estaban sin uso han pasado, en su mayoría, a servir de alojamiento para turistas, no para larga temporada. Además, el estudio destaca el fuerte efecto en los precios del sector. Así, relata que durante la crisis sanitaria, cuando muchos de los pisos vacacionales derivaron hacia el mercado de larga temporada, se produjo “una contención de los precios de renta de los alquileres, así como de compraventa”. Esos precios han ido subiendo después, cuando esos inmuebles fueron volviendo poco a poco al sector turístico. Por eso, concluye que el aumento de pisos destinados al turismo supone también un alza de los precios para alquiler y venta. Además, señala que la rentabilidad de una vivienda de uso turístico es cuatro veces superior a la que ofrece el mercado tradicional: hasta 30.500 euros de media al año.