Pedro S¨¢nchez, un tercer mandato de v¨¦rtigo en el PSOE
La haza?a del 23-J reforz¨® la autoridad del l¨ªder que, por primera vez, ha tenido contestaci¨®n interna por la financiaci¨®n catalana y desconcert¨® en abril con su amago de dimisi¨®n: ¡°Algo se nos rompi¨®¡±
En Valencia, en octubre de 2021, los compromisarios del 40 ? Congreso socialista sab¨ªan que estaban haciendo historia. Eran conscientes de que tendr¨ªan que pasar muchos a?os hasta volver a vivir un congreso tan dulce como aquel, justo despu¨¦s de haber superado la pandemia. Gozaban de un ampl¨ªsimo poder institucional, los presidentes auton¨®micos se ve¨ªan reforzados tras la gesti¨®n de la crisis sanitaria y, entre p¨®lvora, acrobacias y los conciertos, el partido se conjur¨® para enterrar eso del ¡°sanchismo¡±. ¡°Ahora todos los socialistas somos sanchistas¡±, repet¨ªan en Ferraz. Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero se sumaron a esa fiesta de socialistas que se reconoc¨ªan y se celebraban.
Ahora la cita es en Sevilla y, desde entonces, han pasado tres a?os y un mundo. La organizaci¨®n ha desmontado todos los planes l¨²dicos previstos para su 41.? Congreso por respeto a las v¨ªctimas de la dana pero, en realidad, todo es distinto. Este congreso ser¨¢ de unidad, como el de 2021, de tr¨¢mite en lo que respecta a la definici¨®n del liderazgo de Pedro S¨¢nchez; pero la debilidad territorial tras las elecciones de mayo de 2023 ha servido de caldo de cultivo para la desconfianza de algunas federaciones tras el acuerdo del PSC y ERC para hacer president a Salvador Illa.
Las primeras cr¨ªticas, m¨¢s all¨¢ de Page y Lamb¨¢n
El PSOE gobierna Castilla-La Mancha, Asturias, Navarra y, desde agosto, Catalu?a: la gran apuesta pol¨ªtica de S¨¢nchez. El desalojo de los independentistas de la Generalitat ha sido todo un hito para el presidente pero provoc¨® en verano una situaci¨®n in¨¦dita desde que se hizo con el control absoluto del PSOE tras derrotar a Susana D¨ªaz: por primera vez, sonaron voces cr¨ªticas m¨¢s all¨¢ de los cl¨¢sicos habituales Emiliano Garc¨ªa-Page y Javier Lamb¨¢n. Ese fuego se ha ido apagando (el president Illa se esmera en que nada lo reavive) pero muchos cuarteles del PSOE siguen mirando de reojo a Catalu?a. Es m¨¢s, hay dirigentes que, mostrando perfil propio, creen que tienen ganado terreno para la batalla org¨¢nica que se presentar¨¢ en sus federaciones tras el congreso de Sevilla. En definitiva, en Extremadura o Castilla y Le¨®n creen que les da ventaja ante la militancia tener una voz que se diferencie de la de S¨¢nchez en asuntos territoriales.
El ruido interno lleg¨® con la financiaci¨®n singular para Catalu?a, un a?o despu¨¦s de que el PSOE aceptara la amnist¨ªa a los encausados del proc¨¦s para facilitar la tercera investidura de S¨¢nchez. Ah¨ª se impuso en los cuadros del PSOE la l¨®gica de la supervivencia: fuera del Gobierno y despu¨¦s de haberlo perdido casi todo, lo ¨²nico que les quedaba era una traves¨ªa en el desierto. Realmente, cuando la Moncloa empez¨® a dar alas a la idea de la amnist¨ªa, muchos en el PSOE segu¨ªan frot¨¢ndose los ojos por la haza?a del 23-J, cuando S¨¢nchez torci¨® el destino que las encuestas hab¨ªan escrito para los socialistas.
Porque en el haber del secretario general en este tercer mandato est¨¢, sobre todo, eso: la campa?a del 23-J, su campa?a. En el d¨ªa a d¨ªa en las Cortes se ha dado de bruces con una aritm¨¦tica diab¨®lica, pero ese domingo electoral sum¨® casi un mill¨®n de votos m¨¢s a pesar de la dur¨ªsima campa?a por sus acuerdos con los independentistas y Bildu. Las urnas le dieron el visto bueno a todo eso y m¨¢s autoridad si cabe dentro su partido. As¨ª lo entendieron los suyos. ¡°?Qui¨¦n le va a toser?¡±, se dec¨ªan en esas fechas. Con el v¨¦rtigo de pensar que se iban a la oposici¨®n, en las semanas previas a las generales, hubo varios manifiestos contra el antisanchismo en defensa de la figura del presidente. ¡°No es S¨¢nchez, somos nosotros¡±, se titulaba el documento de veteranos militantes del PSOE de Andaluc¨ªa en apoyo al secretario general que en el pasado hab¨ªa roto los esquemas de esa federaci¨®n.
El v¨¦rtigo de la sucesi¨®n, tambi¨¦n por primera vez
Fue tan intensa la campa?a del 23-J y fue tal el caudal de confianza que todo el PSOE deposit¨® en S¨¢nchez (excepci¨®n hecha de Felipe Gonz¨¢lez) que los cinco d¨ªas de abril en los que amag¨® con dimitir cayeron como un jarro de agua fr¨ªa. La reacci¨®n del presidente por la imputaci¨®n de Bego?a G¨®mez sembr¨® el desconcierto. ¡°Algo se nos rompi¨®¡±, admiten hoy en privado algunos militantes con cargo p¨²blico. Son muchos los que siguen recordando azorados, con estupor, la reuni¨®n del Comit¨¦ Federal en la que la c¨²pula del partido imploraba a S¨¢nchez que no se fuera. Casi todos estuvieron en vilo hasta el final y, tambi¨¦n por primera vez, S¨¢nchez puso al partido ante el precipicio de su sucesi¨®n. Fue ¨¦l quien, parad¨®jicamente, les llev¨® a reconsiderar la fusi¨®n entre las siglas y sanchismo. ¡°Yo soy del PSOE, que es mucho m¨¢s que las personas¡±, se le ha o¨ªdo decir despu¨¦s, pasada la zozobra de la dimisi¨®n.
Por todo eso, S¨¢nchez no es el mismo de 2021. Tampoco su equipo. La Ejecutiva que sali¨® de aquel congreso se ha remodelado en varias ocasiones. La primera vez, menos de un a?o despu¨¦s: el t¨¢ndem Adriana Lastra-Santos Cerd¨¢n no funcion¨®, como hab¨ªan previsto muchos. A la vicesecretaria general asturiana la sustituy¨® Mar¨ªa Jes¨²s Montero, vicepresidenta del Gobierno, sin un s¨®lido anclaje org¨¢nico, andaluza que no ejerce el papel que en el pasado tuvieron los andaluces de Ferraz, como pesos pesados de la federaci¨®n m¨¢s potente. Ese modelo ya no existe. Montero es una apuesta de S¨¢nchez que se debe a S¨¢nchez en un PSOE en el que los liderazgos del Gobierno se han traspasado al partido. Lo hizo Diana Morant y hay otros ministros dispuestos a lanzarse a la carrera org¨¢nica. ¡°Busca fieles que controlen las estructuras del partido¡±, sostiene un dirigente. En estos movimientos, ser sanchista de primer cu?o no tiene ya ninguna relevancia.
Y el primer caso de corrupci¨®n del PSOE de S¨¢nchez
Si de puertas adentro el PSOE es distinto al de 2021, la atm¨®sfera que le rodea no tiene nada que ver. De puertas a fuera, el mundo es otro. S¨¢nchez pudo creer entonces que lo m¨¢s dif¨ªcil hab¨ªa pasado con la pandemia, pero ahora llega a Sevilla en medio de una tormenta judicial, con Juan Lobato reci¨¦n dimitido a cuenta del fraude de la pareja de Isabel D¨ªaz Ayuso y, por encima de todo, un caso de corrupci¨®n declarado durante su mandato: el Tribunal Supremo investiga a quien fuera su secretario de Organizaci¨®n, Jos¨¦ Luis ?balos, quiz¨¢ uno de los dirigentes de la era S¨¢nchez con m¨¢s predicamento entre las bases. Muchos no entendieron la suspensi¨®n de militancia del exministro cuando todav¨ªa no hab¨ªa indicios concluyentes contra ¨¦l tras la detenci¨®n de su asesor, Koldo Garc¨ªa. En 2021, ?balos ya asisti¨® como invitado al c¨®nclave de Valencia. S¨¢nchez lo hab¨ªa sacado del Gobierno y de Ferraz tres meses antes. Entonces, muchos militantes se preguntaban por la ca¨ªda en desgracia del otrora escudero del presidente. Este fin de semana, socialistas de toda Espa?a se reencuentran en medio del trauma que ha supuesto que, por primera vez, se investigue un caso de corrupci¨®n que afect¨® al Gobierno de S¨¢nchez. En la fiesta del 40.? Congreso de Valencia, nada de eso ni del actual asedio judicial se vislumbraba en el horizonte.
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