10 herencias urban¨ªsticas de los Juegos Ol¨ªmpicos que cambiaron Barcelona
De las playas a la Torre de Collserola, pasando por el barrio de la Vila Ol¨ªmpica o las rondas, la cita de 1992 fue un salto de escala para la ciudad
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Si durante los primeros a?os 80 en Barcelona el urbanismo se hab¨ªa centrado en mejorar los barrios y dignificar la periferia, creando decenas de espacios p¨²blicos y equipamientos de proximidad en un ejercicio de acupuntura, los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992 supusieron un salto de escala. La oportunidad de pensar la ciudad de forma sist¨¦mica: proyectos urbanos interrelacionados (con arquitectura, espacio p¨²blico e infraestructuras) y conectados. Ambiciosas operaciones de renovaci¨®n urbana (con un gran impacto en el patrimonio industrial de la ciudad, uno de los reproches que se hace al proyecto ol¨ªmpico, y se?al de que se encaminaba a la terciarizaci¨®n de su econom¨ªa) que actuaron como catalizadores para los futuros crecimientos.
El arquitecto Oriol Bohigas, que hab¨ªa sido delegado de Urbanismo en el Ayuntamiento, lider¨® la propuesta de crear cuatro ¨¢reas ol¨ªmpicas. Las explicaba dibujando con un rotulador en el cristal de la fachada de la Torre de Collserola, un mirador privilegiado (y tambi¨¦n ol¨ªmpico) sobre Barcelona. Pintaba primero las cuatro grandes ¨¢reas en cuatro esquinas de la ciudad (el barrio de la Vila Ol¨ªmpica, el parque de Montju?c con Estadio Ol¨ªmpico, el extremo de la Diagonal en Les Corts y Vall d¡¯Hebron). Y luego a?ad¨ªa al croquis los nexos de uni¨®n entre los cuatro puntos: las rondas de circunvalaci¨®n, para sacar tr¨¢fico del centro y mejorar los accesos; y la fachada mar¨ªtima, la cara de la ciudad que mira al mar. Los que participaron en la ejecuci¨®n del proyecto se?alan que la clave del ¨¦xito en la candidatura de Barcelona fue dar protagonismo a la ciudad, m¨¢s all¨¢ de ser el mero continente o escenario de las instalaciones ol¨ªmpicas.
Para ejecutar las principales inversiones, se cre¨® Barcelona Holding Ol¨ªmpico, con participaci¨®n del Ayuntamiento y el Gobierno. Las inversiones realizadas entre 1986 y 1993 vinculadas a los Juegos se cifran en torno a 8.000 millones de euros, un 61% obra civil, lo que da una idea de su ¡°efecto estructurador¡± e impacto a largo plazo en la ciudad, seg¨²n un estudio del Centro de Estudios Ol¨ªmpicos. La iniciativa privada promovi¨® el 36,8% de las obras ol¨ªmpicas: vivienda, hoteles y centros de negocios. Las que siguen son 10 herencias urban¨ªsticas de los Juegos que cambiaron Barcelona.
1. LA APERTURA DE LA CIUDAD AL MAR
Barcelona hab¨ªa recuperado como paseo y para uso ciudadano el Moll de la Fusta, la zona del puerto que toca a la ciudad, en el c¨¦ntrico distrito de Ciutat Vella. Pero el proceso de recuperaci¨®n de la fachada mar¨ªtima no hab¨ªa hecho m¨¢s que empezar. Se trataba de transformar suelo industrial y de almacenes del barrio del Poblenou (una zona con tantas f¨¢bricas que fue conocida como el M¨¢nchester catal¨¢n), y recuperar las playas, separadas de la ciudad por las v¨ªas del tren y que durante d¨¦cadas albergaron poblados de barracas.
Los casi cinco kil¨®metros de playas (antes de los Juegos estuvieron habilitados dos, que se sumaron a la Barceloneta) son el legado m¨¢s ambicioso de la cita ol¨ªmpica si hablamos de espacio p¨²blico. Las usan cinco millones de personas, entre locales y turistas, y solo en temporada de ba?o, de mayo a septiembre. El resto del a?o la fachada litoral es un gran parque al aire libre, una v¨ªa de escape al cemento de la ciudad, como se pudo comprobar durante la pandemia: todos los d¨ªas, a todas horas y con un variad¨ªsimo perfil de usuarios.
2. LA VILA OL?MPICA
No hay Juegos Ol¨ªmpicos sin una Villa Ol¨ªmpica para albergar a los atletas. El barrio, que mantiene el nombre de Vila Ol¨ªmpica, tiene 2.048 viviendas (firmadas por 18 equipos de arquitectos) sobre 94 hect¨¢reas y se dise?¨® siguiendo el trazado cuadriculado del Eixample inventado por Ildefons Cerd¨¤ 150 a?os atr¨¢s. Una intervenci¨®n que, m¨¢s tarde, permiti¨® tambi¨¦n alargar la Diagonal hasta el mar, como hab¨ªa previsto el ingeniero y urbanista. En la Vila Ol¨ªmpica se produce una de tantas paradojas barcelonesas: mientras la ciudad se rasga a menudo las vestiduras de que el Eixample que dibuj¨® Cerd¨¤ acab¨® con una mayor edificabilidad de la prevista y es un barrio sin espacios libres (la densidad de poblaci¨®n es de 356 vecinos por hect¨¢rea); a la Vila Ol¨ªmpica se la cuestiona por tener poca vida y comercio, cuando la raz¨®n de su idiosincrasia es que se aplic¨® la edificabilidad del plan original (tiene 99 habitantes por hect¨¢rea, unos 9.300 en total). A diferencia del popular barrio de La Barceloneta, la Vila Ol¨ªmpica no mira directamente al mar ni en sus calles se cuela olor de la brisa: la ronda Litoral es una barrera entre las viviendas y la playa.
De su dise?o, como del puerto, se encarg¨® el despacho MBM (Oriol Bohigas, David Mackay, Josep Maria Martorell y Albert Puidom¨¨nech). Las viviendas las construyeron dos sociedades con participaci¨®n p¨²blica y el gran reproche que se le hace es la ausencia de pisos sociales. Son viviendas espaciosas, con zonas comunes y las rentas de sus vecinos, muchos profesionales liberales o profesores, superan la media de la ciudad.
3. DOS RASCACIELOS, LA PUERTA DE LA CIUDAD DESDE EL MAR
Parte de la intervenci¨®n de la Vila Ol¨ªmpica fue la reurbanizaci¨®n del final de la calle de Marina, que cruza la ciudad de mar a monta?a, pasando por la Sagrada Familia de Gaud¨ª. Desde el mar, el equipo MBM dibuj¨® una puerta a la ciudad flanqueada por dos rascacielos de 154 metros. Mientras no les rebase en altura la Sagrada Familia (est¨¢ previsto que alcance los 172 metros), siguen siendo los edificios m¨¢s altos de la ciudad: el Hotel Arts (un homenaje a la Torre Sears de Chicago, que en 1974 y durante dos d¨¦cadas fue la m¨¢s alta del mundo) y la Torre Mapfre. A los pies del hotel Arts, rompiendo con las estructuras lineales que caracterizan su fachada, el arquitecto Frank Gehry, autor del Guggenheim de Bilbao, instal¨® una escultura con forma de pez: una abultada malla dorada de 35 metros de altura visible desde la playa que tambi¨¦n se ha convertido en un s¨ªmbolo del litoral barcelon¨¦s.
4. EL PUERTO OL?MPICO
Creado para las competiciones de vela de los Juegos, el Puerto Ol¨ªmpico est¨¢ ahora mismo en plena reconversi¨®n. Su actividad como centro deportivo y de ocio vinculado al mar va como un tiro: los 700 amarres (para embarcaciones de entre siete y 30 metros de eslora) est¨¢n ocupados en un 83% y los gestiona la empresa municipal BSM. Tambi¨¦n es de la ciudad el Centro Municipal de Vela, con actividades todo el a?o; y acoge adem¨¢s instalaciones de la Federaci¨®n Catalana de Vela. M¨¢s all¨¢ de las actividades diurnas, la degradaci¨®n e incidentes vinculados con locales de ocio nocturno han provocado en los ¨²ltimos a?os mucho malestar y el Ayuntamiento ha emprendido un plan para recuperar el espacio para uso ciudadano. Los locales de ocio nocturno se cerraron y se convertir¨¢n en el primer centro de econom¨ªa azul de la ciudad, con actividades vinculadas al mar. Se mantienen los restaurantes, se crear¨¢ un nuevo acceso a la zona, una nueva plaza y un mirador abierto a la pr¨¢ctica deportiva y el paseo. En total, 18 millones de euros de inversi¨®n.
5. EL ?REA DE LA VALL D¡¯HEBRON
El barrio de la Vall d¡¯Hebron, junto a la sierra de Collserola, fue una de las cuatro ¨¢reas ol¨ªmpicas. La intervenci¨®n, encargada al arquitecto Eduard Bru, consisti¨® en construir vivienda, instalaciones deportivas y un parque. El conjunto contribuy¨® a ordenar una zona con mucho desnivel, y entonces deslavazada, e incluy¨® aportaciones singulares como la reconstrucci¨®n del pabell¨®n de la Rep¨²blica Espa?ola de la Exposici¨®n Universal de Par¨ªs de 1937 o la escultura Las Cerillas, de Claes Oldenburg y Coosje van Bruggen. Las viviendas, 500 y dise?adas por Carlos Ferrater, albergaron a periodistas que cubrieron los juegos y a diferencia de la Vila Ol¨ªmpica, s¨ª incluyeron vivienda social, promovida por el entonces flamante Instituto Municipal de la Vivienda. Las instalaciones deportivas se destinaron a las competiciones de ciclismo (el vel¨®dromo es preol¨ªmpico, de 1984), tenis, voleibol y tiro con arco. Las instalaciones de este ¨²ltimo deporte, dise?adas por Enric Miralles y Carme Pin¨®s, y que ganaron el premio Ciutat de Barcelona de Arquitectura por su singularidad, est¨¢n desmontadas en un solar desde 2008. Se desmantelaron de urgencia para construir obras del metro y, pese al compromiso de la Generalitat de reconstruirlas, ah¨ª siguen.
6. EL ESTADIO OL?MPICO, UNA INSTALACI?N INFRAUTILIZADA QUE AGUARDA AL BAR?A
La monta?a de Montju?c, un parque que nunca ha acabado de funcionar como tal para el grueso de los barceloneses, fue elegido para el anillo ol¨ªmpico que albergar¨ªa las competiciones de atletismo (Estadi Ol¨ªmpic ¡ªahora Estadi Ol¨ªmpic Llu¨ªs Companys¡ª, en la piel de la vieja instalaci¨®n de 1929), baloncesto (Palau Sant Jordi) o nataci¨®n (piscinas Picornell y Sant Jordi, para saltos). El estadio ha protagonizado momentos de gloria y rid¨ªculo. Gloria, convertido en inmenso plat¨® de televisi¨®n para las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos. Y rid¨ªculo, en la inauguraci¨®n, con las obras sin terminar, en septiembre de 1989, con una tromba de agua y goteras. Un fiasco que los responsables de los Juegos admiten que fue un toque de atenci¨®n sobre la necesidad de que algo parecido no volviera a ocurrir.
30 a?os despu¨¦s el estadio no ha acabado de funcionar como instalaci¨®n, ni con proyectos p¨²blicos ni privados (el ¨²ltimo el Open Camp). Ni como motor de los m¨²ltiples proyectos que no han acabado de cuajar para la zona. El estadio se utiliza b¨¢sicamente para conciertos, gestionado por la empresa municipal BSM. En el vecino Palau Sant Jordi, obra de Arata Isozaki, cuya c¨²pula tuvo en vilo a la ciudad cuando se levant¨® con gatos hidr¨¢ulicos, tambi¨¦n se celebran conciertos y ha sido escenario de competiciones como los Mundiales de Nataci¨®n en 2013. Entre el estadio y el Palau, este a?o tienen previstos solo 102 actos. El estadio aguarda ahora al primer equipo del Bar?a durante la temporada 2023-2024, durante una de las fases del nuevo Camp Nou. Habr¨¢ que hacer obras de nuevo.
7. EL PLAN DE HOTELES
Aunque ahora parezca mentira, Barcelona no ten¨ªa entonces ni 10.000 plazas hoteleras. Ahora las estad¨ªsticas oficiales hablan de m¨¢s de 82.000. En hoteles, la serie comienza en 2005, cuando hab¨ªa 212 establecimientos, y ahora, 450 y un plan urban¨ªstico que de facto impide la apertura de nuevos en el centro y los centrifuga a la periferia. El entonces alcalde Pasqual Maragall lanz¨® en 1988 un plan para crear 12 nuevos hoteles recalificando solares. Fira de Barcelona hab¨ªa avisado de que faltaban camas y la expectativa tur¨ªstica era incipiente; pero los hoteleros pronosticaron una ca¨ªda de la ocupaci¨®n si se hac¨ªan nuevos. El plan se acab¨® rebajando a ocho hoteles y el Ejecutivo municipal tuvo que recurrir a los votos del PP para aprobarlo, porque sus socios de ICV (ecosocialistas), lo rechazaron. De esa ¨¦poca son los hoteles Juan Carlos I (en Les Corts), Arts (Vila Ol¨ªmpica) o Fira Palace (Plaza de Espanya). Durante las semanas de los Juegos se utilizaron 15 cruceros amarrados en el Puerto. Con hasta 125 cruceros atracando en la ciudad en mayo pasado, el actual Gobierno municipal est¨¢ pidiendo que se regule el sector, por la presi¨®n tur¨ªstica que los cruceristas ejercen sobre el centro de la ciudad.
8. LAS RONDAS DE CIRUNVALACI?N
Los ide¨®logos del proyecto ol¨ªmpico ten¨ªan claro que, adem¨¢s de comunicar de forma fluida las ¨¢reas ol¨ªmpicas, construir unas rondas de circunvalaci¨®n permitir¨ªa sacar tr¨¢fico del centro (cruzar la ciudad entre los r¨ªos Llobregat y Bes¨°s supon¨ªa una hora de tiempo) y mejorar los accesos a la ciudad, que se pudiera entrar desde varios puntos. Las rondas estaban previstas en el Plan General Metropolitano de 1976 y su construcci¨®n se aceler¨® a partir de 1988 con el impulso ol¨ªmpico. Los dos cinturones (Ronda de Dalt y Ronda Litoral) se dise?aron con una estructura doble: un tronco central conectado a las carreteras y unas calzadas laterales conectadas con la red local. Se vel¨® por reducir su impacto ambiental e integrarlas en el paisaje urbano, al tiempo que se aprovech¨® la inversi¨®n para instalar galer¨ªas de servicios para redes de agua, gas, luz y tel¨¦fono.
El ¨¦xito de la infraestructura se ha traducido en unas intensidades de tr¨¢fico (760.000 veh¨ªculos al d¨ªa en 2018, la mitad de conexi¨®n, un 13% de paso y un 38% dentro de las rondas) que la encaminan a su l¨ªmite de capacidad, justo cuando el primer mundo se replantea la movilidad urbana y apuesta por expulsar coches de las ciudades. Por la contaminaci¨®n que mata y la emergencia clim¨¢tica que hace insostenible que una persona de 80 kilos se mueva en un aparato que pesa entre 700 y mil kilos y se mueva, sobre todo, con gasolina o gasoil. En las rondas, el 73% de la circulaci¨®n la protagonizan turismos, el 65% con un solo ocupante. El 78% son hombres. Otro mel¨®n son los barrios de monta?a que piden su cobertura.
9. LA PRIMERA GRAN AMPLIACI?N DEL AEROPUERTO
El aeropuerto de Barcelona creci¨® por segunda vez (la primera fue en 1969) en v¨ªsperas a los Juegos: se ampli¨® la terminal B y se construyeron las A y C, las primeras que incorporaron 24 pasarelas de acceso directo a los aviones, los c¨¦lebres fingers. La operaci¨®n permiti¨® al aeropuerto superar los 10 millones de pasajeros. Gobierno y Generalitat consensuaron que la nueva terminal la dise?ara el arquitecto Ricardo Bofill en 1985, cuando el proyecto ol¨ªmpico era solo una candidatura. Pero el estreno no fue del todo pl¨¢cido: el conjunto se inaugur¨® por fases y a pocos meses para el inicio de los juegos todav¨ªa faltaba la nueva torre de control. Adem¨¢s, varios episodios de aguaceros provocaron goteras y dejaron inoperativas algunas puertas cuando las terminales estaban reci¨¦n estrenadas. Tambi¨¦n hubo problemas con el centro meteorol¨®gico, con parte de sus instalaciones sin operar, lo que provoc¨® quejas y la presentaci¨®n de una denuncia ante la Organizaci¨®n de Aviaci¨®n Civil internacional por no cumplir las normas de observaci¨®n: las instalaciones estaban en una cuarta planta, protegidas por cristales ahumados que imped¨ªan la visibilidad de las pistas.
La tercera ampliaci¨®n la de la T1, se inaugur¨® en 2009, tambi¨¦n fue obra de Bofill, y llev¨® a El Prat a rozar los 53 millones de pasajeros antes de la pandemia y situarlo en el sexto puesto entre los aeropuertos europeos. El ¨²ltimo proyecto de ampliaci¨®n (1.700 millones de inversi¨®n) se paraliz¨® en septiembre de 2021 por la negativa de los alcaldes de Barcelona y El Prat, apoyados por la ministra Yolanda D¨ªaz, de parte del Govern y las movilizaciones en contra de la afectaci¨®n al espacio protegido de La Ricarda.
10. LA TORRE DE COLLSEROLA, LA CIUDAD COMUNICADA
Si hab¨ªa que poner la ciudad en el mapa y en todas las televisiones del mundo, hab¨ªa que comunicarla bien. Los Juegos tuvieron 3.500 millones de espectadores. Supuso modernizar las redes de telecomunicaciones y Telef¨®nica aceler¨® su plan de inversiones: invirti¨® 560 millones de euros. En 1991 el 30% de las centrales telef¨®nicas de la ciudad eran digitales y se instalaron 40.000 kil¨®metros de red de fibra ¨®ptica, se reforz¨® el sistema de antenas y se construyeron varias centrales telef¨®nicas especializadas. La empresa de telefon¨ªa activ¨® 5.000 tel¨¦fonos m¨®viles que sumaron 40.000 horas de comunicaciones. La Torre de Collserola fue un proyecto de impulso p¨²blico, concesionado por 50 a?os a una empresa, que alquila espacios a firmas de telecomunicaciones.
Como las torres de la Vila Ol¨ªmpica y la torre de Santiago Calatrava (promovida por Telef¨®nica, en Montju?c), fue otra silueta a a?adir al sky line de la ciudad. Mide 288 metros, hay quien ve en ella una jeringa, una estaca, el m¨¢stil de un velero¡ pero con una m¨ªnima intervenci¨®n sobre Collserola, la obra es de Norman Foster, gan¨® el concurso que se convoc¨®. El edificio de servicios de la torre est¨¢ semisoterrado, para respetar el parque natural. Como la c¨²pula del Sant Jordi, las 10 plantas se construyeron en tierra y se levantaron a la vista de todo el mundo, tambi¨¦n con gatos hidr¨¢ulicos. Es el mejor mirador de Barcelona. La torre se inaugur¨® justo un mes antes de la ceremonia de apertura de los Juegos.
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