Catalu?a, tierra de dinosaurios
Los hallazgos, investigaciones y museos sobre los ¡°lagartos terribles¡± colocan a la paleontolog¨ªa catalana que estudia esos animales en primera l¨ªnea internacional, pero falta inter¨¦s y reconocimiento social en casa
Est¨¢ cayendo la de Dios en Sabadell, un aguacero; un d¨ªa estupendo para ir en busca de animales antediluvianos, concretamente dinosaurios. Aunque, hay que advertir, los paleont¨®logos modernos aborrecen esa denominaci¨®n vintage de ¡°antediluvianos¡± que a los que tenemos una edad nos recuerdan las cient¨ªficamente aberrantes, pero tan entretenidas (sobre todo si sal¨ªan Raquel Welch o Victoria Vetri), pel¨ªculas como Hace un mill¨®n de a?os (1966) o ...
Est¨¢ cayendo la de Dios en Sabadell, un aguacero; un d¨ªa estupendo para ir en busca de animales antediluvianos, concretamente dinosaurios. Aunque, hay que advertir, los paleont¨®logos modernos aborrecen esa denominaci¨®n vintage de ¡°antediluvianos¡± que a los que tenemos una edad nos recuerdan las cient¨ªficamente aberrantes, pero tan entretenidas (sobre todo si sal¨ªan Raquel Welch o Victoria Vetri), pel¨ªculas como Hace un mill¨®n de a?os (1966) o Cuando los dinosaurios dominaban la tierra (1970), que por cierto contaba con guion de ?J. G. Ballard! Buscar dinosaurios en Sabadell, tan lejos de la formaci¨®n Morrison (Colorado) o el desierto del Gobi, puede parecer raro, pero no si llamamos (empapados) a la puerta de la sede hist¨®rica del Institut Catal¨¢ de Paleontologia Miquel Crusafont (ICPMC), centro pionero en la investigaci¨®n de los ¡°lagartos terribles¡± en Catalu?a.
El que abre no es Allan Grant ni, gracias a Dios, el espectacular Triceratops del centro ¡ªque tambi¨¦n es museo¡ª sino el paleont¨®logo ?ngel Galobart, uno de los mayores impulsores del estudio y la divulgaci¨®n de los dinosaurios en nuestro pa¨ªs y desde 2016 director del Museo de la Conca Dell¨¤, de Isona (Pallars Juss¨¤), y del Espai Dinosfera, de Coll de Narg¨® (Alt Urgell), dos centros dedicados a esos animales, adem¨¢s de responsable del Mesozoic Research Group del ICPMC. El investigador, impulsor del proyecto integral Dinosaurios de los Pirineos, acaricia el sue?o de que sintamos resonar los pasos de los dinosaurios en Catalu?a. Porque Catalu?a, en la que se han hallado la friolera de 7 especies nuevas, que s¨®lo han aparecido aqu¨ª, es tierra de dinosaurios, sin ninguna duda. Y un lugar, especialmente el prepirineo y pirineo leridano ¡ªdonde habitaron, entre hace 70 y 66 millones de a?os, los ¨²ltimos dinosaurios de Europa antes de la extinci¨®n¨C, en el que se est¨¢n produciendo hallazgos de primera magnitud de f¨®siles de esos animales y estudios cient¨ªficos punteros. Lo reconoce todo el mundo.
Por ejemplo, Steve Brusatte, la actual estrella de la investigaci¨®n de los dinosaurios, que estuvo en enero en Barcelona y dio una multitudinaria conferencia en CosmoCaixa, alaba continuamente a nuestros paleont¨®logos cuando hablas con ¨¦l y en su libro de referencia Auge y ca¨ªda de los dinosaurios (Debate, 2019) subraya con admiraci¨®n de sus colegas catalanes: ¡°No paran de encontrar huesos, dientes, huellas e incluso huevos de dinosaurios¡±. En el Espai Dinosfera, dedicado a la reproducci¨®n (a explicarla no a experimentar con ella como en los laboratorios de la isla Nublar de Parque jur¨¢sico) se exhibe, precisamente, el nido de dinosaurio m¨¢s grande de Europa, de titanosaurio (los saur¨®podos, herb¨ªvoros, de cuello largo parecidos a los ic¨®nicos diplodocus y brontosaurios) con 25 huevos, excavado en 2005 en Coll de Narg¨®, donde se han encontrado huevos a centenares. En la localidad de Pinyes, cerca de Coll de Narg¨®, se ha documentado comportamiento de nidificaci¨®n de titanosaurios y de su biolog¨ªa reproductiva, con superposici¨®n de capas de huevos y evidencias de que la madre excav¨® con las patas traseras para fabricar un nido en forma de pozo donde depositar su puesta, y luego la tap¨®.
Y sin embargo, deplora Galobart mientras conduce a trav¨¦s de salas en las que se muestran restos de criaturas asombrosas, dinosaurios y otros (como el cocodrilo extinto Diplocynodon o las v¨¦rtebras y la reconstrucci¨®n del ictiosaurio, reptil marino contempor¨¢neo de los dinosaurios, de Al¨°s de Balaguer, en la Serra Carbonera), aqu¨ª parece que casi nadie se entere de los descubrimientos, las excavaciones y los avances. La gente en general, explica, ignora que somos una gran potencia en hallazgos y estudios de dinosaurios, se desconoce mucho la existencia de modernos museos espec¨ªficos desplegados por el territorio y la sociedad vive de espaldas en su mayor parte a esa realidad de que tenemos bajo nuestros pies cantidad de dinosaurios, y muy importantes.
Hay que precisar que cuando hablamos de los dinosaurios de la actual Catalu?a hablamos de animales que se mov¨ªan en un territorio muy distinto al de hoy. Casi imposible de imaginar de lo distinto que era. Con decir que la mayor parte del tiempo Lleida (lo que es Lleida hoy) estaba bajo el agua¡En el Jur¨¢sico, toda Catalu?a estaba sumergida. En el Cret¨¢cico, el mar se retira y se abre un territorio para su conquista por los dinosaurios. Hasta la ¨¦poca final de estos, el Cret¨¢cico superior, los Pirineos no exist¨ªan. Comenzaron a alzarse entonces, y el Atl¨¢ntico llegaba hasta los actuales Alt Urgell, Pallars Juss¨¤ y la Noguera. Las llanuras inundables con r¨ªos de lo que los ge¨®logos y paleont¨®logos denominan isla Ibero-arm¨®rica (Europa consist¨ªa en un gran archipi¨¦lago), eran el lugar de nidificaci¨®n de los titanosaurios, que se mov¨ªan en manadas. Zonas de influencia marina, con lagunas, pantanos, y un clima tropical.
Especialmente somos ricos en titanosaurios y hadrosaurios (dinosaurios de pico de pato), con much¨ªsimos restos f¨®siles, algunos espectaculares, como el cuello de titanosaurio, que mide cinco metros y pesa ¨¦l solo 4,5 toneladas. Es excepcional que muchos de esos animales se encontraban en el l¨ªmite de la extinci¨®n. Entre los hallazgos importantes y emocionantes, tambi¨¦n se ha encontrado una placa d¨¦rmica de nodosaurus (dinosaurio acorazado), una excepcional impronta de piel de titanosaurio, y ?un diente de un pariente del velocirraptor! que vivi¨® cerca de Tremp.
De titanosaurios, ese grupo de dinosaurios que se han hecho tan famosos a partir del hallazgo en Argentina de algunos gigantescos, incluso para ser dinosaurios, como el patagotit¨¢n, se ha descubierto en Catalu?a (en el yacimiento de Orcau-1, en el Pallars Juss¨¤) incluso una nueva especie, descrita por nuestros paleont¨®logos y denominada Abditosaurus kuehnei. Era un bicho de 18 metros de largo y 14 toneladas que vivi¨® hace 70,5 millones de a?os. Pero es que adem¨¢s hay restos de otros titanosaurios diferentes lo que hace pensar a los investigadores que en el Cret¨¢cico terminal (y valga la palabra) catal¨¢n hab¨ªa hasta cuatro especies distintas, de las que tres estar¨ªan a¨²n por describir. Pese a su nombre, algunos de los titanosaurios pirenaicos eran relativamente peque?os, incluso enanos, lo que se achaca a su desarrollo en condiciones de insularidad. Abditosaurus ser¨ªa un coloso entre ellos.
Galobart ha reunido a otros dos expertos como ¨¦l, miembros del grupo de investigaci¨®n que excava desde hace 20 a?os en el prepirineo, para hablar de dinosaurios catalanes con este enviado especial al Cret¨¢cico. Uno es Bernat Vila, especialista en saur¨®podos (es uno de los que ha descrito a Abditosaurus) y al que elogia Brusatte (han trabajado juntos en Escocia), y el otro Albert Prieto-M¨¢rquez, un crack de los hadrosaurios, entre otras cosas, que ha descrito el a?o pasado, con Albert Sell¨¦s, al Calvarius rapidus, un ornit¨®podo de justito antes de la extinci¨®n (calvarius por el calvario del meteorito) hallado en el Pirineo, y ha excavado en Hell Creek, nada menos, el famoso yacimiento de Montana. Se han reunido los tres alrededor de una mesa en la que destaca el contundente f¨¦mur de un titanosaurio (grande), lo que sin duda crea ambiente. Luego se fotografiar¨¢n, con notable aire friki a lo personajes de The Big Bang Theory, junto a la bonita r¨¦plica del titanosaurio peque?o, un animal entra?able que parece salido de En busca del valle encantado.
¡°Te encuentras a muchas personas que te dicen: ¡®?C¨®mo?, ?pero aqu¨ª hab¨ªa dinosaurios?¡¯¡±, apunta Galobart, ¡°luchamos mucho por explicar y divulgar, pero en general con los dinosaurios en Catalu?a hemos ido tarde y lo que se ha fijado en la imaginaci¨®n y la ha forjado son los dinosaurios estadounidenses y las pelis de Parque jur¨¢sico y sus franquicias¡±. Desgraciadamente, acuerdan los tres, no se ha sabido aprovechar la dinoman¨ªa ¡ªde la que hacen gala por ejemplo tantos ni?os: en el coloquio con Brusatte algunas de las preguntas m¨¢s interesantes las formul¨® un chaval¡ª para avanzar en la divulgaci¨®n.
Vila reflexiona que pese a todo el trabajo hecho y el prestigio internacional, los paleont¨®logos catalanes ¡°no tenemos el aura de prestigio y de aventura de nuestros colegas anglosajones¡±. ?Consideraci¨®n social? ¡°?Qu¨¦ si somos ricos?, para nada; y no veo prestigio social. Lo suplimos todo con pasi¨®n. Los ni?os son los ¨²nicos que a los que impresionamos cuando damos charlas¡±. Considera que la falta de suficiente valoraci¨®n de la paleontolog¨ªa se debe a la carencia general de cultura cient¨ªfica. ¡°La gente de la calle tiene una cultura cient¨ªfica muy b¨¢sica, con respecto a los dinosaurios se quedan en la an¨¦cdota, cu¨¢l era m¨¢s grande, cu¨¢l com¨ªa m¨¢s o era m¨¢s peligroso¡±. Recuerda que los ingleses llegaron antes a los dinosaurios, los primeros, y que los estadounidenses tuvieron el gran boom de los hallazgos expresado en la competencia de Cope y Marsh en el Far West de los dinosaurios. ¡°Nosotros no tenemos un siglo de T. Rex como all¨ª¡±, suspira. ¡°En Gran Breta?a y EE UU los dinosaurios son grandes iconos culturales¡±, a?ade Prieto-M¨¢rquez, ¡°aqu¨ª mucho menos¡±. ¡°Y eso sin contar lo que invierte en investigaci¨®n el mundo anglosaj¨®n¡±, remata Vila que se?ala que en casa es muy pronto para tener un star system como el que componen gente como Paul Sereno, Jack Horner o el propio Brusatte. Lo m¨¢s parecido, acuerdan, es Pepelu Sanz (Jos¨¦ Luis Sanz), el paleont¨®logo y divulgador madrile?o tan estimado por todos los dinomaniacos catalanes. Y eso que los curr¨ªculos de Galobart, Vila y Prieto-M¨¢rquez, con numeros¨ªsimo articulos publicados en las m¨¢s prestigiosas revistas cient¨ªficas, son para que los fichen como asesores (o protagonistas) de las secuelas de Jurasic World.
El caso es que, recuerda Galobart, pese a pioneros como Llu¨ªs Mari¨¤ Vidal, Josep Dur¨®, Maria Lourdes Casanova y su marido Josep Vicen? Santaf¨¦ y el propio Miquel Crusafont, las investigaciones sistem¨¢ticas de dinosaurios en Catalu?a no han empezado hasta muy recientemente. Un paso decisivo fue la conversi¨®n en 2007 del hist¨®rico Crusafont (parafraseando a Monterroso, ¡°cuando despert¨®, el Crusafont segu¨ªa ah¨ª¡±) en Instituto Catal¨¢n de Paleontolog¨ªa adscrito al CERCA como centro de investigaci¨®n, con un departamento de ecosistemas de dinosaurios. Se tom¨® la decisi¨®n de crear una red de museos de dinosaurios desplegados por el territorio, cerca de los yacimientos pirenaicos y cada uno centrado en un tema (pisadas, en Fumanya, en el Bergued¨¤, donde hay m¨¢s de tres mil; reproducci¨®n, biodiversidad), con los de Conca Dell¨¤ de Isona y Coll de Narg¨® como ¡°estrellas¡± y el Epicentro de Tremp con toda la informaci¨®n tur¨ªstica y patrimonial, incluidos los dinosaurios, del Pallars. ¡°Es como si cada museo fuera una sala de un gran museo de los dinosaurios catalanes¡±, explica Galobart. ¡°Si coges todo el material y lo pones junto en un edificio ser¨ªa el museo de su clase m¨¢s importante de Europa¡±, a?ade. Otra posibilidad era crear un ¨²nico museo en una gran ciudad. ¡°Era otra opci¨®n, el tiempo dir¨¢ si hemos acertado o no, pero ya estaba el Crusafont en Sabadell, y a nivel territorial esto da buen resultado y atrae turismo a zonas que necesitan est¨ªmulos. Es una forma de retornar beneficios de los dinosaurios a los lugares en que aparecen. Estamos dando curso a gu¨ªas para visitas espec¨ªficas sobre dinosaurios¡±.
Galobart cree que un gran museo de dinosaurios en Barcelona ser¨ªa contraproducente para la visita a los lugares originales. Y en ese sentido deplora la competencia (¡°suma, pero a veces nos resta¡±) que les hace CosmoCaixa con la actual exposici¨®n de titanosaurios (precisamente) argentinos. ¡°Exhiben r¨¦plicas, mientras que nosotros mostramos f¨®siles originales, y de especies de aqu¨ª, que es un valor a?adido¡±. Opina que una exposici¨®n de dinosaurios catalanes ser¨ªa ¡°muy interesante¡±.
Galobart considera sin embargo que ellos tienen pendiente trabajar m¨¢s la reconstrucci¨®n de dinosaurios, y la divulgaci¨®n, ¡°nos falta comunicaci¨®n, que la gente sepa lo que hacemos¡±. Otro reto es conseguir que se protejan los extraordinarios lugares geol¨®gicos que hay en Catalu?a. Una manera ser¨ªa la creaci¨®n de geoparks, que auspicia la Unesco. Disponer de m¨¢s dinosaurios ic¨®nicos es ya cuesti¨®n de suerte. No hay triceratops en Catalu?a (no los hubo en Europa), excepto el tan popular del Crusafont, en realidad una r¨¦plica tra¨ªda de EE UU, y el cr¨¢neo de CosmoCaixa. Tampoco T. Rex (aunque tambi¨¦n hay una copia de la cabeza de uno norteamericano en el Crusafont, llegado con el Triceratops en los 90). De momento no se ha encontrado en Catalu?a ning¨²n gran carn¨ªvoro. Los hay de tama?o peque?o como el Tamarro insperatus, un trood¨®ntido, como una gallina. Pero no los depredadores grandes que deb¨ªan cazar a los titanosaurios. ¡°Tiene que haberlos, este ecosistema lo pide, pero no quieren salir de momento, ya saldr¨¢n¡±, pronostica Galobart. ?Hay posibilidades de tiranos¨¢uridos? ¡°Nunca puedes decir que no. De momento, tenemos yacimientos muy ricos con muchos animales diferentes y esa excepcionalidad de que poseemos registros de los ¨²ltimos cuatro millones de a?os antes de la extinci¨®n de los dinosaurios por el meteorito¡±.
Los paleont¨®logos catalanes se sienten ¡°bastante incomprendidos¡± por la administraci¨®n, que ha tardado en entender el potencial cultural, educativo y si se quiere de pa¨ªs que tienen los dinosaurios. ¡°A los pol¨ªticos, que piensan en la inmediatez y los tempos electorales, el Mesozoico (la edad de los reptiles, entre hace 250 y 66 millones de a?os y que incluye el tri¨¢sico, el jur¨¢sico y el cret¨¢cico) se les hace muy largo¡±, ironiza Galobart. Desde el punto de vista nacionalista, por otro lado, es dif¨ªcil colocarles la estelada a los dinosaurios, aluden a un pasado demasiado remoto para rentabilizarlos en ese sentido, vamos que no son 1714, ni siquiera el ante o preneandertal hombre de Tautavel, del que Lumley dec¨ªa que era el primer catal¨¢n pues desde su cueva se ve¨ªa el Canig¨®. T¨ªtulo, el de ¡°primer catal¨¢n¡± que se dio tambi¨¦n a Pau, el Pierolapithecus catalaunicus, el hominoideo de hace 13 millones de a?os que encontraron Salvador Moy¨¤ y su equipo en el cercano vertedero de Can Mata, en Hostalets de Pierola, y al que puede verse tambi¨¦n en el Crusafont. ¡°No jugamos a eso¡±, se?ala Galobart, ¡°ser¨ªa rid¨ªculo con dinosaurios, al menos Pau y Jordi (el primate de hace 10 millones de a?os de Sabadell) son antropomorfos¡±.
?Qu¨¦ nos asombrar¨ªa m¨¢s de llevarnos una m¨¢quina del tiempo tipo Ray Bradbury a la Catalu?a de los dinosaurios? ¡°?Encontrarnos un carn¨ªvoro!¡±, salta extra?amente ilusionado Albert. ¡°Aunque un hadrosaurio cara a cara tambi¨¦n ser¨ªa muy peligroso, como si te toparas hoy con un rinoceronte o un hipop¨®tamo¡±, a?ade el paleont¨®logo con una gran sonrisa y la mirada perdida en un h¨²medo sue?o Cret¨¢cico. ?Caramba! ?Es sorprendente el efecto que pueden provocar nuestros dinosaurios!
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