La hoja de servicio de Feij¨®o en Galicia: del recorte de lo p¨²blico a una ley LGTBI
El candidato del PP despleg¨® en la Xunta una gesti¨®n pragm¨¢tica, alineada con las demandas del empresariado y propulsada por una f¨¦rrea protecci¨®n medi¨¢tica de su imagen
Alberto N¨²?ez Feij¨®o lleg¨® a la Xunta en 2009 con una tijera en la mano, la misma que promete desenfundar en La Moncloa. Tambi¨¦n en su camino hacia aquella victoria, sin descomponer ni una pizca su aspecto de gestor aplicado, denost¨® a la coalici¨®n de izquierdas que entonces reg¨ªa Galicia. Tild¨® a aquel Gobierno de caro y despilfarrador, plagado de ¡°chiringuitos¡± y con un ¡°sult¨¢n¡± de presidente ¡ªel socialista Emilio P¨¦rez Touri?o¡ª que gastaba el dinero p¨²blico para moverse en coches oficiales de alta gama. Tras tomar posesi¨®n, Feij¨®o redujo el Ejecutivo de 12 a 10 conseller¨ªas y elimin¨® la vicepresidencia, adem¨¢s de suprimir en seis a?os 45 entes de la Administraci¨®n paralela. La eficacia de aquel plan qued¨® en entredicho casi una d¨¦cada despu¨¦s, cuando el Consello de Contas, ¨®rgano fiscalizador de la autonom¨ªa, le puso n¨²meros al ahorro por el recorte de organismos: 17 millones de euros, equivalente al 0,15% del Presupuesto auton¨®mico de 2009. Y aunque parec¨ªa apuntar a lo contrario, Feij¨®o no cambi¨® las berlinas de los cargos auton¨®micos del PP por utilitarios o bicicletas.
El sucesor de Manuel Fraga, premiado con cuatro mayor¨ªas absolutas, ha sido un alumno aventajado en el cumplimiento de los topes al d¨¦ficit p¨²blico. En Galicia lo consigui¨® no solo recortando, tambi¨¦n triplicando la deuda. Su elecci¨®n de las partidas por las que meter la tijera provoc¨® fuertes protestas en educaci¨®n y sanidad desde los primeros a?os. Sindicatos y asociaciones de familias y pacientes lo acusaron de beneficiar al sector privado. Se suprimi¨® el sistema universal de gratuidad de los libros de texto, al mismo tiempo que se restablec¨ªan las subvenciones a los centros del Opus Dei que segregan por sexo. En sanidad, apelando a la debilidad de las arcas auton¨®micas, impuls¨® por primera vez la construcci¨®n de un hospital del servicio gallego de salud con colaboraci¨®n p¨²blico-privada, al estilo de Esperanza Aguirre en Madrid. El proyecto acab¨® con un rosario de sobrecostes y pleitos con la adjudicataria que siguen vigentes y, pese a que lo hab¨ªa anunciado, Feij¨®o ya no replic¨® el sistema en otras infraestructuras.
El historiador Xos¨¦ Manuel N¨²?ez Seixas, premio Nacional de Ensayo 2019, aprecia en Feij¨®o un ¡°talante m¨¢s amable comparado con Fraga¡± y una gesti¨®n ¡°relativamente aseada en algunas ¨¢reas¡±. Se?ala que se impuls¨® hacia la Xunta con una ¡°campa?a de difamaci¨®n¡± contra sus rivales pol¨ªticos, pero luego ¡°mantuvo las formas¡±. ¡°Sin embargo, las din¨¢micas de fondo que ven¨ªan de antes no cambiaron¡±, a?ade N¨²?ez Seixas, entre las que cita el ¡°enflaquecimiento de la sanidad y la educaci¨®n p¨²blicas¡± o el control de los medios de comunicaci¨®n. A su juicio, Feij¨®o ha desplegado pol¨ªticas neoliberales como las de la madrile?a Isabel D¨ªaz Ayuso, pero ¡°con menos aspavientos¡±.
Las multitudinarias movilizaciones contra los recortes en la sanidad p¨²blica han sido una constante en Galicia y una avanzadilla de lo que ha acabado ocurriendo en otros territorios. En esta esquina de la Pen¨ªnsula, la dispersi¨®n de la poblaci¨®n hace que la financiaci¨®n p¨²blica de los servicios b¨¢sicos sea fundamental. Adem¨¢s, el envejecimiento y la ca¨ªda de la natalidad que Feij¨®o no logr¨® revertir llevan tensionando los servicios sanitarios desde bastante antes de la pandemia. Seg¨²n el Instituto Galego de Estat¨ªstica, las camas hospitalarias por 1.000 habitantes han disminuido desde 2009 (de 3,53 a 3,29) y los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria han pasado de 2.560 a 2.643, un aumento exiguo en comparaci¨®n con la longevidad de los pacientes: en ese tiempo, el porcentaje de gallegos de 65 a?os ha subido del 20% al 25%. Para combatir esta sangr¨ªa demogr¨¢fica, Feij¨®o implant¨® la gratuidad de las guarder¨ªas p¨²blicas y privadas y ayudas directas por hijo durante los primeros a?os de vida. Los nacimientos, con todo, siguen a la baja, aunque su ca¨ªda se ralentiz¨® el a?o pasado.
Al presidente de la Confederaci¨®n de Empresarios de Galicia, Juan Vieites, le cuesta encontrar sombras a la era Feij¨®o, y las que se le ocurren las atribuye a la ¡°globalizaci¨®n¡± y a decisiones del Gobierno central. ¡°Es un gestor prudente y eficaz que se centr¨® en la gesti¨®n m¨¢s que en las grandes proclamas ideol¨®gicas¡±, afirma. Vieites defiende que a la industria gallega le ha ido bien durante sus mandatos y resta importancia a la desaparici¨®n de las entidades financieras gallegas o a la ca¨ªda en manos for¨¢neas de importantes compa?¨ªas de la conserva, la automoci¨®n, la construcci¨®n naval o las telecomunicaciones. ¡°Sigue habiendo vinculaci¨®n con Galicia de las entidades que se hicieron con las cajas [de ahorro] y el Banco Pastor¡±, esgrime, y las empresas que cambiaron de manos, como el operador de comunicaciones R o el astillero vigu¨¦s Barreras, siguen ¡°creando riqueza¡±: ¡°Algunas desaparecieron, pero las que quedan siguen creciendo¡±. En la Xunta mantuvo su ¡°puerta abierta¡± y un ¡°di¨¢logo permanente¡± con empresarios y sindicatos, asegura.
No lo ven as¨ª los representantes de los trabajadores. Paulo Carril es el secretario general de la Confederaci¨®n Intersindical Galega (CIG), el sindicato mayoritario en Galicia y el de m¨¢s implantaci¨®n en la educaci¨®n y la sanidad. Sostiene que el pol¨ªtico popular ¡°siempre ha hecho gala de un gran sectarismo¡±. En 13 a?os nunca sell¨® un acuerdo con la principal central sindical (s¨ª con UGT y CC OO) porque, para ello, exig¨ªa ¡°lealtad absoluta a sus pol¨ªticas, no cuestionarlas¡±, aduce. Por no aceptar el sindicato esta condici¨®n, Carril a?ade que Feij¨®o ¡°practic¨® el ostracismo¡± con la CIG. ¡°Es una persona sin escr¨²pulos, con capacidad infinita para mentir¡±, opina el dirigente sindical. A su juicio, el candidato del PP a La Moncloa ha impulsado pol¨ªticas ¡°sumisas al poder econ¨®mico¡± y ¡°ha confraternizado con las grandes empresas¡±. Al llegar Feij¨®o a la Xunta, la tasa gallega de desempleo era del 12%, cinco puntos por debajo de la espa?ola, y cuando se fue, estaba en el 11,5%, con la diferencia favorable recortada dos puntos.
El movimiento ecologista coincide en situar a Feij¨®o al lado de los intereses empresariales. Critica las diversas leyes que aprob¨® para reducir los tr¨¢mites administrativos que tienen que realizar las compa?¨ªas para llevar adelante sus proyectos. Conservacionistas y asociaciones vecinales se quejan de que se han eliminado controles ambientales y herramientas para que los afectados por parques e¨®licos, industrias o minas puedan defenderse.
El l¨ªder del PP ha disfrutado de 13 a?os de mayor¨ªa absoluta y un liderazgo fuerte en su partido. Ha desplegado un control f¨¦rreo de todos sus Ejecutivos, rodeado de conselleiros con escasa proyecci¨®n p¨²blica y guarecidos bajo su sombra. Ha gobernado sin contrapesos internos, sin la competencia de Ciudadanos o Vox en el Parlamento auton¨®mico y sin necesidad de negociar y consensuar con otras fuerzas pol¨ªticas. De hecho, no ha suscrito ning¨²n gran acuerdo con la oposici¨®n. Sus victorias se han producido frente a partidos rivales debilitados por continuos cambios de liderazgo, a excepci¨®n de la ¨²ltima etapa del BNG, con Ana Pont¨®n a la cabeza. Muchos de los pol¨ªticos que confrontaron con el l¨ªder del PP han admitido a posteriori que lo minusvaloraron. Feij¨®o ha sabido sobrevivir a momentos muy cr¨ªticos. El peor, cuando EL PA?S desvel¨® en marzo de 2013 la amistad que mantuvo con el narco Marcial Dorado cuando este era un c¨¦lebre contrabandista y ¨¦l un cargo p¨²blico en la Xunta presidida por Manuel Fraga.
Protestas en la televisi¨®n p¨²blica
Una fortaleza que marc¨® su paso por Galicia es el mimo con el que a¨²n sigue siendo tratada su figura en los medios mayoritarios de la comunidad. En su equipo m¨¢s cercano, herm¨¦tico y reducido, abundan los periodistas. La tijera de gestor austero con la que lleg¨® al poder se olvid¨® de las subvenciones que reciben las empresas privadas de comunicaci¨®n. La revista Luzes.gal y el diario P¨²blico calcularon en 45 millones los fondos p¨²blicos que la Xunta transfiri¨® durante sus gobiernos a medios elegidos a dedo, a trav¨¦s de convenios y ayudas directas y al margen de la publicidad institucional o las subvenciones por concurrencia competitiva. Los elegidos incluyen tanto compa?¨ªas gallegas como con sede en Madrid y algunas han sido objeto de debate parlamentario. Es el caso del canal digital EDATV, de Javier Negre. El PSOE denunci¨® que Negre recibi¨® 50.000 euros poco despu¨¦s de postularse Feij¨®o como presidente nacional del PP, una cantidad que fue ¡°troceada¡± en tres contratos menores.
Desde la oposici¨®n, al igual que ahora, Feij¨®o acus¨® a la Compa?¨ªa de Radio de Televisi¨®n de Galicia (CRTVG) de estar al servicio de la coalici¨®n de izquierdas que dirig¨ªa la Xunta. En 2011 aprob¨® una ley para despolitizar la empresa p¨²blica, pero nunca la cumpli¨®. Esa norma establece que el presidente de la CRTVG debe ser elegido por mayor¨ªa cualificada, es decir, de forma consensuada con la oposici¨®n, aunque Feij¨®o encontr¨® c¨®mo burlar esta exigencia: sigue en el puesto la misma persona que puso cuando lleg¨® a la presidencia. Tampoco se ha creado un comit¨¦ profesional que proteja la libertad e independencia de los periodistas, pese a estar previsto en esta ley. Por estos incumplimientos, los trabajadores de la radio y televisi¨®n auton¨®micas mantienen desde 2018 la protesta m¨¢s larga de Espa?a contra las injerencias de la Xunta en su labor informativa: los viernes negros. La compa?¨ªa ha sido incluso condenada por represaliar a uno de los periodistas movilizados sancion¨¢ndolo ilegalmente, y su presidente y otros siete directivos est¨¢n imputados por acoso laboral a otra trabajadora.
Una de las habilidades reconocidas a Feij¨®o es su manejo brumoso del lenguaje, que le permite construir frases lo suficientemente imprecisas para que quien las escuche entienda lo que espera o¨ªr. As¨ª ha ido dibujando su perfil de moderado dentro del PP. No le ha costado combinar sus loas a los grandes s¨ªmbolos del nacionalismo gallego como Castelao o Rosal¨ªa de Castro con la eliminaci¨®n de la discriminaci¨®n positiva a la lengua propia de Galicia en las aulas. Los ¨²ltimos estudios socioling¨¹¨ªsticos alertan de la ca¨ªda del uso del gallego entre los m¨¢s j¨®venes.
¡°La pol¨ªtica cultural de Feij¨®o ha sido no tener pol¨ªtica cultural¡±, opina Carlos Varela, presidente de la Asociaci¨®n Galega de Profesionais da Xesti¨®n Cultural. Pec¨® de falta de planificaci¨®n y lamenta que no haya conseguido que la Ciudad de la Cultura, un costoso macrocomplejo levantado en Santiago que hered¨® de Fraga, genere ingresos. ¡°Sigue siendo una r¨¦mora¡± que se traga un buen trozo del presupuesto, advierte Varela. El Xacobeo, a?ade, ha sido el gran evento cultural de la Xunta, pero ¡°su uso como recurso tur¨ªstico¡± no ha beneficiado a los creadores locales.
Hace ya nueve a?os, Feij¨®o convirti¨® a la comunidad en la primera con una ley para garantizar ¡°la igualdad de trato y la no discriminaci¨®n de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales¡±. Ana Fern¨¢ndez, presidenta de Alas Coru?a, asociaci¨®n de defensa de las personas LGTBI, la califica de ¡°ley florero¡± porque ¡°no se est¨¢ aplicando¡±. La Conseller¨ªa de Educaci¨®n deber¨ªa estar tomando medidas para llevar formaci¨®n sobre la diversidad afectivo-sexual a las aulas y ¡°no lo est¨¢ haciendo¡±, asegura.
El cambio de Madrid
La periodista Carla Reyes Uschinsky percibe en Feij¨®o ¡°m¨¢s prudencia que ambig¨¹edad¡± y una ¡°buena gesti¨®n de los tiempos¡±: ¡°Es muy discreto y nunca se sabe muy bien cu¨¢les van a ser sus decisiones hasta que ¨¦l las cuenta¡±. Considera que es un ¡°hombre de centro, no de la derecha conservadora¡± y que este perfil gu¨ªa su pol¨ªtica, aunque al mismo tiempo ¡°sabe escuchar¡± y ¡°ha aprendido a observar su entorno y actuar en consecuencia¡±. Rechaza la idea de que Madrid lo haya cambiado. ¡°Yo reconozco al Feij¨®o de siempre¡±, afirma, y a su entender est¨¢ siendo ¡°coherente¡± en los pactos con Vox: ¡°Dijo que iba a dar libertad a las comunidades aut¨®nomas para pactar y lo est¨¢ haciendo¡±.
Vieites, presidente de la patronal, ve incluso en el l¨ªder del PP a ¡°una persona con cariz socialdem¨®crata¡±, preparado para lidiar con las exigencias ultras de Vox ¡°con prudencia, sentidi?o y un enfoque pragm¨¢tico¡±. El historiador N¨²?ez Seixas, sin embargo, cree que desde que est¨¢ en G¨¦nova, donde no tiene tan controlado el partido y le disparan fuego amigo desde la derecha, la pericia para preservar su imagen de moderaci¨®n ha empezado a fallar. Lo atribuye a que en Galicia ¡°apenas ha tenido que dar la cara, ha estado muy protegido¡±: ¡°Ahora, cuando se tiene que definir, mete la pata. Y a diferencia de [Mariano] Rajoy, que callaba, ¨¦l habla¡±.
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