El pavimento de una calle de Madrid que solo ha durado un mes
Al poco de terminar las obras, las calles de Arenal y Montera, en el centro de la capital, presentan miles de microagujeros
Los vecinos de las calles de Arenal y Montera se despertaron durante meses con el sonido del martillo neum¨¢tico que, a primera hora de la ma?ana, perforaba sin tregua los adoquines rosa y gris destinados a ser remplazados. Luego lleg¨® el silbido de las soldadoras contra el acero de los alcorques de los ¨¢rboles, seguido por del olor a bet¨²n. Durante semanas, la calle de Montera, peatonal desde 2008, pareci¨® volver a ser dominio de los coches, porque los vecinos descubrieron que la reforma inclu¨ªa un tramo central de distinto color. Supieron luego que era una falsa alarma y que por ah¨ª solo pasar¨ªan coches de polic¨ªa y de reparto de mercanc¨ªas. Finalmente, lleg¨® la ¨²ltima capa del pavimentado: un microaglomerado con ¨¢rido gran¨ªtico, para amortiguar el impacto del tr¨¢fico de los veh¨ªculos autorizados y destinado a durar m¨¢s tiempo. Pero solo un mes despu¨¦s del final de la obra, las calles de Arenal y Montera presentan miles de microagujeros, como si hubieran sido taladradas por una lluvia de clavos.
El Ayuntamiento de Madrid empez¨® a final de febrero la pavimentaci¨®n de estas dos calles c¨¦ntricas que desembocan en la Puerta del Sol. Los trabajos en estas dos v¨ªas, que tienen por objeto la renovaci¨®n completa de un espacio de casi 10.000 m2, no han incluido el tramo inicial de Arenal, que formar¨¢ parte de la futura remodelaci¨®n de la Puerta del Sol. El nuevo pavimento estaba pensado para resistir: losas y adoquines de granito gris en las aceras laterales y un microaglomerado gran¨ªtico en la parte central para reducir el ruido de las ruedas de los veh¨ªculos. Adem¨¢s, al tratarse de un suelo sin juntas, se incrementa la comodidad del tr¨¢nsito peatonal: la calle de Arenal, junto a Montera y Preciados, acumula el 10% de los tropiezos de la ciudad, seg¨²n datos del ¨¢rea de Obras y Equipamientos.
Desde hace un par de semanas, sobre este nuevo pavimento aparecieron en todos sus tramos ¡ªcomo consecuencia de la separaci¨®n del peque?o pedrisco de los que est¨¢ formado¡ª miles de microagujeros del di¨¢metro de un cent¨ªmetro. En algunas partes de las calles ya empiezan a levantarse porciones del suelo de mayor extensi¨®n. Aunque estos microagujeros no representan, en principio, un riesgo ni para los viandantes, ni para el tr¨¢fico rodado, el aspecto de las calles ha quedado comprometido. El paso de tr¨¢fico rodado no tiene relaci¨®n aparente: los boquetes se est¨¢n produciendo en la zona central de la calle, y los tramos m¨¢s transitados por veh¨ªculos ¡ªdonde las calles laterales se cruzan con Arenal y Montera¡ª no presentan un mayor desgaste. Sin embargo, los coches s¨ª han dejado numerosos rastros de neum¨¢ticos.
La posibilidad de que el ruido y el polvo de la obra vuelvan a Arenal y Montera no deja tranquilos a los comerciantes, que pasan los d¨ªas entre la resignaci¨®n y la indignaci¨®n. ?ngela Gallego trabaja desde hace 52 a?os en Monje¡¯S, una tienda de pelucas y turbantes en el n¨²mero 19 de Arenal, y todav¨ªa se acuerda de las anteriores obras, cuando se peatonaliz¨® la calle. ¡°Esta vez lo han hecho de una forma extra?a, primero un lado, luego la otra acera, en fin el centro¡ no iban por tramos y hemos tenido tres veces el ruido, tres veces el polvo, tres veces el paso de la calle cortado¡±, explica. No entiende c¨®mo una obra reci¨¦n acabada puede ya presentar problemas.
A una sola cuadra se encuentra Umberto Zurita. Desde que ¨¦l y sus compa?eros trabajan en UME Arenal, una tienda de instrumentos musicales, las obras han sido una constante. ¡°De hecho decimos de broma que parece que la acaban y que luego alguien se da cuenta de haber olvidado un cable y la vuelven a levantar¡±, dice entre risas. ¡°No le vemos el sentido de tantos a?os en obra¡±.
A solo 400 metros, en el 22 de Montera, hay un hostelero que hace exactamente la misma broma. F¨¦lix Rodr¨ªguez es el due?o del restaurante Ciudad de Tui, y durante muchas semanas no pudo tener las terrazas que en estos d¨ªas han vuelto a llenarse de turistas. Adem¨¢s de los trabajos de remodelaci¨®n del suelo, su comercio tuvo que sufrir los ruidos de la obra en Gran V¨ªa y la construcci¨®n ¡ªtodav¨ªa en curso¡ª de un hotel de lujo al otro lado de la calle.
Un estudio para averiguar las causas
Un portavoz del departamento de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento reconoce que existe un ¡°problema est¨¦tico¡±, tanto que se encarg¨® un estudio de laboratorio para averiguar las posibles causas y reformar el pavimento ¡°con las m¨ªnimas afecciones tanto para los peatones como para los comerciantes de la zona¡±.
En verano, la oposici¨®n critic¨® duramente el proyecto de remodelaci¨®n de Arenal y Montera. Esther G¨®mez, portavoz de M¨¢s Madrid en la comisi¨®n de Medio Ambiente y Movilidad, denuncia c¨®mo despu¨¦s de la remodelaci¨®n el aspecto de Arenal parece pensado para los veh¨ªculos, en lugar de para los peatones. Desde el PSOE, el concejal y portavoz en la comisi¨®n de Desarrollo Urbana y Obras y Equipamientos, Pedro Barrero, manifiesta la voluntad de su partido de averiguar c¨®mo ha sido posible que un ¡°superpavimiento¡± presente ya signos de desgaste despu¨¦s de tan poco tiempo.
Las reformas de Arenal y Montera han costado 2.5 millones: un mill¨®n para la calle de Arenal y 1.5 millones para la remodelaci¨®n de Montera, donde el presupuesto ha sido repartido a partes iguales entre el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, que asumi¨® el coste de la remodelaci¨®n del tramo entre las calles de Jardines y Gran V¨ªa. Desde Obras y Equipamientos aseguran que el arreglo de los microagujeros no supondr¨¢ ning¨²n coste adicional. Los acabados todav¨ªa est¨¢n en garant¨ªa.
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