La victoria judicial de Beatriz Cano, que denunci¨® a la Comunidad de Madrid por un men¨² sin lactosa
Una sentencia obliga a la residencia p¨²blica de Usera en la que vive esta mujer de 72 a?os a garantizarle comida adaptada a su intolerancia, que le fue diagnosticada en 2011
A Beatriz Cano le diagnosticaron intolerancia a la lactosa en marzo de 2011. ¡°Yo ya sab¨ªa que la alimentaci¨®n se iba a convertir en mi caballo de batalla¡±, reflexiona la mujer, de 72 a?os. Desde que se instal¨® en una residencia de ancianos del distrito madrile?o de Usera el 19 de noviembre de 2010, la calidad de la comida le desagrad¨®, pero cuando lleg¨® el diagn¨®stico, el asunto se convirti¨® en una cuesti¨®n de salud. ¡°No hab¨ªa manera de que me dieran el men¨² que exig¨ªa mi condici¨®n¡±, relata Cano, que acab¨® acudiendo a los tribunales en busca del respaldo de la justicia. Una sentencia le ha dado ahora la raz¨®n y ha obligado a la Comunidad de Madrid a ¡°tomar las decisiones pertinentes¡± para dar a la residente la comida adaptada a su intolerancia.
¡°Es una sensaci¨®n de victoria amarga, lo siento como un hito, pero tambi¨¦n me queda la impresi¨®n de que no importamos a nadie, de que nadie se ha preocupado de que yo pudiera comer lo que necesito¡±, se lamenta Cano. La residente asegura que, durante estos 10 a?os que se prolonga la situaci¨®n, ha conseguido algunos ¡°logros¡± como que le permitieran disponer de una neverita en la que guardar algunos productos. Tambi¨¦n cuenta que ha mantenido un par de reuniones con la direcci¨®n del centro, pero que no ¡°han servido de nada¡±. Su historia es confirmada por la sentencia judicial: ¡°Pese haber insistido reiteradas veces y haber presentado por escrito varias quejas para requerir una dieta especial seg¨²n la prescripci¨®n facultativa, se continu¨® d¨¢ndole una dieta totalmente inadecuada¡±.
En este tiempo, tal y como recoge la sentencia y relata tambi¨¦n la demandante, una inspecci¨®n sociosanitaria dictamin¨® que su residencia, Domusvi-Usera, no dispon¨ªa de ¡°ciertos men¨²s para al¨¦rgicos o intolerantes¡± o bien que los alimentos que no conten¨ªan lactosa de por s¨ª, se cocinaban de tal manera que pod¨ªan afectar a una persona con esta intolerancia o alergia. Seg¨²n el fallo, se abri¨® un expediente administrativo por este motivo al centro, de titularidad p¨²blica pero gestionado por la empresa que le da nombre. Cano asegura que, en alguna ocasi¨®n, le hicieron ver que su plato era diferente del resto, ¡°cuando no era as¨ª¡±, o le aseguraron que el men¨² era adecuado para ella. Seg¨²n la demandante, lleg¨® a tener efectos adversos fruto de su intolerancia, por los que tuvo que ser atendida por el equipo de salud del centro. ¡°Una vez me salieron ronchas en el pecho y tambi¨¦n pupas en el labio¡±, afirma.
Cano tiene una plaza asignada en esta residencia desde que cumpli¨® 60 a?os por la dependencia que le provoca la polio. En este tiempo, relata, ha combinado los productos que guarda en su frigor¨ªfico con men¨²s del d¨ªa en restaurantes cercanos. Una merluza natural envasada, bebidas l¨¢cteas y yogures adaptados a intolerantes... ¡°Por mi condici¨®n de salud, tengo que tener cuidado de tener una buena alimentaci¨®n¡±, apunta.
Un portavoz de la Consejer¨ªa de Pol¨ªticas Sociales y Familia explica que desconocen qu¨¦ problema concreto ha existido en este caso para que no se diera a la residente la alimentaci¨®n requerida, pero asegura que acatar¨¢n la sentencia, ¡°como no puede ser de otra manera¡±, al tiempo que ha defendido que existen protocolos en las residencias p¨²blicas para tener todo tipo de men¨²s. Sin embargo, la sentencia considera que la situaci¨®n en la que ha vivido Cano es consecuencia de la ¡°inactividad de la Administraci¨®n¡± y que el trato al que se ha sometido a la demandante ¡°no es el reglamentario¡±.
No es la primera vez que se hacen visibles y patentes las quejas por las condiciones de vida en las residencias p¨²blicas. En este caso, la denuncia cuenta adem¨¢s con el respaldo judicial. En octubre, este peri¨®dico recogi¨® la denuncia de familiares y trabajadores de la residencia p¨²blica de Alcorc¨®n porque la falta de personal dejaba en situaci¨®n de ¡°abandono¡± a los ancianos. ¡°Como no nos da tiempo a ducharlos y asearlos, pues tienen que desayunar en las camas llenos de orines y de deposici¨®n¡±, relataba una trabajadora.
A mediados de septiembre, Mariano Tur¨¦gano, de 82 a?os, intervino en el pleno de San Sebasti¨¢n de los Reyes para reclamar condiciones ¡°dignas¡±. Entre otras cuestiones, Tur¨¦gano asegur¨® que la comida era ¡°deleznable¡± y que pasaban horas sin ingerir nada. Cano se regocija ahora con su peque?a gran victoria y espera no tener que preocuparse de m¨¢s ¡°ronchas¡± y ¡°pupas¡±. Cree que es una batalla que ha luchado sola, pero asegura estar acostumbrada a no quedarse callada y conformarse: ¡°Soy una mujer combativa¡±.
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