Un ¨¢lbum en un contenedor, fotos de cinco se?oras en Jordania y una b¨²squeda detectivesca para encontrarlas
Una mujer emprende una investigaci¨®n personal para conocer la historia de la due?a de las im¨¢genes tiradas a la basura de una calle de Chamber¨ª y no para hasta desentra?ar el misterio
![?ngeles, junto al ¨¢lbum de fotos durante su b¨²squeda.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2T7QHRDPYFEY3JUI5GSU54245M.jpg?auth=a9b1d7f40c453303734a242d5440b0bce17d33af0d9d9cfc576e9e5841474e12&width=414)
In¨¦s de Llanos falleci¨® a los 88 a?os en 2023. No tuvo descendencia. Dej¨® un piso vac¨ªo en la calle de Alonso Cano de Madrid, repleto de muebles de ¨¦poca, figuras de elefantes y cientos de fotograf¨ªas sueltas u ordenadas en ¨¢lbumes. Como suele suceder de un tiempo a esta parte, poco despu¨¦s el inmueble deb¨ªa quedar preparado para su puesta en venta, es decir, vac¨ªo. El alba?il ecuatoriano Pedro M., de 50 a?os, recibi¨® hace unos 10 d¨ªas la orden de ejecutar la limpieza. ¡°Yo tiro y no miro¡±, es su lema. Y as¨ª hizo: todo al contenedor.
En un armario de madera maciza hab¨ªa encontrado un objeto muy especial. Era el ¨¢lbum de fotos que conten¨ªa el viaje a Jordania en 2005 de la difunta In¨¦s junto a cuatro amigas. Navegaron por el mar Muerto, visitaron Petra y contemplaron all¨ª el olivo plantado por Juan Pablo II como s¨ªmbolo de paz. Todo estaba en esas im¨¢genes tomadas con c¨¢maras desechables. El ¨¢lbum completo acab¨® en el contenedor como estaba ordenado.
Como una de tantas historias de vidas cruzadas, una vecina de Chamber¨ª, ?ngeles M., regresaba a casa despu¨¦s de comprar fruta, pas¨® al lado del contenedor y repar¨® en el ¨¢lbum, camuflado entre sillas de madera y azulejos. Lo oje¨® y le pudo la tristeza. Le sacudi¨® el polvo y se lo llev¨® a casa: se imagin¨® a s¨ª misma devolviendo el ¨¢lbum a alguien a quien todav¨ªa le importase.
?ngeles M., de 44 a?os, es secretaria de profesi¨®n y vive por la zona de Crist¨®bal Bordi¨², tambi¨¦n en Chamber¨ª. Era el d¨ªa de su aniversario, y con tal motivo, decidi¨® emprender una b¨²squeda.
Un ¨¢lbum de fotos es para ella un objeto sagrado, algo casi que venerar. De entre todas las im¨¢genes, hay una que le enternece especialmente. En ella aparecen las amigas en la cubierta de un barco. ¡°Lo mejor es el t¨ªtulo que le pusieron¡±, sostiene. En el reverso puede leerse Escuela de sirenas. ¡°Eran como unas adolescentes, me encanta su iron¨ªa. Hay fotos que se hacen mientras est¨¢n dormidas en los sof¨¢s¡ Deb¨ªan de tener un sentido del humor delicioso. Lo vivieron como un viaje de esos de instituto¡±.
Decidida a emprender una b¨²squeda, regres¨® al lugar del contenedor para revisarlo. A juzgar por el polvillo en el aire, la reforma segu¨ªa activa, as¨ª que no tard¨® mucho en aparecer por all¨ª el diligente Pedro M., encargado de trasladar en una carretilla todo lo que le entregan los dem¨¢s. Al ver el ¨¢lbum que le mostraba ?ngeles, Pedro se revolvi¨®. ¡°Pero si lo tir¨¦ yo, ?de d¨®nde lo has sacado?¡±, pregunt¨®. ?ngeles se explic¨® algo nerviosa y pidi¨® saber d¨®nde estaba el piso para poder recabar m¨¢s pistas. Pedro, de nuevo obediente, se?al¨® el portal en cuesti¨®n, ubicado a la vuelta de la esquina, en R¨ªos Rosas.
![El contenedor de obra donde fue encontrado el ¨¢lbum.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/II7N7JTZ7FHDHCOLILSNBAKS7I.jpg?auth=ca757682740e504d26d545aab26f33ce88b05fd96b84f298e9ac6cbcce1d3f51&width=414)
El edificio lo custodia un portero serio y distante. ¡°Es el 1? D¡±, se limit¨® a decir. La puerta estaba abierta. Al fondo del inmueble hab¨ªa un obrero rompiendo a martillazos el techo. Eduardo M¨¦ndez, de 41 a?os, el alba?il jefe, dijo no saber nada del pasado del lugar. Del futuro, lo que le han contado es que el piso, que ha sido comprado por un hombre espa?ol que ya tiene otras ocho viviendas en el centro de Madrid, se utilizar¨¢, ¡°como el resto¡±, para alquilarlo. ¡°Debe tener mucha plata, nos contrata cada dos por tres¡±, interrumpe el alba?il Pedro M., que desfila con m¨¢s escombros. Es un hecho corriente en el Madrid de estos tiempos.
![El rellano donde se encuentra el piso de In¨¦s, ahora en reformas.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/D5RTGGKQV5H3FEZP5MG2GNGNJA.jpg?auth=84e1a269eed1eebefc7fdf71104b1bfb02ae1cd17f70d90e103fbf1620111d72&width=414)
?ngeles se march¨® con las manos vac¨ªas y comenz¨® una cruzada por el barrio. Lo primero que se le ocurri¨® fue colgarlo en X (antes Twitter). Casi como un desahogo. Madre melones, como se llama en la red social, lanz¨® sin saberlo su primer grito de auxilio. ¡°No s¨¦ bien lo que hacer con ¨¦l. Encontrar a alguna de las otras cuatro amigas parece una misi¨®n muy complicada. ?Hay alg¨²n sitio municipal, estatal o lo que sea para donar fotograf¨ªas y que formen parte de alg¨²n fondo fotogr¨¢fico?¡±, pregunt¨®.
Me he encontrado en la calle un ¨¢lbum de fotos de 5 amigas que fueron a Jordania y por las fotos se lo debieron de pasar muy bien. Hicieron much¨ªsimas fotos de edificios hist¨®ricos, hasta de un ba?o que simplemente les gust¨®. Una de estas amigas, la due?a del ¨¢lbum, ha debido
— Madre melones (@Mecagoent5) January 28, 2025
Despu¨¦s se le ocurri¨® girar todas las im¨¢genes, analiz¨® el papel con el que estaban reveladas y comprob¨® el CIF de los sellos que aparecen en los reversos. Lleg¨® a la conclusi¨®n de que las amigas intercambiaron las fotos y compusieron esta colecci¨®n. Al ver muchas de ellas impresas con papel Kodak, dedujo que las copias pudieron salir de La Fontana, una tienda de fotograf¨ªa cercana.
Y all¨ª acudi¨®: su due?o, Ra¨²l Velasco, de 57 a?os, tocaba las im¨¢genes como si acariciara el rostro de las se?oras, pero no conoc¨ªa a ninguna. ¡°?Toda su vida estaba tirada en la basura?¡±, coment¨®, ¡°?c¨®mo puede ser?¡±. ¡°Las im¨¢genes parecen de un viaje religioso. Lo mejor ser¨¢ ir a la iglesia¡±, recomend¨®.
![Im¨¢genes del ¨¢lbum de In¨¦s y sus amigas durante el viaje a Jordania.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/NFQDURL7NVEB5CAVJNXEOKHPY4.jpg?auth=9408bbd5419cf2e7c49d23533e7a8f54329a2fad88f5e46a7251bb486197b271&width=414)
![Im¨¢genes del ¨¢lbum de In¨¦s y sus amigas durante el viaje a Jordania.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DZ5LRVPW4ZAITIWWC3FT63HKNI.jpg?auth=211b211d9a759c2d42920ec126c8f5334ef2d8db2fe9e7bb0ee7b466f7829d40&width=414)
![Im¨¢genes del ¨¢lbum de In¨¦s y sus amigas durante el viaje a Jordania.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/IFCZXYQCAJHBVE7OGXTYXCXNHI.jpg?auth=3668d19c14683412f1e345c2033dfda4c58006c86d017677ac5d25ffa064fa8a&width=414)
![Im¨¢genes del ¨¢lbum de In¨¦s y sus amigas durante el viaje a Jordania.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RIW6Y67IKBG4XPTIA6GK6XI3FI.jpg?auth=d3e9e17f4f60c71360da69e1381658127c8cdd4283567a01b9ea1b12af590742&width=414)
![Im¨¢genes del ¨¢lbum de In¨¦s y sus amigas durante el viaje a Jordania.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DDJ3NJGDIRG7NATODQ5N4LXY34.jpg?auth=5eda58aba9bc0a34b8e0ed97c5f9bea9ac0eea35d6903713718dbf31136aa6e9&width=414)
![Im¨¢genes del ¨¢lbum de In¨¦s y sus amigas durante el viaje a Jordania.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5LABG4CHMZGL7COL3XOZ4XR2UA.jpg?auth=6ec1c338abcbe4eb994af6618d36db0e62b8eca921b184363986f821b55f6636&width=414)
Y hacia la Iglesia se encamin¨® ?ngeles, ya en actitud detectivesca.
En La Milagrosa, un hombre de 64 a?os cerraba los accesos al templo. Es Andr¨¦s Sacrist¨¢n, un empleado, que confirmaba que all¨ª s¨ª se organizan viajes. ¡°A tierra Santa y a Par¨ªs¡±, concret¨®. Sacrist¨¢n agarr¨® el ¨¢lbum, y no tuvo dudas:
¡ªClaro que conozco a alguna. Esta de la derecha es nuestra Mari Carmen. Hace tiempo que no viene.
¡ª?Es que ha fallecido?¡ª, respondi¨® ?ngeles.
¡ª?C¨®mo fallecido? Le dio un ictus, pero ya est¨¢ bien. Es voluntaria aqu¨ª.
De pronto Sacrist¨¢n se muestra dubitativo. ?ngeles le ofreci¨® una lupa para que observara las fotos de cerca. ?l, orgulloso, la rechaz¨®.
¡ªNo, no, no... Esta no es Mari Carmen, definitivamente. No conozco a ninguna. Lo siento¡ª, se disculp¨®.
Al minuto mir¨® de nuevo. Dud¨® otra vez. No, se parec¨ªa mucho, pero no era.
![Andr¨¦s Sacrist¨¢n, empleado de la iglesia La Milagrosa, cerrando las puertas del templo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/Z6M4VVNSQNBBFPS2CILSDKLDZM.jpg?auth=d529e1ceef46c47daed9e444360f45316990fbfda5920a78e8bf4396275e9085&width=414)
?ngeles no pudo posponer m¨¢s su aniversario y se march¨® desencantada a casa. Solo le quedaba una bala en la rec¨¢mara: la vecina del 1? E. En la comunidad de vecinos, el 80% son pisos alquilados y, seg¨²n el portero, ¡°apenas se conocen entre ellos¡±. Sin embargo, la del 1? E s¨ª debi¨® intimar con aquella mujer de la puerta de enfrente.
D¨ªas m¨¢s tarde, ?ngeles regres¨® al lugar de los hechos. Llam¨® al timbre y una voz al otro lado anunci¨®: ¡°Sab¨ªa que vendr¨ªais¡±. Era Rosa Mart¨ªnez, trabajadora en una boutique de Vel¨¢zquez, que comparti¨® rellano durante a?os con la difunta, de nombre In¨¦s de Llanos. La mujer ofreci¨® a ?ngeles un halo de esperanza. In¨¦s ten¨ªa una hermana por Raimundo Fern¨¢ndez Villaverde que ¡°a¨²n vive¡±. Antes de despedirse, Rosa le rog¨® que le regalara una fotograf¨ªa de In¨¦s cuando resolviera el misterio.
De pronto, la historia de ?ngeles y la b¨²squeda de las mujeres de la Escuela de Sirenas sufre un giro de guion, como en toda labor detectivesca que se precie. Un conocido, cuyo nombre no puede ser desvelado, que se hab¨ªa interesado en su historia y le recomend¨® a ?ngeles una raz¨®n social, Abogados Navarro, especialistas en ¡°localizaci¨®n de beneficiarios y gesti¨®n de herencias¡±. Al tel¨¦fono, Guillermo Navarro apunta los datos. ¡°Es bastante sencillo, dame 20 minutos¡±, solicit¨®. Al final ser¨¢ media hora lo que tarde Guillermo Navarro en enviar un escueto mensaje: ¡°La hermana es Isabel Llanos. Tiene cinco hijos. Vive aqu¨ª¡±.
Y deja una direcci¨®n.
Jos¨¦ Luis, el portero del inmueble se?alado por los Navarro, de 58 a?os, ofreci¨® los sillones del hall para que ?ngeles tomara asiento. Llam¨® a Isabel, pero no estaba en casa. Pasado un buen tiempo, cerca de la hora del Telediario, apareci¨® la se?ora junto a otra vecina. Ven¨ªan de tomarse un vino por el barrio. ?ngeles se acerc¨® con mucho respeto. Antes de dar explicaciones le tendi¨® el ¨¢lbum. ¡°?Es mi hermana!¡±, se sorprendi¨® Isabel, ahora con 86 a?os. ¡°Debi¨® quedarse perdido en el piso. ?No sabes las cosas que hab¨ªa ah¨ª!¡±, manifest¨®.
Y entonces empieza a juntar todas las piezas del puzle. In¨¦s naci¨® en Valladolid hace ahora 90 a?os. Muri¨® en 2023 despu¨¦s de pasar los ¨²ltimos a?os en una residencia. Fue enfermera del cirujano pl¨¢stico Fernando Enr¨ªquez de Salamanca, con el que trabaj¨® recomponiendo manos en el hospital Virgen del Puerto y en La Paz. No tuvo hijos, pero ¡°recorri¨® el mundo entero¡±, manifest¨® su hermana. Tras su muerte, se sinti¨® ¡°como esa ¨²ltima hoja que queda en la rama tambale¨¢ndose antes de desplomarse¡±. ¡°Yo era su hermana favorita¡±, manifiesta, consciente de que de los seis que eran, ya es la ¨²nica que queda. ¡°Gracias por encontrarme, hija m¨ªa. No s¨¦ por qu¨¦ la gente me quiere tanto¡±, se cuestiona antes de quedarse sin palabras.
?ngeles pens¨® entonces que estaba en el punto culminante de su b¨²squeda, que estaba cerca del objetivo. Confiesa que, para ella, un ¨¢lbum de fotos ten¨ªa un significado especial y hab¨ªa un motivo. ¡°Mi madre nos dej¨® el a?o pasado por un c¨¢ncer. Desde entonces, las fotos familiares son lo m¨¢s valioso que tengo. De ning¨²n modo pueden acabar en la basura porque ser¨ªa como si nosotros mismos termin¨¢ramos ah¨ª¡±, se emociona.
¡°En la mesilla de noche de mi padre descubrimos im¨¢genes que nunca hab¨ªamos visto y que conserv¨® en secreto hasta el final junto a sus objetos m¨¢s preciados. Eran de sus amigos de la adolescencia que murieron antes que ¨¦l, de sus hijos, y sobre todo de mi madre. ?Qui¨¦n nos dice que este ¨¢lbum no significaba lo mismo para las se?oras?¡±.
?ngeles ten¨ªa una poderosa raz¨®n para justificar su b¨²squeda y esa intromisi¨®n en la vida de otras personas.
¡ªMe gustar¨ªa que lo hicieran tambi¨¦n por m¨ª.
Pero ?ngeles ten¨ªa una ¨²ltima pregunta. Por un lado, sent¨ªa la satisfacci¨®n por haber entregado el ¨¢lbum a su leg¨ªtima heredera, pero quer¨ªa conocer a las amigas, a las sirenas. Pregunt¨® por ellas, suponiendo que su hermana las conocer¨ªa o le pudiera dar alguna raz¨®n de ellas o de alguna.
Y se la dio.
La b¨²squeda hab¨ªa finalizado. Isabel confirm¨® que, de las amigas del ¨¢lbum abandonado en el contenedor, no quedan supervivientes.
![?ngeles, a la izquierda, entrega el ¨¢lbum a Isabel, la hermana de In¨¦s.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GGUFZSDZHZGNXHKNF5WAPZTPRM.jpg?auth=b40df3fd5db31854e88f79686f4e15a7915d917df71983d4e4258270d7d0c4bc&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.