CRISTINA AURELIA GARCÍA MARTÍNEZ
Nacionalidad: Española
Edad: 34 años
LUCÍA ABELLÁN
Cristina, de 34 años, era supervisora en una empresa de telemárketing. A su madre le gustan los grandes nombres del imperio romano y por eso decidió llamar a su hija Cristina Aurelia. Era la mayor de cuatro hermanos y, con sus padres trabajando fuera de casa, había asumido un papel principal. "Siempre se ocupó mucho de todos", relata su hermano Marco Antonio, cuyo nombre también condensa ese gusto por lo romano. Cristina se acababa de comprar un equipo informático, con pantalla plana, que no ha podido estrenar. Tampoco le ha dado tiempo a sacar provecho de sus clases de aeróbic, que había comenzado dos semanas antes del 11 de marzo.
Estos detalles no eran lo más importante. Su hijo, Antonio, cumplirá tres años en abril. De momento, no se ha dado cuenta de nada, explica Marco con una serenidad que deja traslucir una profunda tristeza. El marido de Cristina, Toñín, está de baja y sigue desde hace días una terapia con un psicólogo. "Toñín era muy dependiente de ella; Cristina era la que se encargaba de todo", cuenta. Toñín se ha trasladado a casa de sus padres ante el gran dolor que supone el vacío que siente en su hogar, en el barrio de Carabanchel.
Quien sí ha percibido la ausencia de Cristina es Christian, su sobrino de ocho años. Hace unos días hablaron del atentado en su colegio y él contó que su tía estuvo allí, en Atocha, a las 7.30 de la mañana. En el trayecto que hacía a diario para ir hasta su trabajo, en Alcobendas, devoraba libros de todo tipo. La mayoría ha quedado en la habitación que aún tenía en casa de sus padres.
Cristina había recurrido a su formación como psicóloga para proporcionarle a su hijo una buena educación. Su principal ambición en la vida era su familia y deseaba tener otro hijo, a poder ser, una hija. "Quería la pareja", recuerda Marco, un proyecto ahora enterrado en un andén de Atocha.