Los secretos del poto, la planta todoterreno que sobrevive incluso en la oficina
Es tan com¨²n que despierta pasiones, pero tambi¨¦n desd¨¦n. Sin embargo, el poto sigue siendo la reina de muchos hogares por su f¨¢cil cuidado y su gran capacidad para replicarse
Sentados frente al televisor, una pareja ve una serie. En la pantalla, un grupo de supervivientes de un accidente a¨¦reo avanza por la selva. Se encuentran en una isla tropical desconocida. Alrededor suyo, la vegetaci¨®n es exuberante y tapiza hasta el ¨²ltimo cent¨ªmetro de tierra. Hay palmeras, ficus de distintas especies y muchas plantas trepadoras, flora de lo m¨¢s habitual en estos lugares. Una de las m¨¢s abundantes es el poto (Epipremnum aureum), que recubre todos los troncos de los ¨¢rboles, una especie que ha colonizado regiones de todo el mundo, as¨ª como los corazones de muchos propietarios de plantas.
Pero no solo ha desatado pasiones, sino tambi¨¦n cierto desd¨¦n, al ser una de las plantas de interior m¨¢s f¨¢ciles de encontrar en las casas y oficinas. Al poto poco le importa, porque ha sobrevolado los pa¨ªses, las modas y las ¨¦pocas, y, desde que se introdujo como fiel compa?era vegetal, no ha dejado de tener vigencia, rellenando rincones con sus largu¨ªsimos tallos. Sin embargo, si se fija de nuevo la atenci¨®n en la peque?a pantalla, se ver¨¢ que los potos de aquella isla tienen unas hojas enormes que incluso se dividen en fragmentos y que no tienen tanta relaci¨®n con los potos caseros, de hojas m¨¢s dom¨¦sticas, m¨¢s peque?as y enteras.
Su origen es la zona de la Polinesia, aquellas islas del Pac¨ªfico en la regi¨®n entre Pap¨²a, Nueva Guinea, Australia, Nueva Zelanda e incluso m¨¢s all¨¢. Los Kew Gardens londinenses localizan con exactitud su ¨¢rea nativa en Moorea, en el archipi¨¦lago de las Islas de la Sociedad. De estas ra¨ªces geogr¨¢ficas le viene su disgusto por las temperaturas fr¨ªas, ya que por debajo de diez grados cent¨ªgrados no vegeta con tranquilidad, pudiendo entonces perder todas sus hojas y quedarse con sus tallos pelados. As¨ª, en las regiones con inviernos fr¨ªos, conviene cultivarla en el interior, para que no sufra esta defoliaci¨®n e incluso la muerte.
El poto recibe este apelativo de su antiguo nombre cient¨ªfico de Pothos aureus, que cal¨® tanto entre sus cultivadores que todav¨ªa hoy es el apodo m¨¢s extendido. De la familia de las ar¨¢ceas, es pariente de plantas tan cultivadas como la bandera blanca (Spathiphyllum spp.), el anturio (Anthurium spp.), la costilla de Ad¨¢n (Monstera deliciosa), la cala (Zantedeschia aethiopica), la zamioculcas (Zamioculcas zamiifolia) o los distintos filodendros (Philodendron spp.). Con uno de estos ¨²ltimos se puede confundir al poto, en especial con los cultivares de Philodendron hederaceum, ya que tienen las mismas hojas con forma de coraz¨®n.
Esta especie tiene una costumbre bien conocida, como es su vaguer¨ªa a la hora de florecer. Desde luego que en los interiores la floraci¨®n es algo ins¨®lito, pero tambi¨¦n lo es en la naturaleza. A cambio, el poto tiene una asombrosa facilidad para enraizar por esquejes y acodos, una estrategia reproductiva asexual, y cada porci¨®n de tallo guarda el inicio de ra¨ªces a¨¦reas. Estas se pueden distinguir como peque?os ap¨¦ndices marrones en el mismo nudo del que surge cada hoja. En cuanto uno de estos ap¨¦ndices toca una superficie que tenga algo de humedad, la ra¨ªz comenzar¨¢ a desarrollarse. Esta cualidad es la causa de que muchas veces el poto se venda enredado en un tutor de pl¨¢stico recubierto de fibra de coco. Pero ese tutor est¨¢ lejos de proporcionar un soporte adecuado, ya que se mantiene seco y la fibra tiene poco grosor, por lo que la ra¨ªz lo encuentra poco apetecible para hincarse en ¨¦l. Lo que hacen los expertos en este y otro tipo de plantas trepadoras es proporcionarles un tutor pl¨¢stico hueco de mayor di¨¢metro ¡ªque es posible elaborar de forma artesanal¡ª, y que se rellena de musgo esfagno junto con otros sustratos muy porosos y retentivos de agua, que se mantienen constantemente h¨²medos. All¨ª el poto puede desarrollar sus ra¨ªces a¨¦reas con vigor, para generar plantas fornidas y con mayor corpulencia.
Como ya se ha mencionado, cuando el poto crece en tierra y tiene un gran desarrollo, produce hojas fenestradas, esto es, hojas divididas y partidas, tal y como hace la costilla de Ad¨¢n. Esta fenestraci¨®n tiene una triple funci¨®n: la de dejar pasar mayor cantidad de luz a las hojas que se encuentran por debajo, la de no ofrecer tanta resistencia a los vientos para evitar romperse y la de ser m¨¢s permeables al paso del agua de lluvia.
Eso s¨ª, como marca de la casa del poto, tanto en la naturaleza m¨¢s salvaje como en la m¨¢s hogare?a del sal¨®n, estas hojas est¨¢n te?idas de tonos amarillo oro de lo m¨¢s atractivo. Esto ocurrir¨¢ siempre y cuando cuente con buena luz, ya que el poto adora crecer con una luminosidad alta, sin sol directo. Es entonces cuando aparece este variegado en amarillo; en el caso de que las hojas no lo tengan y sean completamente verdes, la planta nos indica que le hace falta m¨¢s intensidad lum¨ªnica.
Si bien es cierto que es una planta muy resistente a condiciones de cultivo poco favorables, y se la ve vegetar en interiores oscuros con iluminaci¨®n artificial, con tan solo una bombilla por encima de su cabeza. Hay que tener en cuenta que, si se quiere cultivar en alguna parte de la casa menos luminosa, hay que aclimatar a la planta gradualmente y no colocarla desde el primer minuto en ese lugar menos propicio. Para conseguir esta adaptaci¨®n, primero se deja la planta unas semanas cerca de una ventana, para ir introduci¨¦ndola de forma paulatina hacia el espacio definitivo donde se quiera tener, un proceso tambi¨¦n progresivo. As¨ª le damos la oportunidad de que se vaya adaptando a un entorno menos luminoso al que estaba acostumbrado en el vivero.
El poto, como buena planta trepadora, tiene tallos largu¨ªsimos que se pueden cultivar para colgar de cestas, de barandillas o escaleras. Una estampa cotidiana es verla escalar por cuerdas e hilos fijados a las paredes o apoyada en las estanter¨ªas y muebles de la estancia. Tan en¨¦rgico es su crecimiento que suele ser necesario acortar sus tallos, con lo que se tiene una planta m¨¢s compacta y no tan larguirucha.
Cuando se realiza la poda, principalmente cuando la planta est¨¢ en un periodo de crecimiento m¨¢s activo, esos trozos se pueden esquejar f¨¢cilmente, cortando justo donde haya uno de esos comienzos de ra¨ªz latente de color amarronado. Ese fragmento activar¨¢ muy r¨¢pido esa ra¨ªz, tanto pinchado en el sustrato h¨²medo como sumergido en agua. Esa es otra de las escenas frecuentes con esta especie: un esqueje que est¨¢ desde hace meses, a?os incluso, en el mismo recipiente con agua, con sus ra¨ªces enrolladas sobre s¨ª mismas. Eso s¨ª, plantada en una maceta con un buen sustrato, estar¨ªa m¨¢s feliz. Tambi¨¦n se pueden pinchar estos esquejes en la base de la misma maceta donde crece el poto, y obtener as¨ª varias plantas que aporten m¨¢s frondosidad y m¨¢s est¨¦tica al conjunto.
Con relaci¨®n al agua, es bueno que no est¨¦ continuamente mojado, y hay que espaciar los riegos lo suficiente como para que se permita al sustrato secarse. Esto asegurar¨¢ que la planta no tenga un exceso de agua, algo fatal para el poto, que puede entonces mostrar s¨ªntomas de debilitamiento, como hojas lacias, sin fuerza, y carentes de brillo. Cuando hay mucha agua se facilita que la planta se vea afectada por alg¨²n hongo, as¨ª que es mejor evitar este extremo. Con s¨ªntomas como los bordes de las hojas con manchas marrones, la planta nos avisa de esta presencia de hongos, por lo que habr¨ªa que tratar con un fungicida. En invierno hay que extremar las precauciones con el agua, debido al menor n¨²mero de horas de luz y de su baja intensidad. Por ello, hay que espaciar a¨²n m¨¢s los riegos, para acompa?ar a la planta en su menor tasa de desarrollo anual. Como sustrato, hay que elegir aquel que sea muy drenante y con un porcentaje alto de materia org¨¢nica, siendo los preferidos los que tienen un porcentaje alto de fibra de coco, por ejemplo. Con un buen plan de abonado org¨¢nico anual, con al menos dos aplicaciones ¡ªuna en primavera, la otra al final del verano¡ª, la planta tendr¨¢ una buena nutrici¨®n.
Aparte del poto de toda la vida, tambi¨¦n hay una variedad de cultivares muy f¨¢ciles de encontrar, como el famoso ¡®Marble Queen¡¯, de hojas muy variegadas en color blanco crema. Tanto si se cultiva alguna de sus variedades como el poto de toda la vida, es una muy buena elecci¨®n para aprender m¨¢s del cultivo y de los vericuetos de las plantas de interior. Y si este verano se acaba en una isla de alg¨²n sitio tropical o en alguna costa c¨¢lida, hay que afinar la vista, porque es muy posible que haya un poto trepando muy cerca.
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