?Por qu¨¦ cuesta tanto coger el h¨¢bito de hacer deporte?
La pereza o la falta de tiempo son argumentos comunes en el discurso de las personas que tienen dificultades para practicar ejercicio de manera constante. Una de las formas de superar esa barrera es entender que no tiene que ser una actividad puramente de disfrute
Cada a?o, existen dos momentos clave que invitan a hacer una reflexi¨®n individual sobre qu¨¦ cosas o ¨¢mbitos de la vida se pueden mejorar: el fin de las Navidades y la vuelta de las vacaciones de verano. Ambas fechas suponen el final de un ciclo que goza de cierta trascendencia personal en el que, casi de manera inconsciente, las personas tienden a hacer un balance de sus circunstancias y del camino que sus vidas est¨¢n trazando. Los prop¨®sitos de A?o Nuevo son un refugio muy recurrente para posponer aquellas actividades que nos da pereza emprender o, lo que es lo mismo, un acto de procrastinaci¨®n en toda regla. Lo mismo ocurre con el mes de septiembre para aquellos que, aunque pueda hacer lustros que dejaron de ser estudiantes, a¨²n se gu¨ªan seg¨²n la referencia de contar a?os por cursos escolares. Entre todos los nuevos prop¨®sitos de unas fechas y de otras, siempre hay uno que resulta muy recurrente: el de ser m¨¢s disciplinado a la hora de hacer deporte.
Seg¨²n el ¨²ltimo estudio sobre h¨¢bitos deportivos en Espa?a, realizado por el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), el 52% de los espa?oles no practica ning¨²n tipo de deporte. Si se divide este porcentaje en g¨¦neros, el dato es ligeramente m¨¢s favorable para los hombres: son un 5,1% m¨¢s activos que las mujeres. Aunque s¨ª se ha notado una mejora en estos porcentajes con respecto a los que arrojaba el mismo estudio realizado en 2010 ¡ªahora un 8% m¨¢s de la poblaci¨®n hace deporte¡ª, lo cierto es que a¨²n queda mucho camino que recorrer. ¡°La actividad f¨ªsica regular es muy beneficiosa para la salud f¨ªsica y mental. El adulto ayuda a prevenir y controlar enfermedades no transmisibles como las cardiovasculopat¨ªas, el c¨¢ncer y la diabetes; reduce los s¨ªntomas de la depresi¨®n y la ansiedad; y favorece la salud cerebral y el bienestar general¡±, afirma la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). Con esta informaci¨®n al alcance de todos, aun as¨ª el ejercicio f¨ªsico constante es un prop¨®sito que se resiste.
En el primer trimestre del a?o, los datos demuestran que sube notoriamente el n¨²mero de inscripciones en los gimnasios. Esto es el reflejo de un aumento en la intenci¨®n de muchas personas de adquirir el h¨¢bito de hacer deporte de manera regular, pero la realidad es que, seg¨²n se suceden las semanas, hay algo en m¨¢s de la mitad de ellas que hace que acaben por abandonar el prop¨®sito inicial y vuelvan a posponerlo para otro momento o, directamente, lo dan por imposible.
Subyace entonces la idea de que hay ciertos factores que condicionan la p¨¦rdida de inter¨¦s por el ejercicio y que no afectan a toda la poblaci¨®n por igual. ¡°Existe una falta de informaci¨®n general sobre los beneficios que tiene la pr¨¢ctica de cualquier actividad f¨ªsica para la salud. La educaci¨®n f¨ªsica y la conciencia corporal son dos temas con los que realmente no estamos muy familiarizados¡±, asegura a EL PA?S ?lvaro Puche, entrenador personal y autor de Entrenamiento de fuerza para personas mayores (Amat Editorial, 2023). La publicidad que se ha dado tradicionalmente al deporte desde el punto de vista est¨¦tico ha contribuido a que en el imaginario colectivo se dibuje la idea del ejercicio como respuesta a un deseo f¨ªsico m¨¢s que algo que va en pro de la propia salud. Eso coloca la actividad deportiva en una posici¨®n equivocada dentro de la lista de prioridades diarias y lleva a muchas personas a arg¨¹ir la falta de tiempo como excusa de su sedentarismo.
Otro de los factores que influye en la falta de constancia con relaci¨®n a la pr¨¢ctica deportiva, a?ade Puche, es el desconocimiento de nuestra arquitectura cerebral: ¡°Nuestro cerebro posee unas estructuras que forman el llamado sistema l¨ªmbico y que funcionan dando una respuesta emocional a ciertos est¨ªmulos ambientales y hormonales ¡ªcomo la alegr¨ªa, la excitaci¨®n o la tristeza¡ª. Este sistema conecta directamente con el sistema endocrino, el encargado de liberar las hormonas. Uno de los h¨¢ndicaps que sufren muchas personas que no se adhieren al ejercicio es que en sus primeras sesiones no logran liberar ciertas hormonas como la oxitocina, la dopamina o la adrenalina y, por tanto, no se produce una respuesta emocional en el cerebro¡±. Esa sensaci¨®n de poca satisfacci¨®n asociada con el cansancio, las agujetas o la resistencia f¨ªsica que supone el deporte son el c¨®ctel perfecto que desencadena la pereza y el abandono.
Seg¨²n Puche, tambi¨¦n influye el factor social, es decir, enfrentarse al ejercicio f¨ªsico por primera vez o despu¨¦s de mucho tiempo sin practicarlo produce en algunas personas cierto pudor por el desconocimiento de la t¨¦cnica, un rechazo a verse percibidos por los compa?eros de entrenamiento como torpes o rid¨ªculos en una sala de gimnasio.
?C¨®mo superar entonces las barreras para crear el h¨¢bito de hacer ejercicio? El primer paso ser¨¢ entender que hacer ejercicio no tiene que ser una actividad puramente de disfrute. Lavarse los dientes, ordenar la casa o preparar comida para la semana son acciones que se tienen asumidas como rutina porque son necesarias pese a que no tienen por qu¨¦ ser divertidas. El ejercicio f¨ªsico tambi¨¦n se debe entender como actividad fundamental para vivir m¨¢s y con mejor calidad de vida. Seg¨²n un estudio de la Escuela de Medicina Cl¨ªnica de la Universidad de Cambridge, publicado en la revista British Journal of Sports Medicine, se ha demostrado que las personas que cumplen el objetivo de realizar ejercicio f¨ªsico durante 150 minutos a la semana ¡ªlo recomendado por la OMS¡ª reducen su riesgo de muerte prematura por cualquier causa en un 31%. Si se profundiza en los motivos, la reducci¨®n de la muerte a causa de un problema cardiovascular es de un 29% y, por c¨¢ncer, de un 15%. En este contexto, entender que el ejercicio f¨ªsico es una herramienta fundamental para mejorar nuestra salud puede ser la mejor puerta de entrada a crear el h¨¢bito. Adem¨¢s, vincular el momento que elijamos para practicarlo con est¨ªmulos emocionales positivos es una buena opci¨®n para superar la insatisfacci¨®n que se produce en las primeras fases de la adquisici¨®n de la rutina. Por ejemplo, aprovechar para ver una serie mientras caminas sobre la cinta de correr o escuchar un audiolibro mientras haces ejercicios de fuerza.
En los ¨²ltimos a?os, los ejercicios anaer¨®bicos ¡ªlos que tienen por objetivo el desarrollo de la musculatura¡ª son los que mejor publicidad reciben por parte de los profesionales del deporte y actividad f¨ªsica. Mientras que los ejercicios aer¨®bicos contribuyen a aumentar la frecuencia card¨ªaca y mejoran la capacidad respiratoria, los ejercicios est¨¢ticos en los que se trabajan la fuerza y la resistencia compensan la p¨¦rdida de masa muscular que se produce con el paso de los a?os, refuerzan el sistema ¨®seo previniendo la osteoporosis, aumentan la resistencia al dolor y evitan la acumulaci¨®n de grasa corporal. Seg¨²n los expertos, alcanzar el equilibrio entre la actividad f¨ªsica, anaer¨®bica y aer¨®bica, ser¨ªa uno de los puntos clave para vivir m¨¢s y mejor.
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