La moda masculina toma en Mil¨¢n las riendas de su propio ¡®revival¡¯
Dolce&Gabbana, Armani, Prada o Dsquared2 reivindican los cortes, las prendas y los colores que han construido su legado. Disminuye la logoman¨ªa y emergen discursos alternativos
Afirma Domenico Dolce que el tema de la colecci¨®n de moda masculina de Dolce&Gabbana para el verano de 2023 ha venido dado por las circunstancias. ¡°Llevamos tiempo recibiendo peticiones de prendas que hicimos en los noventa y a principios de los 2000¡å, explica. Su socio, Stefano Gabbana, puntualiza: ¡°Me puse a investigar en los canales de reventa y me di cuenta de que hab¨ªa un aut¨¦ntico furor por ciertos dise?os¡±. Desde 1990, cuando lanzaron su l¨ªnea masculina, han transcurrido m¨¢s de tres d¨¦cadas. As¨ª que buena parte de los dise?os que presentaron el pasado s¨¢bado son reediciones exactas de productos descatalogados, agotados y, en algunos casos, desaparecidos. Con referencias como David Beckham ¡ª¡±gracias a ¨¦l todos los hombres se incorporaron a la moda¡±, explica Gabbana¡ª, la colecci¨®n incluye piezas y r¨¦plicas de sus hitos. Por ejemplo, vaqueros desgarrados y anchos combinados con chaqueta de sastrer¨ªa y sandalias, camisetas con logos, trajes de pedrer¨ªa o, incluso, jers¨¦is de ganchillo elaborados con la misma cuerda con la que confeccionaron sus primeros modelos a principios de los noventa. ¡°Hacer esta colecci¨®n ha sido como ir a terapia¡±, concede Dolce.
Convertirse en art¨ªfice del propio revival es una estrategia cada vez m¨¢s pertinente en la moda italiana. A diferencia de lo que sucede en otros nodos del sector, muchas de las grandes firmas que desfilan en Mil¨¢n siguen capitaneadas creativamente por sus fundadores, que hoy afrontan un reto peculiar: reinventar sus propios hitos para nuevos clientes, los de la generaci¨®n Z, que no los conocieron. Tras los aprietos ocasionados por la pandemia no parece momento de revolucionar nada, sino de consolidar c¨®digos que llevan a?os construy¨¦ndose. As¨ª, puede que no haya nada genuinamente subversivo en las colecciones que ha presentado Giorgio Armani, pero hace tiempo que su objetivo no es epatar, sino celebrar un legado est¨¦tico s¨®lido como pocos. En Emporio Armani, un guardarropa vacacional, mediterr¨¢neo y ligero se detiene en las texturas, los materiales y los colores que le son propios: tejidos naturales, tonos azules, blancos o grises, prendas plisadas, irisadas o casi transparentes cuyos c¨®digos van desde la sastrer¨ªa cl¨¢sica hasta los uniformes de las artes marciales.
En Giorgio Armani, su l¨ªnea m¨¢s elevada, dominan las sedas con estampados gr¨¢ficos y cl¨¢sicos ¡ªpor ejemplo, el monograma de la casa¡ª en tonos azulados. Ofrecen lujo, contenci¨®n y, sobre todo, solidez conceptual. Son inequ¨ªvocamente Armani, del mismo modo que la colecci¨®n de Versace, con estampados de inspiraci¨®n hist¨®rica ¡ªen este caso, m¨¢scaras de teatro griego¡ª, colores brillantes y texturas futuristas, remite sin margen de error al imaginario que Donatella Versace sigue proyectando. Incluso los modelos llevaban bajo el brazo piezas de porcelana decoradas con motivos barrocos y producidas por Rosenthal, igual que en las campa?as que Richard Avedon fotografi¨® para la casa en los excesivos a?os noventa.
Tambi¨¦n vuelven la vista a los noventa Dean y Dan Caten, los fundadores de Dsquared2. En el desfile del pasado viernes, los canadienses celebran el esp¨ªritu ecl¨¦ctico y la superposici¨®n extrema de prendas y estampados que ya practicaron en su anterior colecci¨®n. Ahora, sin embargo, la inspiraci¨®n no son alpinistas, sino surferos.
Menos logos, m¨¢s ropa
Kean Etro, el director creativo de la l¨ªnea masculina de Etro, comenz¨® durante la pandemia una reflexi¨®n sobre el valor espiritual del viaje. Ahora, ante un panorama m¨¢s optimista, propone sin ambages una colecci¨®n pensada para disfrutar de las vacaciones. Su f¨®rmula se ancla en elementos tan hedonistas y reconocibles como caftanes, batas y pareos en tejidos coloridos y ligeros, casi vaporosos, que reivindican que la sensualidad textil ¡ªen particular, de la seda¡ª hace mucho tiempo que dej¨® de ser patrimonio exclusivo de la moda femenina. Predomina el encaje y el ganchillo, y mucho menos el estampado de cachemira.
Es otra de las lecciones de esta semana de la moda: tras la saturaci¨®n del merchandising, los nuevos y jovenc¨ªsimos clientes de pr¨ºt ¨¤ porter de lujo est¨¢n m¨¢s interesados en la moda que en los logos. Lo explicaba Stefano Gabbana al presentar su colecci¨®n y lo constata Fendi. La doble F de la casa romana, en forma de estampado diagonal, invade jers¨¦is, camisetas y prendas de punto, pero no es el ¨²nico punto de apoyo que Silvia Venturini Fendi proporciona a sus fieles. Tambi¨¦n las prendas de sastrer¨ªa con aberturas se han instalado en el lenguaje de la marca, al igual que la gama crom¨¢tica de una colecci¨®n concebida como una investigaci¨®n sobre el armario cotidiano.
En Prada corren tiempos de serenidad y, sobre todo, de consolidaci¨®n. El t¨¢ndem creativo formado por Miuccia Prada y Raf Simons parece ya plenamente engrasado, y la prueba es una colecci¨®n presentada en una imponente escenograf¨ªa de papel y cart¨®n y con la actuaci¨®n en directo de los veteranos del indie Sonic Youth. Sobre la pasarela, un look a lo Velvet Underground con cazadoras, cuellos vueltos y prendas con giros inesperados: chaquetas sin cuello y gabardinas en cuadros vichy.
¡°Las prendas son cl¨¢sicas, pero la mezcla lo contradice¡±, apunta Simons en las notas del desfile. ¡°Hay cuero en contacto con la piel, recubierto de algod¨®n: hay una especie de anti-l¨®gica en la combinaci¨®n de las prendas, una cierta rareza¡±. Tambi¨¦n hay una reflexi¨®n sobre la propia identidad de la casa. El logo de Prada, sintetizado en el tri¨¢ngulo is¨®sceles invertido que adorna desde siempre los bolsos de la casa, resulta omnipresente: incluso los impecables trajes negros que abrieron el desfile lo incorporan en la parte superior de la espalda.
Voces perif¨¦ricas
Mil¨¢n tiene fama de ser una plaza complicada para las nuevas firmas. Sin embargo, en un calendario dominado por empresas veteranas, logran asomar la cabeza marcas como Magliano, que combina la confecci¨®n de lujo a la italiana con el discurso de clase. Sus desfiles suelen celebrarse en enclaves de raigambre obrera, como una antigua central el¨¦ctrica abandonada. All¨ª desfilaron con parsimonia, casi a c¨¢mara lenta, modelos at¨ªpicos con dise?os que evocan lo retro sin edulcorantes. Sus prendas parecen vividas, olvidadas, castigadas por el tiempo. Como dice el texto que entreg¨® a los asistentes: ¡°Alguien ha dormido con estas prendas¡±.
Para JW Anderson, la firma de Jonathan Anderson, una colecci¨®n siempre es una ocasi¨®n para tensar los l¨ªmites de la moda. Por ejemplo, incrustando manillares de bicicleta o monopatines en jers¨¦is y camisetas, o mediante voluminosos zapatos con sobresuelas redondeadas cubiertas de cristales reflectantes que remiten a la joyer¨ªa. Anderson present¨® en Mil¨¢n su colecci¨®n unificada para hombre y mujer, igual que Matthew M. Williams, que compatibiliza la direcci¨®n art¨ªstica de Givenchy con su propia firma, 1017 ALYX 9SM. En una piscina abandonada a las afueras de Mil¨¢n, Williams present¨® una colecci¨®n de inspiraci¨®n tecnol¨®gica y electr¨®nica que remite a los primeros a?os del siglo XXI. Sus zapatos, elaborados a partir de una sola pieza de l¨ªneas escult¨®ricas, son dinamita para las redes. A su vez, otro ilustre exc¨¦ntrico, el estadounidense Jeremy Scott, present¨® para Moschino una colecci¨®n de altos vuelos pop en homenaje al ilustrador Tony Viramontes, una figura fundamental en la moda m¨¢s hedonista y fantasiosa de los a?os setenta y ochenta. Con su talento para definir formas y colores con la contundencia de un dibujante de c¨®mic, Scott aport¨® su propia respuesta al debate: si las firmas de moda quieren captar la atenci¨®n de las nuevas generaciones de clientes, deben encontrar un modo de contarles su propia historia.
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