Austeridad ¡®deluxe¡¯ en la moda de Par¨ªs: por qu¨¦ los grandes del lujo dise?an prendas oscuras, b¨¢sicas y protectoras
Una imagen, la de las modelos arropadas en mantas, est¨¢ recorriendo las semanas de la moda; ahora, la francesa. Dior actualiza los archivos de posguerra, Saint Laurent recupera el armario c¨¢psula burgu¨¦s y Dries van Noten reflexiona sobre la relaci¨®n de cualquier mujer con sus prendas favoritas
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
Ah¨ª fuera hace mucho fr¨ªo. Literal y metaf¨®ricamente. Tras los derroches fantasiosos de las primeras colecciones pospandemia, la moda para el pr¨®ximo oto?o parece haber sufrido un ataque de cordura. Si los desfiles de Nueva York y Mil¨¢n han sido una dosis de realismo, es decir, de prendas b¨¢sicas e incluso austeras como respuesta a la recesi¨®n y la incertidumbre, las primeras jornadas de la semana de la moda de Par¨ªs han llevado m¨¢s all¨¢ la misma idea: no solo hay piezas llevables, eso que en el argot del sector se llama inversi¨®n (aunque en realidad el comprador de lujo no suela llevar la misma prenda una y otra vez). En la mayor¨ªa de los desfiles sobrevuela una sensaci¨®n de cobijo, casi de protecci¨®n ante el momento actual.
Fue precisamente Christian Dior quien hizo fortuna durante la posguerra cuando present¨® su New Look en 1946, una alternativa opulenta y sofisticada en un periodo marcado por el rigor y la austeridad. Maria Grazia Chiuri volv¨ªa la tarde del martes a esta silueta de falda voluminosa y cintura estrecha, pero con una finalidad opuesta a la del fundador de la casa en la que ejerce como directora creativa. Bajo una escultura creada para la ocasi¨®n por Joana Vasconcelos ¡ªque representaba un ¨²tero luminoso¡ª, la italiana presentaba faldas corola con blusas, chaquetas Bar de cuadros vichy, faldas acolchadas combinadas, chales tambi¨¦n acolchados, pero tambi¨¦n jers¨¦is de efecto deste?ido o abrigos estructurados con estampado tart¨¢n. En definitiva, una revisitaci¨®n en clave feminista (es decir, c¨®moda y real) del archivo que monsieur Dior cre¨® para una mujer idealizada, pero tambi¨¦n una actualizaci¨®n del tiempo oscuro en el que vivi¨® el modisto.
En la colecci¨®n de Chiuri en Dior hab¨ªa ecos al punk y al beatnik, respuestas subculturales que contestaron al pesimismo social con nihilismo y rebeld¨ªa. De hecho, la directora creativa tom¨® como punto de partida de sus creaciones a tres mujeres que desafiaron las normas sociales y, por lo mismo, est¨¦ticas del momento: Catherine Dior, la hermana del modisto, que luch¨® en la resistencia francesa y pas¨® por un campo de concentraci¨®n ¡ªa ella dedic¨® Dior su primer perfume, Miss Dior, que se regalaba a los invitados a la salida¡ª, Edith Piaf y Juliette Gr¨¦co quienes, cada una a su manera, rompieron con la idea can¨®nica de elegancia y sofisticaci¨®n femenina vistiendo de forma oscura y austera. Muchos critican que las ideas audaces de Chiuri se concretan en prendas demasiado casuales para una marca de renombre, pero el discurrir de la moda actual parece estar d¨¢ndole la raz¨®n: no solo porque la tendencia global parece caminar hacia lo b¨¢sico, tambi¨¦n porque sus prendas est¨¢n creadas pensando en el cuerpo real de las mujeres y en sus necesidades cotidianas. De ah¨ª que, pese a las cr¨ªticas, los n¨²meros sigan d¨¢ndole la raz¨®n: si LVMH, el grupo al que pertenece, ha batido todos los r¨¦cords en 2022, es gracias en parte a Dior, su joya de la corona despu¨¦s de Louis Vuitton.

S¨ª, el lujo engorda los bolsillos mientras el mundo se sume en la crisis. No es una din¨¢mica nueva, es la consecuencia l¨®gica de la polarizaci¨®n de clases sociales por la que discurre la estructura capitalista. Pero hace tiempo que el lujo no es sin¨®nimo de oropel y esplendor. Si Dior hace caja aterrizando a la calle su archivo, Saint Laurent dispara su facturaci¨®n proponiendo un armario real recubierto con el aura de la ¨¦lite. Hace tiempo que la obsesi¨®n de Anthony Vaccarello, su director creativo, es esa burgues¨ªa francesa de los setenta y ochenta que idolatraba al fundador de la casa; esa entelequia femenina, a medio camino entre el descaro de Betty Catroux y el desaf¨ªo a la moral que encarnaba Catherine Deneuve en Belle de Jour, que pisa fuerte con tacones de aguja y lleva car¨ªsimos abrigos estructurados sobre los hombros.
En esta ocasi¨®n, y dando otra vuelta de tuerca m¨¢s a ese discurso, Vaccarello ha presentado una de sus mejores colecciones en a?os. Bajo unas imponentes l¨¢mparas de ara?a que emulaban a las del sal¨®n de baile del hotel Intercontinental de Par¨ªs ¡ªel favorito de Yves para sus desfiles¡ª, las modelos caminaban con chaquetas de hombreras muy marcadas, pantalones pitillo de cintura alta, blusas con lazos (el gran s¨ªmbolo burgu¨¦s) que ca¨ªan hasta el suelo, gafas de sol y grandes mantas a modo de chal, una de las tendencias m¨¢s repetida en estas semanas de la moda que apelan al cobijo y la protecci¨®n. Vaccarello, que siempre juega a combinar muy pocos elementos para crear una imagen poderosa, ha dejado de lado en esta ocasi¨®n los vestidos pegados al cuerpo o los monos ce?idos. En su lugar, hay faldas rectas, chaquetas de cuero, camisas y abrigos aptos para cualquier p¨²blico que pueda permitirse pagarlo. Su propuesta es atractiva y practicable, pensada para una clienta que se siente atra¨ªda por la imagen que la firma proyecta y que, al final del d¨ªa, acaba llenando su vestidor de abrigos, blusas y pantalones. De ah¨ª que Saint Laurent haya crecido en 34% en 2022 (solo en el primer semestre, hab¨ªa vendido 1,4 millones de euros). De ah¨ª, tambi¨¦n, que Vaccarello no haya necesitado sacar a desfilar ni un solo bolso. Las prendas tambi¨¦n se agotan.

Pero si alguien sabe de lujo discreto es The Row, la marca de las hermanas Olsen, que se ha convertido en una especie de firma de culto en el sector a base de proponer car¨ªsimas prendas b¨¢sicas de cachemir y dem¨¢s tejidos ultraexclusivos, ese tipo de prendas que uno imagina llenando los vestidores de los personajes de la serie Succession. La ma?ana del mi¨¦rcoles presentaban su colecci¨®n por tercera vez en Par¨ªs en una casa cercana a la Place Vend?me, el epicentro del lujo tradicional, y frente a un reducido grupo de invitados. De nuevo, las mantas ¡ª que probablemente alcancen las cuatro cifras¡ª se enrollaban sobre el cuerpo de las modelos en una colecci¨®n que jugaba sutilmente a la deconstrucci¨®n (en ocasiones, incluso, recordaba a la est¨¦tica de Yohji Yamamoto): austeros trajes sastre sobre blusas blancas, vestidos largos de cachemir con escotes asim¨¦tricos o abrigos extragrandes combinados con gorros de lana alud¨ªan impl¨ªcitamente a esa est¨¦tica que domin¨® los noventa y el cambio de siglo y que las propias Olsen escenificaron: el llamado homeless chic, es decir, vestir ropas caras con el fin de parecer desarrapado. Iron¨ªas del lujo y de su clientela.
La realidad, sin iron¨ªas ni juegos para millonarios, ha vehiculado la interesant¨ªsima propuesta de Dries van Noten. Como explicaba ¨¦l en las notas que acompa?aban a su show, se trataba ¡°del amor a la ropa¡±, a esas prendas vividas y gastadas que forman ya parte de la identidad de quien las lleva y que para el belga se concretan en abrigos de apariencia cl¨¢sica pero cuajados de peque?os detalles, en superposiciones de prendas o en siluetas que reinventan y convierten en practicable la corseter¨ªa. Hab¨ªa tejidos antiguos recuperados, estampados de su archivo, matices y acabados realizados de forma artesanal.
Swaddling clothes #TheRow pic.twitter.com/0UL8j3DPAB
— Vanessa Friedman (@VVFriedman) March 1, 2023
A pesar de ser famoso por sus combinaciones crom¨¢ticas y de estampados, Van Noten siempre ha pensado en el cliente final. Su moda se viste a diario y trasciende todo el entramado de la viralidad o la cultura de las celebridades con la que batalla ahora la moda. Su moda es ropa, en definitiva, que establece v¨ªnculos con quien la usa, que comunica de forma individual y personal y que no sucumbe al paso del tiempo. Por eso que ¨¦l, el rey del color, decida sacar a la pasarela vaqueros y camisas blancas no resulta incoherente ni ir¨®nico. Esa idea de realidad y trascendencia temporal que hace a?os que maneja el belga es la que el resto de firmas de renombre parecen querer alcanzar en estos momentos extra?os, en los que el lujo engrosa sus arcas, pero desconf¨ªa del futuro cercano. De repente, la moda tiene las vistas puestas a largo plazo, proponiendo b¨¢sicos que, adem¨¢s, ti?en al lujo de una p¨¢tina austera: en buena parte de los desfiles presentados estas semanas han aparecido modelos agarradas a una manta que las envuelve.
Una imagen que remite necesariamente a otra reciente. Hace solo seis meses, Demna en Balenciaga ¡ªque a¨²n no hab¨ªa protagonizado la pol¨¦mica que despert¨® su campa?a con ni?os¡ª presentaba un desfile, tambi¨¦n criticado, que utilizaba esa idea de forma m¨¢s literal. El refugiado georgiano, vest¨ªa a sus modelos con las mismas mantas y piezas oscuras de aspecto desarrapado para hablar sobre qu¨¦ significa no tener nada, salvo la ropa que llevas puesta y la poca que puedes sostener con tus manos. Otra iron¨ªa del lujo, aunque esta vez, m¨¢s que pensada para vender a un hipot¨¦tico nuevo consumidor desconfiado, estaba hecha para remover conciencias y despu¨¦s vender zapatillas deportivas.
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