Ritos, siluetas, trajes y famosos: la moda masculina demuestra su fuerza en Par¨ªs
Los desfiles de la capital francesa han dejado una interesante foto fija de la importancia que la moda de hombre ha adquirido para el grupo de lujo LVMH, due?o de Louis Vuitton, Dior, Givenchy o Loewe, especialmente tras la llegada y consolidaci¨®n de una generaci¨®n de directores creativos familiarizados con la m¨²sica, el dise?o y el arte
Tres d¨ªas despu¨¦s de su debut como director creativo de la l¨ªnea masculina de Louis Vuitton, Pharrell Williams se sent¨® el pasado viernes en la primera fila del desfile con el que Kim Jones celebr¨® su primer lustro al frente de la otra joya del gigante LVMH, Dior Men. Imperturbable, con sus gafas de diamantes, vestido con su propia colecci¨®n y con un bolso de la misma l¨ªnea, Williams pudo tomar nota de los m¨¦ritos con los que Jones ha construido en cinco a?os un legado imponente en la divisi¨®n masculina de la veteran¨ªsima casa parisiense. Sobre todo porque, adem¨¢s de sus hitos habituales ¡ªsastrer¨ªa deportiva, toques de costura, aplicaciones de joyer¨ªa en las prendas, uso de tejidos artesanales habitualmente reservados para la moda femenina¡ª, Jones se atrevi¨® a inventar cosas nuevas.
Por ejemplo, un nuevo tipo de pantalones con raya, anchos pero no excesivamente amplios, y cortos por encima del tobillo, que aspiran a transformar la silueta masculina. Es una tarea compleja, casi ut¨®pica, pero Jones atesora un buen pu?ado de hitos, de la recuperaci¨®n del bolso Saddle para hombre a la introducci¨®n de la tapicer¨ªa, el bordado o las aplicaciones de pedrer¨ªa en la moda masculina. Muestra de ello era la nutrid¨ªsima representaci¨®n de celebridades, de la actriz Demi Moore al cantante J Balvin, que se apretaron en la primera fila del desfile.
El d¨ªa anterior, a pocos metros de la ?cole Militaire, donde se celebr¨® el desfile de Dior, Givenchy hab¨ªa presentado en el patio de Les Invalides una propuesta de su sastrer¨ªa electr¨®nica y noct¨¢mbula, se?as de identidad del dise?ador Matthew Williams. Y un d¨ªa despu¨¦s, el s¨¢bado 24 de junio, Jonathan Anderson present¨® en Loewe su nuevo golpe de efecto: una colecci¨®n inspirada en la distorsi¨®n de las perspectivas que es mucho m¨¢s que ret¨®rica. Para muestra, sus pantalones de tiro alto, casi hiperb¨®lico, que demuestran por qu¨¦ sus desfiles suelen ser los m¨¢s aplaudidos de Par¨ªs.
Al igual que Kenzo, que desfil¨® el viernes por la noche, Louis Vuitton, Dior, Givenchy y Loewe pertenecen a LVMH. Para el gigante del lujo, presidido por Bernard Arnault, la moda masculina parece ser mucho m¨¢s que un patio de recreo. Su principal competidor, el grupo Kering, suele celebrar desfiles mixtos que este a?o ¡ªno es la norma¡ª se agrupan en la semana de la moda femenina. As¨ª, la semana de la moda de hombre de Par¨ªs, que comenz¨® el martes 20 y se extendi¨® hasta el domingo 25 de junio, ha dejado una interesante foto fija de la importancia que la moda de hombre ha adquirido en el seno del grupo de lujo con m¨¢s peso del mundo, especialmente tras la llegada y consolidaci¨®n de una generaci¨®n de directores creativos familiarizados con la m¨²sica, el dise?o y el arte, que conciben sus respectivas marcas no solo como f¨¢bricas de estilo, sino tambi¨¦n como incubadoras de iconos. Producen bolsos reconocibles, logos veteranos que han vuelto a ser deseables y una armaz¨®n conceptual s¨®lida que no excluye el coqueteo con la celebridad en un momento en el que los artistas m¨¢s conocidos del mundo ¡ªde Rihanna a Beyonc¨¦ o los actores de ?lite o Succession¡ª vuelven a abrazar la vanguardia. En esa m¨¢quina de guerra que es el lujo franc¨¦s, mezcla de poder blando digital, artesan¨ªa excelsa y misterio conceptual, a la moda masculina le ha tocado la labor de rompehielos. Y, por eso, desde hace a?os la semana de la moda de hombre de Par¨ªs se ha convertido en un observatorio para detectar lo nuevo.
El retorno a la sastrer¨ªa, a la elegancia y a una cierta sofisticaci¨®n suntuosa que ya qued¨® patente en la reciente semana de la moda de Mil¨¢n ha tenido eco en las colecciones de firmas grandes y peque?as. El traje vuelve a interesar a los j¨®venes dise?adores, desde Botter, con su cuidada elaboraci¨®n artesanal, al israel¨ª Hed Mayner, pionero a la hora de crear una sastrer¨ªa mediterr¨¢nea, fluida y de aires luminosos. ?tudes y Lemaire ensayan visiones pulcras del guardarropa cotidiano que no est¨¢n lejos de la propuesta de V¨¦ronique Nichanian para Herm¨¨s, un cl¨¢sico del lujo relajado. Dries Van Noten, sin abandonar su inter¨¦s por los estampados, propone una nueva silueta m¨¢s estilizada y fluida. Incluso un provocador nato como Louis Gabriel Nouchi, cuyos anteriores desfiles hab¨ªan sido un derroche de celebridades y erotismo, incluy¨® m¨¢s chaquetas que ropa interior en su colecci¨®n para el pr¨®ximo verano.
Entre las sorpresas m¨¢s emocionantes, el trabajo del jovenc¨ªsimo Burc Akyol, finalista de la ¨²ltima edici¨®n del premio LVMH, un dise?ador de origen turco que afirma que su ideal son las casas de costura de mediados del siglo XX. Y su colecci¨®n sin g¨¦nero tiene un aire de costura, de sofisticaci¨®n, de artesan¨ªa y de distancias cortas, que es lo que suele decidir a muchos dise?adores para afincarse en Par¨ªs. Algo similar pens¨® hace m¨¢s de 40 a?os el japon¨¦s Yohji Yamamoto, que llevaba ya una d¨¦cada dise?ando y produciendo ropa en Tokio y pens¨® que la capital francesa era lo que m¨¢s se adaptaba a sus deseos de sofisticaci¨®n y lujo. El pasado jueves, una multitud de fieles vestidos con sus prendas oscuras y desestructuradas, llenas de poes¨ªa y de rebeld¨ªa punk, conviv¨ªan con nuevos conversos como los cantantes Maluma y Rauw Alejandro, atra¨ªdos por la leyenda de un dise?ador que los mileniales y los zetas han conocido principalmente a trav¨¦s de sus sofisticadas producciones para Y-3, su l¨ªnea en Adidas.
Tambi¨¦n suscita devoci¨®n Rick Owens, excesivo, sombr¨ªo y siempre de una precisi¨®n perturbadora. A sus modelos de cintura m¨ªnima y piernas alargadas por faldas y pantalones negros se a?ad¨ªan en esta ocasi¨®n tejidos vaporosos y botas de inspiraci¨®n ortop¨¦dica que desfilaron en su escenario habitual, la terraza del Palais de Tokio, entre cohetes, petardos y descargas de p¨®lvora. Pocos d¨ªas despu¨¦s, el propio Owens acud¨ªa al desfile de otro de sus alumnos aventajados, el franc¨¦s Ludovic de Saint Sernin, cuya visi¨®n sexy y pulcra de la moda de los a?os noventa del pasado siglo debe mucho al lujo techno del estadounidense.
La moda tiene sus propios rituales y sus propios p¨²blicos. El de la l¨ªnea Homme Pliss¨¦ de Issey Miyake, que se basa en los celeb¨¦rrimos plisados que el japon¨¦s, fallecido en agosto de 2022, patent¨® en los a?os ochenta, es celebrar cada temporada un guardarropa esencial y colorido, con los tejidos que le son propios y una sana sensaci¨®n de familiaridad. Algo similar sucede con Walter Van Beirendonck, superviviente de la generaci¨®n vanguardista de Los Seis de Amberes, cuya relevancia se debe tanto a sus colecciones como a la influencia que ha ejercido en buena parte de los dise?adores que controlan la moda de hoy, muchos de los cuales, de Bernhard Willhelm a Raf Simons, estudiaron o trabajaron bajo sus ¨®rdenes en la escuela de moda de Amberes. Van Beirendonck, afianzado en un feliz nicho, es adepto a los estampados gr¨¢ficos con cr¨ªtica social: para esta ocasi¨®n, invent¨® un alfabeto criptogr¨¢fico para abordar cuestiones de g¨¦nero, justicia y ecolog¨ªa, y demostr¨® por qu¨¦, casi cuatro d¨¦cadas despu¨¦s de su debut, la pasarela sigue siendo un lugar apto para hablar de muchas otras cosas.
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