Gu¨ªa para estudiantes pospandemia
El trabajo de los orientadores escolares es hoy m¨¢s vital que nunca. Afrontan el reto de aconsejar a un alumnado que, tras la crisis sanitaria, tiene m¨¢s dudas, m¨¢s ansiedad y un mayor temor al fracaso a la hora de elegir carrera. Los profesionales lidian con la escasa o la excesiva informaci¨®n, las falsas expectativas o el limitado autoconocimiento
El hijo de Mari¨¢n S¨¢nchez, orientadora en un colegio concertado de Logro?o, est¨¢ terminando la selectividad mientras su madre y otros tres compa?eros ¡ªAna Cobos, que trabaja en un IES en M¨¢laga; Sergio Carretero, en un IES de Ciudad Real, y Paloma Gallo, en un IES de Madrid¡ª se conectan por videollamada, a instancias de EL PA?S, para hablar de c¨®mo acompa?ar en la elecci¨®n de carrera a los m¨¢s de 200.000 estudiantes que, como el hijo de S¨¢nchez, se presentan a la convocatoria 2022 de las pruebas de acceso a la universidad. Coinciden, sorprendi¨¦ndose incluso de haber vivido situaciones muy similares pese a trabajar en comunidades aut¨®nomas y entornos distintos, en la heterogeneidad del alumnado en cuanto a madurez y claridad de ideas respecto a lo que quieren dedicarse. Tambi¨¦n en que la pandemia ha hecho mella en su salud mental, y en que est¨¢n detectando muchos casos de ansiedad y estr¨¦s, lo que no ayuda precisamente a enfrentar un momento vital tan importante.
Gallo monta mesas redondas, invita a profesionales y organiza una jornada en la Universidad de Alcal¨¢ para que sus estudiantes conozcan distintos grados, pero reconoce que le faltan horas cuando, al mismo tiempo que se dedica a todos estos procesos normales de orientaci¨®n vocacional, ha de hacer frente a un repunte ¡°grave¡± de casos de ansiedad. ¡°Todo se nubla para quienes los sufren, repercutiendo en la decisi¨®n que han de tomar¡±, se?ala. ¡°A esas edades todav¨ªa se est¨¢n construyendo. El otro d¨ªa di las notas a un chico y se me ech¨® a llorar. Est¨¢n en proceso de maduraci¨®n, a lo que sumamos que se han tenido que enfrentar a situaciones muy complicadas, con los confinamientos y las clases en remoto. Hemos de darles herramientas para saber gestionarlo¡±, reclama S¨¢nchez, que destaca la importancia de la labor del tutor en este tipo de situaciones.
¡°Nos encontramos alumnos que tienen superclaro lo que quieren estudiar, y demuestran una muy buena inteligencia emocional, mientras que otros est¨¢n hechos un l¨ªo¡±, diferencia Carretero, que cuenta el caso de una chica que, cursando a¨²n 1? de bachillerato, se present¨® a la Feria de Orientaci¨®n organizada por su centro con dos folios llenos de preguntas para los profesionales que all¨ª se congregaron. ¡°Est¨¢ reflexionando mucho y haciendo un proceso de orientaci¨®n excelente¡±, enfatiza.
¡°La orientaci¨®n vocacional no es un proceso que comience cuando el joven ha de tomar la decisi¨®n, sino mucho antes, desde infantil incluso; es un proyecto de vida¡±, enfatiza Cobos, que es presidenta de COPOE (Confederaci¨®n de Organizaciones de Psicopedagog¨ªa y Orientaci¨®n de Espa?a) y profesora en la Universidad de M¨¢laga. ¡°Imagino que la alumna de Sergio lleva a?os so?ando con ser una de esas profesionales, se ha visualizado en ellas; seguramente jugaba a esos juegos de ni?a. La decisi¨®n se ha ido fraguando en las pel¨ªculas que le gusta ver o en los modelos que tiene como referencia¡±, argumenta.
Pero lo cierto es que hay chicos que no han vivido esa evoluci¨®n y ahora nadan en un mar de dudas. O que incluso estaban orientados y, m¨¢s o menos de repente, han cambiado de parecer y lo que ayer les apasionaba ya no les gusta. ¡°La labor del tutor y de los profesores es fundamental para encaminarlos¡±, vuelve a insistir S¨¢nchez. ¡°Ten¨ªa un alumno que todos d¨¢bamos por hecho que har¨ªa Econ¨®micas y ha terminado en Magisterio. Esas cosas pasan, y hay que trabajarlas cuando ocurren¡±, interviene Gallo, que acompa?a los procesos de orientaci¨®n vocacional desde la ESO y, en paralelo, atiende las dudas y cambios de parecer de ¨²ltima hora seg¨²n van surgiendo.
¡°En una primera toma de contacto les pregunto por sus preferencias, sabiendo su curr¨ªculo, lo que han hecho y las asignaturas que han ido eligiendo¡±, explica Gallo. Durante el proceso, que se desarrolla en no menos de tres sesiones, ¡°les pongo por delante toda la oferta, tanto la universitaria como la de formaci¨®n profesional, porque est¨¢ creciendo la demanda de t¨¦cnicos; yo no encuentro un carpintero que me arregle esa puerta de ah¨ª¡±, agrega gir¨¢ndose y se?alando detr¨¢s de ella. A modo de deberes, los hace rellenar dos cuestionarios: el Orienta, ¡°que es como una bola de cristal, lo rellenan y les dice ?pum!, t¨² tienes que estudiar esto¡±; y el Gran Recorrido, dise?ado por Educaweb. Y les recomienda que pregunten a familiares y amigos, pero que tambi¨¦n observen e investiguen m¨¢s all¨¢, ya que ¡°la profesi¨®n se elige de lo que tienes cerca, de manera que se pueden perder estudios m¨¢s desconocidos o alejados¡±.
Volver a los oficios
Al hilo de la intervenci¨®n de Gallo, los orientadores coinciden en que hay que prestigiar la formaci¨®n profesional. ¡°Yo le digo a mis chicos que hay que volver a los oficios¡±, reitera la orientadora madrile?a. Mientras que S¨¢nchez revela que, al menos por lo que ella conoce de La Rioja, la FP est¨¢ experimentando un gran auge; aproximadamente 40 de cada 100 alumnos de su colegio optan por un ciclo formativo. Es un porcentaje parecido al que tiene el instituto de Carretero, seg¨²n sus c¨¢lculos. En el IES de Cobos, que es un centro de compensatoria debido a las caracter¨ªsticas socio-econ¨®micas de su poblaci¨®n, m¨¢s del 50% del alumnado opta por un ciclo de grado medio. ¡°Hay muchos j¨®venes que quieren ser polic¨ªas o bomberos¡±, incide. ¡°Al bachillerato llega un 30%¡±, a?ade.
Gallo reconoce que los casos m¨¢s dif¨ªciles, al menos desde su experiencia, son los de quienes ¡°confunden el ocio con la profesi¨®n¡± y no tienen unas expectativas realistas. Explicado con un ejemplo, ser¨ªa el caso del apasionado por los videojuegos que quiere crear el pr¨®ximo t¨ªtulo revelaci¨®n para la PlayStation sin pararse a pensar en las matem¨¢ticas, la inform¨¢tica, el 3D, las bases de datos o la tecnolog¨ªa software que le esperan por el camino. S¨¢nchez asiente desde su recuadro de la pantalla del ordenador. ¡°Adem¨¢s de que te guste, has de mirar si tienes el h¨¢bito de estudio para culminar con ¨¦xito esa formaci¨®n, y si realmente est¨¢s dispuesto a asumir las exigencias y el esfuerzo que conlleva¡±, advierte. ¡°La nota reconduce muy bien el tema de las expectativas¡±, apostilla Carretero. ¡°Te puede gustar mucho Medicina, pero si no te da la nota¡¡±, comenta.
La conversaci¨®n, que marcha fluida, con poca intervenci¨®n de la periodista, no tarda en llegar al tema de la vocaci¨®n, que puede definirse como aquella pasi¨®n para la que se tienen las competencias, las habilidades y la capacidad de trabajo necesarias. Aqu¨ª los problemas vienen cuando dicha vocaci¨®n va dirigida a carreras de esas que ¡°no tienen salida¡±, seg¨²n las se?ala la sociedad con dedo admonitorio. Los entrevistados recomiendan a los alumnos hacer lo que les guste y motive. ¡°Total, si en el futuro lo mismo terminamos todos mont¨¢ndonos un huerto en casa¡±, dice Gallo medio en broma, medio en serio. ¡°Y si cometo un error, descubro que me interesa m¨¢s otra cosa o no veo salida profesional a lo que estudio, siempre puedo reconducir mi itinerario formativo¡±, precisa S¨¢nchez. V¨ªa m¨¢ster, por ejemplo. ¡°La formaci¨®n es mucho m¨¢s l¨ªquida, y el sistema universitario abre m¨¢s puertas y ventanas que nunca para reorientarse¡±, remacha. ¡°Cuando era estudiante, mis profesores ya me advirtieron de que iba a cambiar muchas veces de trabajo¡±, recuerda, agradeciendo el consejo.
¡°Este curso he tenido una chica haciendo pr¨¢cticas conmigo; ven¨ªa de la educaci¨®n social, es gente muy vocacional, pero es muy dif¨ªcil trabajar como educador o educadora social. Esta alumna en concreto consigui¨® empleo porque sab¨ªa aikido, llevaba toda la vida practic¨¢ndolo en el gimnasio de su padre. La contrataron en un centro de menores que necesitaba a alguien que dominara ese arte marcial, como habilidad para trabajar con menores con dificultades¡±. La an¨¦cdota sirve a Cobos para introducir en el debate los conocimientos extraacad¨¦micos y las soft skills, en espa?ol, habilidades blandas, personales y sociales: creatividad, persuasi¨®n, colaboraci¨®n, gesti¨®n del tiempo, capacidad de adaptaci¨®n, capacidad de emprender. ¡°Cada vez van a ser m¨¢s importantes¡±, avanza.
¡°El otro d¨ªa me encontr¨¦ a un antiguo alumno que me dijo que hab¨ªa conseguido un trabajo por haber sido campe¨®n de debate y mediador¡±, dice Carretero como otro ejemplo de curr¨ªcu?lo extraacad¨¦mico que abre puertas en el mercado laboral. Lo que recuerda a Gallo que en su IES hay un equipo de convivencia que, adem¨¢s de su labor mediadora, entrena la oratoria en p¨²blico y el trabajo en equipo, organizando manualidades y juegos para los ni?os que se apunten en los recreos. Los expertos abogan por un equilibrio entre los conocimientos, necesarios, imprescindibles, y las habilidades, igualmente importantes. Y exponen el caso de ingenieros con unos conocimientos brillantes, pero incapaces de comunicarlos en una presentaci¨®n.
Aficiones e intereses
Por eso el trabajo de Gallo se centra no solo en la educaci¨®n formal, sino en las aficiones e intereses personales de sus alumnos. Qu¨¦ libros leen, qu¨¦ m¨²sica escuchan, qu¨¦ pel¨ªculas ven. ¡°Ellos mismos se van conociendo, y puliendo, a trav¨¦s de la reflexi¨®n y la introspecci¨®n¡±, apunta. Cobos anima a los suyos a reflexionar sobre lo que les gusta, les hace sentir m¨¢s c¨®modos y les reporta bienestar y felicidad. Puede ser organizar un cumplea?os, solucionar un problema inform¨¢tico o pasar un d¨ªa en el campo. Ella se refiere a actividades, no a profesiones, que, en su opini¨®n, est¨¢n manchadas por otros factores externos como el prestigio o el dinero. Adem¨¢s, ¡°no conocemos las profesiones que nos deparar¨¢ el futuro¡±, declara.
¡°Yo les suelo hacer un test de orientaci¨®n vocacional; y les pido que piensen en dos o tres actividades profesionales que les gustar¨ªa ejercer en el futuro, y que hagan una lista con los pros y los contras de cada una de ellas¡±, interviene Carretero. Le parece fundamental que los orientadores ayuden a acceder a una informaci¨®n veraz y ordenada, y que est¨¦n disponibles: ¡°Ahora mismo me estaba escribiendo un chico por WhatsApp para consultarme una duda; tambi¨¦n me preguntan por Twitter¡±. Siempre que puede, Gallo habla con los padres. ¡°La decisi¨®n es del alumno, pero conviene que estemos todos a una¡±, razona. Para, entre otras cosas, tratar de atajar el miedo al fracaso que detecta entre su alumnado. S¨¢nchez comparte la preocupaci¨®n. ¡°No pasa nada por equivocarse, el error es aprendizaje; la vida est¨¢ llena de posibilidades de reinventarse, de segundas oportunidades¡±, exhorta.
Trabajadores desbordados
Los entrevistados confiesan estar desbordados y admiten que no se puede llegar a los alumnos con la dedicación y el tiempo necesarios desde los departamentos de orientación. La Unesco recomienda un orientador escolar por cada 250 alumnos, pero, según datos del Ministerio de Educación, esa ratio se supera en la mayoría de institutos españoles, llegando incluso a un orientador por cada 1.000 estudiantes, según publicaba a finales del año pasado EL PAÍS en un reportaje titulado Tengo 15 años y no sé si seguir estudiando: la inabarcable tarea de los orientadores con una ratio cuatro veces por encima de lo recomendado. Sergio Carretero se da con un canto en los dientes porque él “solo” ha de atender a unos 600 alumnos. “¿Y en los centros de difícil desempeño?, ¿y en los que hay aula TEA?… No es aceptable. Las cosas no pueden depender de nuestra buena voluntad”, claman. “El sistema funciona porque hay profesionales magníficos al pie del cañón por más leyes educativas que hayamos tenido, algunas muy buenas y otras muy malas”, defiende Ana Cobos.
“La sociedad de hoy no tiene nada que ver con la de hace 20 años; si queremos dar calidad, no basta con confiar en la voluntariedad y profesionalidad de los orientadores; hay que dotar de más medios y recursos humanos”, afirma. “Yo lo vivo muy duramente, no tanto por mí, que llevo muchos años y tengo tablas, como por mis compañeros más jóvenes, que lo están pasando francamente mal”, tercia Paloma Gallo, que trabaja en un centro con alumnos de compensatoria, con necesidades educativas especiales o que no saben hablar español. “Hay que sacar adelante a un alumnado muy diverso”, según observa, con adicciones derivadas de las nuevas tecnologías, con problemas de salud mental, de identidad de género, con trastornos alimentarios. “Alguien tiene que ayudar a nuestros chicos y chicas, pero hay comunidades autónomas que están quitando recursos”, denuncia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.