Club Financiero G¨¦nova, impresionantes vistas de Madrid y una renovaci¨®n culinaria con altibajos

Para Azotea Grupo y Familia La Ancha, dos conocidos grupos hosteleros madrile?os, no ha resultado f¨¢cil armonizar el esp¨ªritu conservador y las exigencias sociales del Club Financiero G¨¦nova, que en 2023 cumple medio siglo de existencia, con el dinamismo al que obliga la gesti¨®n de unas instalaciones remozadas, incluidos su restaurante y varias terrazas de vistas panor¨¢micas. Condicionantes que en primer t¨¦rmino afectan a los horarios: cada mediod¨ªa sus espacios quedan reservados para el disfrute exclusivo de los socios y solo en turnos de noche se abren al p¨²blico, a excepci¨®n de los fines de semana en los que se eliminan las restricciones. Limitaciones que tambi¨¦n afectan a la cocina, de corte tranquilo, concebida para agradar a muchos sin trasgredir los principios de unos platos de corte tradicional, lejos de la chispa creativa de la que Redruello hace gala en algunos de sus locales como Molino de Pez o Fismuler.

Desde su reciente apertura, la modernidad de este enclave en las alturas, unida a las simpat¨ªas que despiertan sus promotores, lo han convertido en un local de moda. En la gesti¨®n un gran equipo que lideran David Aguilar como director, Tom¨¢s ?lvarez en funciones de jefe de sala, adem¨¢s de Luca Atanasio, mix¨®logo que inspira la lista de c¨®cteles. Es l¨®gico que la carta, centrada en los productos de temporada, rote con frecuencia.

Desde el arranque no faltan algunos platos consolidados en los negocios familiares de Redruello. Y a su lado, otros que intentan rendir homenaje a establecimientos o platos icono de la hosteler¨ªa madrile?a como la ensalada San Isidro, el rape a la jacobina de la familia Hormaechea o el lenguado de la desaparecida taberna Casa Aroca. ¡°Estamos al habla con Zalaca¨ªn para incorporar el peque?o b¨²caro, santo y se?a de aquella casa. Lo mismo que el famoso bistec del hist¨®rico Caf¨¦ de Fornos (1870-1936)¡±, afirma Redruello.

Son agradables las croquetas de jam¨®n, de masa fluida y rebozo crujiente; correctos los pimientos de Padr¨®n fritos; delicados los esp¨¢rragos blancos a la salsa beurre blanc y deslucido el carpaccio de ventresca de at¨²n rojo con almendras, ba?ado por un innecesario exceso de aceite. Menos acertado a¨²n resulta el anodino tartar de dorada que desilusiona por el corte del pescado y la insipidez del ali?o. En ning¨²n caso hay que perderse la tortilla velazque?a, con forma de francesa a la salsa de callos.

Entre altos y bajos, a pesar de la claridad de sus directrices, con los segundos queda de manifiesto que el proyecto contin¨²a en rodaje. No alcanzan el sabor esperable las lentejas en paella con gambas rojas; da la talla la merluza en salsa verde con berberechos, pero desconcierta el picant¨®n asado en cazuela, que no recuerda el sabor de la pepitoria que pregona su enunciado.

Con los postres, que se preparan en la sala y se terminan a la vista, sale a relucir en parte la chispa que caracteriza a Redruello. Resultan acertados el sufl¨¦ Alaska, flameado a pie de mesa, y la tarta de chocolate con helado. Por el contrario, es demasiado empalagosa su versi¨®n de la isla flotante. ?Por qu¨¦ el helado de yogur se acompa?a de lascas de una trufa que no aporta absolutamente nada? Todo incita a pensar que este proyecto, en alza, no ha dicho a¨²n la ¨²ltima palabra.