Juanjo Tellaetxe, el cura alav¨¦s que elabora ¡®txakoli¡¯ como anta?o: ¡°Antes ve¨ªas una botella en cada mesa y ahora como mucho una copa¡±
Hace m¨¢s de tres d¨¦cadas que se dedica al oficio religioso y poco m¨¢s de un lustro al negocio de los vinos con Tantaka Wines, algo que empez¨® ¡°como un juego¡±, pero que no ha dejado de crecer, a pesar del cambio clim¨¢tico y la inflaci¨®n
¡°Yo tengo poco rollo, no soy el t¨ªpico que se enrolla en las bodegas y estas cosas¡±, se presenta con una sonrisa pudorosa Juanjo Tellaetxe (Artoma?a, ?lava, 58 a?os) a las puertas de su bodega, Tantaka Wines, en el pueblo alav¨¦s de Amurrio. Como cura que es desde hace 33 a?os, es probable que est¨¦ acostumbrado a escuchar a la gente, pero no a que le entrevisten. La soluci¨®n es f¨¢cil. Su tono tajante, m¨¢s propio de la timidez que de la antipat¨ªa, se va relajando a medida que se suceden los minutos y los brindis con los txakolis que ¨¦l mismo produce en esa bodega. ¡°No s¨¦ por qu¨¦ empec¨¦ en esto hace unos cinco a?os, es como cuando me dicen: ¡®?C¨®mo as¨ª te metiste a cura? Pues no lo s¨¦¡±, reconoce ya entre sonoras carcajadas.
En realidad empez¨® en esto del txakoli por sus padres. Hasta finales de la d¨¦cada de los 2000 su familia se dedicaba a la ganader¨ªa de vacas lecheras y cuando sus padres llegaron a la edad de jubilaci¨®n las fincas se quedaron vac¨ªas. Tellaetxe decidi¨® entonces retomar la actividad de los vi?edos que recordaba de la ¨¦poca de su abuelo, all¨¢ por los a?os setenta, cuando las cepas no estaban plantadas a lo grande, sino en discretas esquinas repartidas por aqu¨ª y por all¨¢. ¡°Tampoco ten¨ªa 200 hect¨¢reas como para poner a renta y ya est¨¢, as¨ª que dije: ¡®bah, pues empiezo a poner un poco txakoli¡¯. Comenz¨® un poco como un juego¡±, recuerda. El juego se convirti¨® en negocio en 2017 y siete a?os despu¨¦s sigue creciendo. ¡°Empec¨¦ con una finca de 0,7 hect¨¢reas y ahora mismo tengo plantadas seis, cinco de blanco y una de tinto¡±, confirma.
El blanco alimenta a cuatro de las cinco variedades de Tantaka Wines, entre ellas la del vino primigenio y m¨¢s cotizado de la bodega, el de Hondarribi Zuri (la principal uva aut¨®ctona en la elaboraci¨®n del txakoli; ¨¢cida y fresca, con toques c¨ªtricos, florales y herb¨¢ceos). Despu¨¦s llegaron el de Petit Courbu (uva originaria de Francia para blancos arom¨¢ticos y florales con sabores que recuerdan a lim¨®n y miel), el Tantaka Diapiro Naranja (20% Petit Courbu y 80% Hondarribi Zuri) y el Tantaka Diapiro Verde (85% Hondarribi Zuri y 15% Riesling). Tambi¨¦n se atrevi¨® con un tinto (100% Hondarribi Beltza), algo inusual en este tipo de vinos caracter¨ªsticos del Pa¨ªs Vasco. ¡°El tinto no se vende mucho porque es desconocido y porque somos muy de Rioja, as¨ª que meter otro vino un poco raro es complicado¡±, asegura el cura. Y aclara: este txakoli no se escancia en vaso, como los que tienen Denominaci¨®n de Origen de Getaria, que poseen una mayor carbonizaci¨®n. Los vinos de Tantaka se sirven directamente en copa, sin escanciar. ¡°Son vinos para comer, no para potear¡±, considera.
Seis hect¨¢reas no son nada comparadas con los vastos terrenos que ocupan las vides de algunas de las bodegas que elaboran esos famosos Riojas alaveses, como la de los Herederos del Marqu¨¦s de Riscal, pero son mucho para un solo hombre. ¡°Aqu¨ª estoy yo solo y todo lo que puedo hacer yo, lo hago yo, desde el chico de los recados hasta lo gordo. Ahora estoy podando yo, pero luego para desengranar y soltar las ramas y los zarcillos de los alambres busco ayuda, llamo al sindicato y me mandan a alguien¡±, explica desde el interior de la peque?a bodega. En el piso de arriba, ascendiendo por unas escaleras que ¨¦l sube y baja a una velocidad envidiable, est¨¢ el almac¨¦n. Es ah¨ª donde conserva las cajas para guardar las botellas, la m¨¢quina para fabricar el lacre que protege el corcho, las etiquetadoras para clasificar las distintas variedades. Todo labores que lleva a cabo ¨¦l solo de manera manual. ¡°Demasiado manual¡±, puntualiza. ¡°Me estaba planteando comprar una peque?a embotelladora y una encorchadora para que sea un poco m¨¢s f¨¢cil, pero joe, te metes en unas cifras que dan miedo¡±, lamenta. ¡°Lo ideal para esto es estar un par de socios porque as¨ª repartes costes y trabajos. Pero luego ya sabes, en este pa¨ªs te juntas dos y ya uno la l¨ªa¡±, comenta entre risas.
Afortunada o desafortunadamente, la gracia de sus txakolis radica en gran medida en esa artesan¨ªa con la que est¨¢n elaborados durante todo el proceso. ¡°Creo que es fundamental volver a conectar con los criterios usados en la viticultura de nuestro Valle de Arrastaria y que se perdieron hace 150 a?os, all¨¢ por 1860, pero que es posible recuperar. Pienso que es posible redescubrir vitivin¨ªcolamente nuestra zona, creyendo en su gran potencial para la elaboraci¨®n de vinos honestos y de marcado car¨¢cter local¡±, se presenta Tellaetxe en la p¨¢gina web de su distribuidora, Montenegro. En sus vi?as todo se rige por una agricultura ecol¨®gica para no perjudicar el entorno y cuando la uva est¨¢ a punto, se lleva a cabo la vendimia manual. La entrevista es en marzo y las uvas todav¨ªa no han brotado, pero en cuanto pone un pie en una de sus fincas, con espectaculares vistas del valle, no puede evitar ponerse manos a la obra y empieza a quitar zarcillos de los alambres. Ahora que todav¨ªa no pueden comerse las uvas, deja que las ovejas pazcan por sus tierras en un beneficio mutuo: ellas consumen hierba nutritiva y a ¨¦l le limpian y abonan la zona. ¡°Luego si el pastor me quiere dar un cordero me lo da, pero sin exigencias¡±, puntualiza.
Cuando empez¨® el negocio en 2017, Tellaetxe puso a la venta 3.000 botellas. La acogida fue buena, as¨ª que fue incrementando la cantidad a?o tras a?o, hasta alcanzar las casi 40.000 que produjo el a?o pasado. Aun as¨ª, reconoce que el cambio clim¨¢tico est¨¢ complicando la situaci¨®n. ¡°El a?o pasado la helada de abril arras¨® una finca entera¡±, lamenta. Por otro lado, confiesa que ha notado el par¨®n derivado del aumento general de los precios y la modificaci¨®n de los impuestos en diferentes pa¨ªses por situaciones como la guerra de Ucrania o la salida del Reino Unido de la Uni¨®n Europea. ¡°La gente es m¨¢s cerebral y, como han tenido inflaci¨®n alta en todos los sitios, han frenado. Antes ve¨ªas en cada mesa de un restaurante una botella y ahora como mucho ves una copa, pero botellas no se ven. Al final ha repercutido en general en el consumo de vino. Y ya no tenemos los inviernos fr¨ªos de antes, que igual te apetec¨ªa m¨¢s un vino, ahora que son m¨¢s calurosos te apetece m¨¢s cerveza¡±, justifica.
El 95% de lo que produce lo dedica a exportaciones. ¡°El a?o pasado empec¨¦ a sacar algo a Taiw¨¢n, China, Corea del Sur¡ a ver si repiten¡±, conf¨ªa. Tambi¨¦n ha hecho contactos recientes en Australia y Lituania. ¡°Casi todos me contactan directamente a m¨ª a trav¨¦s de Instagram¡±, admite: ¡°Es mucho m¨¢s r¨¢pido porque ya est¨¢n interesados, te piden muestras y si les encaja en dos o tres meses se lo llevan¡±. La gama b¨¢sica sale al mercado por unos 6 o 7 euros la botella y el resto por un poco m¨¢s, pero advierte que esos precios ¡°enseguida se multiplican por dos, por tres o por cuatro¡±, dependiendo del pa¨ªs. Por esta zona de Amurrio, en cambio, apenas hay botellas de Tantaka en los bares. ¡°Al final es una gama un poco media alta y no encaja. Si alguno quiere le sirvo, pero como excepci¨®n¡±, argumenta. En Madrid, su vino se puede probar en restaurantes como Doppelg?nger, en el Mercado de Ant¨®n Mart¨ªn.
Lo de no mezclar negocios y hogar lo tiene bien aprendido de su oficio de cura. Es domingo y por la ma?ana ha dado misa en Luyando, Izoria y Barambio, tres de los peque?os pueblos del Valle de Ayala. Pero en la zona de Artoma?a, que es donde vive y tiene las fincas, prefiere ser solo un ciudadano m¨¢s. En Ordu?a (Bizkaia), que est¨¢ a tres kil¨®metros, le ofrecieron el trabajo religioso, pero lo rechaz¨®. ¡°Hay cosas que es mejor poner un poco de tierra de por medio, y m¨¢s en los pueblos¡±, bromea. Otra lecci¨®n que le ha ense?ado el que ha sido su oficio en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas es que a sus 58 a?os todav¨ªa le queda mucho trabajo por hacer. ¡°En nuestra empresa hasta los 75 no te dejan jubilarte. Demasiado tiempo, porque ya damos m¨¢s pena que otra cosa¡±, contin¨²a ya liberado de cualquier atisbo de timidez. El mantenimiento de la bodega y las vides requiere mucho m¨¢s trabajo f¨ªsico, pero todav¨ªa se le ve fuerte. ¡°Los a?os se notan¡±, r¨ªe, ¡°pero por el momento ah¨ª seguiremos¡±.
Del origen de la agricultura al arca de No¨¦: etiquetas con mucha historia
Lo primero que llama la atención de las botellas de Tantaka Wines es la etiqueta. En ellas sobresalen dibujos que parecen arte rupestre sacado de una cueva, con representaciones del hombre, los animales y la naturaleza. "Me las hace Calcco, una empresa de Logroño, con alguna idea que les di yo", explica Juanjo Tellaetxe. Dice que encontrar un nombre para su bodega fue un problema "porque en Euskadi piensas 100 palabras y 90 están registradas, sobre todo en el campo de los vinos". Hasta que encontró Tantaka, que traducido del euskera al castellano significa "gota a gota". "Está relacionado con esta zona que es tradicionalmente húmeda, la del salto del Nervión", dice señalando el dibujo que hace alusión a esta imponente cascada en la etiqueta. El resto de ilustraciones, siguiendo ese hilo argumental de la tradición y el agua como fuente de vida, representan el inicio de la agricultura y la ganadería, entre otros detalles.
La faceta de cura tampoco podía faltar en las etiquetas. Las de la gama Diapiro hacen referencia al episodio de la Biblia del arca de Noé. Se ve un buey y una oveja que suben al arca, a modo de metáfora de cómo Tantaka Wines recupera los orígenes también en la viticultura. Debajo se lee la frase: "Todo lo que tenía espíritu de vida, todo lo que había en la Tierra, murió. Desde el hombre hasta la bestia, los reptiles y las aves del cielo: fueron raídos de la Tierra y quedó solamente el arca y lo que en ella se protegía". Está un poco edulcorada en relación al pasaje original del Génesis ("Pereció todo ser que habitaba la tierra seca y tenía aliento de vida..."), pero eso no es responsabilidad de Tellaetxe. "A mí me gusta la original, pero me dijeron que mejor una menos fuerte", cuenta sonriente.