Otro ¡®annus horribilis¡¯ en la familia real brit¨¢nica: dos c¨¢nceres, esc¨¢ndalos y distanciamientos

¡°Han sido dos meses incre¨ªblemente duros para toda nuestra familia¡±. Esta ha sido una de las frases del discurso con el que Kate Middleton, de 42 a?os, ha hecho p¨²blico este viernes 22 de marzo que padece c¨¢ncer. Una enfermedad que se le detect¨® tras ser sometida a una cirug¨ªa abdominal el pasado mes de enero. La princesa de Gales, seg¨²n cuenta en el v¨ªdeo que ha compartido, se est¨¢ sometiendo a un tratamiento de quimioterapia desde entonces. ¡°Estoy bien, cada d¨ªa m¨¢s fuerte y centr¨¢ndome en las cosas que me van a curar¡±. Unas palabras de optimismo, pero una noticia que es un nuevo golpe para la familia real brit¨¢nica. Los ¨²ltimos meses han sido tan complicados que bien podr¨ªan compararse a aquel annus horribilis de 1992, como lo defini¨® entonces la reina Isabel II.

Cuando Carlos de Inglaterra accedi¨® al trono a los 74 a?os, tras la muerte de su madre en septiembre de 2022, quiso multiplicar sus eventos y apariciones p¨²blicas para consolidar su imagen y popularidad, tras d¨¦cadas esperando: ¨¦l ha sido el heredero de mayor duraci¨®n en la historia de la monarqu¨ªa brit¨¢nica. Pero sus pretensiones se truncaron en enero. El mismo d¨ªa en que se anunciaba que la princesa de Gales hab¨ªa sido sometida a una cirug¨ªa abdominal ¡ªque entonces el palacio de Kensington neg¨® que fuera por nada canceroso¡ª, el palacio de Buckingham anunciaba que el rey iba a ser ingresado en la misma cl¨ªnica privada londinense para tratar su hipertrofia de pr¨®stata. Como ha sucedido ahora con su nuera, fue a trav¨¦s de esa intervenci¨®n cuando se le descubri¨® un c¨¢ncer, del que tampoco se han dado m¨¢s detalles.

La enfermedad del monarca y de la princesa de Gales puso en un papel protagonista a la reina Camila y a Guillermo de Inglaterra. Ellos son dos de los llamados consejeros de Estado, personas que pueden reemplazar al monarca en sus obligaciones p¨²blicas en caso de enfermedad grave, incapacitaci¨®n o ausencia en el extranjero (tambi¨¦n lo son los pr¨ªncipes Ana y Eduardo, hermanos de Carlos). Un mecanismo que no ha llegado a activarse oficialmente, pues Carlos III sigue despachando asuntos oficiales. Pero la sorpresa fue may¨²scula cuando el heredero al trono anunci¨® que iba a alejarse unos d¨ªas de sus obligaciones p¨²blicas para atender a sus hijos y a su esposa. Dada la ausencia de su padre, retom¨® su agenda a los pocos d¨ªas: para la entrega de condecoraciones, en una cena de gala para recaudar fondos, en el funeral de su amigo Thomas Kingston, en un encuentro sobre personas sin hogar esta misma semana¡­ Pero cancel¨® su asistencia a la misa en recuerdo de Constantino de Grecia, su padrino, poco antes de empezar la ceremonia en la capilla de San Jorge del palacio de Windsor. Aunque se ha dejado ver, su agenda se ha reducido considerablemente.

As¨ª que todo el peso de la visibilidad de la monarqu¨ªa recay¨® en la reina Camila, quien pas¨® a ocupar casi en exclusiva la representaci¨®n de la casa real brit¨¢nica en los actos p¨²blicos. En estos primeros meses de 2024, la reina ha pasado a ser el miembro m¨¢s activo de los Windsor. Pero la sobrecarga le pas¨® factura, y a principios de marzo anunci¨® que se iba a tomar una semana de vacaciones. ¡°Creo que el propio Carlos le ha dicho que se tome un descanso. No ha parado de trabajar y ha representado a su marido durante todo este tiempo. La idea de que se tome unos d¨ªas puede ser una se?al de que el tratamiento del rey evoluciona favorablemente¡±, se?al¨® entonces a GB News la bi¨®grafa de la realeza brit¨¢nica, Angela Levin.

Pero no solo la enfermedad est¨¢ mermando a la familia real brit¨¢nica este a?o, sino tambi¨¦n otros esc¨¢ndalos por las decisiones personales de sus miembros. La cuesti¨®n m¨¢s grave, m¨¢s all¨¢ de la salud, es la del pr¨ªncipe Andr¨¦s, el tercer hijo de la reina Isabel II (tras Carlos y Ana, antes de Eduardo). A sus 64 a?os, el siempre llamado favorito de Isabel II est¨¢ ca¨ªdo en desgracia desde hace casi cinco a?os, cuando se destap¨® su asociaci¨®n con el magnate ped¨®filo Jeffrey Epstein. ?l mismo reconoci¨® que no estuvo ¡°a la altura¡± en una enrevesada entrevista en la BBC que termin¨® de rematarlo. Pero este a?o su nombre ha vuelto a verse embarrado por dos cuestiones. Primero porque en enero se desclasificaron decenas de documentos de Jeffrey Epstein, de quien fue amigo durante a?os, y en ellos aparec¨ªa. Su implicaci¨®n con menores y en las fiestas del magnate ya no es un secreto a voces, sino algo que testigos y v¨ªctimas dejan negro sobre blanco en sus declaraciones judiciales y mediante pruebas.

Si bien es cierto que no hay una lista cerrada de clientes del fallecido Epstein, el nombre de Andr¨¦s de Inglaterra aparece junto al suyo en docenas de ocasiones en los documentos desclasificados. Por ejemplo, de los 40 primeros documentos conocidos, en 12 aparece su nombre y la principal demandante, Virginia Giuffre, que sostiene que mantuvo relaciones sexuales no consentidas con ¨¦l, lo cita en numerosas ocasiones.

La segunda cuesti¨®n, y por la que su nombre se ver¨¢ mucho m¨¢s expuesto en las pr¨®ximas semanas, es el estreno en Netflix de Scoop (La gran exclusiva, en espa?ol). Se trata de una pel¨ªcula sobre ¨¦l, de hecho, sobre esa complicada entrevista de la BBC en la que no sali¨® nada bien parado. El pr¨ªncipe Andr¨¦s ser¨¢ interpretado por Rufus Sewell, mientras que Gillian Anderson ser¨¢ la periodista Emily Maitlis. Seg¨²n ha dado a conocer la plataforma, ¡°la entrevista es importante, pero es el 5% de la historia, lo que haremos es llegar hasta donde empez¨® todo¡±. El estreno del filme, previsto para el 5 de abril, volver¨¢ a ponerlo en la palestra.

Adem¨¢s, precisamente Andr¨¦s tambi¨¦n ha debido enfrentar el hecho de que otro de los miembros de su familia tiene c¨¢ncer. El pr¨ªncipe se cas¨® con Sarah Ferguson en 1986, se separaron en 1992 y finalmente se divorciaron en 1996, pero desde entonces, y especialmente estos a?os, han permanecido muy unidos; de hecho, comparten incluso casa. Y precisamente en enero de este a?o, la duquesa de York anunciaba que hab¨ªa sido diagnosticada con un c¨¢ncer de piel, que se une al de mama del que fue tratada y que dio a conocer en junio de 2023. Aunque ella no es exactamente un miembro de la familia real brit¨¢nica, sus hijas (Beatriz y Eugenia) s¨ª lo son, y Sarah Ferguson mantuvo una estrecha relaci¨®n tanto con Diana (que fue quien los present¨® a ella y a Andr¨¦s) como con la reina Isabel II hasta su fallecimiento en septiembre de 2022. De hecho, las pasadas Navidades se la pudo ver de nuevo con los Windsor en Sandringham por primera vez en 30 a?os.

Otra cuesti¨®n compleja en el universo de la casa real brit¨¢nica es la de Enrique de Inglaterra y su esposa, Meghan Markle, la duquesa de Sussex. Ambos viven en California desde marzo de 2020, adonde se mudaron, seg¨²n han explicado en numerosas ocasiones, agotados de la persecuci¨®n medi¨¢tica y descontentos de su papel en la familia real. En febrero de este a?o, el hijo menor de Carlos de Inglaterra acudi¨® a visitar a su padre cuando se supo que este ten¨ªa c¨¢ncer. ¡°?C¨®mo te enteraste?¡±, le preguntaron en una entrevista en televisi¨®n pocos d¨ªas despu¨¦s. ¡°Hablando con ¨¦l¡±, explic¨®. ¡°Me sub¨ª a un avi¨®n y fui a verlo tan pronto como pude¡±. Sin embargo, la relaci¨®n de Enrique con su hermano (as¨ª como con Kate), tal y como desvel¨® en sus memorias y como se ha sabido por entrevistas y otras biograf¨ªas, es pr¨¢cticamente inexistente. En su biograf¨ªa, el menor de los hijos de Carlos y Diana desvelaba que el primog¨¦nito lleg¨® incluso a agredirlo f¨ªsicamente durante una pelea. Ahora, desde California, varias fuentes cercanas a ellos han explicado que ni ¨¦l ni Markle ten¨ªan informaci¨®n acerca de lo que le pasaba a su cu?ada, tras tantas especulaciones. La pareja ¡ªque no tiene redes sociales oficiales como duques de Sussex¡ª se ha pronunciado al respecto menos de tres horas despu¨¦s del comunicado de la princesa de Gales con un comunicado donde le desean ¡°salud y una pronta recuperaci¨®n¡±. Y tambi¨¦n ¡°privacidad y paz¡±, en una clara referencia a algo que ellos mismos nunca han tenido.