Nick Cave y el duelo: c¨®mo las giras, el p¨²blico y la m¨²sica le ayudan a superar la muerte de dos hijos
El m¨ªtico m¨²sico australiano, que ha perdido dos hijos, uno de ellos este mismo a?o, acaba de publicar nuevo ¨¢lbum, ¡®Seven Psalms¡¯ y contin¨²a una aclamada gira que en septiembre le volver¨¢ a traer a Espa?a
Pocos seres humanos habr¨ªan sobrevivido a lo que ha pasado Nick Cave (Warracknabeal, Australia, 64 a?os), y no solo an¨ªmicamente. Cuando ten¨ªa 21 a?os su padre falleci¨® en accidente de tr¨¢fico. Su madre se lo cont¨® cuando el joven Nick estaba detenido por robo en una comisar¨ªa de Melbourne, lo que supuso un dram¨¢tico paso a la edad adulta. Durante toda la d¨¦cada de los ochenta y buena parte de los noventa estuvo enganchado a la hero¨ªna. En 2015, cuando viv¨ªa una madurez pl¨¢cid...
Pocos seres humanos habr¨ªan sobrevivido a lo que ha pasado Nick Cave (Warracknabeal, Australia, 64 a?os), y no solo an¨ªmicamente. Cuando ten¨ªa 21 a?os su padre falleci¨® en accidente de tr¨¢fico. Su madre se lo cont¨® cuando el joven Nick estaba detenido por robo en una comisar¨ªa de Melbourne, lo que supuso un dram¨¢tico paso a la edad adulta. Durante toda la d¨¦cada de los ochenta y buena parte de los noventa estuvo enganchado a la hero¨ªna. En 2015, cuando viv¨ªa una madurez pl¨¢cida y arm¨®nica en las afueras de la ciudad inglesa de Brighton, uno de sus cuatro hijos, Arthur, perdi¨® la vida a los 15 a?os tras caer por un acantilado despu¨¦s de probar por primera vez el LSD. Y, en mayo de este a?o, el mayor de sus v¨¢stagos, Jethro, de 31, mor¨ªa en circunstancias igualmente tr¨¢gicas. Acababa de salir de prisi¨®n por agredir a su madre, la modelo Beau Lazenby, y estaba diagnosticado con esquizofrenia. No hab¨ªa conocido a su padre hasta los 8 a?os.
Pero, contra pron¨®stico, se puede considerar de forma bastante consensuada que sus mejores obras las est¨¢ entregando justo ahora, en este convulso paso a la tercera edad. Skeleton Tree (2016) y Ghosteen (2019), sus dos ¨²ltimos ¨¢lbumes con su banda The Bad Seeds, son, probablemente, las cimas de su larga trayectoria, pero, adem¨¢s, en estos ¨²ltimos siete a?os ha grabado otros dos discos que suenan a inspirado refugio espiritual junto a su aliado habitual, el multiinstrumentista Warren Ellis: Carnage el a?o pasado y Seven Psalms, una obra de spoken word (o sea, hablada) y m¨²sica cuasi ambient, que acaba de publicar hace unas pocas semanas. En los ¨²ltimos a?os, el d¨²o ha publicado tambi¨¦n siete bandas sonoras (entre ellas, la de la obra maestra Comancher¨ªa) y, en breve, ver¨¢ la luz la octava, para Blonde, el controvertido biopic de Marilyn Monroe que dirige su amigo Andrew Dominik y protagoniza la actriz espa?ola Ana de Armas. Tambi¨¦n ha escrito varios libretos de ¨®pera y m¨²sica para montajes teatrales.
En directo, de la confrontaci¨®n al intercambio emocional
Las ¨²ltimas giras de Nick Cave con The Bad Seeds han seducido a sus seguidores (y a los que no lo eran) m¨¢s que nunca, como demuestran las cr¨®nicas de su reciente paso por el Primavera Sound. Sus conciertos se han convertido en rituales de trascendencia sanadora, donde el vocalista se transmuta en una especie de predicador trastornado que va conduciendo a su reba?o hasta la luz. Se ha aficionado a mezclarse con el p¨²blico de las primeras filas y cantar elevado sobre ellos, pero tambi¨¦n reconoce que ha habido un cambio fundamental en su manera de atacar las canciones en vivo. Si antes su actitud era amenazante, con el ¨¢nimo de confrontar y perturbar a la audiencia, ahora apela a un sentimiento de comunidad redentor, a la b¨²squeda del abrazo grupal y de un flujo de energ¨ªa en las dos direcciones. ¡°El p¨²blico me ayudado mucho, y de alguna manera quer¨ªa darle las gracias por esto¡±, declaraba en 2017, cuando regres¨® a los escenarios. ¡°Para m¨ª las interpretaciones eran como un combate, yo provengo de esa escuela de cantantes. Sacaba el dedo y todo era como ¡®aqu¨ª estoy, esto es lo que hay, qu¨¦date ah¨ª y t¨®malo¡¯. Ahora eso ha cambiado, y aunque el dedo sigue ah¨ª apuntando, sucede algo diferente con el p¨²blico, una especie de din¨¢mica, un intercambio emocional, y eso es bastante hermoso. Supongo que debe ser algo parecido a tocar en Coldplay¡±.
No como un Rolling Stone
Es esta una transformaci¨®n sintom¨¢tica, pero que supone solo una parte m¨¢s de un proceso m¨¢s profundo. A sus 64 a?os Cave no solo se ha negado a mirar atr¨¢s creativamente, no ha querido entrar en las tentaciones nost¨¢lgicas tan habituales en los m¨²sicos de su edad, sino que se ha aventurado en nuevas direcciones estil¨ªsticas, se ha adentrado en la b¨²squeda de eso que ¨¦l siempre ha valorado tanto como lo insondable, el misterio. ¡°Hay algo un tanto perverso en seguir en esto y verte a ti mismo como un experimento en longevidad o algo as¨ª, como los Rolling Stones, por ejemplo. Lo de esa banda se ha convertido en algo bastante maravilloso, que podamos ver en tiempo real hasta cu¨¢ndo pueden durar. Mi diferencia con ellos es que yo todav¨ªa hago m¨²sica decente, sigo intentando grabar discos que sean diferentes al anterior¡±, declaraba en una conferencia en Australia.
Su carrera le ha servido para intentar encontrarle un sentido a todo, plantearse sus propias preguntas y reflexionar sobre la existencia. Puede que, al principio de su carrera musical, cuando emergi¨® influido por el punk y dot¨® a su m¨²sica de un aura nihilista, extrema y muy violenta (con su grupo The Birthday Party, cuando se mud¨® de Melbourne a Londres, y los primeros tiempos de The Bad Seeds en los a?os ochenta, cuando oper¨® desde la oscura escena underground de Berl¨ªn Occidental), se sobreentendi¨® que su inspiraci¨®n llegaba a trav¨¦s del caos y el desorden. Pero ya entonces sus canciones trataban temas de una trascendencia poco com¨²n en el imaginario rock: Dios, la muerte, el amor en t¨¦rminos absolutos, el castigo y el perd¨®n, el mal¡. Es como si su vida al final hubiese respondido o hubiese sido influida por aquello sobre lo que ¨¦l escrib¨ªa, a modo de profec¨ªa autocumplida. O, m¨¢s bien, como si todo eso se retroalimentara constantemente.
Del punk al canon de los cantautores maduros
A mediados de los a?os noventa Cave ya hab¨ªa dejado de ser aquel rockero punk autodestructivo y fue aceptado en el canon de los grandes cantautores maduros con un universo personal retorcido. En la liga de Bob Dylan, Leonard Cohen, Tom Waits, Van Morrison, Scott Walker, Patti Smith, Serge Gainsbourg¡ Para sus seguidores y la cr¨ªtica, discos como Let Love In (1994), Murder Ballads (1996) y The Boatman¡¯s Call (1997) supon¨ªan un punto ¨¢lgido de su trayectoria que jam¨¢s iba a poder superar. La idea parec¨ªa confirmarse cuando entreg¨® sus dos primeros ¨¢lbumes flojos: No More Shall We Part (2001) y Nocturama (2003), que vinieron acompa?ados de una asombrosa revelaci¨®n: la de que, desde su nuevo hogar en Brighton, ahora compon¨ªa de modo funcionarial en una oficina, en estricto horario de 6 de la ma?ana a 5 de la tarde. Encima, el miembro m¨¢s carism¨¢tico de The Bad Seeds, el alem¨¢n Blixa Bargeld, hab¨ªa dejado el grupo. Nadie daba ya un euro por Nick Cave.
Entonces lleg¨® lo inesperado: el ambicioso y logrado doble ¨¢lbum Abbatoir Blues/ The Lyre Of Orpheus, en 2004; form¨® una nueva banda de rock sucio y delirante, Grinderman, escribi¨® una novela, The Death Of Bunny Munro y una peculiar obra po¨¦tica en bolsas de mareo de las que dan en los aviones, The Sick Bag Song, compuso bandas sonoras como rosquillas junto a Warren Ellis e incluso escribi¨® alg¨²n guion como el de The Proposition, para su amigo John Hillcoat, o uno que nunca se llev¨® a la pantalla y que, seg¨²n ha contado ¨¦l mismo, era una verdadera chaladura: el que le encarg¨® el actor Russell Crowe para Gladiator 2.
El renacimiento en el siglo XXI
El caso es que, desde entonces, la trayectoria y la inspiraci¨®n creativa de Cave no ha dejado de ir en ascenso y ha validado su estajanovista m¨¦todo creativo. Trabajar continuamente era, para ¨¦l, su forma de sentirse conectado con el mundo. En realidad, lo sucedido despu¨¦s de la p¨¦rdida de su hijo Arthur es una continuaci¨®n de aquel proceso que llevaba m¨¢s de una d¨¦cada en marcha, aunque este se alter¨® y propuls¨® tras la tragedia. Lo normal habr¨ªa sido caer en un bloqueo creativo, pero ¨¦l dice que las palabras, las canciones, le llegaron con m¨¢s facilidad. Nunca contempl¨® otra opci¨®n que no fuese la de continuar trabajando.
Su ¨¢lbum Skeleton Tree ya estaba a medio hacer cuando su hijo falleci¨®, y en el documental dirigido por Andrew Dominik, One More Time With Feeling, se capt¨® el momento en que todo ese proceso se transformaba, c¨®mo la aflicci¨®n del m¨²sico le iba conduciendo hacia una extra?a serenidad l¨²cida. ¡°Le dije a Warren (Ellis) una semana despu¨¦s de que Arthur muriera: ¡®Esto sigue¡¯. Ni siquiera sab¨ªa de lo que estaba hablando. No fue un acto de valent¨ªa ni nada de eso, simplemente no sab¨ªa qu¨¦ otra puta cosa pod¨ªa hacer. Creo que sab¨ªa que, b¨¢sicamente, si me tumbaba en la cama no me iba a volver a levantar nunca m¨¢s. Para ser honesto, tuvo mucho de actividad terap¨¦utica¡±, confes¨® en 2017 a la revista GQ, al tiempo que reconoc¨ªa haber encontrado una nueva confianza en sus letras con la que sent¨ªa que pod¨ªa llegar a cualquier lugar.
En su naturaleza no estaba explotar el dolor, por eso se mostr¨® extremadamente preocupado por la imagen que pudiese desprender en el documental de Dominik. Le dijo al director que solo autorizar¨ªa la pel¨ªcula si le permit¨ªa el control del montaje final. Al final no edit¨® nada: acept¨®, emocionado, el abstracto homenaje que el cineasta hizo al hijo perdido y a su familia.
Humor negro, marca de la casa
En los ¨²ltimos a?os, el autor de Your Funeral¡ My Trial tambi¨¦n ha sobrevivido a la p¨¦rdida de numerosos compa?eros de viaje. M¨²sicos y amigos cercanos como Jeffrey Lee Pierce (The Gun Club), Michael Hutchence, Grant McLennan, de The Go-Betweens (con quien comparti¨® piso y form¨® un grupo paralelo en Londres), su compa?ero en The Birthday Party, Rowland S Howard, su ex novia y Bad Seed Anita Lane, su primer ¨ªdolo punk, Chris Bailey, de The Saints¡ Esa conciencia de la mortalidad no solo no le ha debilitado, sino que parece haberle fortalecido, amplificado su inspiraci¨®n.
El contacto con el p¨²blico tambi¨¦n parece haber sido terap¨¦utico y no solo en los directos. En los ¨²ltimos a?os, por ejemplo, se ha mostrado muy activo en su p¨¢gina web, donde ha creado un blog, The Red Hand Files, en el que mantiene correspondencia directa con sus seguidores y responde a las preguntas que le hacen. Y tambi¨¦n ha abierto una secci¨®n, Cave Things (cosas de Cave), en la que ha puesto a la venta material art¨ªstico elaborado por ¨¦l de lo m¨¢s ins¨®lito: figuritas de cer¨¢mica, dibujos, cosas variadas con el rostro de Warren Ellis, estampitas religiosas y otros objetos hilarantes que certifican su ¨¢nimo de combatir la muerte abrazando la vida, como si esta fuese su ¨²nica huida hacia delante posible. De hecho, su genuino humor negro se mantiene intacto. En medio de su concierto del Primavera Sound, dedic¨® un tema a Luke y Earl, sus dos hijos vivos, bromeando con que deb¨ªan estar por all¨ª esperado a que empezara el concierto de Bauhaus (el grupo de rock g¨®tico con el que Cave rivaliz¨® a principios de los a?os ochenta, y del que siempre dijo que le resultaba risible y rid¨ªculo). ¡°Este es mi consejo si algo terrible te sucede: forma una banda y sal de gira¡±, declaraba recientemente. La pr¨®xima oportunidad de verlo por aqu¨ª ser¨¢ el 2 de septiembre, en el festival Cala Mijas (M¨¢laga).
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