Laura Quintana, fil¨®sofa: ¡°La rabia interpreta el da?o, quiere cambiar el mundo¡±
La ensayista colombiana investiga las emociones colectivas. Defiende la capacidad transformadora de ciertos afectos
La cara de Laura Quintana se ilumina visiblemente cuando se menciona la reciente victoria de Gustavo Petro. Antes de pasar unos d¨ªas entre Madrid y Barcelona, donde tiene familiares, tuvo tiempo para celebrar esa victoria electoral en su pa¨ªs, Colombia. ¡°Y muy especialmente la victoria de Francia M¨¢rquez¡±,...
La cara de Laura Quintana se ilumina visiblemente cuando se menciona la reciente victoria de Gustavo Petro. Antes de pasar unos d¨ªas entre Madrid y Barcelona, donde tiene familiares, tuvo tiempo para celebrar esa victoria electoral en su pa¨ªs, Colombia. ¡°Y muy especialmente la victoria de Francia M¨¢rquez¡±, aclara, en referencia a la activista medioambiental y feminista que se convertir¨¢ en la primera mujer afrodescendiente en llegar a la vicepresidencia. Aun as¨ª, Quintana, profesora en la Universidad de los Andes, rechaza la posibilidad de entrar en ese nuevo Gobierno porque prefiere retener la capacidad de criticar desde fuera.
Interesada en la investigaci¨®n de las emociones colectivas y de todo aquello que lleva a conformar el sujeto pol¨ªtico, publica ahora Rabia. Afectos, violencia, inmunidad (Herder), un ensayo en el que defiende la capacidad transformadora de ciertos tipos de rabia, un afecto que, dice, ¡°nos hemos acostumbrado a patologizar¡± y que no todo el mundo puede permitirse. Antes escribi¨® en el mismo sello Pol¨ªtica de los cuerpos, en el que se preguntaba por qu¨¦ las personas precarizadas optan por opciones que ahondan en su marginaci¨®n. Tiene claro que cuando habla y cuando escribe lo hace siempre desde Colombia, un pa¨ªs vapuleado por la violencia y donde, dice, ¡°la desigualdad es ideolog¨ªa¡±. No piensa moverse de all¨ª: ¡°No sabr¨ªa c¨®mo pensar o escribir desde otro sitio.¡±
PREGUNTA.??Qu¨¦ espera de ese nuevo Gobierno surgido en su pa¨ªs?
RESPUESTA.?No espero cambios muy estructurales porque requieren tiempo, pero s¨ª creo que pueda empezar una orientaci¨®n pol¨ªtica distinta para el pa¨ªs. Petro supo recoger el descontento y tambi¨¦n la necesidad de construir nuevos acuerdos en un pa¨ªs muy desgarrado por tantos a?os de violencia. Muchos lo vemos como un Gobierno de transici¨®n que va a permitir tomarse en serio problemas fundamentales en Colombia: el problema de la tierra, el problema de la redistribuci¨®n de la riqueza, la salud, la educaci¨®n. El lema que promov¨ªa Francia M¨¢rquez era ¡°que la dignidad se haga costumbre¡±, porque es un pa¨ªs muy clasista y racista, muy desigual.
P.??Ser¨ªa la figura de Francia M¨¢rquez un ejemplo de lo que usted llama la rabia digna?
R.?Ella representa un sector de movilizaci¨®n social del sur del pa¨ªs que se apropi¨® de ese reclamo de ¡°digna rabia¡± que contiene un poco la noci¨®n tambi¨¦n de ¡°digna vida¡± y que reclama que haya condiciones m¨ªnimas de existencia, pero tambi¨¦n que haya m¨¢s posibilidad de participaci¨®n de la gente en las decisiones importantes del pa¨ªs. M¨¢rquez viene de un movimiento en defensa del territorio en el norte del Cauca, que es un lugar que ha sido escenario de disputa tremenda entre guerrilleros, paramilitares y el Estado. Y desde sus reivindicaciones ambientales, lo que ha querido defender es que quienes habiten esos territorios pueden decidir sobre lo que les concierne sin que los asesinen por defender simplemente ecolog¨ªas de la vida en forma de subsistencia mucho m¨¢s sostenible. Ese lema que ha hecho popular del ¡°vivir sabroso¡± se refiere tambi¨¦n a las transformaciones sociales.
P.?Dice en el libro que la rabia ha sido tradicionalmente un afecto de los pobres.
R.?Hay una lectura que yo problematizo en el libro y es pensar que rabia, resentimiento y odio son equivalentes, y hago algunas diferenciaciones all¨ª que me parecen importantes. En el libro muestro que el capitalismo mismo produce muchas formas de resentimiento. Busca que t¨² te esfuerces por producir m¨¢s, compitas con otros, quieras consumir m¨¢s como para aliviar los vac¨ªos existenciales que sientes. Me interesa mostrar que la rabia es diferente de ese resentimiento, porque la rabia, cuando se politiza, no quiere simplemente culpar a otros por el da?o que se padece, como lo hace muchas veces el resentimiento, o quedarse fijado a una herida que no deja de doler. No es el resentimiento que elabor¨® Nietzsche, que tiene que ver con sentir y resentir lo que me doli¨® y no poderlo olvidar. La rabia interpreta pol¨ªticamente el da?o, no lo fija en otros, sino que quiere cambiar el mundo. Entonces, deja de ser un afecto que fija culpas para volverse un afecto que tiene un potencial emancipador.
P.?Tambi¨¦n distingue entre rabia y resentimiento en las pol¨ªticas identitarias.
R.?Hay pol¨ªticas de resentimiento que buscan decir: ¡°Yo soy el nacional, no quiero nada que ver con el inmigrante¡± y fijan identidades. La rabia m¨¢s bien desestabiliza las identidades para decir: ¡°Soy negro, soy ind¨ªgena, soy campesino, pero tenemos problemas en com¨²n y lo que nos interesa es luchar juntos por resolverlos¡±.
P.?La ¨²ltima ola del feminismo va por ah¨ª, por insistir en la interseccionalidad. Pero la rabia es una emoci¨®n generalmente vetada o penalizada para las mujeres.
R.?Los feminismos, sobre todo el feminismo negro norteamericano, han repensado el papel de la rabia porque por mucho tiempo la rabia fue desvalorizada como un afecto subjetivo, propio de mujeres hist¨¦ricas con las que no se puede lidiar f¨¢cilmente. La propia Francia M¨¢rquez ha sido v¨ªctima de ese tratamiento. Pero el punto es que te expresa ind¨®cilmente su opini¨®n y simplemente no se acomoda a los est¨¢ndares establecidos. El feminismo negro recuper¨® ese enardecimiento y a m¨ª me interesaba situarme ah¨ª y tambi¨¦n mostrar c¨®mo los afectos cambian hist¨®ricamente. S¨ª creo que es un afecto que el feminismo reivindica mucho, y eso lleva, por ejemplo, a acciones directas a lo que yo llamo en el libro formas de violencia est¨¦tica que se oponen a la violencia guerrera militar, pero que en todo caso son muy disidentes, muy enf¨¢ticas, ya sean pintadas en muros, bloqueos de calle, performances, bailes¡
P.?Lo primero que dijo Joe Biden en cuanto se conoci¨® la revocaci¨®n de Roe contra Wade fue pedir a quienes iban a salir a protestar que lo hicieran de manera ¡°peaceful, peaceful, peaceful¡± (pac¨ªfica, pac¨ªfica, pac¨ªfica). Desde los movimientos feministas se ley¨® como algo muy insultante.
R.?Es un error porque, entre otras cosas, despolitiza. Impide reconocer que hay un antagonismo, que lo que pas¨® es muy grave para la mitad de la poblaci¨®n, que est¨¢ perdiendo derechos, sobre todo las mujeres m¨¢s pobres. Sugerir que la protesta, si se diera, ser¨ªa irracional y violenta oculta que la violencia es tambi¨¦n acallar el sentido de la protesta. Hay un institucionalismo que ha desprestigiado mucho el derecho democr¨¢tico a protestar, pero no tendr¨ªamos derechos sociales sin protesta. En Colombia hasta se habl¨® de crear un estadio para las protestas, lo cual no tiene sentido¡
P.??En qu¨¦ movimientos est¨¢ detectando un uso creativo de la rabia?
R.?Me interesan los movimientos que est¨¢n luchando contra el da?o ecol¨®gico, entendiendo lo ecol¨®gico en un sentido muy amplio, y los movimientos que se podr¨ªan denominar anticapitalistas o que est¨¢n apuntando a una transformaci¨®n radical del capitalismo, de modo que se ponga en cuesti¨®n el mandato de la acumulaci¨®n. Hay grupos que est¨¢n vinculando los da?os ecol¨®gicos con da?os coloniales y que est¨¢n produciendo una lectura m¨¢s transversal de esas violencias que tienen que ver con cuestiones ambientales, que est¨¢n ligadas tambi¨¦n con formas de violencia f¨ªsica, con masacres, y que est¨¢n tambi¨¦n intentando cuestionar sobre todo ese capitalismo m¨¢s violento que es el neoliberalismo. Todos esos movimientos ind¨ªgenas y campesinos en Latinoam¨¦rica est¨¢n apuntando a una econom¨ªa de decrecimiento que me parece muy interesante y creo que est¨¢n movi¨¦ndose por el lado de la digna rabia.
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