Dinamita para el canon: el imparable rescate de las fil¨®sofas borradas
La tradici¨®n filos¨®fica ha orillado las ideas, obras y nombres de las mujeres. Investigadores, editoriales e iniciativas pol¨ªticas est¨¢n ahora recuperando sus voces
Como Susan Storm Richards, La Mujer Invisible entre Los 4 Fant¨¢sticos en el c¨®mic Marvel, lo desaparecido ¡ªlo que no se ve, pero existe¡ª tiene total protagonismo aqu¨ª. Por los siglos de los siglos la mirada ha adquirido esa costumbre, pero es un elefante en una habitaci¨®n, un asunto estrafalario, una violenta injusticia epistemol¨®gica: ?d¨®nde est¨¢ escondido el pensamiento de las mujeres a lo largo de la historia?
Porque hay al menos dos formas de aprender filosof¨ªa: una es sumergirse en sus libros y otra es leer los nombres en sus lomos y entender lo que no est¨¢. Una tragedia tan absurda para el conocimiento humano que casi adquiere tintes c¨®micos. En Schopenhauer. El arte de tratar con las mujeres (Alianza Editorial), el pensador Franco Volpi jocosamente escribi¨®: ¡°As¨ª como Heidegger ha afirmado que la filosof¨ªa occidental adolece de un olvido del ser, as¨ª tambi¨¦n se puede decir que esta est¨¢ aquejada por algo mucho m¨¢s ins¨®lito, a saber: un olvido de la mujer¡±.
Ese pensamiento siempre ha existido. Si se pregunta, se investiga y se persevera, se descubre que en el siglo III antes de Cristo Fil¨®coro escribi¨® un libro sobre las fil¨®sofas pitag¨®ricas; que en el primer siglo antes de Cristo el estoico Apolonio redact¨® una historia de la filosof¨ªa femenina; que en 1405 Christine de Pizan public¨® La ciudad de las damas, otra compilaci¨®n de filosof¨ªa hecha por mujeres (a su vez, una defensa contra las calumnias de pensadores mis¨®ginos y una reivindicaci¨®n de un espacio femenino propio seis siglos antes de Una habitaci¨®n propia, de Virginia Woolf); y se descubre tambi¨¦n que en 1690 Gilles M¨¦nage public¨® su Historia mulierum philosopharum (Historia de las mujeres fil¨®sofas). La cuenta sigue, pero a duras penas ha quedado rastro de esos libros y de las obras de todas esas fil¨®sofas. ?Por qu¨¦?
¡°La tradici¨®n del pensamiento occidental, a pesar de la diversidad de las posiciones, las tendencias y las escuelas que lo constituyen, muestra una inquebrantable capacidad de apartar, por principio o de hecho, al sexo femenino, de excluirlo de un papel activo en la filosof¨ªa¡±, reflexiona en su escrito Volpi. Las mujeres siempre han estado presentes en el desarrollo del pensamiento, pero lo que ha ocurrido es que han sido borradas de su historiograf¨ªa, seg¨²n advirti¨® en 1997 Eileen O¡¯Neill en su art¨ªculo Disappearing Ink: Early Modern Women Philosophers and Their Fate in History (la tinta que desaparece: las primeras fil¨®sofas modernas y su destino en la historia).
Pura explosi¨®n
Ahora, 25 a?os despu¨¦s del art¨ªculo de O¡¯Neill las cosas est¨¢n empezando a cambiar. Entre la reformulaci¨®n y la reivindicaci¨®n, son much¨ªsimas las voces ¡ªen el ¨¢mbito nacional e internacional, en editoriales, en universidades o institutos¡ª que est¨¢n trabajando en la elaboraci¨®n de un nuevo canon historiogr¨¢fico que restituya el papel de las pensadoras en la historia de la filosof¨ªa. Una pura explosi¨®n de ideas.
En Espa?a, un empuje a esta corriente de recuperaci¨®n arqueol¨®gica ¡ªdeudora de 2.600 a?os borrados de la tradici¨®n filos¨®fica¡ª es el nuevo decreto educativo aprobado en marzo pasado. El documento establece que la asignatura de Filosof¨ªa debe incluir obras de pensadoras y dar a conocer el rastro de discriminaci¨®n social, de g¨¦nero y etnia en dicha tradici¨®n.
La filosof¨ªa ha padecido cierto ¡°fatalismo disciplinario¡±N¨²ria Sara Miras (UB), profesora
De ahora en adelante, los libros de texto explicar¨¢n que a lo largo de los siglos, en contextos donde las mujeres que se atrev¨ªan a romper con las normas y ser libres significaba optar por una vida peligrosa, florecieron autoras como Hiparqu¨ªa, una de las primeras fil¨®sofas griegas de la escuela c¨ªnica; H¨¦lo?se d¡¯Argenteuil, que en el siglo XII elabor¨® una filosof¨ªa ¨¦tica que sit¨²a la intenci¨®n en el centro, como eje fundamental para determinar la correcci¨®n moral; Oliva Sabuco, que en el siglo XVI catalog¨® al ser humano de ¡°¨¢rbol invertido¡± cuyas ra¨ªces est¨¢n en el cerebro y que escribi¨® sobre la interacci¨®n entre la mente, el cuerpo y la salud humana, lo que permite entender mejor el gobierno ¡°de uno mismo¡±, seg¨²n puntualiz¨®; Marie de Gournay, que en 1622 escribi¨® Sobre la igualdad de los hombres y las mujeres, o Elisa?beth de Bohemia, que debati¨® con Ren¨¦ Descartes el desarrollo del principio de dualismo cartesiano.
La refutaci¨®n de Grouchy
Hay m¨¢s: Sophie de Grouchy refut¨® la idea del individuo como un ser aut¨®nomo y autosuficiente ¡ªuna idea filos¨®fica fundamental en el pensamiento occidental, desarrollada a lo largo de siglos y que ha empapado todos los campos del saber¡ª y estudi¨® la empat¨ªa como la disposici¨®n para sentir de manera semejante a la de los dem¨¢s, lo que tiene un hondo trasfondo social, pol¨ªtico y filos¨®fico. Frente a la moral de Adam Smith ¡ªego¨ªsta y orientada hacia la sociedad mercantil, una percepci¨®n que empez¨® a ser predominante en el siglo XVIII y es desorbitante ahora¡ª, De Grouchy defend¨ªa un sentimiento de igualdad natural que deber¨ªa reflejarse tanto en el terreno social como en el pol¨ªtico.
Tambi¨¦n est¨¢ Rahel Varnhagen, precursora en el siglo XIX de la filosof¨ªa de la alteridad; Alexandra Kollontai, quien a principios del siglo XX escribi¨® sobre la necesidad de una ¡°renovaci¨®n psicol¨®gica de la humanidad¡± a trav¨¦s de una serie de reformas radicales tanto en el ¨¢mbito de la ley como en el de las relaciones sociales, del Estado y de la familia, para crear una situaci¨®n favorable para una verdadera emancipaci¨®n humana. Y est¨¢ Luce Irigaray, fil¨®sofa belga nacida en 1930 cuya obra aboga por dejar atr¨¢s la vieja noci¨®n del ¡°hombre¡± como centro solar alrededor del cual gira el universo humano y reajustar y refundar los sistemas simb¨®licos. Sin ir m¨¢s lejos.
La pregunta es: ?c¨®mo ser¨ªa el mundo si estas mujeres y sus ideas ¡ª?sus innovaciones conceptuales, categoriales o anal¨ªticas¡ª, esas figuras que describen de una forma muy otra la visi¨®n de la estructura social y pol¨ªtica en su totalidad, hubieran sido transmitidas a lo largo de los siglos? Porque no hay conocimiento que no est¨¦ construido desde un cierto lugar y punto de vista, y la mirada de todas estas mujeres, desde los m¨¢rgenes, ¡°ilumina espacios que hace que los textos de las fil¨®sofas aporten una nueva racionalidad, un nuevo campo de problem¨¢ticas y nuevas estrategias colectivas¡±, seg¨²n apunta Mar¨ªa Luisa Femen¨ªas en Ellas lo pensaron antes. Fil¨®sofas excluidas de la memoria (Almuzara).
Un club privado
¡°El espacio y la conversaci¨®n entre fil¨®sofos y fil¨®sofas ha existido a lo largo de los siglos, pero ha habido fil¨®sofos profundamente sexistas que relegaron la labor hecha por mujeres a una nota al pie¡±, explica N¨²ria Sara Miras Boronat, profesora de Filosof¨ªa Pol¨ªtica de la Universidad de Barcelona (UB).
Las causas de la desaparici¨®n de las mujeres con aportaciones de peso en el inventario filos¨®fico ¡ªeste abandono, borrado u olvido¡ª son muchas, pero un punto de inflexi¨®n se da a finales del siglo XVIII, cuando llegan las especializaciones acad¨¦micas y la filosof¨ªa, que se compart¨ªa en salones, en la corte o por carta, se encierra en la universidad. Esta se convierte en ¡°un club privado¡±, apunta Miras, donde solo ten¨ªan cabida los hombres. El problema es que no solo se expulsa a las mujeres de la filosof¨ªa, sino que se arrinconan aportaciones de mundos enteros de pensamiento no occidental. El resultado es una definici¨®n monocultural de la filosof¨ªa que universidades y estudiantes asumieron durante siglos sin apenas cuestionamiento alguno. Una especie de ¡°fatalismo disciplinario¡± y, tambi¨¦n, ¡°una producci¨®n interesada de cierta ignorancia¡±, reflexiona Miras, responsable de la Unidad de Igualdad de la UB y experta en las obras de pensadoras como la india Vandana Shiva, autora de Monocultivos de la mente, Jane Addams y sus trabajos sobre el bien com¨²n o Anna J. Cooper, fil¨®sofa afroamericana, precursora de los derechos civiles y el panafricanismo.
¡°Es como una ceguera colectiva, no te das cuenta de que no te das cuenta¡±?ngeles Era?a (UNAM)
¡°Se est¨¢ viviendo un momento de implosi¨®n casi mainstream de crecimiento horizontal, m¨¢s r¨¢pido y en muchos sitios¡±, destaca Miras, y pasa a enumerar algunos motores de dicha implosi¨®n: la ¨²ltima ola feminista, el cuestionamiento del alumnado ante la falta de referentes femeninos, y la p¨¢tina oficial ¡ªy la financiaci¨®n¡ª que le dan a estos estudios el Ministerio de la Igualdad o las consejer¨ªas y departamentos de feminismos en gobiernos aut¨®nomos y locales.
Megaceguera colectiva
La filosof¨ªa tambi¨¦n es esto: redescubrir caminos ocultos y abrir v¨ªas ignotas. Anna Ezekiel, especialista en el Romanticismo alem¨¢n, lleva a?os recuperando la obra de la fil¨®sofa Karoline von G¨¹nderrode, que profundiz¨® en los conceptos de lo real y lo irreal. Desde Hong Kong y v¨ªa correo electr¨®nico, coincide al se?alar el progresivo reconocimiento de pensadoras olvidadas, pero llama a no bajar la guardia. Incluso ahora, al revisar art¨ªculos en revistas de filosof¨ªa, ¡°es habitual encontrar que el autor no cita a una sola fil¨®sofa, cuando algunos de los trabajos m¨¢s interesantes e importantes sobre ese tema son obra de una mujer¡±, alerta Ezekiel. Una ignorancia hermen¨¦utica inadmisible en otras materias.
¡°Es como una megaceguera colectiva. No te das cuenta de que no te das cuenta. Pero es as¨ª: la historia de la filosof¨ªa est¨¢ masculinizada por completo¡±, explica por videoconferencia ?ngeles Era?a, doctora en Filosof¨ªa de la Ciencia en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM). Era?a concede que hay avances, pero que, en general, las obras de mujeres fil¨®sofas siguen siendo invisibles. ¡°Hay un mont¨®n de prejuicios, de reglas que operan silenciosamente. No hay que creer eso de que era algo que pasaba antes y que ahora ya no¡±, subraya. Si las verdaderas transformaciones se dan desde abajo, el alumnado debe exigir a las universidades y a docentes que incluyan las voces filos¨®ficas de las mujeres. ¡°No se puede alegar desconocimiento, porque esa no es una respuesta digna del profesorado. Si no sabes, debes investigar, ?verdad?¡±, cuestiona. Era?a, presidenta de la Red de Mujeres Fil¨®sofas de M¨¦xico, ampl¨ªa esta exigencia a editoriales: ¡°Hay obras interesant¨ªsimas de mujeres que quieres consultar que llevan a?os descatalogadas. Entre todos tenemos que incentivar la labor de b¨²squeda, de accesibilidad y difusi¨®n. Se trata de crear conciencia de la situaci¨®n, de romper el sistema, de que el engranaje cambie¡±.
M¨¢s all¨¢ de la academia, es interesante prestar atenci¨®n a las corrientes filos¨®ficas que no est¨¢n en la universidad. Son colectivos que perciben el sistema acad¨¦mico como un artefacto enclaustrado, ¡°una caja maniatada con una manera de pensar cerrada respecto a qu¨¦ y c¨®mo debe ser el hecho filos¨®fico¡±, concluye Era?a, ¡°donde no tiene pr¨¢cticamente cabida pensar sobre los cuidados, los afectos o las emociones¡±.
Rescate editorial. Nuevas geograf¨ªas filos¨®ficas
Aquí y allá hay constatación de que son muchas las manos que trabajan para ensanchar los mapas de la geografía filosófica. A las continuas reediciones de libros de Hannah Arendt, Simone Weil o Simone de Beauvoir —tres excepciones a la regla—, se suman muchos libros que cuestionan el canon y recuperan obras de mujeres filósofas. Para empezar, la muy canónica Universidad de Oxford ha decidido expandir su currículo y “examinar figuras, movimientos y tradiciones filosóficas anteriormente descuidadas o poco estudiadas” —según su Oxford New Histories of Philosophy (nuevas historias de la filosofía)—, elaborando monográficos sobre pensadoras inglesas del siglo XVIII como Margaret Cavendish, filósofa experimental; Anne Conway, crítica de la filosofía mecanicista, o Damaris Cudworth Masham, compañera de debate ontológico y epistemológico de G. W. Leibniz.
Cerca o lejos de Oxford otras estanterías empiezan a acoger libros como Ellas lo pensaron antes: filósofas excluidas de la memoria, de María Luisa Femenías; Filósofas. Del olvido a la memoria, coordinado por Nieves Soriano y Sergi Ferreres; Fuera de sí mismas. Motivos para dislocarse, de Ana Carrasco-Conde y Luciana Cadahia; Un sujeto inesperado. Diálogo sobre filosofía y feminismo, de Maite Larrauri y Francisco Caballero; Cenar con Diotima, de Anna Pagés; El fuego de la libertad, de Wolfram Eilenberger; Las filósofas que nos formaron, coordinado por Aurora Bustos y Joy Martínez.
Sin edición española, The Philosopher Queens. The lives and legacies of philosophy’s unsung women (reinas filósofas. La vida y el legado de las mujeres no reconocidas en la filosofía), de Rebecca Buxton y Lisa Whiting; Race, Gender, and the History of Early Analytic Philosophy (raza, género e historia de la filosofía analítica temprana), de Matt LaVine; The women are up to something. How Elizabeth Anscombe, Philippa foot, Mary Midgley and Iris Murdoch revolutionized ethics (las mujeres están tramando algo. Cómo Elizabeth Anscombe, Philippa foot, Mary Midgley e Iris Murdoch revolucionaron la ética), de Benjamin J. B. Lipscomb, o Women of Ideas (mujeres de ideas), de Suki Finn.
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