?C¨®mo ganar a la ultraderecha? Lecciones polacas para los dem¨®cratas
La derrota del populismo autoritario en Varsovia deja varias ense?anzas ¨²tiles para los partidos democr¨¢ticos de Europa y Estados Unidos
El partido populista-autoritario que gobierna en Polonia, Ley y Justicia (PiS, por sus siglas en polaco), fue derrotado en las recientes elecciones parlamentarias. Recibi¨® apenas el 35,4% de los votos comparado con el 53,5% de los partidos de la oposici¨®n democr¨¢tica. Es la segunda derrota trascendente de los pol¨ªticos autoritarios en Occidente desde la victoria de Joe Biden frente a Donald Trump. El interrogante ahora es qu¨¦ lecciones podr¨ªa ofrecer esto para Polonia, Europa y otras democracias.
Como en la elecci¨®n presidencial de Estados Unidos en 2020, la elecci¨®n de Polonia gener¨® una participaci¨®n hist¨®rica del 74%, por encima del 62% de 2019 ¡ªla m¨¢s alta desde la ca¨ªda del comunismo en 1989¡ª. El PiS no solo no consigui¨® aumentar la cantidad total de votos a su favor con respecto a la elecci¨®n anterior (algo que s¨ª logr¨® Trump), sino que los tres partidos democr¨¢ticos opositores (al igual que Biden) incrementaron su caudal total de votos en m¨¢s de tres millones.
Si bien la elecci¨®n fue t¨¦cnicamente libre (lo que significa que los votos se contaron de manera apropiada), definitivamente no fue justa. La balanza estaba tan inclinada a favor del PiS que habr¨ªa sido el orgullo del primer ministro autoritario de Hungr¨ªa, Vik?tor Orb¨¢n. A lo largo de la campa?a, el canal de televisi¨®n controlado por el Estado ¡ªque cuenta con una audiencia de alrededor de 3,5 millones de televidentes, lo que representa alrededor del 40% de la audiencia de noticias en el ¨¢mbito nacional (de la cual varios millones no tienen acceso a otros canales de televisi¨®n)¡ª emit¨ªa propaganda del PiS las 24 horas del d¨ªa. Por su parte, las compa?¨ªas estatales, entre ellas empresas de servicios p¨²blicos esenciales, invirtieron tanto en anuncios publicitarios de campa?a a favor del PiS como el propio PiS.
Sin embargo, a diferencia de Hungr¨ªa, el canal importante de noticias por cable de Polonia, TVN24 (propiedad de la empresa norteamericana Discovery), se mantuvo decididamente independiente, mientras que otro canal de tama?o mediano (cuyo due?o es un multimillonario polaco) ofreci¨® una cobertura m¨¢s diversa a pesar de su sesgo a favor del Gobierno. Al mismo tiempo, la mayor¨ªa de los medios digitales e impresos se mantuvieron libres, aunque se sabe que el monopolio petrolero estatal se adue?¨® de la mayor parte de la prensa local para respaldar al PiS.
?Cu¨¢les son las lecciones, entonces? Primero, cuanto m¨¢s dure un r¨¦gimen autoritario, m¨¢s dif¨ªcil resulta terminar con ¨¦l, porque quienes est¨¢n en el poder gradualmente ir¨¢n eliminando las instituciones independientes y los centros de influencia, como los medios que as¨ª lo sean. Las posibilidades de un giro similar en Hungr¨ªa o Turqu¨ªa, donde el r¨¦gimen autocr¨¢tico ha persistido durante m¨¢s de 10 a?os, son mucho menores que en Polonia. Si el PiS se hubiera impuesto en esta elecci¨®n, podr¨ªa haber consolidado su permanencia en el poder durante muchos m¨¢s mandatos.
Segundo, a los partidos autoritarios les resulta m¨¢s dif¨ªcil dominar los sistemas electorales basados en una representaci¨®n proporcional (como en Polonia) que los sistemas de mayor¨ªa simple donde el ganador se lleva todo (como en Hungr¨ªa y Turqu¨ªa). A fin de cuentas, proporcional significa proporcional, mientras que los sistemas de mayor¨ªa simple son m¨¢s susceptibles a la manipulaci¨®n. Si bien todav¨ªa existe cierto margen para este tipo de manipulaci¨®n en Polonia ¡ªraz¨®n por la cual el PiS gan¨® el 42% del Sejm (la C¨¢mara baja del Parlamento) con apenas el 35% de los votos¡ª, no fue suficiente para garantizar una victoria. En Hungr¨ªa, en cambio, Orb¨¢n ha sellado una supermayor¨ªa, lo suficientemente grande como para enmendar la Constituci¨®n, con apenas la mitad del voto popular.
Asimismo, los sistemas electorales de mayor¨ªa simple tienden a polarizar a los votantes y a hacer crecer la importancia de las elecciones, que cada vez m¨¢s parecen existenciales para uno o ambos bandos. Ello implica que si los autoritarios ganan el control de un partido importante en este tipo de sistemas, pueden suponer una amenaza al marco del orden constitucional durante mucho tiempo, como parece estar sucediendo en Estados Unidos.
Una raz¨®n clave para la derrota del PiS fue que Tercera V¨ªa, un partido de conservadores moderados de inclinaci¨®n democr¨¢tica (el equivalente polaco de los republicanos del Trump nunca), gan¨® 65 esca?os de la C¨¢mara baja. Imaginen lo diferente que ser¨ªa la pol¨ªtica estadounidense si un partido liderado, por ejemplo, por Liz Cheney, la excongresista fervientemente conservadora de Wyoming que fue defenestrada por oponerse a Trump, controlara 60 asientos en la C¨¢mara de Representantes.
Si queremos proteger a nuestras democracias de la amenaza del autoritarismo, necesitamos hacer que nuestros sistemas electorales sean lo m¨¢s proporcionales posibles, aunque esto genere una mayor fragmentaci¨®n pol¨ªtica. Cuando el PiS obtuvo una mayor¨ªa de los esca?os parlamentarios en 2015 con apenas el 38% de los votos, fue porque los requerimientos de umbrales hab¨ªan dejado afuera a los partidos que, en conjunto, hab¨ªan obtenido alrededor del 16% de los votos.
En la Alemania de Weimar en el c¨¦nit de la Gran Depresi¨®n, cuando el desempleo era del 30%, gracias al sistema de representaci¨®n proporcional del pa¨ªs, los nazis no pudieron alcanzar la mayor¨ªa. Solo cuando montaron un golpe despu¨¦s del incendio del Reichstag pudieron consolidar un poder absoluto. Con vistas al futuro, las fuerzas prodemocr¨¢ticas en Estados Unidos deber¨ªan defender los sistemas de votaci¨®n de dos rondas (como el que tiene Georgia para las contiendas norteamericanas) como un sustituto de las primarias partidarias. De la misma manera, en Polonia, los umbrales para entrar al Parlamento deber¨ªan reducirse radicalmente al 1%.
Una tercera lecci¨®n es que las fuerzas prodemocr¨¢ticas no solo deben ofrecerles diversidad a los votantes; tambi¨¦n deben lograr que aumente la participaci¨®n. Fue lo que hizo el ex primer ministro polaco y presidente del Consejo Europeo Donald Tusk este a?o con una campa?a incansable de ocho meses que implic¨® realizar tres o cuatro reuniones p¨²blicas por semana en todos los baluartes rurales del PiS. Si bien Tercera V¨ªa brind¨® una imagen relativamente m¨¢s blanda para los desencantados, Tusk les ofreci¨® carne roja a todos los polacos que defienden la democracia.
Finalmente, no debemos olvidar que la amenaza populista-autoritaria se extiende por Occidente. Eso implica que la respuesta democr¨¢tica que se le debe dar ha de tener un alcance similar. En Europa, el nuevo Gobierno polaco tiene que deshacerse del paraguas protector que el PiS le ha venido ofreciendo a Orb¨¢n vetando las acciones de cumplimiento clave de la UE contra las violaciones del Estado de derecho en Hungr¨ªa. Los procesamientos en contra de Orb¨¢n seg¨²n el art¨ªculo 7 del Tratado de la Uni¨®n Europea deber¨ªan reanudarse sin demora, y se tendr¨ªa que despojar a Hungr¨ªa de sus derechos de voto en la UE hasta que restablezca un orden democr¨¢tico que funcione como corresponde. Debe quedar bien claro que las elecciones ¡ªinclusive en otros pa¨ªses¡ª tienen consecuencias.
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