Michel Wieviorka, soci¨®logo: ¡°Los jud¨ªos son el chivo expiatorio por excelencia¡±
Para el pensador franc¨¦s, el antisemitismo es real: parte de su familia muri¨® en el Holocausto. Dice que el comportamiento del Gobierno israel¨ª en la guerra est¨¢ generado odio hacia los jud¨ªos
Parte de la familia de este soci¨®logo franc¨¦s muri¨® en el Holocausto. El antisemitismo, para ¨¦l, no es una abstracci¨®n: es historia y memoria familiar. Pero Michel Wieviorka (Par¨ªs, 77 a?os) tuvo la suerte de crecer en otra ¨¦poca, en un ambiente laico y progresista, culto y republicano en la posguerra, y ¡°casi nunca¡±, a lo largo su vida, se ha visto confrontado personalmente con el odio a los jud¨ªos. Cuando se le pregunta qu¨¦ lugar ocupa, en su identidad, su juda¨ªsmo, dice: ¡°No es lo que me viene primero a la cabeza, en general, pero no lo escondo, no lo minimizo¡±.
Hablamos en un despacho de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, su casa acad¨¦mica, un lugar cargado de historia. Historia intelectual: aqu¨ª ense?aron Fernand Braudel y su maestro Alain Touraine, entre otros. E historia a secas: el edificio se construy¨® donde se encontraba la c¨¢rcel de Cherche-Midi, usada por los alemanes durante la ocupaci¨®n. Desde la ventana se ve el hotel Lutetia, donde regresaron los jud¨ªos que sobrevivieron a los campos nazis.
El veterano intelectual acaba de publicar en castellano El antisemitismo explicado a los j¨®venes (Libros del Zorzal, traducci¨®n de Agustina Blanco) y, en franc¨¦s, El ¨²ltimo chiste jud¨ªo. Edad de oro y declive del humor jud¨ªo. Este 22 de febrero tiene un encuentro en el Instituto franc¨¦s de Madrid y al d¨ªa siguiente participa en un coloquio en el Foro de la Cultura en Valladolid.
Pregunta. Desde el ataque de Ham¨¢s contra Israel, el 7 de octubre, ?se ha desatado un nuevo antisemitismo? En Francia y otros pa¨ªses se ha registrado un aumento de los actos antisemitas.
Respuesta. No dir¨ªa que sea un nuevo antisemitismo, sino que se ha amplificado un antisemitismo que ya exist¨ªa.
P. ?Qu¨¦ ha ocurrido?
R. Ha dado la ocasi¨®n a sectores de la izquierda de permitir que aparezca lo que llamar¨ªa un negacionismo soft, amortiguado. No es el negacionismo que dice que las c¨¢maras de gas no existieron. Es un negacionismo en la medida en que hay quien dice: ¡®Me callo lo que ocurri¨® el 7 de octubre, no es importante, no merece ser comentado, y Ham¨¢s son resistentes, combatientes por la libertad¡¯. No es un antisemitismo expl¨ªcito que diga: ¡®Quiero la muerte de los jud¨ªos, destruirlos¡¯. Es un antisemitismo en la medida en que un acto violent¨ªsimo, criminal, terrorista se cubre de silencio.
P. Es sorprendente que el antisemitismo, que se asociaba a la extrema derecha, ahora se encuentre en la izquierda.
R. En Francia, la izquierda cl¨¢sica es muy d¨¦bil. En cambio, la izquierda de la izquierda, mucho m¨¢s radicalizada, es fuerte, y esta izquierda intenta convencer al electorado procedente de la inmigraci¨®n, con frecuencia ¨¢rabe, pero no necesariamente, con frecuencia musulmana, pero no necesariamente. En este universo, el conflicto israelo-palestino se ve de otro modo que en otros universos.
P. Y la extrema derecha reniega del antisemitismo.
R. Es la paradoja. La extrema derecha institucional se presenta como hostil al antisemitismo. Marine Le Pen ha adoptado decisiones claras al respecto al decir, desde el espacio pol¨ªtico en el que exist¨ªa el antisemitismo, que lo rechaza.
P. Buena noticia, ?no?
R. Es una buena noticia, lo que no significa que sea totalmente cierto. Adem¨¢s, este partido se al¨ªa en Europa con otros partidos de extrema derecha en los que el antisemitismo es m¨¢s activo o visible. Es un posicionamiento fr¨¢gil, y podemos preguntarnos qu¨¦ hay debajo. Y en segundo lugar, esto no impide que haya una ultraderecha con skinheads, neonazis, intelectuales antisemitas¡ Este es el paisaje pol¨ªtico.
P. ?Y m¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica?
R. Est¨¢ el paisaje infrapol¨ªtico de la violencia y el odio. La violencia es an¨®nima y hay que incriminar, en parte y con mucha prudencia, el mundo procedente de la inmigraci¨®n ¨¢rabo-musulmana. En este universo hay antisemitismo, bajo forma de prejuicios y de actos antisemitas. Al otro lado del tablero, pero tablero infrapol¨ªtico, hay quienes profanan sepulturas en cementerios jud¨ªos. Este es el paisaje. Al que hay que a?adir una ¨²ltima cosa: son personas con la idea de que los jud¨ªos quieren controlar los medios de comunicaci¨®n y controlar la opini¨®n, y limitar la libertad de expresi¨®n.
P. Hay un eslogan en manifestaciones propalestinas desde el 7 de octubre y desde que empez¨® el ataque de Israel a Gaza: ¡°Desde el r¨ªo hasta el mar¡±. La idea es que debe haber un Estado palestino del r¨ªo Jord¨¢n al Mediterr¨¢neo y, por tanto, desaparecer Israel. ?Qu¨¦ opina?
R. Cuando de un Estado reconocido por la ONU se dice que tiene que desaparecer, se dice algo distinto a lo que ser¨ªa criticar un r¨¦gimen pol¨ªtico. Yo detesto a Netanyahu. Si solo digo que detesto a Netanyahu y que espero que Israel cambie de Gobierno y de pol¨ªtica y tome la v¨ªa de la paz, muy bien. Yo pienso as¨ª. Pero si digo que el problema no es Netanyahu, sino la existencia del Estado de Israel, con o sin Netanyahu, entonces me meto en el antisemitismo, en la idea de que no puede haber un Estado porque es jud¨ªo. Si le digo ¡°del r¨ªo al mar no debe haber un solo jud¨ªo en esta parte del mundo, este Estado debe desaparecer¡±, esto es antisemitismo.
P. Usted, ?c¨®mo se define? ?Sionista? ?No sionista?
R. Me gusta la palabra que escuch¨¦ decir una vez a [el exdiputado ecologista y l¨ªder juvenil de Mayo del 68] Daniel Cohn-Bendit: a-asionista. No me interesa debatir sobre si estoy a favor o en contra de la existencia del Estado de Israel. Existe. Est¨¢ descartado pedir que se destruya. Ya est¨¢. Esto no significa que vaya a defender la pol¨ªtica de Netanyahu. Dicho esto, le explicar¨¦ algo. Me siento un poco como Camus durante la guerra de Argelia. Un d¨ªa escribi¨® una carta a su amigo Jean S¨¦nac. Le dec¨ªa: ¡°Me callo, ya no puedo hablar¡±. Se sent¨ªa desgarrado. Pues bien, yo en este conflicto me siento desgarrado. No puedo apoyar a Israel al 100% y no puedo defender a Ham¨¢s. ?Qu¨¦ puedo hacer? A mi alrededor veo sobre todo gente que est¨¢ en un campo o en otro. Yo no quiero estar en un campo, quiero estar con los que quieren la paz. No es f¨¢cil. As¨ª que no digo gran cosa.
P. ?Fue un pogromo el 7 de octubre?
R. Tuvo las dimensiones de un pogromo, ten¨ªa una l¨®gica de pogromo. Pero no solo. Tambi¨¦n ten¨ªa una l¨®gica militar. Los pogromos no ten¨ªan una finalidad militar. Consist¨ªan en lanzas a la poblaci¨®n para matar jud¨ªos en un pueblo, en general, en Europa central hab¨ªa un acuerdo m¨¢s o menos expl¨ªcito entre el poder y la poblaci¨®n. Pero no era con fines militares. Aqu¨ª hay una mezcla.
P. ?C¨®mo ha vivido lo sucedido desde ese d¨ªa?
R. Formo parte de quienes encuentran chocante la manera en que Israel lleva a cabo hoy su guerra. Chocante. No puedo defender esta guerra. A¨²n menos porque provoca decenas de miles de v¨ªctimas del lado palestino y porque, adem¨¢s, es la negaci¨®n por parte de Israel de un principio al que sus ciudadanos se sienten apegados: ¡°Todo por los rehenes¡±.
P. El antisemitismo empez¨® hace unos dos milenios al menos. ?Nunca acabar¨¢?
R. Se transforma. El antisemitismo, de hecho, es una palabra que data de finales del siglo XIX. Antes hab¨ªa antijuda¨ªsmo. Es verdad que el pueblo jud¨ªo es el ¨²nico en haber conocido 2.000 a?os de persecuciones, de odio, de destrucci¨®n, pero tambi¨¦n de resiliencia, de resistencia y de capacidad para hacer humor. ?El antisemitismo perdurar¨¢ bajo una forma renovada? Creo desgraciadamente que s¨ª, y lo que vivimos en este momento m¨¢s bien lo alimenta.
P. ?Qu¨¦ quiere decir?
R. El comportamiento del Ej¨¦rcito y del Gobierno israel¨ª genera odio hacia Israel y odio hacia los jud¨ªos, que muchas personas piensan que [los jud¨ªos de todo el mundo] son los aliados de este Gobierno. Pero el antisemitismo no nace de esta acci¨®n gubernamental. Encuentra en ella de qu¨¦ alimentarse. Se puede detestar a un Gobierno sin tener que detestar a la poblaci¨®n afectada, sobre todo cuando esta no depende de ¨¦l, como es el caso de los jud¨ªos de la di¨¢spora.
P. Los antisemitas no necesitan que Israel haga lo que hace para ser antisemitas.
R. No, claro que no. La propagaci¨®n del antisemitismo se alimenta del contexto, pero es irracional, funciona fabricando chivos expiatorios. No hay sociedad que no busque, en un momento u otro, una explicaci¨®n a sus desgracias o a sus dificultades o a sus crisis, y los jud¨ªos son formidables porque siempre se podr¨¢ decir que conspiran, que act¨²an en la sombra¡ Es el chivo expiatorio por excelencia y no hay raz¨®n, desgraciadamente, para que desaparezca.
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