?Dudas existenciales? Ir al fil¨®sofo, en vez de al psic¨®logo
La consulta filos¨®fica ha operado durante a?os en la sombra: en vez de solucionar problemas de salud mental, ayuda a resolver dilemas vitales y a tolerar la vida
El pasado diciembre, la revista The New Yorker public¨® un reportaje acerca de una profesi¨®n que ha operado durante a?os en la sombra: la consulta filos¨®fica. Es tal como suena: un cliente se presenta en la consulta de un fil¨®sofo y le cuenta sus dudas existenciales. El desarrollo de la sesi¨®n var¨ªa significativamente seg¨²n el consultor elegido. No trata problemas de salud mental, sino que ayuda al paciente a reflexionar sobre cuestiones filos¨®ficas profundas, como el sentido de la vida, la ¨¦tica o la libertad. Sus partidarios alegan que esta pr¨¢ctica rescata la dimensi¨®n pr¨¢ctica de la filosof¨ªa antigua, como recoge una c¨¦lebre cita de Epicuro: ¡°Vana es la palabra del fil¨®sofo que no remedia ning¨²n sufrimiento del hombre, porque, as¨ª como no es ¨²til la medicina si no suprime las enfermedades del cuerpo, tampoco la filosof¨ªa si no suprime las enfermedades del alma¡±.
En Espa?a es f¨¢cil ir al fil¨®sofo. Basta con buscar en Google y elegir entre alguno de los profesionales que ofrecen este servicio. De media, cuesta unos 60 euros por sesi¨®n, similar al precio de un psic¨®logo. Recibe distintos nombres: consulta, asesoramiento o incluso acompa?amiento filos¨®fico, como lo llama Omar Linares, doctor en filosof¨ªa de Granada, que lleva nueve a?os dedicado a esta labor. Cuenta por correo electr¨®nico que antes ten¨ªa un despacho f¨ªsico para recibir a los clientes, pero que ahora todas las consultas las hace online. Vive de esta profesi¨®n, y afirma que incluso ha experimentado momentos en los que ten¨ªa lista de espera. Describe un perfil de cliente heterog¨¦neo: de 20 a 60 a?os, con m¨¢s mujeres que hombres y formaci¨®n universitaria. ¡°Pero cada persona es un mundo, cada crisis existencial es un mundo¡±, advierte. Algunos llegan a ¨¦l porque han descubierto la consulta filos¨®fica leyendo alg¨²n libro, como el cl¨¢sico M¨¢s Plat¨®n y menos Prozac (1999), de Lou Marinoff. ¡°Pero lo que m¨¢s ilusi¨®n me hace¡±, cuenta Linares, ¡°es cuando la gente, pensando que deber¨ªa existir algo as¨ª, lo busca en internet, y se da cuenta de que, efectivamente, existe¡±.
Antes de la primera sesi¨®n, mantiene una entrevista de 20 minutos con los potenciales clientes. Les explica los conceptos b¨¢sicos de la consulta filos¨®fica, y resuelve cualquier duda que puedan tener. ¡°Muchos me preguntan si es necesario saber de filosof¨ªa. La respuesta es que no. A veces recomiendo alguna lectura, pero no soy partidario de la biblioterapia. La historia de la filosof¨ªa puede ser muy enriquecedora, pero prefiero centrarme en la reflexi¨®n y an¨¢lisis del pensamiento del consultante¡±. Despu¨¦s, al igual que en cualquier primera sesi¨®n con el psic¨®logo, Linares les plantea la gran pregunta: ?Qu¨¦ te trae a esta consulta? ¡°Esto tambi¨¦n ayuda a descubrir si el asesoramiento filos¨®fico es lo m¨¢s indicado para abordar el problema del consultante. Trastornos de ansiedad o cuadros depresivos graves suelen manejarse mejor en el ¨¢mbito de la psicolog¨ªa. Incluso en casos de trastornos mentales severos, la filosof¨ªa podr¨ªa resultar contraproducente¡±, advierte.
No hay una versi¨®n definitiva para narrar lo que sigue. El propio art¨ªculo de The New Yorker se?alaba la ¡°heterogeneidad¡± de enfoques utilizados en las sesiones de consulta filos¨®fica, que abarcan ¡°desde meditaciones guiadas hasta exploraciones espec¨ªficas de la filosof¨ªa existencialista, kantiana y estoica¡±. En Espa?a, no existe una regulaci¨®n espec¨ªfica ni un colegio profesional dedicado exclusivamente a los consultores filos¨®ficos, a diferencia de Estados Unidos, donde la Asociaci¨®n Nacional de Consejer¨ªa Filos¨®fica (NPCA) se especializa en la formaci¨®n y certificaci¨®n de profesionales en este ¨¢mbito. Elliot D. Cohen, cofundador de la NPCA, aplica un m¨¦todo llamado Terapia Basada en la L¨®gica (LBT, por sus siglas en ingl¨¦s), que desarroll¨® junto al psicoterapeuta Albert Ellis. ¡°Este enfoque se centra en ayudar a los clientes a identificar y corregir las falacias l¨®gicas presentes en sus patrones de pensamiento, las cuales pueden conducir a problemas emocionales y de comportamiento¡±, explica por videollamada. A diferencia de las terapias psicol¨®gicas, este m¨¦todo no se centra en las emociones o el inconsciente, sino en las convicciones y creencias que subyacen a las reacciones emocionales de una persona.
¡°Si aplicamos la consulta filos¨®fica en el caso de una clienta que sufre maltrato psicol¨®gico por parte de su marido, el proceso terap¨¦utico empezar¨ªa por identificar las creencias irracionales o falacias l¨®gicas que podr¨ªan estar influyendo en la percepci¨®n que ella tiene de s¨ª misma y de su situaci¨®n¡±, asegura el experto. Una vez identificadas estas creencias il¨®gicas, el terapeuta trabaja con la clienta para cuestionarlas y reformularlas de manera que reflejen una comprensi¨®n m¨¢s precisa y saludable de su situaci¨®n. ¡°Se incentivar¨ªa a la clienta a desarrollar afirmaciones m¨¢s constructivas y basadas en la realidad: por ejemplo, reconocer que el respeto es un derecho fundamental en cualquier relaci¨®n y que su valor como persona es independiente de c¨®mo la trata su marido¡±.
La consulta filos¨®fica se inici¨® oficialmente en 1981, cuando el fil¨®sofo alem¨¢n Gerd Achenbach abri¨® la primera consulta reconocida de filosof¨ªa en Bergisch Gladbach, cerca de Colonia. Sin embargo, esta iniciativa no fue algo aislado, ya que muy pronto otros fil¨®sofos se unieron a esta actividad en pa¨ªses como Francia, Estados Unidos, Pa¨ªses Bajos o Argentina. Desde 2016, Carmen Zanetti ha estado ejerciendo como asesora filos¨®fica desde Galicia, y en su opini¨®n, este movimiento busca restablecer la utilidad de la filosof¨ªa al abordar las inquietudes y conflictos personales. ¡°Una queja com¨²n entre los fil¨®sofos que lideraron el surgimiento del philosophical counselling es el hecho de que la filosof¨ªa se haya ido desligando paulatinamente de su conexi¨®n originaria con la vida concreta de los seres humanos, un hecho que ha infundido entre la ciudadan¨ªa una idea muy cuestionable: la de que la filosof¨ªa no tiene nada que aportar a las inquietudes y afecciones de sus vidas individuales¡±, defiende por tel¨¦fono.
Es una idea similar a la que defiende el fil¨®sofo Rafael Narbona en su ¨²ltimo libro, Maestros de la felicidad (Roca Editorial, 2024). ¡°La filosof¨ªa no es un manual de instrucciones, pero s¨ª puede utilizarse como gu¨ªa espiritual y camino de sanaci¨®n. A m¨ª me ha ayudado a vencer mis demonios interiores y me ha reconciliado con la existencia¡±, apunta en el pr¨®logo. Para Ana Carrasco Conde, reciente ganadora del Premio Eugenio Tr¨ªas por La muerte en com¨²n. Sobre la dimensi¨®n intersubjetiva del morir, ¡°la filosof¨ªa no te hace ser m¨¢s feliz, pero te ayuda a ser m¨¢s sabio para aprender a vivir contigo mismo y con los dem¨¢s, y te ense?a a distinguir lo que tiene un verdadero valor¡±. Seg¨²n explica la ensayista por correo electr¨®nico, la filosof¨ªa es una herramienta de cambio y de revoluci¨®n, que no da herramientas para ¡°amoldarnos¡± sino todo lo contrario: para cuestionar el molde. ¡°Consuela porque te permite entender, fortalece porque te da herramientas para pensar con distancia, te hace consciente de lo que no funciona en una sociedad para darte la libertad suficiente como para decidir cambiar las cosas o dejarlas como son¡±.
El problema con la consulta filos¨®fica, seg¨²n Carrasco, es que ¡°no es filosof¨ªa¡±. ¡°Lo que hace es aplicar herramientas filos¨®ficas en un escenario que no es filos¨®fico porque est¨¢ atravesado de las din¨¢micas de las terapias psicol¨®gicas o del coaching¡±, explica. En su opini¨®n, esta pr¨¢ctica puede ser ¨²til y v¨¢lida en la misma medida en la que lo son la medicaci¨®n y la autoayuda. ¡°Pero eso no significa que sea una vuelta a las ra¨ªces de la filosof¨ªa de la Antig¨¹edad: la consolaci¨®n filos¨®fica iba de otra cosa¡±, advierte. Carrasco dice que el acercamiento a la filosof¨ªa no deber¨ªa ser la b¨²squeda de soluciones a problemas o malestares espec¨ªficos, sino el resultado de la curiosidad y el anhelo de comprensi¨®n. Destaca el valor de la filosof¨ªa en el desarrollo de una actitud reflexiva y receptiva hacia el mundo y hacia los dem¨¢s. ¡°Las consultas filos¨®ficas, en cambio, se vuelcan sobre todo en querer que el otro nos escuche a nosotros¡ y, claro, esto no va as¨ª, no, al menos, para una vida con sentido y buena¡±.
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