Alma Guillermoprieto: ¡°Putin es un megal¨®mano, acomplejado y guerrerista. Eso es¡±
La gran periodista mexicana, premio Princesa de Asturias de Comunicaci¨®n y Humanidades, publica una selecci¨®n de cr¨®nicas de otros autores para entender Estados Unidos. Dice que entre escritores y lectores hay una relaci¨®n casi amorosa
Alma Guillermoprieto (M¨¦xico, 1949) aplica el perfeccionismo de la danza a su m¨¦todo de investigaci¨®n y escritura. La periodista bail¨® de joven en las compa?¨ªas de dos vacas sagradas como Martha Graham y Merce Cunningham en Nueva York y m¨¢s tarde fue ella misma profesora en la Escuela Nacional de Danza de La Habana, en un momento en el que Fidel Castro hipnotiz¨® a Cuba entera para tratar de conseguir la producci¨®n de 10 millones de toneladas de az¨²car. Detr¨¢s de esa cifra se escond¨ªa la salvaci¨®n de la isla. Guillermoprieto, mientras los cubanos pelaban ca?a, le ped¨ªa a sus alumnos que subieran el ment¨®n, que se alzaran majestuosos sobre la punta de los pies. Con ese mismo sentido del rigor y la belleza busca en el aire las palabras exactas. En su apartamento de Bogot¨¢, un lugar armonioso y lleno de luz, donde entran ganas de bailar el Sue?o de una noche de verano o escribir el Ulises, se refiere a Vlad¨ªmir Putin como un megal¨®mano y a continuaci¨®n se queda callada unos instantes, hasta dar con la definici¨®n justa: ¡°Megal¨®mano, acomplejado y guerrerista. Eso es¡±.
Premio Princesa de Asturias de Comunicaci¨®n y Humanidades 2018, escribe para The New Yorker y The New York Review of Books. Acaba de publicar un texto sobre Nicaragua en la revista de David Remnick. A su vez, se publica en breve La vida toda (Debate), una recopilaci¨®n de 15 reportajes de este siglo de autores estadounidenses seleccionados por ella. Como el t¨ªtulo indica, en una empresa nada modesta estos textos tratan de reunir todas las emociones humanas.
Pregunta. ?En qu¨¦ se parece bailar con escribir?
Respuesta. El perfeccionismo de la danza se te queda, es absoluto. Ah¨ª las cosas no son m¨¢s o menos, son o no son. La pierna llega a 135 grados o no llega. Eso me permiti¨® encajar muy bien en The New Yorker, donde el proceso con los fact checkers [editores factuales] es eterno. Es constante. Y se te queda el respeto por las formas.
P. En toda su obra hay una gran curiosidad por la vida. En La Habana en un espejo hay asombro por los helados del Coppelia, por los tobillos de sus alumnos...
R. Es la herramienta fundamental. Si no est¨¢s ejerciendo la curiosidad en cada instante, no tienes material que sea tuyo. Tienes el material del com¨²n.
P. Vivimos en un siglo ansioso, ha dicho. La gente quiere consumir informaci¨®n constantemente. ?Qu¨¦ sentido tiene entonces escribir textos largos como los que ha escogido?
R. Primero, porque me da la gana. Eso es lo que yo quiero hacer en la vida y eso es lo que yo he hecho. Si encuentran un p¨²blico mayor o menor, si encuentran un reconocimiento o no, es muy secundario. Segundo, porque creo que hay que dejar constancia. Y tercero, porque me parece que el texto largo es un medio de reflexi¨®n que no te proporciona ni la noticia puntual ni la televisi¨®n ni los blogs. Es el momento en el que la lectora puede sentarse con el texto, calmarse, dejar que entre una voz amiga en su cabeza y tener un di¨¢logo con esa voz.
P. ?Qu¨¦ tipo de complot se forma entre el lector y el autor cuando un texto toca el nervio, ya sea por la belleza o por el contenido?
R. Hay una relaci¨®n casi amorosa. Me esfuerzo para que entren al texto seducidos y salgan con la sensaci¨®n de haber pasado por una experiencia, un enamoramiento o un proceso de indagaci¨®n. La frase de Garc¨ªa M¨¢rquez ¡°yo escribo para que me quieran m¨¢s¡± es v¨¢lida para todos los escritores.
P. Le he le¨ªdo decir que sin la lectura la sociedad se desmoronar¨ªa.
R. Si el ser humano se convierte exclusivamente en reactivo, no es una sociedad posible. La sociedad reflexiona, elige, escoge y se rearma. Imagino una distop¨ªa gobernada por Trump en donde solo se reacciona. No quisiera vivir ah¨ª. ?Abajo Twitter!
P. Le importa el lenguaje inclusivo. Un idioma es un instrumento, dice, como tostadoras o autom¨®viles.
R. Esa frase es exacta. Un idioma tiene que evolucionar con los tiempos. Si no, como los carros y los tostadores, se deja de usar. Las mujeres que no se sienten representadas por el idioma, que habla exclusivamente en masculino, van a ser cada vez m¨¢s.
P. En la recopilaci¨®n de reportajes que ha hecho no hay muchos grandes nombres, como pudieron ser Norman Mailer o Tom Wolfe.
R. Los textos de esta nueva antolog¨ªa son de una nueva sensibilidad del siglo XXI. Y no solo no son machistas, sino que son textos modestos. Los autores tienen una modestia innata. Mailer, que lo poco que lo conoc¨ª me cay¨® muy bien, era un tipo que llegaba y dec¨ªa aqu¨ª estoy yo. Y les reporteres contemporanees llegan y dicen: a ver qu¨¦ veo. Es otra postura. Es la de un par de ojos, no de una personalidad que llega.
P. En 1999 dict¨® un taller para periodistas en Cartagena de Indias. Les prohibi¨® a sus alumnos historias sobre la pobreza.
R. Y dije por qu¨¦: porque los pobres no tienen abogado. Uno puede decir lo que quiera frente a ellos porque est¨¢n indefensos. Y es lo m¨¢s f¨¢cil.
P. Empez¨® como reportera en Nicaragua. Descubri¨® que a la gente no le interesaba la revoluci¨®n.
R. Lo que no todos los revolucionarios han aprendido es que la gente quiere vivir en paz, que sus hijos puedan ir a la escuela y mejorar, que puedan cobrar una jubilaci¨®n.
P. Vayamos a Fidel, al que ve¨ªa, desde sus ojos de veintea?era reci¨¦n llegada a Cuba, como ¡°un dios del Caribe¡±. Ese tipo de figuras, ?ser¨ªa imposible que ahora surgieran?
R. Esas figuras surgen. Fidel ten¨ªa esta cosa de un ser superior y para desgracia de su pueblo result¨® hipn¨®tico. Todos dicen ahora que despu¨¦s de una elecci¨®n y reelecci¨®n toca irse. Hay que saber irse. Fidel no supo y no quiso.
P. Putin tampoco ha querido irse.
R. Es un chaparrito acomplejado. La mesa a la que se sienta, de cinco metros de largo. Es una paranoia que le ha ido creciendo. Estaba viendo una mesa de 2015, era normal. Conforme crece su megaloman¨ªa, crece la mesa.
P. Colombia, donde vive, tiene elecciones presidenciales en breve. El favorito es el izquierdista Petro.
R. Todo indica que Gustavo Petro va a resultar presidente. Si es bueno o malo, est¨¢ por verse. No me imaginaba la invasi¨®n de Putin a Ucrania, no me imaginaba que Zelenski fuera un heroico dirigente en tiempos tan dif¨ªciles. El futuro es impredecible, siempre. Petro fue un congresista extraordinario, pero se necesitan virtudes diferentes para conducir un pa¨ªs tan dividido como Colombia.
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