¡°Mauritania hace campa?as de sensibilizaci¨®n cada vez que llegan refugiados¡±
Mohamed Ag Malha, alias Momo, es uno de los l¨ªderes comunitarios del campamento de Mberra (Mauritania), donde habitan 50.000 malienses desde 2012 bajo el temor al olvido. Experto en conflictos, participa en las conversaciones de paz sobre Mal¨ª
El asentamiento de refugiados de Mberra se encuentra en una de las esquinas m¨¢s remotas del mundo, en el des¨¦rtico sur de Mauritania, a casi 1.500 kil¨®metros de la capital, Nuakchot, y a apenas unas decenas de la frontera con Mal¨ª, pa¨ªs este en situaci¨®n pol¨ªtica tan ardiente como su temperatura. All¨ª, en una tienda beduina y fresca (para lo que permiten los 45 grados de fuera), recibe a los periodistas Mohamed Ag Malha, m¨¢s conocido como Momo.
Hombre imponente, delgado, de charla gustosa y vehemente, ¨¦l es el uno de los l¨ªderes comunitarios de los refugiados en estos campamentos levantados en terrenos cedidos por el Gobierno mauritano. En ellos se cobijan desde 2012 unos 55.000 malienses del terror yihadista en su pa¨ªs. Con una extensi¨®n de ocho kil¨®metros cuadrados, el paisaje es un continuo de chamizos en medio de la arena, levantados con materiales suministrados por la Agencia de la ONU para los refugiados (Acnur) o reciclados. Casi todos aqu¨ª, en una mezcla humana extraordinaria de peuls, bambaras, maures, songhais y, sobre todo, tuaregs, proceden de Tombuct¨², de Goundam, Tenenkou o Nioro. Lugares muy castigados en 2012 por la violencia, como lo fueron tambi¨¦n Gao, Kidal, Mopti, Segou¡.
Volver a casa es una ilusi¨®n compartida, pero solo algunos lo intentan. Y regresan al poco. La seguridad importa. ¡°As¨ª pues, estamos aqu¨ª, en el per¨ªmetro internacional, el conjunto del mundo humanitario, es decir, los refugiados y los trabajadores de las ONG desde hace un lustro. Nos sentimos seguros, el Estado mauritano se encarga de velar. No le ha pasado nada a nadie, ni a un refugiado, ni a un voluntario, ni a un trabajador en este tiempo. As¨ª que, en lo que se refiere a la seguridad, se ha realizado un trabajo excelente¡±, comenta Momo.
Sostenido por fondos internacionales y mauritanos, el temor al olvido internacional y de las ONG, y la necesidad perentoria de convertir los campamentos en aut¨®nomos, est¨¢n en la agenda. El tiempo apremia. Comida, agua, saneamiento, salud, educaci¨®n y seguridad son las seis patas a garantizar. ¡°Estamos en 2017, ya hemos superado la fase de urgencia y hemos empezado la de la autonom¨ªa, que ha llevado a cada socio a centrarse en un trabajo en el que se anima a los refugiados a participar, a gestionar su vida. Es decir, se trata ahora de formar a los refugiados para que asuman las infraestructuras creadas... Hemos empezado la fase de autonom¨ªa considerando que el contexto de seguridad en Mal¨ª no nos permite vislumbrar un regreso a corto plazo¡±.
Mal¨ª se ha convertido en un gran problema, el Sahel se ha convertido en un gran problema
Momo es un hombre de paz. Anta?o profesor de matem¨¢ticas y f¨ªsica en la universidad en Mal¨ª, se pas¨® al sector privado trabajando con la cooperaci¨®n francesa y luego la alemana. Adem¨¢s de responsable de Mberra, pertenece ahora al grupo de convocados a Roma por la comunidad de San Egidio, un movimiento internacional de laicos por la paz, promovido por el Vaticano, para formar parte de los di¨¢logos que permitan avanzar o resolver, idealmente, el conflicto de Mal¨ª. Esa esperanza le empuja a seguir adelante.
Con un calor asfixiante fuera, sentado cuan largo es (y lo es mucho) habla apasionado de las condiciones de vida de los refugiados, el presente y futuro de los campos (¡°soy responsable, tengo el deber de garantizar su supervivencia d¨ªa a d¨ªa¡±, afirma) y de la situaci¨®n actual de su pa¨ªs; de la forma de vida y las esperanzas de los malienses exiliados y del trabajo imprescindible de las organizaciones internacionales para su supervivencia. ¡°Para nosotros es un acto muy significativo que ustedes, periodistas, vengan a ver y mostrar la situaci¨®n de este campo en riesgo de ser olvidado¡±.
Pregunta. ?Cu¨¢ntas personas viven aqu¨ª hoy?
Respuesta: 55.000. La cifra fluct¨²a y tiende a aumentar porque la situaci¨®n en Mal¨ª no hace m¨¢s que degradarse. Casi todos aqu¨ª son ganaderos y pastores, tambi¨¦n hay agricultores, y han llegado a Mauritania con peque?os reba?os, de cabras, de camellos¡. Hay muchos de ellos que no pueden vivir en el per¨ªmetro internacional, que es muy exiguo. Est¨¢n obligados a vivir fuera. Los enfrentamientos internos hacen que muchas personas tengan miedo y salgan para Mauritania o Nigeria o Burkina Faso. La tendencia es salir.
P. ?Pero hay retornados a Mal¨ª? ?O se van al interior de Mauritania?
R. Algunas familias salieron en el marco de regreso voluntario hacia nuestro pa¨ªs, pero han vuelto, porque aqu¨ª hay seguridad. Y porque el contexto de los refugiados en Mauritania es muy particular, no es como en otros lugares, donde suelen estar encerrados. Aqu¨ª tienen libertad¡ Se registran las familias y algunos j¨®venes salen del per¨ªmetro internacional para ir a las poblaciones mauritanas a trabajar, a traer riqueza al interior del campo.
P. ?Qu¨¦ organizaciones internacionales operan en Mberra? ?Son las mismas que al principio, en 2012, cuando se inici¨® el ¨¦xodo? Se lo pregunto porque hoy el n¨²mero de refugiados ha crecido en todo el mundo¡ Y muchas ONG se han movido a Sud¨¢n, Somalia, Nigeria, Mal¨ª mismo¡ ?Cree o teme que este campo sea olvidado?
R. Son casi los mismos actores. Han ido viniendo seg¨²n su especialidad. M¨¦dicos Sin Fronteras de B¨¦lgica, Acci¨®n Contra el Hambre (ACH), el Programa Mundial de Alimentos y sus socios, la Asociaci¨®n Luterana Mundial... Todos trabajan en perfecta simbiosis y colaboraci¨®n con las autoridades mauritanas y los refugiados. Cuando tienen prioridad somal¨ªes, sudaneses o cualquier otro, yo no estoy en contra, claro, pero solo les recuerdo una cosa a los trabajadores de las ONG: que han empezado algo que ha dado un resultado y que si abandonan va a irse a pique y es muy peligroso. No hay que pensar en abandonarlo sino en preservarlo.
P. ?Qu¨¦ problemas tiene Mberra?
R. Tenemos problemas que gracias a una gran organizaci¨®n han empezado a resolverse. El mayor que ten¨ªamos, el del agua. Cuando digo agua, me refiero a agua para todos. Hay mucha demanda en comparaci¨®n con los recursos. ACH adapta al terreno los recursos que tiene, pero es dif¨ªcil, exige un trabajo t¨¦cnico diario. Por eso est¨¢n permanentemente en el terreno, resolviendo. Despu¨¦s ten¨ªamos la necesidad de educaci¨®n: aqu¨ª las organizaciones se ocupan sobre todo de la elemental. Ahora, otras ONG como InterSOS han encontrado la manera de crear colegios que permitan a los ni?os continuar hasta secundaria. El tercer problema es el de la alimentaci¨®n. Con la llegada de nuevos refugiados, la raci¨®n de comida ha empezado a descender, y tambi¨¦n por el contexto internacional citado, es decir, que hay otras urgencias.
The New Arrivals
Cuatro millones de inmigrantes han llegado a Espa?a en dos d¨¦cadas en avi¨®n, en patera o saltando la valla. M¨¢s de un mill¨®n de personas pidieron asilo en Europa en 2016. EL PA?S cuenta, en un proyecto de 500 d¨ªas con los diarios The Guardian, Der Spiegel y Le Monde, c¨®mo se adaptan estos nuevos europeos y c¨®mo Europa se adapta a ellos. Una mirada a un fen¨®meno que est¨¢ transformando Espa?a y el continente
P. ?Y c¨®mo les ha acogido la poblaci¨®n mauritana? Dice que muchos refugiados trabajan en aldeas cercanas, y ya vinieron muchos malienses aqu¨ª en la crisis de 1992...?C¨®mo es la cohabitaci¨®n?
R. Le voy a explicar algo: el pueblo mauritano es un pueblo muy particular en materia de hospitalidad. Es conocido en toda ?frica por ser muy hospitalario. La etnia da igual; cuando usted entra en casa de alguien en Mauritania es bien recibido. El concepto de compartir est¨¢ arraigado en su cultura. Cada vez que hay un movimiento de refugiados, el Estado mauritano realiza una peque?a campa?a de sensibilizaci¨®n que tiene eco porque est¨¢n preparados para acoger gente. Est¨¢ en la fe musulmana. El islam dice: "Es deber del musulm¨¢n ayudar; el que no acude en ayuda del viajero, comete un gran pecado". Son dos sociedades muy parecidas, son del Sahel, han compartido frontera durante mucho tiempo. Son dos pueblos culturalmente pr¨®ximos. Es como si preguntara c¨®mo un espa?ol del suroeste llega a cohabitar con un portugu¨¦s en su frontera.
P. Bueno, quiz¨¢ no es un buen ejemplo porque Espa?a y Portugal viven bastante de espaldas¡
R. S¨ª, s¨¦ que es dif¨ªcil, por la cultura (se r¨ªe).
P. Una pregunta personal: ?por qu¨¦ se fue usted de Mali?
R. ??Yo? Porque nos dispararon, porque perdimos parientes, perdimos nuestros bienes, tuvimos que salir corriendo. Hay casos como el m¨ªo y luego hay otros que se quedaron y se han ido despu¨¦s porque el terrorismo ha aumentado tanto que no consiguen convivir con los terroristas. Y sucede en todas partes: Gao, Tombuct¨², Kidal, regi¨®n de Mopti, el norte de la regi¨®n Segou¡
P. ??Y usted de qu¨¦ aldea era?
R. ?Yo viv¨ªa a 145 kil¨®metros de aqu¨ª. Estaba c¨®modamente instalado en mi casa hasta que abrieron fuego y cundi¨® el p¨¢nico. Y cada uno cogi¨® lo que ten¨ªa: su coche, su carro, su asno, su camello o bien se pusieron los beb¨¦s en la cabeza y eso es todo. Me fui el 26 de enero de 2012. La mayor¨ªa de gente aqu¨ª es de esa fecha. Hubo una segunda hornada en 2013. Lo recuerdo bien. Llegu¨¦ a tierras mauritanas el 27 de enero de 2012. Tuvimos una acogida muy calurosa por parte del Estado y la poblaci¨®n mauritana. Primero en Fassala, que est¨¢ a 50 kil¨®metros, un centro de tr¨¢nsito donde el primer personal humanitario nos recibi¨® y ah¨ª organizamos a los refugiados, que eran entre 6.000 y 7.000 entonces, para traerlos a Mberra. De hecho, este es un sitio que est¨¢ bien elegido. Es un lugar que, en el plano hidr¨¢ulico y del medio ambiente, re¨²ne condiciones. As¨ª que transferimos a los refugiados aqu¨ª. Ya estaban las tiendas colocadas y dividimos a la gente por regiones en bloques. La organizaci¨®n fue impecable y no se origin¨® ning¨²n altercado. Mauritania realmente ha hecho algo extraordinario al recibir y trasladar a un grupo de exiliados sin ning¨²n incidente.
P.??Qu¨¦ hac¨ªa usted antes de venir aqu¨ª?
R. Trabajaba en la cooperaci¨®n alemana (GIZ), en el programa Mal¨ª Nord. Fui encargado del programa de repatriaci¨®n de refugiados en 1997 de Mauritania a Mal¨ª, y despu¨¦s del programa de reinserci¨®n. Era jefe de zona de la regi¨®n de Tombuct¨². Pero en alem¨¢n solo s¨¦ decir guten morgen (buenos d¨ªas), aunque he recorrido gran parte de Alemania¡ Aqu¨ª en Bassikounou est¨¢ la confederaci¨®n luterana (The Lutheran World Federation), que se encarga de la administraci¨®n.
"Volver a Mal¨ª hoy es imposible"
"Si usted est¨¢ de acuerdo, ahora le queremos hacer algunas preguntas mientras le grabamos un v¨ªdeo", le preguntamos a Momo en un momento dado de una entrevista que ¨¦l habr¨ªa alargado con gusto. "Si vuestro v¨ªdeo no se niega a grabar la vejez de un septuagenario...", sonr¨ªe vanidoso, pues sabe bien que de ning¨²n modo aparenta los 77 a?os que tiene.
¡ª?Sabe de d¨®nde ven¨ªa antes de recibirles? De andar 12 kil¨®metros. Los recorro todos los d¨ªas. Yo tengo dos m¨¦dicos que me acompa?an, mi pierna derecha y mi pierna izquierda. A veces doy una vuelta y media al per¨ªmetro del campo internacional. A veces ando todo recto hasta Bassikounou. Y de buena ma?ana bebo un litro de agua tibia en ayunas.
Habla de su tiempo de escuela y universidad en Mal¨ª, de sus estudios de Matem¨¢ticas y F¨ªsica ("dej¨¦ la ense?anza y trabaj¨¦ en el sector privado, as¨ª fue como termin¨¦ trabajando en la cooperaci¨®n"), de su labor con los refugiados malienses, y poco a poco se vislumbra la nostalgia. ?Quiere volver a su tierra? ?Tiene la esperanza de regresar alg¨²n d¨ªa?
¡ªMahoma dijo que el amor a la patria es una dimensi¨®n de la fe. Quiere decir que cada uno piensa en volver a su hogar, pero es imposible: el terrorismo se ha instalado en Mal¨ª, todo el mundo habla de ello. El pa¨ªs se ha convertido en un gran problema, el Sahel se ha convertido en un gran problema.
Un ambiente de conflicto constante bien distinto a lo que se respira en Mberra. ?Qu¨¦ hacen para organizarse entre los diferentes grupos ¨¦tnicos? "El entendimiento de las diferentes etnias es mi mayor orgullo. Nosotros en Mal¨ª somos un pueblo cosmopolita, como Mauritania, como todo el Sahel. Aqu¨ª hay tres denominadores comunes: somos musulmanes al 100%, somos todos de Mal¨ª y hemos sido expulsados por la inseguridad. Por ello nos es posible vivir en perfecta simbiosis. La vida para nosotros es una vida facilitada por el islam, y por el hecho de que todos hemos sido expulsados de nuestras casas. A todos los negros y todos los blancos que ve aqu¨ª les han quitado todo, les han robado, los han matado... Si usted va a ver a la comunidad peul, que no est¨¢ lejos de aqu¨ª, all¨ª le van a contar las masacres de las que han sido v¨ªctimas... Y as¨ª todos. Y yo, como coordinador, me considero responsable de todos los refugiados, de las mujeres, de los hombres, de los mayores, de los j¨®venes, de los peul, de los tuaregs, de los bambaras, de los ¨¢rabes... Soy responsable de todos y tengo el deber de mejorar el d¨ªa a d¨ªa de todos los refugiados".
P. Ser refugiado largo tiempo es una condici¨®n dura. ?Qu¨¦ hacen ustedes aqu¨ª para que la gente lo sobrelleve?
R. Es una cuesti¨®n de cultura, de religi¨®n. Pertenecemos a la religi¨®n musulmana, aqu¨ª curamos? las dificultades con la meditaci¨®n y la lectura del Cor¨¢n, con las palabras del profeta¡ Las usamos para recordar que durante la vida de un ser humano hay alegr¨ªas que se construyen a partir de una dificultad. Y esta debe ser una etapa absolutamente conocida y soportada por todos. Es as¨ª como sanamos, a trav¨¦s de las ense?anzas. Cuando alguien est¨¢ cansado de su miseria, le decimos: ¡°No, no tienes derecho a estar cansado porque dicen que todos los acompa?antes del profeta Mahoma cada vez que estaban contentos, estaban tristes. Porque dicen que cada vez que hay una alegr¨ªa viene despu¨¦s la tristeza. Y en tiempos malos no hay que estar triste porque despu¨¦s vendr¨¢ la alegr¨ªa". Tienes el calor y el fr¨ªo, si tienes dos sensaciones contrarias, sean cuales sean, una crea a la otra. Hay que poner fuego en un congelador para tener hielo.
P. Ok. Un buen ejemplo.
R. Es as¨ª. Cuando nos reunimos por las tardes, todos nuestros debates son as¨ª. Los j¨®venes tambi¨¦n se re¨²nen con m¨²sica, tenemos muchos m¨²sicos aqu¨ª. Somos un pueblo de m¨²sicos: hay muchos tuaregs, ¨¢rabes, bambara¡ Todo el folclore. Es dif¨ªcil encontrar un barrio de Mal¨ª donde no oigas m¨²sica en un grupo de gente, y baile. Aqu¨ª incluso vienen orquestas malienses. Este a?o organizamos un festival al que vinieron grandes guitarristas de Mal¨ª, Costa de Marfil, Guinea... Y hay aqu¨ª un gran guitarrista, un refugiado que trabaja con la ONG Acci¨®n Contra el Hambre. Cambia de pasaporte todos los a?os porque se ha recorrido todo el mundo y no le caben los visados. Le llaman para ir a Estados Unidos, Canad¨¢, Alemania, Marruecos¡ Mohamed Issa Agg Oumar. Muy bueno.
P. ?Siendo un refugiado puede salir de Mauritania?
R. ?Tiene derecho a salir, puede ir a cualquier sitio menos a Mal¨ª, eso es lo que dice el reglamento. Porque si regresas, ya no se te considera refugiado.
P. ?Sabe que ahora en Espa?a el drama es que muchos africanos cruzan el Mediterr¨¢neo y m¨¢s de 3.000 se han ahogado en ¨¦l solo en este 2017?
R. ?Tuve ocasi¨®n de visitar a personas rescatadas en la escuela en la que aprendemos italiano en Roma, en la comunidad de San Egidio que me invit¨®. Y me explicaron todo este contexto..
A todos los negros y todos los blancos que ven aqu¨ª les han quitado todo en Mal¨ª, todo...
P. Este es un campo de gente de paz, pero la idea que cuaja en Europa es que hay otro lado del islam que parece que se impone, el de los ataques yihadistas, el de los terroristas. ?Qu¨¦ puede decirles usted a estas personas que identifican islam con violencia?
R. Voy a decirles algo: ese es el principio de la guerra. Cuando quieres destruir al que consideras tu enemigo, utilizas cualquier cosa contra ¨¦l. El islam es totalmente contrario a lo que dicen estos detractores: el islam es bondad, tolerancia, democracia, igualdad entre los pueblos. Todos aquellos que quieren aprovecharse del terrorismo para perjudicar al islam van a terminar cans¨¢ndose. Cuando hay un atentado, muchos en Occidente dicen: ¡°Son los musulmanes¡±. No, no somos los musulmanes, son los terroristas. Hay que cuidar las generalizaciones. Nosotros sostenemos con firmeza que nadie puede da?ar la imagen del islam. Si hay gente que quiere culparlo de todo, no creo que puedan llegar muy lejos.
El proyecto The New Arrivals est¨¢ financiado por el European Journalism Centre con el apoyo de la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates.
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