Duras condenas por primera vez en Argentina por los ¡°vuelos de la muerte¡±
Varios responsables, sentenciados a perpetua en el marco de la megacausa de la ESMA, el mayor juicio de la historia del pa¨ªs

La Justicia argentina conden¨® por primera vez y con varias cadenas perpetuas a los responsables de los vuelos de la muerte, el sistema de exterminio de los detenidos desaparecidos que acab¨® con la vida de unas 4.000 personas, lanzadas al mar desde aviones militares despu¨¦s de haber sido drogadas. La sentencia del mayor juicio de la historia de este pa¨ªs, la llamada megacausa de la ESMA, con 54 imputados por los delitos cometidos contra 789 v¨ªctimas, fue finalmente hist¨®rica y determin¨® la condena a cadena perpetua de 29 implicados, incluidos algunos de los m¨¢s conocidos represores, ya condenados por otras causas. Hubo 6 absoluciones y el resto fueron condenados a penas entre 8 y 25 a?os.
Han pasado 40 a?os, pero la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada (ESMA) est¨¢ casi intacta. Por eso Miriam Lewin, que estuvo all¨ª secuestrada dos a?os, puede situarse en el lugar exacto en el que los detenidos eran drogados con Pentotal antes de ser desnudados y subidos a camiones que los llevar¨ªan a un avi¨®n desde el que los lanzar¨ªan al mar. ¡°Era exactamente aqu¨ª, en este espacio, donde estaba la enfermer¨ªa y donde ahora est¨¢n ustedes. Y se los llevaban por esos escalones hasta un cami¨®n en el patio. Lo hac¨ªan cada mi¨¦rcoles. Los elegidos ten¨ªan que pararse cuando escuchaban su n¨²mero y caminar hasta ac¨¢ en fila india¡±, les cuenta a los sobrecogidos visitantes de la ESMA, el m¨¢s conocido de los centros de detenci¨®n, tortura y desaparici¨®n de la dictadura argentina, que est¨¢ en el coraz¨®n del coqueto barrio de Nu?ez y organiza visitas mensuales con supervivientes.
Hoy la ESMA es un centro de memoria, un ejemplo mundial de c¨®mo convertir un lugar de horror en otro de aprendizaje para inocular anticuerpos en las siguientes generaciones. Algo que Espa?a, como otros pa¨ªses, a¨²n no ha sabido hacer con su Valle de los Ca¨ªdos. Lewin, como varios de los escasos supervivientes de este centro, estuvo en la lectura de la sentencia del megajuicio de la ESMA, el mayor proceso de la historia de Argentina. Con 54 acusados ¨Ctodos ellos en la c¨¢rcel, muchos en prisi¨®n preventiva¡ª y 789 v¨ªctimas, ha durado cinco a?os y por primera vez ha condenado a los que participaron en los llamados vuelos de la muerte.
Los jueces condenaron a buena parte de los imputados a cadena perpetua por m¨²ltiples cr¨ªmenes -secuestro, tortura, asesinato- cometidos en la ESMA, entre ellos el excapit¨¢n Alfredo Astiz y a Jorge el Tigre Acosta, dos de los m¨¢s conocidos. Pero las sentencias m¨¢s significativas fueron contra Mario Daniel Arru, Alejandro Domingo D'Agostino, Francisco Armando Di Paola y Gonzalo Torres de Tolosa, condenados a cadena perpetua por su responsabilidad material en esos vuelos de la muerte. La justicia prueba as¨ª por primera vez la existencia de este plan sistem¨¢tico de exterminio que acab¨® con la vida de miles de personas de forma especialmente cruel.
La lectura de la sentencia se vivi¨® en Argentina como una catarsis colectiva, un acto de justicia reparadora, con las v¨ªctimas en la sala mirando a la cara a los condenados, una retransmisi¨®n en directo a todo el mundo y una pantalla gigantes a las puertas del tribunal para que centenares de personas puedan seguirlo en la calle. Cuando entraron en la sala los m¨¢s conocidos represores, entre ellos Astiz, apodado el ¨¢ngel rubio porque enga?¨® a las monjas con su cara de ni?o bueno, la sala se parti¨® en dos. En la planta de arriba, los familiares de los militares aplaud¨ªan con entusiasmo y les lanzaban v¨ªtores. En la de abajo, separados solo por un cristal y varios polic¨ªas, las familias de las v¨ªctimas gritaban "asesinos" y cantaban "como a los nazis, les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar", mientas exhib¨ªan fotograf¨ªas de los desaparecidos. "Astiz, te va pasar como a Videla, te vas a morir en la c¨¢rcel", le gritaba una v¨ªctima mientras el represor, altivo, la miraba amenazante y bland¨ªa en su mano el libro negacionista "Mentir¨¢s tus muertos".
Argentina fue en la d¨¦cada de los 80, con Ra¨²l Alfons¨ªn, un ejemplo mundial por el juicio a la c¨²pula de la dictadura. Despu¨¦s llegaron los indultos y la impunidad de los 90. Y desde 2003, con el impulso del Gobierno de los Kirchner, el pa¨ªs volvi¨® a ser un ejemplo mundial en juicios de lesa humanidad. A¨²n hoy hay 449 criminales presos y 553 en prisi¨®n domiciliaria, y quedan otros 420 procesos en marcha. El cambio de gobierno no ha frenado los juicios, que son considerados por la Corte Suprema como una pol¨ªtica de Estado. Argentina ya dio ejemplo este a?o al realizar las primeras condenas por el plan C¨®ndor, y antes por el robo sistem¨¢tico de ni?os. Este de la ESMA era el siguiente en una lista de juicios hist¨®ricos.
El proceso ha sido especialmente complejo porque nadie sobrevivi¨® a los vuelos de la muerte, por tanto no hay testigos, y pr¨¢cticamente ning¨²n militar, salvo Adolfo Scilingo, ha confesado jam¨¢s que sab¨ªa de su existencia o particip¨® en ellos. Los abogados de las v¨ªctimas han tenido que hacer una enorme labor de investigaci¨®n con la escasa documentaci¨®n de vuelo conservada para probar que existieron. ¡°El juicio, al estar imputados los pilotos, permiti¨® reconstruir la operatoria, c¨®mo hac¨ªa el grupo de tareas de la ESMA para llevar adelante este m¨¦todo de exterminio. C¨®mo, despu¨¦s de adormecer a las v¨ªctimas dici¨¦ndoles que iban a un campo de recuperaci¨®n, la Armada consegu¨ªa un avi¨®n y unos pilotos en plena noche. Ninguno de los implicados ha colaborado, se mantiene el pacto de silencio. Por eso se ha usado documentaci¨®n de la Armada, libretas de vuelo, el testimonio de los supervivientes de la ESMA¡±, explica Luz Palmas Zald¨²a, abogada del CELS, un organismo de derechos humanos que impulsa estos juicios.
¡°Declararon m¨¢s de 800 personas. Es el juicio m¨¢s grande de la historia argentina. Entre los imputados hay personajes muy relevantes como Acosta y Astiz, conocido m¨¢s all¨¢ de Argentina. El juicio permiti¨® adem¨¢s reconstruir la colaboraci¨®n de la Iglesia, la connivencia de los medios de comunicaci¨®n, como la Canciller¨ªa argentina utilizaba a los secuestrados como mano de obra esclava para hacer propaganda y contrarrestar lo que ellos llamaban la campa?a antiargentina en el mundo¡±, remata Zald¨²a. Los imputados no solo rechazan colaborar. Algunos incluso reivindican sus delitos. Hace menos de dos meses, Astiz, encarcelado desde 2003 ¡ªantes estuvo libre muchos a?os gracias a las leyes de punto final y obediencia debida¡ª clam¨® ante el tribunal: ¡°Nunca voy a pedir perd¨®n por defender a mi patria¡±.
Ricardo Coquet, otro superviviente, secuestrado en la ESMA entre marzo de 1977 y diciembre del 78, tambi¨¦n acudi¨® a la sala. ¡°Yo estuve casi dos a?os cada mi¨¦rcoles escuchando esos n¨²meros, sintiendo que estaban matando a todos mis compa?eros con una enorme impotencia. Cada semana ca¨ªan 40 o 50. Imag¨ªnate lo que es ver c¨®mo le ponen las esposas al Tigre Acosta, que nos dec¨ªa ¡°a m¨ª Jesusito me dice quien tiene que vivir y quien tiene que morir¡±. Es algo muy importante. No es un cierre pero es especial. Es justicia. Porque ellos tienen un juicio justo, no los torturan ni los lanzan al mar¡±, se emociona.
Coquet sostiene que all¨¢ adentro sab¨ªan que se los llevaban para matarlos, aunque trataran de enga?arlos. ¡°Yo me enter¨¦ que los traslados eran la muerte porque el compa?ero Ignacio Pedro Ojea Quintaba ten¨ªa puesta ropa m¨ªa que le hab¨ªa prestado. Un d¨ªa lo trasladaron y al d¨ªa siguiente el Tigre Acosta dijo que me dieran ropa digna porque la m¨ªa estaba toda rota. All¨ª me llevaron y me dieron la ropa de Ojea, que era m¨ªa, un pantal¨®n jean Oxford y camisa escocesa. Uno conoce su ropa. Ah¨ª me di cuenta. Eran crueles. Yo he visto mujeres parir y al d¨ªa siguiente las mandaban al avi¨®n. Creo que eso fue lo que m¨¢s sensibiliz¨® a la sociedad, saber que se robaban hasta los hijos. Argentina est¨¢ dando ejemplo al mundo, pero no veo que otros pa¨ªses lo sigan¡±, cuenta Coquet.
Lewin, que es una conocida periodista de investigaci¨®n argentina, logr¨® datos para confirmar la historia de los vuelos de la muerte, en especial el que se llev¨® al grupo fundador de Madres de Plaza de Mayo, con Azucena Villaflor a la cabeza, y dos monjas francesas. Sus cad¨¢veres aparecieron de forma inesperada en las costas argentinas y fueron enterrados como ¡°NN¡±. Muchos a?os despu¨¦s se pudo reconstruir su historia, que ha sido clave para la condena de los responsables. ¡°Est¨¢n las planillas, se ve que fue un vuelo un mi¨¦rcoles, nocturno, con duraci¨®n il¨®gica, tres horas sin destino para volver a Aeroparque. Aparecieron los cad¨¢veres con lesiones compatibles con la ca¨ªda desde gran altura. A ellas s¨ª las encontraron porque hubo una gran sudestada [viento del sudeste, desde mar adentro], los dem¨¢s nunca aparecieron porque los vuelos se internaban en el mar para no dejar rastros, por eso duraban tres horas¡±, explica la periodista.
Algunos participantes en los vuelos de la muerte alardearon de sus cr¨ªmenes muchos a?os despu¨¦s ante testigos, aunque ahora lo niegan. Como Julio Poch, detenido en Espa?a despu¨¦s de contarles sus haza?as a compa?eros de KLM, o Ricardo Ormello, que relat¨® a sus colegas de Aerol¨ªneas Argentinas el procedimiento y una an¨¦cdota que hizo que le denunciaran. ¡°Trajeron a una gorda que pesaba como 100 kilos y la droga no le hab¨ªa hecho efecto. Cuando la ¨ªbamos arrastrando se despert¨® y se agarr¨® del parante. La hija de puta no se soltaba. Tuvimos que cagarla a patadas hasta que se fue a la mierda¡±, detall¨® a sus amigos este hombre, que era cabo segundo de la Armada durante la dictadura.
Sin embargo, no era f¨¢cil probar su culpabilidad. Poch y Ormello quedaron absueltos porque no fue considerada suficiente su autoinculpaci¨®n involuntaria. De los siete implicados directamente en los vuelos, cuatro fueron condenados a perpetua y tres absueltos. Algunas v¨ªctimas tem¨ªan que el cambio pol¨ªtico virara el esp¨ªritu que hasta ahora dominaba en la justicia, que ha determinado en los ¨²ltimos a?os sentencias muy duras. Con la excepci¨®n de estos presuntos implicados, que quedar¨¢n en libertad, el resto de la sentencia confirm¨® que Argentina sigue siendo un referente mundial en los juicios de lesa humanidad y sus dur¨ªsimas condenas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
