La UE afronta dividida la gran reforma del euro
Los socios de la moneda ¨²nica deben completar la arquitectura fiscal y financiera para lidiar con futuras crisis en plena desaceleraci¨®n econ¨®mica
Una d¨¦cada ha tardado la Uni¨®n Europea en sacar al ¨²ltimo enfermo de la UCI. Tras haber drenado el d¨¦ficit en sus cuentas p¨²blicas, Espa?a saldr¨¢ en junio del brazo corrector de la UE. Bruselas, que lleg¨® a tener bajo su tutela a 24 pa¨ªses, deja atr¨¢s un prolongado periodo de austeridad cuyas cicatrices a¨²n no se han acabado de cerrar en Madrid, Atenas o Lisboa. En plena desaceleraci¨®n econ¨®mica, Europa afronta ahora el reto de culminar una reforma del euro que evite que una nueva recesi¨®n se lleve a la moneda ¨²nica por delante e implique nuevos sacrificios a sus ciudadanos.
?Al otro lado del Atl¨¢ntico, Estados Unidos vivi¨® tambi¨¦n hace una d¨¦cada una crisis financiera de dimensiones brutales. Sin embargo, los shocks que sufrieron Florida o California se absorbieron m¨¢s r¨¢pidamente que los de Grecia o Espa?a. Adem¨¢s de la pol¨ªtica monetaria, Estados Unidos contaba con una arquitectura federal que casi inexistente en la zona euro: bancos que operaban en varios estados, herramientas fiscales, un fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos o un seguro de desempleo. Tras la crisis de la deuda soberana de 2012, que puso en riesgo la supervivencia del euro, la UE empez¨® a construir ese edificio. Siete a?os despu¨¦s, cuando Europa empieza a ver las orejas al lobo con la desaceleraci¨®n econ¨®mica, todav¨ªa est¨¢ todo a medio hacer.
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, dieron un impulso el a?o pasado en la cumbre de Meseberg a la reforma del euro. Solo seis meses antes, un grupo de economistas de primera fila de ambos pa¨ªses, con antiguos y actuales asesores gubernamentales, les hab¨ªan marcado en un documento los pasos que necesita dar la zona euro. Entre los firmantes estaban los franceses Jean Pisany-Ferry y Philippe Martin y los alemanes Jeromin Zettelmeyer e Isabel Schnabel.
Los acuerdos de Meseberg recog¨ªan el grueso de las demandas de esos economistas y daban un nuevo impulso al eje francoalem¨¢n frente al grupo de los halcones, capitaneado por Holanda y Finlandia, f¨¦rreos defensores de la disciplina fiscal y reacios a compartir riesgos. Merkel y Macron se compromet¨ªan a crear un fondo y l¨ªneas de liquidez para evitar que los ciudadanos deban pagar de su bolsillo futuras quiebras bancarias, la constituci¨®n de un fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos comunitario ¡ªclave para romper el c¨ªrculo vicioso entre las finanzas p¨²blicas y privadas¡ª y un presupuesto de la zona euro dentro del cual podr¨ªa estudiarse un seguro de paro comunitario.
Apenas un a?o despu¨¦s, los mismos economistas acaban de publicar un nuevo trabajo en el que tachan de ¡°decepcionantes¡± los avances que se han producido desde entonces. El cortafuegos para los bancos en apuros es insuficiente, el fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos sigue atascado en el Eurogrupo y los halcones quieren reducir las dimensiones del presupuesto de la zona euro y evitar que pueda servir para amortiguar los shocks que sufra un pa¨ªs.
El comisario de Asuntos Econ¨®micos, Pierre Moscovici, opina que ese presupuesto es ¡°demasiado limitado¡± y apuesta por un instrumento que permita ¡°reducir divergencias, fomentar la confianza y resistir shocks¡±. ¡°Es importante que tenga una funci¨®n estabilizadora porque ahora no hay mucho espacio para la pol¨ªtica monetaria. En la pr¨®xima crisis se podr¨¢ contar con el Banco Central Europeo, pero no de la misma forma¡±, coincide el investigador de Bruegel Gr¨¦gory Claeys.
Espa?a desentierra el seguro de desempleo comunitario
Alemania y Francia han hallado en Espa?a un aliado para dar la batalla en el seno del Eurogrupo. La ministra de Econom¨ªa, Nadia Calvi?o, ayud¨® a salvar los muebles el pasado diciembre, cuando el duro enfrentamiento entre Francia y Holanda estuvo a punto de dar al traste con cualquier avance. Tras acordar un pacto de m¨ªnimos entonces, Espa?a pugna junto a Francia para un instrumento fiscal ambicioso con car¨¢cter antic¨ªclico.
Aunque ese presupuesto acabe reducido a una suerte de fondo para promover inversiones, Moscovici avisa: ¡°La historia no acaba ah¨ª¡±. ¡°Espero que nuestros amigos holandeses sean razonables y, como fundadores de Europa, est¨¦n al frente de la construcci¨®n europea y no en la cola¡±, a?ade.
No obstante, la UE deber¨¢ retomar otros asuntos. Espa?a y Alemania codirigen una comisi¨®n t¨¦cnica para tratar de desencallar el fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos, que sigue suscitando recelos en Berl¨ªn. M¨¢s complejo se antoja sacar adelante un seguro de desempleo comunitario, pero Espa?a lo ha desenterrado este mes con una propuesta que ha introducido a nivel t¨¦cnico junto a Francia y el gobierno de Pedro S¨¢nchez lo fij¨® como una de sus prioridades en la cumbre de Sibiu (Rumania). Europa, en fin, deber¨¢ decidir en el pr¨®ximo ciclo pol¨ªtico si supera el s¨ªndrome de comparar siempre su arquitectura fiscal y financiera con la de los Estados Unidos sin dar pasos firmes para completar los cimientos del euro.
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