Lula contra Bolsonaro, el duelo definitivo entre dos titanes en Brasil
La izquierda y la ultraderecha internacionales siguen con atenci¨®n las presidenciales que se disputan el expresidente y el mandatario actual en el pa¨ªs sudamericano. El ¨²ltimo debate televisivo no resuelve la disputa de los dos aspirantes. Las encuestas anticipan un final ajustado
Las elecciones de este domingo en Brasil son el duelo final entre dos titanes. Que uno u otro ganen en las urnas significa que la cuarta democracia m¨¢s poblada del mundo seguir¨¢ rumbos antag¨®nicos. La batalla est¨¢ extremadamente re?ida. Se espera un recuento de infarto a partir de las cinco de la tarde de Brasilia (cuatro horas m¨¢s en la Espa?a peninsular), cuando cierren los colegios electorales. El izquierdista Luiz In¨¢cio Lula da Silva, de 77 a?os reci¨¦n cumplidos, aspira a derrotar al presidente actual con la promesa de restaurar la democracia, mimar a sus compatriotas y llevarlos de regreso a aquellos buenos tiempos de hace dos d¨¦cadas, cuando, con ¨¦l en la presidencia, millones de brasile?os prosperaron y los m¨¢s pobres tuvieron oportunidades inimaginables hasta entonces. Su n¨¦mesis, Jair Messias Bolsonaro, de 67 a?os, intenta ser reelegido para defender valores ultraconservadores, impedir la ampliaci¨®n del derecho al aborto o cualquier liberalizaci¨®n de las drogas, priorizar las libertades individuales y la promesa de que su patria ser¨¢ el gran dique contra el avance de lo que ¨¦l llama comunismo.
Brasil tambi¨¦n elige al gobernador de S?o Paulo y los de otros 11 Estados que no quedaron definidos hace un mes. Aunque Lula qued¨® cinco puntos por delante de Bolsonaro en primera vuelta, el pasado d¨ªa 2, el movimiento que lidera el ultraderechista exhibi¨® su fuerza al obtener la mayor¨ªa en el Congreso. Lula, l¨ªder y fundador del Partido de los Trabajadores (PT), llega a la hora de la verdad con una ligera ventaja en los sondeos, pero cualquiera de los dos podr¨ªa alzarse con la victoria porque el panorama est¨¢ muy abierto.
Las encuestas anticipan un final ajustado, con un 49% para Lula frente a un 44% para Bolsonaro en el sondeo de Datafolha publicado este jueves. Sin embargo, en el primer asalto, las principales encuestadoras subestimaron la fortaleza de Bolsonaro, que en toda su carrera pol¨ªtica jam¨¢s ha perdido una elecci¨®n. Pero el segundo candidato m¨¢s votado en una primera vuelta nunca acab¨® venciendo finalmente en unas elecciones.
El 92% del electorado tiene claro su voto. Ya sabe si, en la urna electr¨®nica, teclear¨¢ el 13 de Lula o el 22 de Bolsonaro. No es de extra?ar esa certeza porque no hay brasile?o que no los conozca. Y ninguno de ellos deja indiferente a nadie. Son carism¨¢ticos, cada uno atesora millones de seguidores fieles hasta el extremo y llevan m¨¢s de cuatro d¨¦cadas en pol¨ªtica. A estas alturas quedan poqu¨ªsimos votos hu¨¦rfanos.
Los brasile?os se preparan para un escrutinio emocionante hasta el final. Una victoria de Lula en el pa¨ªs m¨¢s rico y poblado de Am¨¦rica Latina dar¨ªa gran fuerza y culminar¨ªa el giro progresista que vive la regi¨®n. Ser¨ªa el tercer mandato de un hombre que ya fue presidente entre 2003 y 2010. Lula creci¨® en la miseria, aprendi¨® tarde a leer, como l¨ªder del sindicato metal¨²rgico organiz¨® huelgas contra la dictadura (1964-1985) y es el primer obrero que conquist¨® la jefatura del Estado en uno de los pa¨ªses m¨¢s desiguales del mundo. Una haza?a realmente inspiradora para sus compatriotas m¨¢s pobres y necesitados.
La campa?a del expresidente ha sido de mucha nostalgia y poca concreci¨®n. Lula ha forjado una amplia coalici¨®n que abarca hasta el centroderecha para derrotar al presidente. Y le acompa?a como n¨²mero dos en esa misi¨®n Geraldo Alkcmin, figura del centroderecha cl¨¢sico y antiguo adversario en la disputa presidencial. En lo personal, ganar estos comicios significar¨ªa una resurrecci¨®n pol¨ªtica, un broche de oro para una carrera de medio siglo. Regresar¨ªa al poder dos d¨¦cadas despu¨¦s de su primera victoria y tras una odisea judicial que lo llev¨® a?o y medio a la c¨¢rcel en un caso de corrupci¨®n ya anulado.
El antiguo militar Bolsonaro mantiene un notable respaldo entre electorado, pese al desgaste de los ¨²ltimos cuatro a?os. Su tardanza en comprar las vacunas, su negacionismo y su gesti¨®n negligente de la pandemia, que ha matado a casi 700.000 brasile?os, ha ahuyentado a muchos electores que en 2018 apostaron por ¨¦l en busca de un cambio radical. La mejora de los datos econ¨®micos, en cambio, le ha dado un respiro en las ¨²ltimas semanas.
Parte del secreto del ultraderechista es el amplio apoyo que tiene en el sector agropecuario, el m¨¢s potente de Brasil gracias a las exportaciones. Empresarios agrarios son los principales financiadores de su campa?a. Tambi¨¦n es crucial su alianza con los l¨ªderes de las principales Iglesias evang¨¦licas pentecostales, las que m¨¢s r¨¢pidamente se multiplican. Los protestantes son uno de los colectivos que vota de manera m¨¢s compacta. Poco a poco, Bolsonaro ha ido ampliando su caladero de votos, que hist¨®ricamente fueron soldados y agentes de polic¨ªa.
Del mismo modo que Bolsonaro tiene especiales dificultades entre el electorado femenino, los evang¨¦licos hacen sufrir a Lula porque el bolsonarismo lo tiene sometido a un bombardeo que le acusa de querer legalizar el aborto y las drogas, cosa que el candidato ha negado. Es un terreno tan resbaladizo para Lula, que constantemente defiende sus credenciales cristianas.
El momento crucial ser¨¢ el de la proclamaci¨®n de los resultados. Todas las miradas se posar¨¢n en el presidente. Bolsonaro, que ha logrado, con sus ataques constantes al sistema de votaci¨®n, que la mayor¨ªa de sus seguidores m¨¢s fieles y radicales desconf¨ªen de las urnas, las autoridades electorales y las encuestas. El temor a que se niegue a reconocer una hipot¨¦tica derrota es grande. Y, por eso, es tan importante el precedente que sentaron los candidatos ultraderechistas en Colombia y en Chile al felicitar inmediatamente a sus rivales progresistas por la victoria.
Si Bolsonaro diera la sorpresa, contradice las encuestas y vence, dar¨¢ nuevos br¨ªos a la internacional ultraderechista que acaba de conquistar en Italia su primer gobierno en Europa occidental y que, de la mano del trumpismo, se somete a las urnas el pr¨®ximo d¨ªa 8 en los comicios de medio mandato de EE UU. Esta batalla presidencial brasile?a tambi¨¦n es crucial para el futuro de la Amazonia y, por tanto, para la crisis clim¨¢tica.
El ¨²ltimo debate, este viernes, no sentenci¨® la disputa. Lula fue m¨¢s s¨®lido, pero ninguno de ellos cometi¨® ning¨²n error catastr¨®fico ni dejo KO al otro. Bolsonaro mantuvo su discurso contradictorio respecto a si acatar¨¢ el resultado. A la prensa le dijo tras el cara a cara que ¡°quien tenga m¨¢s votos se lo lleva, es la democracia¡±, pero arranc¨® el debate con una acusaci¨®n general: ¡°El sistema est¨¢ contra m¨ª¡±, incluso el Tribunal Superior Electoral, que tiene la ¨²ltima palabra en caso de impugnaci¨®n.
Poco o nada se ha hablado de propuestas o programas. Los equipos de los candidatos se han sumergido en el barro hasta las cejas este ¨²ltimo mes. Mentiroso es lo m¨¢s suave que se han llamado. A partir de ah¨ª, Lula ha sido acusado de satanismo; Bolsonaro, de canibalismo y pederastia. La desinformaci¨®n infesta las redes sociales hasta tal nivel que el Tribunal Superior Electoral han emprendido una ofensiva de limpieza de una intensidad in¨¦dita en el mundo y criticada por caer en la censura.
En Brasil no hay jornada de reflexi¨®n, el s¨¢bado todav¨ªa se publican sondeos. Las campa?as electorales duran pr¨¢cticamente hasta el momento en que abren las urnas. Por la ma?ana, Bolsonaro ha encabezado una de esas marchas moteras que ha convertido en se?a de identidad. Ha sido en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, un Estado que suele inclinar la balanza. Su rival, Lula, se pase¨® por la tarde por la principal avenida de S?o Paulo, la Paulista.
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