M¨¢s permisos para proteger sus procesos sexuales y reproductivos: las madres alzan la voz
Colectivos y asociaciones reclaman medidas que tengan en cuenta las necesidades espec¨ªficas de las mujeres y los beb¨¦s para dejar de cuidar desde la precariedad y la invisibilidad
Poner los cuidados en el centro. Esta frase, con un marketing casi tan bueno como el del t¨¦rmino conciliaci¨®n, se ha instalado c¨®modamente en los discursos laborales y sociales, pero, como pasa con los mejores esl¨®ganes, se ha manoseado tanto el asunto que cuesta encontrar qu¨¦ queremos decir con ella en realidad. Porque hoy hablar de cuidados es hablar de un mercado laboral que lo ocupa todo, pero muy poco de las personas y de sus necesidades primordiales.
Para poner los cuidados en el centro, lo que se nos pide es la transformaci¨®n de las maternidades para que se adapten al sistema. Desde colectivos y asociaciones, como El parto es nuestro o PETRA Maternidades Feministas, incluso desde organizaciones como IHAN o la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa, se pide desde hace a?os ampliar los permisos de las madres para poder proteger procesos como la lactancia o la exterogestaci¨®n (los primeros meses de vida del beb¨¦) pero, de momento, los avances no son tal y como los pintan. ¡°Nos hemos dado cuenta de que una de las consecuencias de igualar los permisos de maternidad y de paternidad, y hacerlos intransferibles, es que igualan tambi¨¦n los procesos de los padres y de las madres. Nosotras entendemos que estos procesos son diferentes. Las madres biol¨®gicas han pasado por una serie de procesos reproductivos, como son el embarazo, el parto, el puerperio, la lactancia y la exterogestaci¨®n de las criaturas, por los que no han pasado los padres. Estos procesos requieren una mirada diferente porque requieren unas necesidades y unos tiempos distintos¡±, se?ala Julia Ca?ero Ruiz, antrop¨®loga y una de las portavoces de PETRA Maternidades Feministas. Seg¨²n Ca?ero, debe haber un tiempo de protecci¨®n para estos procesos que sean independientes de los permisos actuales porque de lo contrario ¡°se produce una discriminaci¨®n hacia las madres cuando se intenta igualar lo que no es igual¡±.
Lo que muchas voces exigen no solo es el reconocimiento econ¨®mico y social de la maternidad, sino tambi¨¦n la protecci¨®n legal de sus procesos, como ya han hecho otros pa¨ªses europeos con pol¨ªticas sociales m¨¢s avanzadas. Para Ibone Olza, psiquiatra infantil y autora de Parir y Palabra de madre, la maternidad est¨¢ continuamente en conflicto porque no se reconoce la biolog¨ªa de la mujer y apunta dos conceptos que siempre suelen olvidarse: por un lado, la perspectiva del beb¨¦ y de sus derechos, que considera que es clave, y por otro, la mirada perinatal. Sobre esto ¨²ltimo apunta que nos cuesta comprender que para el beb¨¦ el padre y la madre son completamente distintos. ¡°Los beb¨¦s necesitan la presencia de la madre los primeros meses de la vida, y me atrever¨ªa a decir a?os, aunque sea pol¨ªticamente incorrecto decir esto. La biolog¨ªa es perfecta pero pol¨ªticamente incorrecta: no es lo mismo ser madre que ser padre. Hay que rescatar el concepto de diada madre-beb¨¦, la idea de que son una unidad biol¨®gica porque se trata de una realidad neurobiol¨®gica de una fuerza arrolladora¡±, se?ala Olza.
Para la psiquiatra, reconocer esta diferencia neurobiol¨®gica que recoge la evidencia cient¨ªfica es prevenci¨®n en salud, porque cuanto mejor est¨¦n cuidados los beb¨¦s y sus madres, mejor salud tendr¨¢n. Esta diferencia es la que piden desde PETRA (acr¨®nimo para referirse a permisos transferibles), que el pasado mi¨¦rcoles 18 de mayo acud¨ªa a las puertas del Congreso de los Diputados para reclamar la protecci¨®n de los procesos sexuales y reproductivos con medidas pol¨ªticas que protejan las necesidades reales de las madres y de los beb¨¦s. Frente al Congreso se situaron lonas con im¨¢genes del embarazo, del parto, del posparto y de la lactancia para hacer visibles unos procesos que quedan a menudo sepultados por las exigencias actuales de productividad incesante, pero tambi¨¦n del concepto de maternidad actual.
¡°El embarazo es una etapa vulnerable, no porque sea una enfermedad, sino porque es una etapa que hay que proteger. En muchas ocasiones, las madres se ven expuestas a una serie de procesos, unas condiciones y unos ritmos que son incompatibles con la protecci¨®n de ese embarazo¡±, explica Julia Ca?ero. Muchas mujeres atraviesan sus embarazos trabajando hasta el final en condiciones muy estresantes, pero no todas tienen acceso a las bajas por riesgo de embarazo. ¡°Deber¨ªa haber un tiempo en el que las mujeres puedan dedicarse a prepararse para el parto, estar sin estr¨¦s, que favorecer¨¢ despu¨¦s un parto y un posparto mejor¡±, a?ade. Y esto queda lejos de las exiguas 39 semanas que plantea la reforma de la ley del aborto y que suponen quedarse pr¨¢cticamente igual que ahora.
Otro de los reclamos es que despu¨¦s del parto se preste atenci¨®n a las necesidades de esta etapa. El planteamiento de un permiso puerperal se centra en que, si bien el parto es un proceso fisiol¨®gico, y no una enfermedad, el cuerpo de una madre necesita unos tiempos para recuperarse, para construir el v¨ªnculo con la criatura y para el establecimiento de la lactancia materna. Una serie de procesos que, seg¨²n apunta la portavoz de PETRA Maternidades Feministas, no se tienen en cuenta con la igualaci¨®n de los permisos. ¡°De ese modo nos est¨¢n diciendo que esos procesos no importan, que lo que importa es lo laboral. No podemos centrarnos en los permisos de paternidad hasta que est¨¦n protegidos estos derechos porque hoy ni siquiera est¨¢ protegido el derecho de lactancia materna exclusiva. Muchas madres deben incorporarse al trabajo cuando acaban de establecer su lactancia¡±, sostiene.
Los derechos no penalizan
Si bien uno de los motivos que suelen esgrimirse sobre la importancia de la no transferibilidad de los permisos es que las madres quedan en una clara desventaja con respecto a los padres en el mercado laboral, esto no parece tenerse en cuenta a la hora de pensar en legislar los permisos por menstruaciones dolorosas. Que el Estado pueda proteger jur¨ªdicamente a las mujeres con dolores de regla incapacitantes es un gran avance social, al igual que lo han sido otros derechos laborales adquiridos. Sobre esto Julia Ca?ero considera que hay que seguir recordando que los derechos no penalizan y que si hay empresas que discriminan entonces habr¨¢ que poner el foco en esas compa?¨ªas y no sobre las madres por tener permisos m¨¢s amplios. ¡°Que un empleado o una empleada tenga vacaciones es un derecho, no es una penalizaci¨®n por ausentarse de la empresa. Las vacaciones no se consideran un h¨¢ndicap, pero los permisos s¨ª. Lo que tenemos que cambiar es esa mirada hacia lo reproductivo como generador de desigualdad. Las madres necesitamos esos permisos que protejan nuestros procesos y que protejan a nuestras criaturas, por lo que el foco no est¨¢ en las madres, ni en quitarle a las madres sus derechos. Si esa discriminaci¨®n se da, somos las v¨ªctimas de la discriminaci¨®n, no las responsables. Tiene que haber medidas laborales muy estrictas para que no se penalice a las madres¡±. Adem¨¢s, Ca?ero considera que se tiene que favorecer la vuelta a un empleo para madres que hayan parado laboralmente o que hayan estado desempleadas, as¨ª como contemplar que el tiempo de cuidados sea un tiempo cotizado, parte del curr¨ªculum laboral y que se tenga en cuenta dentro de las contrataciones laborales.
Tambi¨¦n ser¨ªa interesante reflexionar sobre los mensajes que se lanzan en torno al trabajo, a qui¨¦nes van dirigidos los discursos sobre conciliaci¨®n y qu¨¦ impacto tienen en la conciencia social de lo que supone cuidar. Asimismo, en lo desprotegidas que quedan muchas maternidades, cuando todo se centra en lo laboral. Mujeres migrantes o en situaci¨®n de desempleo, por ejemplo. Es por ello que desde PETRA Maternidades Feministas tambi¨¦n consideran que los permisos deben ser universales para que cualquier mujer pueda acceder a ellos, independientemente de su situaci¨®n laboral. ¡°Todas las madres deber¨ªan estar protegidas tanto econ¨®micamente como con respecto a tiempos y descanso¡±, concluyen desde la asociaci¨®n. En definitiva, convertir la maternidad en una experiencia que poder vivir dignamente.
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