Priscilla Vela, investigadora del juego infantil: ¡°Tendemos a pensar que el juego es algo superfluo, pero es un mecanismo evolutivo sin precedentes¡±
Tras vender m¨¢s de 15.000 ejemplares de su primer libro, esta escritora contrabajista de formaci¨®n lanza ¡®Piezas sueltas. El juego intangible¡¯, en el que trata sobre c¨®mo las herramientas que ofrece la naturaleza sirven tambi¨¦n para divertirse y aprender
La vida de esta contrabajista de m¨²sica cl¨¢sica de formaci¨®n y profesi¨®n dio un vuelco cuando naci¨® su primera hija, Maya. Poco despu¨¦s de aquello, Priscilla Vela (Madrid, 40 a?os) decidi¨® cambiar su forma de vida y pas¨® a convertirse en escritora, artista multidisciplinar e investigadora del juego infantil. Comenz¨® abriendo Mam¨¢ extraterrestre, un blog sobre maternidad. Fue as¨ª como se fue enganchando al juego y a las piezas sueltas, asunto que trata en sus dos libros, escritos con la colaboraci¨®n de la fot¨®grafa Mercedes Herr¨¢n. De Piezas sueltas. El juego infinito de crear (Literal Libros, 2019) llevan vendidos m¨¢s de 15.000 ejemplares. Piezas Sueltas. El juego intangible (Litera Libros, 2023) acaba de publicarse y trata de ir un poco m¨¢s all¨¢ en el juego libre, apostando por las herramientas que ofrecen los elementos de la naturaleza.
PREGUNTA. Empecemos por el principio, ?qu¨¦ son las piezas sueltas?
RESPUESTA. Consiste en jugar con cosas que no son juguetes y no tienen instrucciones para desarrollar la creatividad. La definici¨®n f¨¢cil la he tomado prestada del educador Francesco Tonucci: ¡°Cosas que, sin ser nada, pueden serlo todo¡±. Pero una vez nos adentramos en ese mundo, vamos viendo que las piezas sueltas ni son solo cosas ni son tan tangibles como las imaginamos, que es de lo que trata el segundo libro. Son una herramienta incre¨ªble ¡ªuna filosof¨ªa¡ª para observar, comprender y desestructurar el mundo, liberar nuestras mentes y aprender la posibilidad infinita de todo lo que nos rodea, desplegando nuestra creatividad innata. Todo esto, solamente jugando. Un juego para todas las edades, por cierto, aunque se haya popularizado para ni?os peque?os. Para m¨ª, las piezas sueltas son la herramienta educativa (y re-educativa) del siglo XXI.
P. ?C¨®mo llega un m¨²sico al mundo del juego infantil?
R. Al convertirme en madre mis prioridades implosionaron. Dejar a mi beb¨¦ y delegar su crianza para pasar horas y horas ensayando, repitiendo y perfeccionando algo que iba a ser una interpretaci¨®n puntual, me parec¨ªa surrealista. Fue muy duro porque llevo desde los cinco a?os siendo m¨²sico, sumergida en una carrera de ¨¦lite tan apasionante como exigente. Fui ampliando excedencias, pero esa sensaci¨®n no se iba, as¨ª que finalmente decid¨ª volcarme en lo que para m¨ª comenz¨® a ser la profesi¨®n m¨¢s importante del mundo: criar.
P. ?Fue as¨ª como descubri¨® el mundo de las piezas sueltas?
R. M¨¢s o menos¡ Las piezas sueltas llegaron tras una larga b¨²squeda de referentes. Tras estudiar a Montessori, Pikler, Steiner, Malaguzzi, Wild, Neill, Stern y otros muchos impulsores de pedagog¨ªas alternativas, y observando mucho lo que pasaba en casa, empec¨¦ a preguntarme por la importancia del juego. As¨ª llegu¨¦ a la Teor¨ªa de piezas sueltas de Simon Nicholson. Y me explot¨® la cabeza. El art¨ªculo de 1971, titulado C¨®mo no enga?ar a los ni?os, es el germen en que se basa todo este universo que hemos desplegado y que sigue creciendo de forma exponencial a medida que lo jugamos.
P. ?Qu¨¦ caracter¨ªsticas tiene el juego con piezas sueltas?
R. La primera, y m¨¢s importante, es que todo puede ser una pieza suelta. Cualquier elemento nos puede servir para jugar y crear. La segunda es que no tiene instrucciones ni reglas m¨¢s all¨¢ del sentido com¨²n y el respeto. La tercera, que el ¨²nico l¨ªmite es la imaginaci¨®n de quien juega o crea. Y, por ¨²ltimo, que no existe un fin concreto, ni el juicio de bien o mal, ni el producto: todo lo que sucede en el juego son fases de un proceso creativo que se extiende en el tiempo y que genera aprendizajes vitales basados en la experiencia.
P. Leyendo sus dos libros se da a entender que en el mundo actual se ha perdido la capacidad de jugar. ?Es as¨ª?
R. Lamentablemente, el juego est¨¢ extingui¨¦ndose a una velocidad escandalosa. Ya no se ven ni?os jugando en nuestras calles y cada vez el juego y la imaginaci¨®n se desvanecen a una edad m¨¢s temprana, en parte debido a las pantallas. Y tambi¨¦n al desconocimiento por parte del adulto, que tiende a buscar fuera lo que surge de forma natural dentro cuando ofrecemos espacio, tiempo y materiales (y permitimos que aparezca el aburrimiento, el gran activador del juego). Tendemos a pensar que el juego es algo superfluo e in¨²til, pero la neurociencia est¨¢ prob¨¢ndonos que es un mecanismo evolutivo sin precedentes. Podemos aprender cualquier cosa jug¨¢ndola.
P. ¡°Estamos atravesando una crisis creativa a gran escala¡±. Esta fase es sobrecogedora. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando?
R. Nos hemos acostumbrado a ser espectadores de nuestra propia vida, c¨®modamente sentados en una butaca de un gran teatro. La mayor¨ªa ya no creamos nada ni nos creemos capaces de hacerlo; consumimos lo que otros crean y jugamos con las reglas del juego que han hecho otras personas. No hablamos solamente de producir utensilios, ropa, pel¨ªculas o casas, sino de estructuras m¨¢s intangibles que conforman la vida y la sociedad. Al perder nuestro juego, perdimos nuestra capacidad creativa y la coherencia real con quienes somos de verdad, abriendo paso a un gran vac¨ªo que se puede observar a escala global. Insatisfacci¨®n generalizada, consumismo desmedido y las altas tasas de depresi¨®n ¡ªtambi¨¦n en la infancia¡ª son algunos indicadores. La soluci¨®n podr¨ªa estar ah¨ª mismo, en los ni?os y ser mucho m¨¢s sencilla de lo que parece.
P. En el segundo libro se refiere al juego intangible, ?qu¨¦ es?
R. En el primer libro habl¨¢bamos de jugar con todas las piezas sueltas materiales, con todas las posibilidades de la materia, y en este segundo trascendemos la materia e investigamos lo intangible como pieza suelta. Muchos de los juegos suceden paralelamente con fen¨®menos, reacciones qu¨ªmicas, elementos de la naturaleza, ideas y conocimientos. Lo material se convierte en un medio para concretar lo que ya existe en la mente, entonces lo que haya ah¨ª dentro es imprescindible para que algo tome cuerpo¡ Lo intangible adquiere una importancia tremenda, tanto o m¨¢s que lo meramente material.
P. Tierra, aire, fuego, agua, ¨¦ter. ?Estamos preparados para usar estos elementos como material de juego?
R. No solo estamos preparados, sino que los utilizamos constantemente, aunque no nos hayamos dado a¨²n cuenta. De hecho, todos los ni?os tienen una atracci¨®n y fascinaci¨®n irresistible hacia ellos, totalmente instintiva.
P. ?Cree que los ni?os que juegan con piezas sueltas tienen una manera diferente de entender el mundo?
R. Lo pienso y lo veo cada d¨ªa. Las composiciones de piezas sueltas act¨²an como una radiograf¨ªa de lo que existe dentro de la mente de quien las juega, del volumen de variables que sus cerebros son capaces de comprender y permutar. Esto se refleja en todo lo que hacen, ya que su forma de ver y comprender el mundo se basa en una autosuficiencia adquirida a trav¨¦s de la pr¨¢ctica constante (juego). Crecen con la tremenda satisfacci¨®n de saberse capaces de conseguir cualquier cosa que se propongan, conociendo sus dones y talentos a la perfecci¨®n y adquiriendo un grado de concentraci¨®n y de persistencia impresionantes.
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