El mito de que los beb¨¦s no pueden llorar
El llanto tiene una funci¨®n muy concreta en la evoluci¨®n y nos ha permitido sobrevivir. Los reci¨¦n nacidos no tienen a¨²n la capacidad de comunicarse hablando, por lo que ¡°su lenguaje¡±son las l¨¢grimas y los gestos faciales
En los ¨²ltimos a?os, no son pocas las madres y los padres que me consultan preocupados porque sus beb¨¦s lloran. Les aterra escucharlos llorar y son de la opini¨®n de que hay que hacer todo lo que est¨¦ en sus manos para evitar el llanto y el sufrimiento de sus padres. Tienen rutinas muy estrictas que a veces olvidan las necesidades del peque?o con tal de cumplir con los tiempos establecidos. Dejan de viajar o, incluso, de salir a dar un paseo a la calle porque lloran. ¡°No podemos ir con nuestro hijo a ning¨²n sitio porque llora¡±, argumentan. En ocasiones, con muy buena voluntad e intenci¨®n, tratamos de estructurar tanto las rutinas y los horarios que perdemos de vista al propio beb¨¦ y sus necesidades. No se trata de estructurar absolutamente todo de manera r¨ªgida, aunque tampoco hay que irse al extremo opuesto del caos y la ausencia de rutinas. Debemos posicionarnos en un punto intermedio; ni en la rigidez ni en el caos. Consiste en ser rigurosos, pero con cierta flexibilidad y adaptabilidad en funci¨®n de las necesidades del beb¨¦ y las circunstancias del momento.
El llanto tiene una funci¨®n muy concreta en la evoluci¨®n y nos ha permitido sobrevivir. Los beb¨¦s no tienen a¨²n la capacidad de comunicarse mediante el lenguaje, por lo que ¡°su lenguaje¡± es el llanto, los gestos faciales y el cuerpo. Si entendemos el llanto como algo malo, no estaremos permitiendo que los m¨¢s peque?os de la casa se comuniquen con nosotros. Es cierto que escuchar el llanto de tu hijo reci¨¦n nacido no es agradable y nos pone en alerta (afortunadamente). A lo largo de la evoluci¨®n, los neonatos han desarrollado un mecanismo tremendamente eficaz que les permite transmitir a sus padres su incomodidad y que pone en marcha inmediatamente a estos para que el neonato sea atendido de forma r¨¢pida. El llanto de un beb¨¦ nos informa de que algo necesita. Alguna de sus necesidades b¨¢sicas no est¨¢ siendo cubierta y llora para hac¨¦rnoslo saber. Es posible que tenga hambre, que est¨¦ cansado o bien que sienta miedo, pero algo le ocurre. No debemos caer en el error de pensar que nos est¨¢ manipulando, ya que los beb¨¦s no tienen, cerebralmente hablando, la capacidad de manipular ni ponerse en el lugar del otro. Ten por seguro que, si tu beb¨¦ llora, no es por capricho, as¨ª que mi consejo es que le atiendas siempre que puedas. El llanto cumple la misi¨®n de activarnos para hacer algo para cubrir la necesidad que tiene el neonato. Al igual que el coche emite un pitido cuando no nos ponemos el cintur¨®n de seguridad y nos anima a pon¨¦rnoslo, el llanto nos viene a decir algo as¨ª como ¡°Hola, estoy aqu¨ª y te necesito¡±. Tanto el pitido como el llanto son tan desagradables que nos empujan a llevar a cabo una acci¨®n para acabar con ese est¨ªmulo tan desagradable. Qu¨¦ sabia es la naturaleza animal, ?verdad?
No me canso de decir que una de las funciones b¨¢sicas de las madres y los padres es cubrir las necesidades que tienen nuestros hijos, como dec¨ªa Winnicott, de una manera suficientemente buena. Para que podamos satisfacer dichas necesidades, debemos tener una buena capacidad de sintonizaci¨®n con el menor, o lo que es lo mismo, conectar y empatizar con sus necesidades. Como dec¨ªamos antes, el llanto es fundamental como mecanismo de comunicaci¨®n. Si nuestros hijos no llorasen, seguramente no nos enterar¨ªamos de que tienen hambre o nos echan de menos. Bendito llanto. Por lo tanto, si piensas que tu hijo peque?o no puede llorar porque se va a traumatizar, te invito a que le des una oportunidad a esta otra manera de pensar y proceder que estoy tratando de explicar. Seguramente conectar¨¢s con lo mal que lo est¨¢ pasando y que t¨² no puedes permitir eso. Desde luego que lo est¨¢ pasando mal porque tener hambre, estar cansado o sentir miedo es desagradable y a nadie le gusta, como tambi¨¦n nos ocurre a los adultos. Un ni?o no se va a traumatizar por llorar. Por el contrario, un ni?o s¨ª que puede traumatizarse si de manera sistem¨¢tica le dejamos llorando solo. El no ser atendido ni sentirse parte de la familia s¨ª que es motivo de trauma como bien sabemos los psicoterapeutas. El trauma aparece cuando las emociones que genera la situaci¨®n estresante no son validadas ni se da una narrativa del acontecimiento vivido.
?Qu¨¦ ocurre en el cerebro de los ni?os cuando lloran?
Ante las diferentes situaciones estresantes, el cerebro libera cortisol, m¨¢s conocido como la hormona del estr¨¦s. El cortisol nos activa y nos prepara para la situaci¨®n que estamos experimentando. No podemos decir que el cortisol sea malo, ya que es esa ¡°chispa¡± que nos empuja a ponernos en marcha. Por lo tanto, el cortisol es necesario y positivo, pero debemos tener mucho cuidado con los niveles altos y prolongados de cortisol. Los ni?os que viven situaciones de maltrato, abuso o abandono por parte de sus figuras de apego tienen niveles excesivamente altos de cortisol y las partes del cerebro relacionadas con la supervivencia est¨¢n m¨¢s activas. Se observa una mayor actividad de sus am¨ªgdalas cerebrales y suelen tener una corteza prefrontal m¨¢s inmadura, lo que les dificulta poder autorregularse emocionalmente. Las consecuencias de estas terribles situaciones pueden ser depresi¨®n, ansiedad, indefensi¨®n aprendida, debilitamiento del sistema inmune, afectaci¨®n de la memoria y del aprendizaje, etc. No tener a alguien que te acompa?e en los malos momentos o cuando lloras hace que el cerebro segregue cortisol de manera excesiva. El mejor ant¨ªdoto para el cortisol es la oxitocina (hormona del amor) que se libera cuando nos abrazamos, nos queremos y nos sentimos respetados por los dem¨¢s.
Por lo tanto, mi consejo es que permitas que tu hijo llore y le valides su emoci¨®n estando presente y acompa?¨¢ndole en todo momento. Trata de cubrir esa necesidad que presenta (hambre, cansancio, miedo, fr¨ªo, rabia, verg¨¹enza, etc.) desde tu calma y tu control. Cuando un ni?o est¨¢ desregulado, no hay nada que sane m¨¢s que encontrarse con la calma y el control de su figura de referencia. Ahora bien, no siempre vamos a poder satisfacer las necesidades que nos demanda nuestro hijo. Dado que no somos superh¨¦roes ni superhero¨ªnas (ni falta que hace) interpretemos estos momentos de manera positiva. Como somos imperfectos y no llegamos a todo, en los momentos en que no podamos atender las necesidades de nuestros hijos, o no sepamos interpretar dichas se?ales, trabajaremos una habilidad tan desagradable como necesaria: la tolerancia a la frustraci¨®n. Esos momentos ser¨¢n excelentes oportunidades para aprender que no siempre salen las cosas como queremos o necesitamos que salgan. Siempre y cuando sea la excepci¨®n y no la norma, ser¨¢ algo beneficioso para nuestro hijo.
En conclusi¨®n, si tu beb¨¦ llora, ati¨¦ndelo desde la calma. No pasa nada porque llore; es m¨¢s, necesita comunicarse contigo y por eso llora. El problema estar¨ªa en que llore solo, que no conectemos con ¨¦l y que se sienta juzgado e incomprendido. Acomp¨¢?ale en su tristeza, conecta con ¨¦l, perm¨ªtele que llore (todo lo que necesite) y trata de cubrir sus necesidades de una manera suficientemente buena. Estar presente y conectar con ¨¦l ser¨¢ todo un ¨¦xito. Lo ¨²nico que quiere tu hijo es sentirse acompa?ado y aceptado por ti. Los ni?os deben aprender a sufrir moderadamente y a tolerar su frustraci¨®n en presencia de sus padres y figuras de apego. Qu¨¦ mejor momento que la infancia y qu¨¦ mejores personas que sus padres para aprender a gestionar situaciones dif¨ªciles y emociones desagradables.
*Rafa Guerrero es psic¨®logo y doctor en Educaci¨®n. Director de Darwin Psic¨®logos. Autor de los libros ¡°Vinculaci¨®n y autonom¨ªa a trav¨¦s de los cuentos¡± (2021), ¡°Los 4 cerebros de Arantxa¡± (2021) y ¡°El cerebro infantil y adolescente¡± (2021).
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