Obesidad y sobrepeso infantil: cinco claves para conseguir que los ni?os coman bien
No existe ninguna justificaci¨®n nutricional que evidencie que se deba obligar a comer a los menores, pese a que a menudo los padres creen tener la potestad para decidir cu¨¢nto y c¨®mo deben alimentarse
Si hay un tema que preocupa a las familias en los primeros a?os de vida es conseguir que sus hijos coman bien. Que sigan una dieta equilibrada y vayan creciendo fuertes y sanos para que puedan afrontar con energ¨ªa todas las actividades a las que deben hacer frente en su d¨ªa a d¨ªa. La nutrici¨®n adecuada durante la infancia y adolescencia es fundamental para el desarrollo completo del potencial f¨ªsico e intelectual de cada persona.
La obesidad se ha convertido en una gran crisis de salud, en la gran pandemia del siglo XXI. En Espa?a, en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, se han duplicado las tasas de obesidad infantil y juvenil, llegando al 40% de los menores en edad escolar, que se debe a una malnutrici¨®n por exceso y consumo exagerado de productos procesados y alimentos con muchas calor¨ªas y pocos nutrientes. A esta mala alimentaci¨®n, hay que sumarle las pocas horas que los escolares realizan actividades f¨ªsicas.
Los menores con obesidad o sobrepeso pueden desarrollar una gran cantidad de problemas de salud: hipertensi¨®n, colesterol, diferentes tipos de diabetes o enfermedades cardiovasculares. Adem¨¢s, puede desencadenar una baja autoestima y un aislamiento social. Afecciones que pueden perpetuarse hasta la edad adulta y que afectan gravemente en la calidad de vida de las personas.
Quien hemos tenido hijos con poco apetito sabemos las incongruencias que hemos llegado a realizar para conseguir que comiesen. Angustiados para que no se fuesen a la cama con tan solo un vaso de leche, hemos utilizado estrategias poco educativas para conseguir nuestro fin. Que coman distra¨ªdos viendo la tablet o la televisi¨®n, aplicando trucos sin sentido que nos hab¨ªan explicado amigos o familiares o amenaz¨¢ndoles con que no les daremos aquello que desean si no se acaban todo lo que hay dentro del plato. Una manipulaci¨®n emocional que no consigue que acaben comiendo.
Que los ni?os o j¨®venes no disfruten de la comida o que se nieguen a ir introduciendo nuevos alimentos crea en las familias mucha angustia y frustraci¨®n. Vivir pendiente del n¨²mero de cucharadas que han conseguido meterles en la boca o temer que no se desarrollen como otros menores de su entorno es enormemente agotador. Adem¨¢s, genera la necesidad de consultar a menudo al pediatra para saber si siguen las l¨ªneas adecuadas de crecimiento.
No existe ninguna justificaci¨®n nutricional que evidencie que debemos obligar a comer. Ning¨²n ni?o o ni?a del mundo sufrir¨¢ malnutrici¨®n si tiene acceso a alimentos. A menudo, los padres y madres creen tener la potestad para decidir cu¨¢nto, cu¨¢ndo y c¨®mo deben comer. No lo har¨¢n mejor si se les coacciona, premia o castiga en cada desayuno, comida o cena. No es ¨¦tico, educativo o saludable que se haga y ¨²nicamente se conseguir¨¢ crear una aversi¨®n hacia los alimentos, da?ar el apego y provocar una alteraci¨®n en la relaci¨®n con la alimentaci¨®n que puede provocar serios desajustes en la edad adulta.
Ellos saben lo que necesitan comer y se deber¨ªa aprender a escucharles y respetar su elecci¨®n. Eso no quiere decir que siempre puedan comer aquello que se les antoje o les guste, sino que desde el respeto habr¨ªa que ense?arles a tener una dieta saludable y educarles con unos buenos h¨¢bitos.
?C¨®mo podemos conseguir que nuestros hijos e hijas coman bien?
- Lo importante es educarles desde muy peque?os a trav¨¦s del ejemplo. Los ni?os deben ver que mantenemos una dieta equilibrada, que comemos todo tipo de alimentos, especialmente aquellos que les invitamos a comer porque son buenos para su salud, y que disfrutamos de nuestra alimentaci¨®n. Si un ni?o o ni?a jam¨¢s ve que sus padres comen verdura, fruta o pescado, ser¨¢ muy dif¨ªcil que quiera hacerlo.
- Hay que ser conscientes de que comer bien debe convertirse en un placer y no en una amenaza o un castigo. No se puede utilizar la comida como moneda de cambio para conseguir que se porten bien o nos hagan caso. Como por ejemplo: ¡°Si te portas bien, te comprar¨¦ un helado/podr¨¢s cenar pizza¡±.
- El momento de la comida en casa debe ser en un espacio agradable y relajado donde se comparta un tiempo de calidad juntos, donde se pueda hablar de qu¨¦ se ha hecho durante ese d¨ªa. Una actividad diaria distendida que ayude a fortalecer v¨ªnculos.
- Haci¨¦ndoles part¨ªcipes de la importancia que tiene comer sano y educando los h¨¢bitos alimentarios: el buen paladar se educa. Explic¨¢ndoles las caracter¨ªsticas de los alimentos, los problemas de salud que puede acarrear si no se sigue una dieta sana e implic¨¢ndoles en la compra y la elaboraci¨®n del men¨² familiar. Unos h¨¢bitos que si son adquiridos en la infancia les acompa?ar¨¢n a lo largo de toda la vida.
- La dieta diaria debe estar adaptada a la edad y las necesidades de cada individuo. Se deben establecer bien los horarios de cada comida y repartir en ellas las necesidades nutritivas. Ense?arles los conceptos b¨¢sicos de nutrici¨®n y la importancia de evitar el consumo frecuente de alimentos pocos saludables como la comida basura, los refrescos o la boller¨ªa industrial.
Como dec¨ªa Anthelme Brillat-Savarit, jurista franc¨¦s: ¡°Dime lo que comes y te dir¨¦ quien eres¡±. Consigamos que nuestros ni?os y j¨®venes disfruten de una alimentaci¨®n saludable que les ayude a tener una buena salud.
*Sonia L¨®pez es maestra, psicopedagoga y divulgadora educativa. Madre de dos adolescentes.
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