Paola Roig, psic¨®loga perinatal: ¡°Una de las bases de la crianza suficientemente buena es atender las necesidades del ni?o un 60% de las veces¡±
En su segundo libro, ¡®La crianza imperfecta¡¯, la tambi¨¦n divulgadora y autora rompe una lanza en favor de la maternidad, reivindica el derecho a errar y que las mujeres bajen su nivel de autoexigencia y entiendan que no son perfectas

Una de las mayores ventajas que tiene el lector de Paola Roig (Barcelona, 33 a?os) es que es experta en crianza y maternidad no solo en la teor¨ªa, sino tambi¨¦n en la pr¨¢ctica. Sus dos hijos, de dos y cuatro a?os, le han dado una visi¨®n muy real de las bondades y retos de ser madre. Por eso, los libros de esta psic¨®loga perinatal son din¨¢micos, pr¨¢cticos y muy reales y es tan f¨¢cil entender lo que dice y empatizar con Roig, porque ella ya lo ha hecho antes.
Es desde su perspectiva maternal como se asoma a esto tan complicado que es criar. Lo hace desde las p¨¢ginas de sus dos libros, Madre: Esc¨²chate, compr¨¦ndete y date lo que necesitas (Bruguera Tendencias, 2022) y, el m¨¢s reciente, La crianza imperfecta (Bruguera Tendencias, 2023). Pero tambi¨¦n desde su perfil de Instagram, en el que tiene casi 90.000 seguidores, y de su proyecto Pell a pell, en el que acompa?a y cuida a mujeres y sus familias desde el nacimiento de un beb¨¦. En su segundo libro, la autora y tambi¨¦n divulgadora catalana ha querido reivindicar el derecho a errar de las madres y que entiendan que no son perfectas.
PREGUNTA. ?Por qu¨¦ un libro en el que se reivindica la crianza imperfecta?
RESPUESTA. Me interes¨® contar lo que nos pasa a las madres mientras criamos en la actualidad, en 2023. Cu¨¢les son los retos, las dificultades de un momento en el que contamos con mucha informaci¨®n que nos llega por cuentas de Instagram, de TikTok o de los libros. Una sobreinformaci¨®n con la que aparece esa sobreexigencia que tenemos sobre nosotras mismas. Es precisamente de eso de lo que trata mi segundo libro: tratemos de bajar el nivel de exigencia.
P. En efecto, nunca se ha tenido tanta informaci¨®n y nunca se ha exigido tanto¡
R. Ya que nos falta comunidad f¨ªsica, no podemos negar que es un privilegio contar con tanta informaci¨®n a la que se accede de una manera tan sencilla. Pero es un reto aprender a usarla y que no se convierta en un peso emocional. Este sucede cuando convertimos la teor¨ªa en un dogma y nos olvidamos de adaptarla a nuestra realidad. La teor¨ªa nos ayuda a llegar a donde queremos, pero el camino lo vamos haciendo nosotras.
P. Aboga por ser imperfectas. ?De alguna manera serlo ense?a a los hijos que la imperfecci¨®n existe y no pasa nada? ?Es educativa?
R. En efecto. Es que si no la exigencia les acaba salpicando tambi¨¦n a ellos y¡ ?Vaya presi¨®n! Porque el hijo de una madre perfecta tiene que ser a su vez perfecto y eso es much¨ªsimo peso para un ni?o o ni?a.
P. ?Cu¨¢les son, a su manera de ver, los trucos imprescindibles para una buena crianza?
R. La crianza no va de tres normas sencillas que hay que seguir. No va de lo que hagas, sino del c¨®mo lo hagas. No importa tanto la teor¨ªa que apliques (teta o biber¨®n; Estivill o colecho), sino de c¨®mo lo ejecutes, c¨®mo acompa?es a tu hijo. Yo dir¨ªa que las bases de la crianza suficientemente buena, que es eso por lo que yo apuesto, ser¨ªa estar disponible para mi hijo, captar sus necesidades y atenderlas la mayor¨ªa de veces, es decir, como un 60% de las veces. Igual un d¨ªa llegas a atender un 90% y otros puedes menos.
P. Uno de los asuntos que m¨¢s suele preocupar a las madres es el tema de los l¨ªmites que pueden parecer incompatibles con una crianza respetuosa. ?Es as¨ª?
R. Depende de lo que entendamos por crianza respetuosa, porque a veces hay cierta confusi¨®n entre lo que es la crianza respetuosa y lo que es la crianza sin l¨¢grimas. Y para m¨ª no tienen nada que ver. La primera implica poner l¨ªmites. A nuestra generaci¨®n, que se nos ha educado desde el autoritarismo, esta palabra nos asusta mucho, pero estos cuidan. El primer l¨ªmite que tenemos es nuestra propia piel, que nos separa del otro; o nuestra casa. Cuando mi beb¨¦ de seis meses quiere ir hacia el enchufe y yo me pongo delante y le digo que no, estoy poniendo un l¨ªmite, seguramente se va a enfadar, pero es un l¨ªmite que le est¨¢ cuidando.
P. ?Es posible hacer una crianza sin gritos?
R. A veces es posible, pero otras veces, no. Yo me pregunto a m¨ª misma si es posible criar sin gritos y creo que en la mayor¨ªa de los casos no se puede, sobre todo si tenemos en cuenta c¨®mo hemos sido criadas nosotras. Lo que s¨ª se puede es criar con menos gritos y creo que es parte del cambio de mirada que debemos hacer.
P. P¨®ngame un ejemplo: ?C¨®mo se consigue superar una rabieta sin perder los nervios ni gritar?
R. Las rabietas nos remueven mucho porque muchas de nosotras fuimos criadas de un modo en que no tuvimos opci¨®n a tener rabietas, se nos daba un grito o un bofet¨®n y se acababa la pataleta. Y cuando t¨² no has sido acompa?ada es muy dif¨ªcil saber acompa?ar. Por otro lado, no se puede acompa?ar aquello que quieres que termine. Para atajar las rabietas primero hay que entender que est¨¢n ah¨ª cumpliendo una funci¨®n del desarrollo de los ni?os y ni?as, entender que no es nada malo ni nada personal y siempre limitar la conducta, pero no la emoci¨®n: ¡°Tienes derecho a estar enfadado, pero no me puedes pegar aunque lo est¨¦s. Tienes derecho a estar triste, pero no a decirme cosas que me da?en¡±.
P. En el libro tambi¨¦n toca otros temas de gran inter¨¦s como los castigos.
R. Hay una diferencia sutil entre el castigo y la consecuencia. Hasta hace poco, la crianza se centraba mucho en la reprimenda: ¡°Has suspendido, te quedas sin tele¡±. Esto es absurdo porque no hay una conexi¨®n directa entre haber sacado un cero y no ver la tele. Por eso es importante cambiar el castigo por la consecuencia. Los menores tienen que entender que lo que hacen, sus conductas, tiene un efecto en el entorno, en las personas, en sus relaciones. Quiz¨¢s es diferente decir: ¡°Si ahora tardas m¨¢s en ir a la ducha, luego no va a haber rato para el cuento, porque lo estamos gastando¡±. Esto s¨ª tiene una relaci¨®n.
Puedes seguir Mamas & Papas en Facebook, Twitter o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter quincenal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.