Mar¨ªa do Cebreiro, escritora: ¡°Como padres y madres hemos reemplazado la experiencia de criar por la informaci¨®n sobre c¨®mo hacerlo¡±
En ¡®Maternidades virtuosas¡¯ la autora gallega denuncia la transferencia de modelos del mundo del trabajo neoliberal a las tareas cotidianas de crianza, algo que se cristaliza en la cada vez mayor profesionalizaci¨®n de la experiencia de ser madre, en la que apenas hoy hay espacio para su goce
Cuenta Mar¨ªa do Cebreiro (Santiago de Compostela, 47 a?os), escritora y profesora de Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Santiago de Compostela, que escribi¨® Maternidades Virtuosas: una cr¨ªtica aos modelos profesionais de crianza (Editorial Galaxia, 2024), Premio Ram¨®n Pi?eiro de Ensayo en 2021, cuando su primera hija tuvo la capacidad para sentarse a comer. ¡°Siempre pens¨¦ que ella se sent¨® a comer y yo pude sentarme a escribir¡±, explica entre risas. La versi¨®n espa?ola de este ensayo, publicada recientemente por Ediciones Akal, la tradujo ella misma durante el embarazo de su segunda hija. Aunque m¨¢s que una traducci¨®n, asegura que es una reescritura. ¡°En el libro abordo temas muy complejos a los que yo misma doy muchas vueltas. Mis ideas van cambiando incluso de hija en hija, as¨ª que en el segundo embarazo yo ya era otra madre¡±, sostiene.
En la reescritura, eso s¨ª, el ensayo no ha perdido un ¨¢pice de su esp¨ªritu cr¨ªtico ni de su vocaci¨®n profundamente pol¨ªtica. Tampoco su eje argumental, que se sustenta en la constataci¨®n de lo que ella considera una transferencia de modelos extra¨ªdos del mundo del trabajo neoliberal a las tareas cotidianas de crianza. Una transferencia cuya ¨²ltima y mayor consecuencia, sostiene, es la profesionalizaci¨®n de la crianza. ¡°Parecer¨ªa que para poder ejercer los roles de crianza, las madres deben convertirse, simult¨¢neamente, en nutricionistas, pediatras, asesoras de sue?o, asesoras de lactancia e incluso en psic¨®logas, coachs emocionales y neurocient¨ªficas¡±, escribe en el que es su primer libro sobre maternidad.
PREGUNTA. La ¡°tecnocracia de los cuidados¡± llama usted a esta profesionalizaci¨®n.
RESPUESTA. Es que como padres y, sobre todo, como madres, nos convertimos en expertos en todo y a la vez en nada. Es algo que ya suced¨ªa en el mundo del trabajo con las soft skills, que parece que tienes que saber un poco de todo y nada demasiado en profundidad.
P. Esto es parte de lo que usted denomina el ¡°giro discursivo¡± de la maternidad.
R. Mi sensaci¨®n es que como padres y madres hemos reemplazado la experiencia de criar por la informaci¨®n sobre c¨®mo criar. Hoy puedes decir que criaste a tus hijos por internet (risas). Hay personas que ven un reel de cinco segundos en Instagram sobre c¨®mo parar una rabieta y se toman esa informaci¨®n como su manera de acercarse a su hijo, cuando la relaci¨®n que mantienen con ¨¦l es ¨²nica, intransferible, personal, super¨ªntima. Tomamos la norma y no la experiencia, la tentativa, que me parece mucho m¨¢s interesante en cualquier relaci¨®n: estar cerca de lo abierto, de lo impredecible, porque la vida y las relaciones de amor tienen que estar abiertas a lo impredecible y no pautadas por ning¨²n guion. Y desde luego, si yo necesitase un guion, no se lo pedir¨ªa prestado a las redes sociales.
P. Esa profesionalizaci¨®n, como se?ala en el libro, ha llegado al extremo de que algunas madres viven, precisamente, de su profesi¨®n de madres como influencers.
R. Para m¨ª, lo verdaderamente problem¨¢tico de esta figura, que es verdad que es muy emblem¨¢tica de esta profesionalizaci¨®n ¡ªporque, adem¨¢s, en algunos casos cobran por ello y aparece el mercado de una forma descarada¡ª, es que tengamos que mirar una pantalla o a un supuesto modelo que ni siquiera conocemos para saber c¨®mo tenemos que lidiar con nuestros hijos. La mediaci¨®n que instituye la figura de la madre influencer en la relaci¨®n entre padres e hijos exacerba ese car¨¢cter cada vez m¨¢s virtual y poco experiencial de la vivencia parental.
P. Muchas de estas madres influencers suelen promover un modelo de ¡°supermadre¡± que llega a todo y sabe de todo. Supongo que eso es la ¡°maternidad virtuosa¡± que da t¨ªtulo a su libro.
R. El de la maternidad virtuosa es un ideal ligado al modo de producci¨®n neoliberal. Como ideal, es imposible de cumplir, pero lo internalizamos de una manera muy dogm¨¢tica y normativa. Y esto es algo muy preocupante, porque es una forma de autoescrutinio que nos fatiga y agota. Ya no llegamos al final del d¨ªa exhausto ¨²nicamente por el trabajo, sino tambi¨¦n por ser padres bajo esa superestructura idealizada.
Na hip¨®tese das comunidades maternas ? https://t.co/owya15LFqt
— Mar¨ªa do Cebreiro (@mariadocebreiro) October 5, 2024
P. Y como es un ideal imposible de cumplir, aparece la culpa. Escribe en el libro que las madres contempor¨¢neas no viven tanto la culpa cristiana como ¡°una derivaci¨®n neoliberal de los remordimientos por no llegar a todas partes en todo momento¡±.
R. Totalmente. Nos preguntamos constantemente, como si fuese un mantra: ?Lo estoy haciendo bien? ?Soy buena madre?¡ Yo me pregunto por qu¨¦ nos preguntamos esto. Deber¨ªa ser bastante con saber que lo estamos haciendo como podemos. Pero el virtuosismo maternal encierra ese plus de querer ser la mejor madre, que en el fondo no deja de ser la forma competitiva t¨ªpica del mundo del trabajo. A consecuencia de eso tambi¨¦n estamos importando las ansiedades, angustias y miedos del mundo laboral a una esfera, la familiar, que a priori deber¨ªa estar protegida de eso.
P. ?Cu¨¢nto tiene que ver esto ¨²ltimo en el hecho de que los cuidados ¡ªtambi¨¦n el de los hijos¡ª se vean hoy en d¨ªa fundamentalmente como una carga en la que apenas hay espacio para el goce?
R. Nombra una palabra muy importante del libro, el goce, porque yo quer¨ªa reivindicar el placer maternal. Es una reivindicaci¨®n pol¨ªtica cien por cien. En ese sentido, el libro tensa cuerdas con ciertos feminismos que tienen una visi¨®n esc¨¦ptica y desconfiada sobre el goce maternal, que para m¨ª puede ser muy liberador. Y creo que hay que reivindicarlo como parte del cuidado. Es decir, no ver el cuidado solo como una carga, sino tambi¨¦n como una forma de creaci¨®n. Cuidar a los hijos es creativo.
P. Escribe en el libro: ¡°Una de las ideas m¨¢s repetidas sobre la vida afectiva en tiempos del neoliberalismo es que no basta con vivir las emociones, sino que hay que aprender a gestionarlas¡±. Esa idea de ¡°gesti¨®n¡±, a?ade, viene claramente del mundo de la empresa.
R. Alguien me podr¨¢ decir que es una met¨¢fora. Y es verdad. Pero no todas las met¨¢foras son iguales ni son inocentes. Esta cuesti¨®n del etiquetado emocional, de validar las emociones, de regularlas¡ ?Pero es que hay muchas emociones muy complejas que no se pueden descomponer! ?Much¨ªsimas emociones humanas son profundamente ambivalentes y en la crianza lo vivimos a menudo! Me resulta curioso que muchas veces nosotros mismos estemos atrapados en ese torbellino emocional, pero queramos que con nuestros hijos todo sea cartesiano, mesurable.
P. Afirma, adem¨¢s, que esa obsesi¨®n por ense?ar a etiquetar y regular las emociones esconde una gran contradicci¨®n de los modelos profesionales y ¡°cientifistas¡± de crianza. Estos, dice, defienden que la alimentaci¨®n, el control de esf¨ªnteres o el sue?o son procesos madurativos que el ni?o poco a poco ir¨¢ regulando. Sin embargo, con las emociones parece no haber esa confianza en los ni?os.
R. La conclusi¨®n a la que he llegado es que queremos regular las emociones de nuestros hijos, porque lo que queremos es regularnos a nosotros mismos (risas). Es como cuando te dicen: ¡°Los ni?os necesitan rutinas¡±. Seguro que tiene parte de verdad. Pero yo, a veces, un poco malignamente, me pregunto si las rutinas las necesitan los ni?os o los adultos.
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