Las mujeres que rompen el techo de cristal del poder judicial en Latinoam¨¦rica
El n¨²mero de mujeres ministras en los m¨¢ximos tribunales de justicia o cortes supremas en Am¨¦rica Latina y el Caribe es de un 30,4%, seg¨²n la Cepal
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¡°Hace poco m¨¢s de 60 a?os en el edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n, en M¨¦xico, no hab¨ªa ba?o para mujeres ministras, porque tampoco hab¨ªa mujeres ministras...¡± As¨ª empez¨¢bamos mi compa?era Beatriz y yo (Almudena Barrag¨¢n) la cr¨®nica sobre el nombramiento de Norma Pi?a, la primera mujer que ser¨¢ presidenta de la Suprema Corte de Justicia en M¨¦xico en casi 200 a?os de historia. Un avance, sin duda, en un pa¨ªs que todav¨ªa es profundamente desigual. ¡°Me siento acompa?ada, respaldada, acuerpada por todas ellas y por todas nosotras. Me siento muy fuerte, porque s¨¦ que estamos todas aqu¨ª demostrando que s¨ª podemos¡±, fueron las primeras palabras de Norma Pi?a tras ser nombrada.
Su llegada a la c¨²spide del poder judicial se ha convertido en un empuj¨®n esperanzador para las abogadas j¨®venes y las estudiantes de derecho, pero tambi¨¦n para las organizaciones feministas, ambientalistas, LGTB+ y de defensa de derechos humanos. La celebraci¨®n de la figura de Pi?a no se debe solo a que sea una mujer, sino a que es una jurista de carrera cuyos actos la respaldan por su marcado corte progresista a favor de los derechos de las mujeres y otros colectivos.
¡°Estamos todas hoy aqu¨ª a pesar de que hist¨®ricamente hemos sido sometidas a situaciones de exclusi¨®n sistem¨¢tica y estructural frente a los varones, enfrentando los retos adicionales, en nuestra incorporaci¨®n laboral, estamos hoy aqu¨ª asumiendo las invisibles dobles y triples jornada, superando el desequilibrio en el balance trabajo y familia. Como dir¨ªa el poeta: ¡®Haciendo camino al andar¡±, dijo en noviembre al dar la bienvenida a las 87 nuevas juezas federales.
Pi?a ha terminado rompiendo lo que parec¨ªa un inaccesible techo de cristal y presidir¨¢ hasta diciembre de 2026 no solo la SCJN. El cargo incluye tambi¨¦n la presidencia del Consejo de la Judicatura Federal, el ¨®rgano de gobierno de todo el poder judicial federal. Detr¨¢s de ella, vienen otras, pero todav¨ªa la balanza sigue descompensada. En los ¨²ltimos cuatro a?os se han nombrado a 227 juezas de distrito ¡ªque equivale al 50% de las nombradas desde 1995¡ª, sin embargo, ellas siguen siendo solo el 40% de las titulares de los juzgados. Y la brecha se hace todav¨ªa mayor cuanto m¨¢s se sube en los escalones. Por ejemplo, de los 11 ministros del pleno, solo cuatro son mujeres: Margarita R¨ªos Farjat, Yasm¨ªn Esquivel y Loretta Ortiz, adem¨¢s de la ahora presidenta. Norma Pi?a tiene cuatro a?os por delante en los que tratar¨¢ temas claves en la agenda feminista, como el aborto, la regulaci¨®n de la gestaci¨®n subrogada o la violencia obst¨¦trica, adem¨¢s de asuntos candentes en el pa¨ªs como la militarizaci¨®n o la prisi¨®n preventiva oficiosa.
Casos como el de Pi?a son cada vez m¨¢s comunes, en parte como consecuencia de las luchas feministas, pero que ellas lleguen a la cima de los poderes judiciales es a¨²n una excepci¨®n en el continente, como explica Lorena Arroyo con estas cifras. Seg¨²n el Observatorio de Igualdad de G¨¦nero de Am¨¦rica Latina y el Caribe de la Cepal, hasta finales de 2021, la proporci¨®n de mujeres ministras en los m¨¢ximos tribunales de justicia o cortes supremas de la regi¨®n era de un 30,4%. Sus datos reflejan una diferencia entre pa¨ªses notoria, con casos como Guatemala, Panam¨¢ y algunas islas del Caribe donde la participaci¨®n de mujeres en el m¨¢s alto tribunal supera el 50% y otros donde su presencia es casi inexistente.
Tuvieron que pasar 30 a?os para que la Corte Constitucional de Colombia estuviera liderada por mujeres. En 2022, el m¨¢ximo tribunal del pa¨ªs hizo historia con la elecci¨®n de las magistradas Cristina Pardo y Diana Fajardo como presidenta y vicepresidenta de la sala plena. El a?o pasado, por primera vez desde que existe el ¨®rgano de justicia, las mujeres fueron mayor¨ªa. Hasta la salida, por cumplimiento de su periodo, de la abogada Gloria Stella Ortiz, eran cinco magistradas frente a cuatro hombres, explica Sally Palomino. La foto de las cinco marc¨® un hito. Una d¨¦cada atr¨¢s, solo una mujer ocupaba un lugar en este tribunal. La ¨²ltima que logr¨® sentarse all¨ª fue Natalia ?ngel Cabo, que el d¨ªa de su nombramiento cont¨® que lo hab¨ªa intentado tres veces. La representaci¨®n femenina en las altas cortes en el pa¨ªs llega solo al 23% y la paridad todav¨ªa parece lejos.
La Corporaci¨®n Excelencia en la Justicia estudi¨® la presencia de las mujeres en los m¨¢ximos tribunales de Colombia desde 1996 hasta 2021 y encontr¨® que, por ejemplo, la Corte Suprema de Justicia ha posesionado 119 magistrados, de los cuales solo 18 (el 15,1%) han sido mujeres. En la sala penal, donde han elegido a 41 magistrados, ellas apenas han logrado cuatro nombramientos. Los tribunales m¨¢s antiguos, la Corte Suprema y el Consejo de Estado (CE), es donde hay peores resultados. El CE, creado en 1817, posesion¨® por primera vez a una magistrada en 1978 y solo hasta 1991 una mujer fue seleccionada para presidirlo. Desde entonces, se han nombrado 128 magistrados, pero solo 31 han sido mujeres.
Un informe elaborado por la Universidad Aut¨®noma de Chile presentado en 2022 sobre la participaci¨®n de las mujeres en los ¨®rganos judiciales de la regi¨®n recoge el avance de la presencia femenina en poderes judiciales, fiscal¨ªas y defensor¨ªas p¨²blicas, con una media regional del 51%. Sin embargo, un an¨¢lisis cualitativo en diez pa¨ªses con las experiencias y opiniones de m¨¢s de un centenar de juezas, magistradas, acad¨¦micas y expertas revela que ese aumento ¡°no significa que estos espacios garanticen igualdad de oportunidades a hombres y mujeres, ni que respeten los derechos humanos de las mujeres, o sean sensibles al g¨¦nero respecto al acceso a la justicia¡±. El an¨¢lisis corrobora que ellas siguen en desventaja, sobre todo en su acceso y permanencia en los tribunales. Y los datos son m¨¢s preocupantes cuando se mira a las presidencias de las altas cortes: entre 1900 y 2021, solo 43 juezas hab¨ªan cubierto un total de 4.057 puestos.
Pese a las barreras, en la regi¨®n hay y ha habido ejemplos notorios de mujeres al frente de los m¨¢ximos tribunales y organismos de justicia. Por ejemplo, en Per¨², la Corte Suprema y el Poder Judicial est¨¢n presididos por una mujer, Elvia Barrios, la primera en ocupar ese cargo. La Fiscal¨ªa general de Ecuador tiene como n¨²mero uno a Diana Salazar, una especialista en derechos humanos que adem¨¢s es la primera mujer afrodescendiente en llegar a esa posici¨®n. Adem¨¢s, varias juristas centroamericanas se han destacado al frente de la lucha contra la corrupci¨®n y por los derechos humanos, aunque eso les haya supuesto acabar en el exilio, como la exfiscal general de Guatemala Claudia Paz y Paz, quien enjuici¨® al dictador Efra¨ªn R¨ªos Montt. Mientras que otras, como la costarricense Elizabeth Odio, han acabado al frente de cortes internacionales. Odio fue presidenta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y jueza de la Corte Penal Internacional y del Tribunal Penal Internacional ad hoc para la antigua Yugoslavia.
Como podemos ver, romper el techo de cristal no es suficiente. La presencia de mujeres cada vez m¨¢s en los altos tribunales deber¨ªa de ser la norma y no la excepci¨®n. Algo que la soci¨®loga mexicana Amneris Chaparro mencionaba en una entrevista tras la victoria de Norma Pi?a: ¡°Hemos tardado siglos en llegar pero no hay vuelta atr¨¢s. Ojal¨¢ que m¨¢s mujeres accedan a m¨¢s espacios de poder. Tiene que abrirse la puerta para que no se cierre nunca m¨¢s¡±.
? La foto de la semana
Por Lorena Arroyo
El Congreso de EE UU ha parecido esta semana un patio de colegio en el que un peque?o grupo de alumnos bullies secuestra el bal¨®n para que nadie pueda jugar. A ¨²ltima hora de la noche del viernes y, tras 15 votaciones y una dram¨¢tica sesi¨®n que se acab¨® definiendo con una llamada del expresidente Donald Trump a sus congresistas adeptos, el republicano Kevin McCarthy fue elegido presidente de la C¨¢mara de Representantes tras ceder a las exigencias del ala m¨¢s radical de su partido. Pero, adem¨¢s de un dram¨¢tico espect¨¢culo que, como escribe mi compa?ero Miguel Jim¨¦nez, augura una legislatura disfuncional y conflictiva, las jornadas de votaciones nos han dejado una imagen muy tierna que llama a la reflexi¨®n sobre la divisi¨®n de las tareas de la crianza.
El congresista Jimmy G¨®mez fue a las votaciones con su hijo Hodge, de 4 meses, y se le pudo ver d¨¢ndole el biber¨®n y cambi¨¢ndole los pa?ales. Que los legisladores lleven a sus hijos y nietos a la jornada de inicio del curso legislativo es habitual en Washington. De hecho, el beb¨¦ de G¨®mez no era el ¨²nico ni?o en la C¨¢mara, pero el representante de California quiso aprovechar la imagen para poner sobre la mesa temas importantes como la conciliaci¨®n familiar y la necesidad de expandir las ayudas p¨²blicas para la crianza en un pa¨ªs donde la baja por maternidad no est¨¢ garantizada. De hecho, como contaba mi compa?era Antonia Laborde en este art¨ªculo, Estados Unidos es la ¨²nica naci¨®n desarrollada del mundo donde no existe una ley nacional que garantice la baja por maternidad (o paternidad) remunerada.
En una de las m¨²ltiples votaciones, G¨®mez dio su apoyo a su colega dem¨®crata Hakeem Jeffries como l¨ªder de la C¨¢mara mientras porteaba a su beb¨¦ ¡°en nombre de su hijo Hodge y todas las familias trabajadoras que necesitan la ampliaci¨®n del cr¨¦dito por hijo¡±. Para ¨¦l era importante tambi¨¦n, seg¨²n dijo en entrevistas a medios estadounidenses, mostrar la necesidad de una mejor divisi¨®n de las tareas parentales. ¡°Tenemos que normalizar que los padres est¨¦n con sus hijos, sea en casa o en el trabajo (...) Los hombres tenemos que hacer nuestra parte. Nosotros no ponemos nuestras vidas en riesgo trayendo a los ni?os al mundo como las mujeres¡±, dijo.
Su esposa Mary, quien es teniente alcalde de Los ?ngeles, tambi¨¦n viaj¨® a Washington, pero la imposibilidad de los legisladores para ponerse de acuerdo en la elecci¨®n del speaker hizo que no pudiera quedarse hasta el viernes para ver el juramento de su esposo porque tuvo que volver a su ciudad a trabajar. El beb¨¦ se qued¨® con el congresista. ¡°Creemos en la idea de que mi mujer o cualquier mujer no debe ser por defecto la cuidadora¡±, dijo el legislador. ¡°Mi trabajo es un poco m¨¢s flexible porque soy el jefe de mi oficina (...) As¨ª que era m¨¢s f¨¢cil para m¨ª quedarme con ¨¦l¡±, dijo G¨®mez.
Probablemente los G¨®mez tienen m¨¢s facilidades que la mayor¨ªa de estadounidenses para llevar a cabo la labor de crianza de un beb¨¦, pero la imagen de ¨¦l con su hijo en brazos ha sido un bonito s¨ªmbolo en medio del caos para recordar las tareas pendientes en EE UU en la b¨²squeda de la conciliaci¨®n familiar de los trabajadores.
? Una cuenta de Instagram para seguir
Por M¨®nica Monsalve
La ingeniera aeroespacial venezolana, Nathalie Quintero, no solo es una de las m¨¢s de 30.000 personas que est¨¢n detr¨¢s de Artemisa, la misi¨®n de la Nasa que quiere mandar a la primera mujer a la Luna. Tambi¨¦n es una apasionada por la comunicaci¨®n de la ciencia y el espacio, un tema del que pocos hablan y mucho menos en espa?ol. Por eso abri¨® esta magnifica cuenta de Instagram, stemforaerospace, en la que explica las misiones de la Nasa, reconoce a mujeres cient¨ªficas y muestra el ¡°detr¨¢s de c¨¢maras¡± de la misi¨®n Artemisa. ?Es una cuenta para recordarnos que la ciencia s¨ª para las ni?as! Hace unas semanas, habl¨¦ con Quintero. Puedes leer la entrevista aqu¨ª.
?? Algunas noticias de la semana
El empuje de la nueva presidenta Norma Pi?a a la agenda feminista: de criticar la violencia obst¨¦trica a defender el aborto
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