Natalia L¨®pez Gallardo: ¡°Las personas que no hayan so?ado con cuerpos desmembrados o con caras de desaparecidos no existen en M¨¦xico¡±

Una mujer sale corriendo despavorida. La secuencia es en c¨¢mara lenta. El terror en su rostro es notorio. Detr¨¢s de ella un hombre comienza a consumirse en llamas. La sierra de alg¨²n municipio en el Estado de Morelos, en el fondo, re¨²ne a otros presentes a sus pies en un llano, algunos sorprendidos, otros indiferentes. Todos espectadores. La vida de ese ser comienza a apagarse por la combusti¨®n mientras una humareda negra que emana de su cuerpo oscurece el cielo, aun as¨ª parece no inmutar a los presentes. El hombre cae al piso, se arrastra y cada vez se mueve menos, como si el destino ya hubiera dictado sentencia. La imagen se funde a negro.

La escena anterior retrata un linchamiento, pero tambi¨¦n es una met¨¢fora, que se construye por capas, que presenta un pincelazo sobre el devenir actual y las heridas de la violencia en M¨¦xico. Es una de las im¨¢genes que componen a Manto de gemas, la ¨®pera prima de la directora Natalia L¨®pez Gallardo, nacida en Bolivia (La Paz, 43) y de nacionalidad mexicana, que el pasado a?o, durante la Berlinale, se hizo con el Oso de Plata y el reconocimiento a la mejor direcci¨®n en el Festival de Cine de Morelia.

La realizadora vive en Morelos, Estado que recorri¨® para hablar con personas sobre sus recuerdos, historias, sue?os, adem¨¢s del miedo sobre su vida misma y sobre el futuro. M¨¦xico es su hogar desde hace 25 a?os y durante los 14 a?os que ha vivido en el municipio morelense de Ocotitl¨¢n, sinti¨® una especie de desintegraci¨®n a su alrededor, de p¨¦rdida de valores, de desconfianza, como una fragmentaci¨®n del tejido social en el pa¨ªs alrededor de la violencia. ¡°Siempre imagin¨¦ un poco esta violencia y esta herida que percib¨ª en la gente como una gotera que estaba detr¨¢s de los muros de una casa y que no se percib¨ªa a primera vista, pero si uno se apoyaba en los muros o se fijaba en las esquinas, empezaba a darse cuenta que hab¨ªa algo podrido detr¨¢s¡±, explica a EL PA?S la tambi¨¦n guionista del filme que se encuentra en cartelera en M¨¦xico desde el 9 de marzo.

L¨®pez Gallardo es arquitecta y estudi¨® en el Centro de Capacitaci¨®n Cinematogr¨¢fica. Tiene experiencia como montajista en pel¨ªculas como Luz silenciosa (2007) y Post Tenebras Lux (2012) de Carlos Reygadas, Heli (2013) de Amat Escalante, y Jauja (2014) de Lisandro Alonso. En Manto de gemas presenta a Isabel (Nailea Norvind) que, en medio de un divorcio, se entera de que su ayudante Mar¨ªa (Antonia Olivares) est¨¢ buscando a su hermana desaparecida. Isabel es consumida por la necesidad de ayudar. Roberta (Aida Roa), la comandante de la polic¨ªa local quiere a su hijo (Juan Daniel Garc¨ªa Trevi?o) fuera de los c¨¢rteles. Mar¨ªa necesita a su hermana de vuelta. Sus caminos se cruzar¨¢n en su b¨²squeda por redenci¨®n.

Pregunta. ?De c¨®mo nace la inquietud por plasmar Manto de gemas?

Respuesta. Es dif¨ªcil responder. Hacer una pel¨ªcula responde m¨¢s a una necesidad particular que en su momento es bastante indeterminada. No sabes por qu¨¦, pero sientes un impulso potente para acercarte a ese tema. Sab¨ªa desde el inicio que no era una pel¨ªcula sobre la violencia, ni sobre el narco, ni sobre las manifestaciones varias de la violencia, ni sobre las personas desaparecidas. Sab¨ªa que era una pel¨ªcula sobre lo colectivo, sobre este tejido social que yo hab¨ªa percibido fragmentarse alrededor. Y cuando me enfrent¨¦ con las historias de la gente, pens¨¦ que no iba a poder hacer la pel¨ªcula, me dio miedo sentir que era imposible de alguna manera retratar ese dolor en la dimensi¨®n que ten¨ªa. Y sent¨ª verg¨¹enza al acercarme a eso desde una posici¨®n que no experimenta la violencia en el d¨ªa a d¨ªa, tan de cerca, sino de un modo mucho m¨¢s psicol¨®gico. Despu¨¦s me di cuenta que todos compart¨ªamos algo. Y ese algo lo nombr¨¦ con una especie de herida. Y me sent¨ª en paz con esa idea y la pel¨ªcula naci¨® de ah¨ª. De esa intenci¨®n de acercarme a la herida que compart¨ªamos todos.

P. ¡°Qui¨¦n iba a decir que una mujer como t¨² iba a terminar de secuestradora¡±. Es una frase que se escucha en la pel¨ªcula. La historia gira alrededor de estas de estas mujeres que forman parte de este tejido, que se cuestionan su rol en este mundo, pero que, a la vez, son conscientes de sus actos. ?C¨®mo fue la construcci¨®n de estos personajes femeninos en esta atm¨®sfera que plantea?

R. Son mujeres que son la representaci¨®n de la realidad mexicana, que tiene muchas capas y muchas complejidades. En M¨¦xico nada es lo que parece a primera vista. Vivimos atentos y cuid¨¢ndonos el pellejo como algo natural. Vivimos lidiando entre el difuso borde que es ser una v¨ªctima de una situaci¨®n y participar alimentando la rueda porque no hacemos nada. Entonces la realidad ya es muy compleja, muy contradictoria, muy ambigua y tiene muchas capas. Y lo que trat¨¦ es que esas capas, as¨ª en su en su complejidad, se manifestaran en estas mujeres, por eso Antonia es una mujer que ha perdido a su hermana y al mismo tiempo alimenta a un secuestrado. Por eso el criminal es alguien que ayuda a cosechar limones a sus pap¨¢s, es padre de familia y participa en una banda criminal. Siento que eso es lo que lo que percib¨ª en nuestra realidad y por eso es tan complejo enfrentarse este tema.

P. Si bien es su ¨®pera prima, tiene mucha experiencia trabajando en la sala de montaje de otros proyectos importantes. El corte final de Manto de gemas reta a las concepciones de una narrativa redonda, ya que transmite este ejercicio de desasosiego e incertidumbre de esta aura de violencia. ?C¨®mo fue compaginar la labor de edici¨®n con la direcci¨®n?

R. Hay que preguntarse si algo en nuestras vidas que suceda con un principio, medio y un final. Manto de gemas responde a una estructura m¨¢s intuitiva. Creo definitivamente en el cine que se construye a trav¨¦s de la yuxtaposici¨®n de planos, que adem¨¢s est¨¢n en contraposici¨®n y hacen que haya vitalidad en el fluido general de la pel¨ªcula. A partir de esa contraposici¨®n nacen las ideas. Creo en la forma como la fuerza m¨¢s potente del cine. Entonces realmente lo que hice es darle el lugar, de alguna manera, a todos los elementos porque les tengo mucho respeto. Creo que la narrativa es un elemento m¨¢s dentro de una partitura para orquesta donde hay muchos m¨¢s instrumentos y algunos toman primac¨ªa en ciertos momentos, en otros se callan. B¨¢sicamente constru¨ª la pel¨ªcula confiando en el lenguaje.

P. Aparte de los int¨¦rpretes profesionales, el elenco de la pel¨ªcula est¨¢ compuesto en un alto porcentaje por actores naturales. ?C¨®mo fue el trabajo actoral considerando que es su primera pel¨ªcula?

R. Efectivamente, como es mi primera pel¨ªcula no ten¨ªa herramientas claras. Lo que constru¨ª con ellos es una relaci¨®n de mucha confianza y que la singularidad de cada individuo brote. Con los actores naturales, especialmente, uno tiene que compartir el tiempo y la vida. Hay que observar c¨®mo se relacionan con sus partes oscuras, a ver c¨®mo caminan, qu¨¦ les gusta comer, c¨®mo se visten, a que le tienen miedo. Despu¨¦s de esa convivencia surge una intimidad de una confianza, que despu¨¦s es la base para todo el trabajo. Trabaj¨¦ de igual manera con actores naturales y profesionales. A unos les di el guion, a otros no. Ahora pienso que podr¨ªa no hab¨¦rselos dado a ninguno porque me gusta m¨¢s trabajar de manera oral. La palabra hace que las ideas se encierren y sean muy determinantes. Tambi¨¦n escribo personajes abiertos. Porque si uno dise?a demasiado los personajes, cada escena en que salen sabr¨ªas exactamente que va a ser y se volver¨ªa predecible. Entonces intento posicionarme ante las personas que van a representar estos papeles con mucha curiosidad, casi pens¨¢ndolos como entes misteriosos que pueden reaccionar de manera sorprendente a cualquier momento en cualquier momento.

P. La pel¨ªcula se estrena en un momento en el que el exjefe de seguridad durante el sexenio del expresidente Calder¨®n fue sentenciado por vinculaci¨®n con el narcotr¨¢fico. A ra¨ªz de esta situaci¨®n se ha puesto bajo la lupa el accionar y las pol¨ªticas tanto del Gobierno actual como de sus predecesores frente a la lucha contra el narcotr¨¢fico y la escalada de la violencia...

R. S¨ª, justo sale tambi¨¦n coincidiendo con el 8 de marzo, D¨ªa Internacional de la mujer. Y justo sale tambi¨¦n en un momento en el que si no comenzamos a crear a inventar estrategias colectivas para lidiar con lo que nos est¨¢ pasando, probablemente no encontremos la salida. Hablar sobre la violencia en M¨¦xico es muy delicado y es muy complejo. No se puede se?alar nada m¨¢s una capa o ciertas personas. Lo que ha sucedido en los ¨²ltimos 50 a?os es que esto se ha entrelazado, se ha entretejido con nuestra realidad. Est¨¢ en todas las capas que nos conciernen, a nivel psicol¨®gico, espiritual, social, econ¨®mico, antropol¨®gico. Es parte de nuestro imaginario. Las personas que no hayan so?ado con cabezas cortadas o con cuerpos desmembrados o con caras de desaparecidos no existen en M¨¦xico. Entonces nos pertenece a todos este tema.

P. ?Considera a Manto de gemas como una radiograf¨ªa de las consecuencias de todo este c¨²mulo hist¨®rico en el pa¨ªs?

R. De alguna manera lo he pensado. He pensado que efectivamente tiene que ver con una especie de trauma, de un c¨²mulo, como dices, porque cuando llega al inconsciente, cuando se vuelve parte de tus sue?os o de tus miedos, es que ya penetr¨® las primeras capas. Lo que tenemos que lograr es que no desaparezca en el inconsciente y que, como nos caracteriza a los mexicanos, sigamos aguantando esta situaci¨®n 300 a?os m¨¢s.

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